Maratón día 3 (2/2)

¡Y aquí tenemos a nuestro Colin sonriente!

COLIN

Tenía a Sarah esposada y suplicando que parase ya con ese juego macabro que yo disfrutaba como nunca. La venganza latía en mis sienes con fuerza y no me arrepentía de nada de lo que le estaba haciendo.

-Vale cariño, dime una cosa: ¿De dónde sacaste todo el dinero para comprar las cuatro mansiones que salen en estas escrituras? ¿Tienes otro trabajo a parte del que tienes y no me lo has dicho?

Con los papeles en las manos, se lo mostré y ella, al leer cada párrafo, sus ojos amenazaron con salirse de las órbitas. Ella parecía aterrada y yo sonreía como un cínico, pero no me importaba.

-Colin...Colin cariño, eso no es cierto...eso es mentira...yo jamás te engañaría de esa forma...además ese apellido no coincide con el mío...

Sonreí ampliamente y miré el bolso de ella. Cuando comencé a ir en busca de su monedero, los gritos de ella de que parase comenzaron a salir de su boca de forma desesperada. Rebusqué en su bolso y encontré dos pasaportes y dos documentos de identidad como me esperaba y entonces, al sorprenderla en plena mentira,Sarah bajó la vista avergonzada comenzando a llorar. Pero no sentía ninguna lástima por ella porque bien sabía que todo era mentira.

Llegué hasta su altura sujetándola del cabello de nuevo y volví a mis preguntas:

-Dime Sarah, ¿Hasta cuándo pensabas engañarme? ¿Hasta cuándo pensabas que no iba a enterarme de tus negocios?

- ¿Qué...qué negocios, Colin?

Estaba comenzando a enfadarme de verdad al ver como ella se hacía la inocente, ¿Cómo era capaz de seguir negando las cosas y no hablar por su cuenta si yo mismo la he pillado delante suya?

Pero si Sarah estaba en ese negocio durante tanto tiempo sabía que debía de negar las cosas e intentar de alguna forma evadir las preguntas. No estaba en el puesto que estaba al azar sino porque era una excelente mentirosa y manipuladora.

Pero no iba a rendirme porque sabía toda la verdad y además tenía todas las pruebas a mi favor.

-Deja de lloriquear porque no funciona; sé perfectamente tu juego, sé que eres una especie de madame y que manejas negocios de prostitución de lujo. Y sí; tengo pruebas querida, tengo hasta fotos con todos tus queridos clientes, ¡Se te ve realmente feliz y a gusto!, cómo se nota que luego te llevaban de tiendas o te regalaban cosas,¿eh?

- ¿Cómo puedes ser tan frío conmigo después de todos estos años?¡Nos queremos desde que éramos unos críos, Colin! ¿Cómo puedes decirme todas esas cosas?

- ¡ES LA MALDITA VERDAD, SARAH!¡ESTAS PUTAS FOTOS NO ESTÁN TRUCADAS!¡HAY DOCUMENTOS, GRABACIONES, CIENTOS DE MILES DE COSAS!¡TENGO LAS PUTAS FACTURAS DE LOS HOTELES CON LAS FECHAS, TENGO LOS TICKETS CON LAS TIENDAS Y LOS CORREO ELECTRÓNICOS QUE TE MANDABAS CON TUS CLIENTES! ¿Y SOY YO EL QUE SOY FRÍO Y CRUEL?

Nunca en mi vida había gritado de esa forma, pero ya era hora de que lo hiciera. Esta situación me estaba agostando y ya era forma de parar porque mis nervios estaban en su cénit. Era hora de que Sarah se largara para siempre y no volviese jamás.

Mientras ella lloraba desconsolada, yo estaba ahí de pie sintiéndome estúpido por haberla querido todo este tiempo. No entendía cómo era posible que ella llevase una doble vida y la ocultara tan bien de mí, pero era la realidad.

