COLIN

Aprovechando la salida de Alexa tomé la decisión de llevar a cabo el plan de ir a ver a Sarah. Hacía varias semanas que había recibido ese mensaje y aun no le había contestado. Desde aquel día, recibí múltiples llamadas de números desconocidos que de seguro se trataban de ella.

Era la oportunidad perfecta para cazarla con las manos en la masa y Jordan iba a ayudarme.

Fui inteligente y di varios días sin contestarle para que no sonara raro que, de repente, quisiera quedar con ella.

Tomé el teléfono y, tras varios pitidos, la voz de Jordan con una música estridente de fondo, sonó en la otra línea:

- ¿Dónde estás, en un lugar de alterne?

-Más o menos tío; hay que ver como vienen algunas al gimnasio.

Típico de Jordan, rodeado de mujeres y no le hace caso a ninguna. Tenía ganas de que aquel tío sentara la cabeza de una buena vez con una mujer que estuviera a su altura; él se lo merecía. Pero sabiendo su otro trabajo un tanto oscuro y arriesgado, entendía las razones por las que no se buscaba una novia estable.

Le conté a Jordan acerca del mensaje en el contestador de Sarah hacía varias semanas atrás y él por supuesto, comenzó a despotricar contra ella. En cuanto a tenderle una trampa, él tenía sus reservas porque veía extraño que quisiera verme tras herir de gravedad a Alexa, por lo que olía a trampa por todos lados.

-Debemos ser cautelosos Colin; ella está rodeada de gente muy peligrosa y no dudarán en hacer daño a quién sea. Creo que esta vez tengo que echar mano de conocidos que están metidos hasta el fondo en lo mismo que yo. Así que quiero que, de momento, le contestes que te lo vas a pensar para que ella vea que escuchaste su mensaje. Debe creer que sigues realmente cabreado y que te está tomando trabajo tomar la decisión de ir a verla. Yo por mi parte, tengo que cubrirte a ti y a Alexa.

- ¿Crees que es capaz de volver a hacerle daño?

-Creo que esta vez no va a contentarse con una simple cuchillada.

Si en el pasado me hubieran dicho que Sarah se iba a convertir en una asesina, hubiera golpeado al que dijera eso y, acto seguido, me hubiera reído. Pero en el presente, conforme pasaba más el tiempo, más descubría cosas de Sarah que me ponían la piel de gallina.

-Entonces, sugieres que le conteste al mensaje y que no coja sus llamadas, ¿No?

-A las primeras no, pero, cuando te llame unas cuantas veces, necesito que me avises para rastrear su localización. Recuerda que ella sigue teniendo el teléfono pinchado desde aquella vez que cenasteis juntos así que no me será muy complicado dar con ella. Por esa razón, debes de ser cuidadoso y hacer caso a cada pauta que te dé para evitar que ella sospeche algo.

-Está bien eso haré, te mantendré informado.

-Mucha suerte.

Tras colgar, miré el reloj de pared y me di cuenta que Alexa aún no había llegado a casa ni había dicho nada por teléfono. Era casi la hora de cenar y hacía más de tres horas que se había marchado, por lo que comencé a sentirme preocupado y más con el tema de Sarah.

La llamé por teléfono, pero no me contestó por mucho que lo intentara por lo que probé suerte con Hanna. Tras varios pitidos, ella me contestó:

- ¿Colin? ¿Eres tú? ¿Ocurre algo?

- ¿Sabes por qué Alexa no me coge el teléfono? -Le pregunté preocupado.

-Oh, tranquilo es que estamos en una reunión de amigos y estamos con la música puesta así que ella parece ser que no escuchó el teléfono, pero no te preocupes que le digo que llamaste.

- ¿Reunión de amigos? Pensé que solo estaríais ella, tú y Doris.

-Oh no bueno, está también Adam. Él quería solucionar las cosas con Alexa y disculparse por lo que le hizo.

-Espera espera, ¿Qué le hizo Adam a Alexa? -Le pregunté aún más nervioso que antes.

-Ehm bueno, digamos que él tuvo la culpa de que Alexa dejara de vivir conmigo. Él hizo algo horrible y bueno yo le creí a él antes que, a Alexa, por eso la eché.

