ALEXA

Hoy era un día libre para mí y como tal me merecía un día en soledad. Aprovecharía que la obsesa de la limpieza de Hanna no estaba pululando por casa porque ella tenía que estar en el estudio de tatuajes. Pero por su cara risueña y sus mejillas sonrosadas, no le parecía nada mal tener que trabajar, lo que me hacía sospechar que tendría una visita de su admirador.

Parecía que el tema de Adam no rondaba demasiado por su cabeza, lo que me hacía tener esperanzas de que lo olvidase pronto, pero aún lo seguía queriendo, aunque ella no lo admitiese. Mientras duerme, lo menciona cada noche mientras se abraza a un peluche deshilachado que era de cuando ella era una cría. Esperaba que aquel tipo la hiciera salir de aquella espiral que le provocaba tanto daño.

Había desayunado con una enorme sonrisa ya que el día iba a ser como yo quería. Una buena maratón de películas, la despensa llena de patatas y chucherías varias, el cajón del congelador a rebosar de helados, ¿Qué más necesitaba para ser feliz?

Y entonces el teléfono vibró indicando un mensaje. El corazón se me paralizó en la caja torácica recordando el mensaje de aquel desconocido del que no tenía idea, pero él parecía saber bastante de mí. Temía que el pasado me alcanzase y me hiciera la vida imposible de nuevo ahora que mi vida estaba encauzada y lejos del ojo público.

Pero era Adam.

- "Hola panterita, quiero verte para comentarte una cosa genial, pásate por mi apartamento"

Adam

- "¿Crees que voy a caer en tu trampa?¡Ni en broma piso por allí, podría pillar algo malo!"

Alexa

- "Lo único que podrías pillar aquí es una noche inolvidable conmigo"

Adam

- "Desde luego, no iba a olvidar esa desastrosa noche"

Alexa

- "Uhm...me gusta esa boquita que tienes..."

Adam

- "Y yo odio las pintas de surfero pijo que llevas"

Alexa

- "Ven a mi departamento y te prometo que no te arrepentirás y tranquila...viene Doris"

Adam

- "Más te vale que no me mientas porque te juro que te mataré"

Alexa

-"Te espero, panterita J"

Adam

Admitía que el mensaje críptico de Adam me había dejado un tanto curiosa y sabía bien que la curiosidad y yo éramos enemigas naturales. Cuando algo me causaba la mínima curiosidad, no paraba hasta conseguir más, así que, si no iba a averiguar más sobre el tema, mi salud estaría en riesgo.

Decidí ponerme algo cómodo y tomar mi bici para evitar el tráfico de los coches y de las personas que caminaban por la calzada. Hacía un tiempo estupendo y estaba en consonancia con mi buen humor.

Mis piernas pedaleaban con fuerza para acabar cuanto antes con aquella reunión. Al menos Adam no se había ido de la lengua con respecto al incidente en casa de Hanna y al menos ese problema no me pesaba demasiado.

Aparqué debajo del edificio de Adam poniendo la cadena en la rueda; nunca se sabe si un chorizo puede atacarte y llevarse tu medio de transporte ecológico. Tras tocar la puerta, Adam abrió y su mandíbula se desencajó hasta rozar literalmente el suelo. Pero yo pasé al interior soplando con irritabilidad...hombres...

-Madre mía...panterita... ¿Cómo vienes a verme así?

- ¿Cómo? ¿Vestida acorde al tiempo que hace?

-Buf...estás impresionante-Dijo Adam mientras se iba acercando peligrosamente a mí, pero mi mano se puso en su pecho con firmeza para detenerlo, ¿Dónde coño estaba Doris?

- ¿Dónde está Doris, Adam?

-Aún no llegó, pero está a punto. De mientras podemos hacer...lo que tú quieras-Me dijo susurrándome al oído y yo tuve que darle un buen guantazo y advertirle:

- ¡Se acabó Adam, ya te dejé bien claro que eres mi amigo y nada más!

- ¡Los amigos también hacen otro tipo de cosas, Alexa!

- ¡Será en tu idioma porque en el mío eso es impensable, eso deja de ser amigo para ser amante y no quiero eso!

La puerta sonó e interrumpió nuestra discusión. Miré a Adam mientras iba a abrir y le dije en tono realmente molesto:

-Más te vale que sea Doris...

Y el rostro de mi gran amiga y compañera de trabajo asomó con una mueca llena de molestia. Al ver que de mi cabeza salía literalmente humo, ella se aventuró a preguntar:

-Adam, ¿No habrás acosado a Alexa?, ¿no?

Él se quedó mudo, pero al ver mis brazos en jarras y mi expresión de enfado monumental, ella enseguida supo y se llevó una buena colleja de parte de Doris. Él se quejó como un niño que lo regañan delante de sus amigos y Doris y yo chocamos nuestras manos en señal de fraternidad.

-Bueno, ¿No tenías algo que decirnos? -Dije intentando cambiar de tema para poder irme a casa y pasar el resto del día sola.

Adam cambió su rostro a uno visiblemente emocionado, ¿Qué rayos pasaba?

- ¡Hay un concurso de jóvenes talentos en la ciudad y el premio es grabar un disco!

La bomba calló con fuerza haciéndome tambalear. Mientras que Doris y Adam gritaban de alegría, yo me sujeté al respaldo de mi asiento sintiendo como mi estómago se contraía. Por culpa de mi situación del pasado, el sueño de grabar un disco se vió truncado, pero ahora, de nuevo la posibilidad se volvía a abrir.

Pero el miedo volvió y más al tener la sensación que alguien me estaba espiando.

Adam y Doris vieron mi cara cubierta de angustia y me tomaron de los hombros visiblemente preocupados. La voz de Doris hizo que mi burbuja explotara:

-¡Eh Alexa!¡Respira, estás temblando!

Pero yo no podía respirar, no podía alegrarme como ellos porque había probado el veneno de la fama. Pero lo que uno ama, aunque sea lo que te mate o te condene, lo haces sin pensar en las consecuencias.

Iba a hundirme de nuevo en la mierda y lo sabía bien, pero renuncié a mucho en el pasado. Pero esta vez, no tenía 17 años ni estaba sola; ahora tenía una banda de verdad a mi lado que eran amigos de verdad.

Me levanté del sofá con una gran determinación en el pecho y miré a Adam y Doris por separado. Entonces, dije aquello que todos deseaban oír:

-Vamos a ir a ese concurso, vamos a ganar y vamos a grabar un jodido disco.

Los gritos de mis dos amigos se escucharon con tal fuerza que los vecinos comenzaron a golpear las paredes, pero no nos importaba. Habíamos despegado hacia nuestro destino y, a pesar de que sería duro, iba a ser gratificante.