La miré por última vez y le dije con una tranquilidad que yo mismo quedé sorprendido. Era el momento de la estacada final:

-De lo único que me arrepiento en esta vida no es de haberte conocido, ni de haberte querido sino de haberte perdonado tantas faltas. Las malas experiencias son necesarias para aprender y créeme, con esto he aprendido de sobra. Ya no soy el hombre estúpido y enamorado de la chica que consideró "la de sus sueños", ahora tengo los pies en la tierra y sé lo que quiero a pesar de haberme destrozado el corazón. Quiero que te largues de mi vida y que no me vuelvas a llamar o a venir a mi casa. A partir de ahora, no vivirás aquí porque tengo papeles que dicen que los últimos meses los he pagado yo así que es más mía que tuya y me parece lo justo teniendo tú cuatro mansiones y varias cuentas del banco con cientos de millones de dólares. Solo espero que la vida te trate de la misma forma que yo y que aprendas, que aprendas que lo que hiciste es algo imperdonable y que te quedarás sola. No tendrás ni amistades ni parejas verdaderas porque toda tú eres falsa: eres una vulgar mentira vestida con trapos caros y con una sonrisa tan falsa como toda la mentira que tejiste sobre nosotros. No sé si alguna vez me quisiste o si alguna vez pensaste en contármelo todo, o si tuviste remordimientos al hacer todo aquello sabiendo que lo que estabas haciendo iba a dolerme. Solo sé que hace unas semanas quería entregarte este anillo que tengo ahora en mis manos y quería pedirte que fueras mi esposa porque ya eras para mí la mujer de mi vida, pero algo pasó que no pude dártelo y quiero creer que es el destino que jugó sus cartas. Ahora este anillo es todo tuyo porque no tiene sentido que me lo quede yo, no es tan caro como lo que acostumbras en tus regalos, pero espero que sepas valorar lo que significa.

Ya es hora de que te largues de mi vista y como pago por haberme hecho todo esto, quiero que pases vergüenza; que te sientas una mierda de persona, una mierda de mujer que no vale nada. Vas a pagar cada noche que pasé en vela preocupado por ti, cada llamada mía que desviabas, cada vez que me rechazabas cuando quería hacerte el amor, ¿Cómo te sientes al saber que lo que ves ahora no lo vas a volver a tocar?

Para provocarle más daño, apoyé mi torso sobre su espalda y le hablaba con una mezcla de perversión y odio:

- ¿Cómo se siente, Sarah, el saber que todas esas noches que me negaste cariño podrías haberlas aprovechado con la única persona que te quería de verdad? ¿Cómo se siente que no volverás a oler mi aroma o sentir mi calor, o simplemente ver mi cara?

-Basta...Colin...por favor...yo te quiero...perdóname....

-No hay nada que perdonar porque esto no es un error sino una decisión; tú misma te metiste en todo aquello y bien sabías que podía ayudarte a salir, pero preferiste engañarme y pisotearte, así que ya es hora de hacerte volar como la bruja que eres.

La tomé del brazo y la bajé de la encimera de la cocina. Su cara estaba cubierta de lágrimas y estaba tan roja que parecía que su cara iba a derretirse de la vergüenza. Abrí la puerta principal y ella me miró con cara de terror y sorpresa.

-Espera... ¡ESPERA COLIN ¡¿No irás a dejarme así en la calle, ¿no?

Yo sonreí como un niño que iba a hacer la mejor travesura de su vida y le dije mis últimas palabras:

-Agradécemelo, vas vestida justo para ir a trabajar, pásalo bien y folla mucho.

Y de un portazo que hizo casi mover el marco cerré la puerta mientras que Sarah me imploraba volver a entrar, pero yo puse el equipo de música y me abrí una cerveza para brindar con mi yo interior. Sorpresivamente comencé a reírme, no como un loco sino como alguien orgulloso de sí mismo.

- ¡A tu salud, Jordan!-Dije en voz alta mientras que la música llegaba a mi corazón y activaba mis sentidos de músico.