Hanna me contó acerca de los sentimientos que tenía por Adam y como él no la correspondía. Pero en cambio, él iba detrás de Alexa, pero ella lo veía como un amigo, hasta que una noche él le tomó una fotografía desnuda y fue rodando por los móviles de todos sus amigos. Hanna pensó que realmente se habían acostado, pero fue culpa de Adam que montó todo aquel malentendido.

Conforme me iba contando más, mi ira iba creciendo dentro de mí. Odiaba que Alexa no me lo hubiera contado y menos aún no decirme que el amigo que ella tenía iba detrás de ella. No apreciaba que estuviera viéndose con él ahora que sabía todo el cuento, pero no iba a quedarme callado porque ella y yo hablaríamos muy seriamente.

 Me senté en el sofá intentando calmarme y mirando de forma ininterrumpida el reloj de pared del salón. Estaba con la ansiedad por las nubes y el temor de que yo nunca fuera lo suficientemente bueno para Alexa, me estaba royendo las entrañas.

No sabía qué más hacer con ella, no sabía qué más decirle para que confiara de una maldita vez en mí. No quería pensar que esto no tenía un buen final porque yo sentía dentro de mí que ambos estábamos cortados por el mismo patrón.

Cuando escuché las llaves en la puerta, miré a Alexa que entraba riéndose con un buen humor que le hacía tener las mejillas enrojecidas. Por su actitud, estaba ligeramente bebida.

Pero al ver mi rostro, su risa se transformó en una mueca de extrañeza y yo le hice un gesto para que se sentase a mi lado.

-Necesito que hablemos de algo importante y no quiero un no por respuesta. Ya es hora que nos dejemos las idioteces y hablemos como adultos que somos.

-Colin, ¿Qué...?

- ¿Qué soy para ti, Alexa?, sé clara y no me des la respuesta estándar que siempre me das.

Ella pareció que iba a levantarse, pero, en vez de ello, cogió un cojín y lo colocó contra su pecho. Parecía angustiada y el estado ligero de embriaguez no la ayudaba en nada. La respuesta parecía quemarle en la garganta:

-No sé porque preguntas esas cosas, tú bien sabes que eres un amigo al que aprecio y con el que me lo paso bien.

-Entonces parece ser que con los amigos te acuestas, así que con Adam no harás una excepción.

Aquella bomba que salió por mi boca, hizo levantar a Alexa como si tuviera un resorte en el culo. Parecía que de un momento a otro iba a saltar sobre mí de la peor de las formas:

- ¡¿Y tú que mierdas sabes?!¿Acaso te he dicho que seamos algo más que amigos? ¿Con qué derecho te crees que puedes exigirme algo?

-¡¡Ese es el problema Alexa, que no sé una maldita cosa de ti!!, no me cuentas apenas una mierda de ti.

- ¿Y tú? ¿Hasta cuándo pensabas ocultar lo de Sarah?, si no te hubiera preguntado por ella no me lo hubieras dicho. No te me hagas el santo cuando tú eres igual que yo,¡Joder!

-Sólo pido que confíes en mí y me cuentes las cosas que te ocurren, quiero saber tus demonios y aquello que te impide que seamos algo más-Le dije intentando calmar las cosas que ya de por sí estaban saliéndose de control.

- ¡Lo de Adam no tenías ni un puto derecho de decirlo! ¿Acaso te piensas que soy una prostituta? ¿Acaso te crees que me voy acostando por ahí con cualquiera por el simple hecho de la pinta de tipa dura que tengo?

- ¡ES QUE NO ENTIENDO QUÉ COÑO HE DE HACER PARA QUE TE DEJES ESAS GILIPOLLECES QUE TIENES EN TU JODIDA CABEZA DE MIERDA Y TE DEJES LLEVAR, PORQUÉ SÉ PERFECTAMENTE QUE SIENTES LO MISMO QUE YO!

Le grité de golpe todo aquello que guardaba dentro, pero ella, a pesar de lo que pensaba, reaccionó de una forma un tanto extraña, como si el golpe de mi voz la hubiera desorientado.

Ella tomó el bolso y se dirigió a la puerta principal, pero antes de dar un portazo, me dijo con un hilo de voz:

-Cuando seas una persona violada, me avisas.