KAPITEL 12: EINE NEUE PUMPE
COLIN
Tras salir del trabajo, fui a casa con el plan de mi amigo en la cabeza. Jordan estaría fuera del restaurante donde iría con Sarah esta noche y me daría un aviso cuando todo estuviera correctamente instalado en su teléfono.
El plan era que, cuando ella fuera al baño, yo tomara su teléfono y, con un lápiz de memoria que tenía instalado un programa, conectarlo con un cable a su teléfono. Una vez instalado en su móvil, yo tendría total acceso al interior del dispositivo y, para poder tener tiempo para hacer todo aquello sin que Sarah me pillase, una amiga de Jordan se ofreció a echar una mano para entretener a Sarah en el baño y así tuviera tiempo suficiente.
Todo quedaba muy claro pero los nervios amenazaban con echar hacia atrás el plan, pero eso sería posponer la agonía y yo quería vivir tranquilo por fin.
Sarah hoy salía un poco más tarde, lo que me daba un tiempo bastante necesario para relajarme y pensar en lo que tenía que hacer esta noche. En cuanto llegué a casa, mi vista voló a mi guitarra que descansaba en su soporte en la esquina del salón. Su color azul eléctrico y sus curvas redondeadas me hacía compararla con el tipo de mujer que me gustaba: con curvas, que me hiciera vibrar, suave pero ruda cuando tiene que serlo, sexy y dulce, armoniosa y melodiosa. Al ver aquella guitarra, me daba cuenta que Sarah no contaba con todos los requisitos que yo necesitaba en una mujer: ella era dulce pero no tenía la personalidad fuerte que me gustaría en una mujer, era sexy y dulce, pero admitía que hacía tiempo que no me hacía vibrar con sus frías caricias. Sus curvas eran suaves, pero era demasiado delgada para mi gusto: demasiada dieta para mi gusto que provocó que ella tuviera una delgadez bastante elevada.
En cuanto a su vestimenta no me apasionaba, le faltaba un toque diferente que la hiciera ser diferente al resto, pero ella en apariencia era como todas las mujeres que te encontrabas en la discoteca un sábado por la noche.
Me senté en el sofá con mi guitarra entre las manos y sin pretenderlo, el rostro de Alexa me vino a la mente. Admitía que inscribirme en aquellas clases me había abierto una puerta que creía cerrada desde hacía mucho tiempo. Era cierto que las primeras clases eran horribles bajo la mirada inquisitiva de Alexa, pero conforme las semanas fueron pasando, las sensaciones que me provocaba tocar la guitarra en su presencia eran realmente magníficas.
Tenía una boca afilada pero lejos de desagradarme me hacía reír en muchas ocasiones. Su humor negro y cínico mezclado con el encanto de su presencia hacía que fuera una mujer fuera de serie y eso era más que evidente viendo las miradas que le dedicaban los hombres que pasaban por su lado.
Pero a pesar de su belleza y su talento, ella no tenía el ego subido, sino que era humilde y aceptaba las críticas que se les daba con una gran educación. Desde luego tenía más en común con ella que con mi novia de toda la vida...
Y eso era preocupante.
Tras tocar algunas notas que se me iban ocurriendo, una canción iba saliendo de mis dedos. Tomé un bloc en blanco y fui garabateando las notas dispuesto a enseñárselo a Alexa en la primera clase. La música cada vez formaba más parte de mi vida y el ser profesor de historia del arte cada vez se me hacía menos atractivo. Deseaba sentir los focos bajo mi piel, el calor del público, las vibraciones de la música ondeando por mi interior, la emoción del momento...
Todo aquello a lo que había renunciado Alexa sin apenas explicación. Estaba claro que en su vida había escándalos, pero como cualquier músico o personaje público. No sabía cuál fue el detonante de que ella tomara aquella decisión, pero desde luego no iba a quedarme de brazos cruzados.
Ya que quedaba un rato para que viniera Sarah, tomé el portátil y comencé a buscar información acerca de Alexa Assel.
Justo cuando escribí su nombre, una nota de prensa bastante perturbante me llamó la atención:
"Anthony Carles, reputado productor musical, ha sido detenido esta mañana por encontrar material pedófilo en los archivos de su ordenador y móvil personal. Su mujer ha sido la que ha descubierto su oscuro secreto, descubriendo que todo ese material de pedofilia tenía que ver con chicas menores que estaban inmersas en el mundo de la música. Por lo que se cree, este hombre abusaba de ellas a cambio de grabar un disco que supondría el despegue de sus carreras, pero parece ser que ese hombre no se contentaba con un no. El número de violaciones en los últimos 8 años asciende a unas 50."
Joder...joder Alexa...no me jodas....
"Entre el material encontrado, se ha encontrado a Alexa Assel, una cantante de origen alemán cuyo estrellato le vino a una temprana edad gracias a la mujer de Anthony, la cual era su profesora de música en la escuela para talentos de su país. Por desgracia, aunque ella intentó que la gente creyera que fue abusada por Anthony y no que ella fuera la que se le insinuó por firmar su contrato, nadie la creyó hasta que la propia mujer de él descubrió absolutamente todo. Pero a pesar de sus esfuerzos, Alexa ha renunciado a todos y cada uno de los contratos y conciertos que había firmado para este año y el próximo, viéndose obligada a pagar enormes sumas de dinero para desaparecer del ojo público de forma permanente"
Cuando escuché el sonido de llaves procedente del exterior, cerré el navegador y borré el historial para que Sarah no sacara conclusiones extrañas. Al verme sentado en mi escritorio con mi ropa elegante, Sarah no pudo evitar sonreírme:
- ¡Vaya, que elegante! A tu lado voy a parecer que vengo de limpiar...
-No hace falta que te pongas muy elegante; es día de semana y mañana trabajamos por lo que no tenemos mucho tiempo.
- ¡Oh vaya cariño, no despliegues tu encanto tan deprisa que me derrito! -Exclamó Sarah pletórica de sarcasmo.
Parecía que había venido de buen humor, pero yo, tras saber lo que iba a hacer esta noche y lo que había averiguado acerca de Alexa, no podía parar de darle vueltas a la cabeza. Estaba haciendo esfuerzos titánicos para poder poner buena cara, aunque me sentía con ganas de ir a por aquel hijo de puta que se atrevió a tocarle un pelo a Alexa.
Estaba claro que ella y yo íbamos a hablar justo cuando solucionara el tema de Sarah. Lo bueno es que ella no me hizo esperar, saliendo con aquel vestido rojo que se compró para nuestra primera cita. Aquella imagen no me ayudaba porque me recordaba un pasado feliz, pero tenía que ser fuerte y no flaquear. Si realmente ella no tenía nada que esconder, esta noche lo averiguaría.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro