COLIN

Tras aquel momento candente con Alexa, era el momento de comentarle lo de Hanna. A pesar de que odiaba que la hubiera tratado de esa manera, había demostrado que realmente le importaba y que haría cualquier cosa por ella.

Aunque Alexa era testaruda entendió que no podían estar peleadas por mucho tiempo y menos cuando me habló acerca de cómo la había ayudado a instalarse en esta gran ciudad. No me había contado gran cosa, pero al menos notaba como la confianza se hacía más estrecha entre nosotros. Mientras que ambos disfrutábamos de un rato a solas, las palabras de Alexa actuaban como una dulce melodía que deseaba escuchar. El ver como aquella mujer no era tan dura como aparentaba al ver lo orgullosa que se sentía de Hanna me hacía sentir aún más afortunado por tenerla a mi lado.

No habíamos hablado acerca del estado de nuestra relación, pero para mí era mi novia. Para ella yo era un amigo con el que se acostaba, pero la realidad era bien distinta dentro de sus pensamientos. Hay cosas que se notaban a pesar de que las palabras intentaban ocultarme información, pero el lenguaje corporal era un indicador fiable de los sentimientos.

Cuando Alexa se marchó para verse con Hanna decidí tomar la guitarra para componer un rato y así hacer tiempo hasta que terminasen de hablar. El plan era comer en el centro comercial en un restaurante mexicano que había encontrado que tenía excelentes críticas. Después de comer comenzaríamos a buscar muebles nuevos sobretodo quería una cama nueva. El saber que en aquella cama había dormido Sarah y que era donde ella y yo hacíamos ciertas cosas que ahora me repugnaban y más después de lo que le había hecho a Alexa. No quería nada que hubiera sido usado por esa arpía o, simplemente rozado. Ahora Sarah era como un elemento alérgico para mí y de seguro Jordan iba a encargarse bien de que ella acabara encerrada durante mucho tiempo entre rejas.

Me preocupaba profundamente le saber que alguien la estaba vigilando, pero Alexa, a pesar de ello, no me dijo absolutamente nada. Quizás ella no deseaba inmiscuirme en algo peligroso o bien que ella sabía quién podría ser el causante de su desgracia.

Mientras que ella me hablaba de su llegada a Londres mientras ambos estábamos acostados en la cama, notaba como en su voz había nostalgia mezclada con una punzada de dolor. Sentía una profunda preocupación en sus palabras temblorosas, pero seguía las indicaciones de Jordan a rajatabla para evitar que Alexa pensara que sabía más de lo que aparentaba.

Mientras que mis dedos se deslizaban por las cuerdas, no pude evitar suspirar aliviado al ver como mi vida iba tornándose de la forma que yo quería. Había conseguido la novia perfecta para mí, lo único que debía de convencerla de ello a mi gatita testaruda; había comenzado a crear música que me hacía sentir feliz a la par de orgulloso y vivía feliz con una mujer con la que compartía mi gran pasión. Mientras que tocaba, me iba moviendo por todo el salón tocando un concierto invisible moviendo mi melena y mi cuerpo al compás de la música que sonaba por todo el departamento.

Entonces, la vista se paró encima de un panfleto que sobresalía de la bolsa de Alexa donde había traído toda su ropa. Dejé de tocar al leer "Concurso" en el pequeño papel de colores estridentes que captó mi atención. Deposité la guitarra de nuevo en su soporte y saqué el panfleto de la bolsa para leerlo con detenimiento y entonces sentí una gran revelación.

El concurso era dentro de menos de un mes, por lo que teníamos poco tiempo para prepararnos, pero no era imposible. Sentía mi cuerpo preparado y listo para enfrentarme a ese concurso y tener la posibilidad de poder grabar un disco y así poder vivir de aquello que mi familia consideraba que era imposible para mí. Si ellos vieran con quien estaba...de seguro les daría un infarto de felicidad, pero no iba a darles el gusto porque no lo merecían.

Pero mi abuela sí que lo merecía, así que pensé en que, más adelante, la llamaría para comentarle lo de Alexa, pero cuando las cosas entre nosotros estuviesen más claras. No iba a presionar a mi gatita, pero desde luego no iba a cesar en mi continua seducción, porque deseaba que ella se quisiera quedar conmigo sin pensar en nada más.

Mientras que releía una y otra vez aquel trozo de papel, el teléfono de casa comenzó a sonar, pero no me dio tiempo a poder cogerlo así que saltó el contestador. Una voz conocida para mí, comenzó a sonar haciendo que mi estómago se revolviera:

"Colin, soy yo, Sarah....por favor vuelve conmigo...te quiero....me arrepiento tanto de lo que te he hecho y de lo que le hice a esa pobre chica. He entendido que ella no era nada tuyo y que, simplemente, era amiga tuya y que vivía contigo. Sé que tu no estarías con otra y menos después del poco tiempo que llevamos separados el uno del otro. Ambos nos queremos...nos deseamos..., ¿No deseas oler mi piel y sentir mis labios contra tu cuerpo? Sé sincero Colin...me necesitas...me necesitas...Si deseas verme, te daré una dirección donde podremos vernos porque ahora la policía me buscará por lo que le hice a la pobre chica, espero no me odies y que ella esté bien. Lo siento de nuevo..."

Comencé a sonreír cuando escuché la parte del mensaje en la que quería verme porque eso significaba que podríamos atraparla. Era hora de avisar a Jordan y que recopilara las grabaciones tomadas ese día para poder tener la coartada de que era ella quien había sido la que atentó contra la vida de Alexa. Esa mala víbora tenía los días de libertad contados y lo mejor de todo es que no volvería hacer daño a mi gatita porque, si volviera a acercarse a ella, me iba a encargar personalmente de Sarah y no iba a ser nada amable.