KAPITEL 17: DIE VERFLUCHTE WAHRHEIT
Maratón día 1 (2/2)
Ahora si que sí, sabremos toda la verdad de Sarah...
COLIN
Cuando terminé de calmarme y respirar hondo como me había ordenado Jordan, él prosiguió con su explicación y yo me agarré aún más a mi asiento por temor a levantarme y cometer alguna locura:
-Verás tío, tu novia está metida en negocios realmente chungos.Ella, desde que cumplió la mayoría de edad, es dama de compañía de hombres de dinero. Ella se metió en esto porque sus padres no pudieron pagarle la carrera que quería en el sitio que ella quería, por eso ella se buscó otras salidas para conseguir el dinero que quería. De esa forma se hizo un nombre en el negocio hasta tal punto que ella se encarga de las chicas nuevas que entran en el negocio, diciéndoles con quién deben de ir, dónde deben de ir y proporcionarles una buena apariencia y vestimenta para agradar al contratante y así contratar de nuevo sus servicios cuando lo necesitaran.
-Pero...pero no puede ser...si ella provenía de una buena familia. El dinero no fue problema para ella...
-Eso es mentira tío, ella fue adoptada por una pareja de inmigrantes. Ellos precisamente no andaban muy allá de dinero, pero pudieron adoptar gracias a un contacto que tenían en la agencia de adopciones. Ellos llevaban muchos años queriendo un hijo, pero no pudieron tenerlo porque la madre adoptiva de Sarah recibió un balazo en el estómago cuando estaba trabajando. Ella era poli y sobrevivió a pesar de ello, pero se quedó estéril.
-¿Me...me estás diciendo que Sarah...aparte de ser dama de compañía...es una especie de madame?
-Exactamente tío, tiene un negocio chungo y ella, al ser la más antigua, es ahora la que más maneja el asunto. Aunque parece ser que no dejó de ser dama de compañía ahora ella elige de forma más selectiva con quién quiere estar. Además, ahí no acaba la cosa tío...
Temía lo que fuera a decir, ya estaba tan perdido que no sabía que más podría contarme sobre aquella desconocida que dormía en mi cama. Jordan me miró a la cara con gran pena y continuó hablando:
-La tía está forrada, tanto que te sorprendería. Ella no pagó el alquiler los últimos meses para que tú no sospecharas. Entre sus clientes hay varios presidentes y algún jeque árabe que están encaprichados con ella. Por lo que he visto, tiene varias cuentas en Suiza con cientos de millones de libras. Tío. Tiene varias mansiones esparcidas por el mundo...es una absoluta locura...
-Entonces, esos viajes que hacía de vez en cuando, ¿Era para...para encontrarse con esa gente?
Jordan asintió con tristeza, pero yo debía de saberlo todo. Era un trago horrible que debía de pasar a cambio de ser feliz a partir de ahora.
-Entonces no tiene familia en Irlanda, ¿Verdad?
-No tío, ahí tiene una de sus mansiones, pero familia...familia no tiene. De verdad que lo siento, pero debía de decírtelo todo, estuve investigando en profundidad para que no se me escapara nada. Estoy seguro que hay más, pero lo más importante es lo que te he contado.
Asentí dándole las gracias con la poca voz que tenía, sintiendo como la sangre iba abandonándome lentamente como si se evaporase. Ahora que lo sabía todo me venía la gran duda, ¿Qué me había hecho enamorarme de Sarah? ¿Qué era real y qué no? Lo único que tenía claro era que lo único real que había tenido con ella fueron mis sentimientos y eso me hacía pensar que yo había hecho las cosas bien y que no me arrepentía de nada. Yo no tenía nada por lo que sentirme culpable o mal porque era ella: todo este tiempo fue ella la causante de mi desgracia, de mis noches de insomnio pensando en porqué ella no me tocaba o me miraba igual que siempre. En porqué nuestra relación se había enfriado si yo siempre recordaba cada fecha importante y tenía detalles con ella.
Pero la respuesta era bien clara: yo no le había interesado o al menos no lo suficiente.
Le pedí a Jordan estar solo porque necesitaba digerir todo lo que me había contado, a lo que él me dijo que lo entendía pero que mañana me sacaría de mi casa para tomarnos algo a mi salud. Yo no podía estarle más agradecido a lo que había hecho por mí, dándome un gran abrazo y una tarjeta que miré con extrañeza. Cuando pregunté, me dijo:
-Es un estupendo cerrajero: ya es hora que esa rata se vaya a la cloaca de la que salió, ¿No crees?
Lo miré aún con la tarjeta, y le sonreí ligeramente. Mi voz, antes temblorosa, dijo con gran fuerza:
- ¿Sabes qué?, toda la razón.
Y entonces comencé a marcar el teléfono para que cambiasen la cerradura de la que ahora iba a ser mi casa. Tomé las pertenencias de Sarah y las guardé en las maletas y bolsas que tenía disponibles. Desde la ropa hasta los cosméticos o cremas, no deseaba nada que fuera de aquella maldita zorra. La rabia se había apoderado de mis sentidos y mis sentimientos se habían quedado sepultados en el fondo de mi corazón. Sé que lloraría por ella, pero ahora haría lo que debía de hacer.
Tras guardar todas sus cosas, el cerrajero no tardó en venir. Fue bastante profesional al no preguntarme las razones por las que cambiaba la cerradura y eso lo agradecía enormemente. En cuanto terminó con lo que vino a hacer, fui a pagarle, pero él me dijo con amabilidad:
-Jordan invita.
Y entonces se marchó con la caja de herramientas. Aquel tío no se merecía unas simples cervezas sino toda una vida invitándolo a cenar. Aquel tipo me había salvado la vida y estaría eternamente agradecido. Tras cerrar la puerta y colocar las maletas y bolsas en el descansillo de casa, miré la guitarra reposar en la pared. Me había pedido el tiempo libre y técnicamente la academia estaba abierta. No me lo pensé dos veces y me fui camino a los brazos de la única que parecía consolarme: la música a manos de Alexa.
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