Capítulo único
Ahí estaba cerca del volcán de la Isla Kanon, se había enterado hace poco por medio de Asmita lo que ocurrió con su gemelo Aspros. Desde el momento que Deuteros fué manipulado con el satán imperial de Aspros y como fué liberado por el caballero de Virgo.
Estaba preocupado por él, desde la batalla contra los Berserkers pudo comprender que no era una mala persona, sino que en el fondo se encontraba un alma muy sincera y con gran devoción a su gemelo.
Esa ocasión Degel pidió salir del santuario con el pretexto de ir a visitar su Tierra natal, pero no fue así, las dudas lo tenían al borde de sus pensamientos, el ruso fué el primero en conocerlo y además gracias a ese encuentro inesperado comenzó a confiar, después de vivir en completa soledad solo por ser la sombra de su gemelo.
— Bien aquí vamos— Degel respiró profundo, desconocía la manera en la que "El Demonio" lo recibiría.
Sujetó muy bien con ambas manos su Pandora Box y comenzó a caminar en ascenso hasta donde estuviera Deuteros.
Mientras subía recordaba las palabras de la gente del lugar, sobre todo cuando intentaba saber sobre el paradero del moreno, la gente al escuchar la palabra "Demonio" corrían por sus vidas, muchos hablaban que ese fenómeno que habita ahí es un ser que es para temer...
Después de subir hasta donde se suponía que estaba aquél gemelo, comenzó a caminar en esa obscura cueva siniestra, con huesos por doquier... Poco a poco esa cueva lo iba guiando hasta llegar a una parte donde se podía apreciar la lava del volcán.
— Impresionante— Se asombró al poder observar esa maravilla del cual solo tenía conocimiento por medio de sus libros.
— ¡Que haces aquí!
Rápidamente Degel buscó con su vista de donde provenía aquella voz tan gruesa que se volvía más intimidante por el eco del lugar.
— ¡Estoy buscando a Deuteros!— Gritó. Intimidado no se sentía, siempre ha sido un guerrero implacable que no se doblega ante el enemigo.
De pronto observó como la lava del volcán comenzaba a elevarse de manera impresionante sobre él, pero rápidamente pudo protegerse con su Freezing Shield.
— Creo que nuestros encuentros siempre serán del mismo modo... Degel— Respondió una voz a lo lejos.
— ¿Deuteros? — Preguntó nervioso, no sabía como sería después de lo que pasó con Aspros. Esperaba que no haya cambiado mucho. Los pasos fueron escuchándose cada vez más cerca.
— Degel — Respondió en un susurro —¿Que haces aquí?— Esa voz hizo que Degel sintiera una extraña sensación recorrer por toda su espina dorsal porqué justamente lo tenía detrás de él.
— Necesitaba saber como estabas después de lo que pasó... Además supe que estabas aquí porque algunos santos han mencionado que acuden a ti, con el propósito de volverse más fuertes, pero nadie lo logra— Cerró los ojos y dio un gran suspiro, aún no lo tenía enfrente y sentía como sus respiración estaba cada vez más cerca de él— Sinceramente me preocupé por ti— Esto último lo dijo sin pensar.
— Pensé que jamás te volvería a ver... ¿Sabes? Siento un gran profundo respeto por Asmita, por el patriarca, incluso por Sísifo... Pero a ti — Contestó mientras quedaba frente al caballero de Acuario— Jamás te haría daño alguno.
Degel no supo que decir, asombrado se perdió en esa mirada de Deuteros. Esas últimas palabras lo dejaron perplejo. Ni siquiera Kardia que es su gran amigo y compañero, ha sido tan directo como aquél géminis de la desgracia.
— ¿Porqué me dices eso?— Fué lo primero que se le vino a la mente.
— Porqué es la verdad— Contestó muy seguro.
Deuteros tomó la Pandora box de Acuario y la llevó en sus hombros, después le hizo una seña a Degel para que lo siguiera.
Fueron adentrándose más a ese lugar hasta llegar a un lugar escondido donde Deuteros tenía algunos alimentos, junto con algunas frazadas que quizá usaba en las noches para dormir.
— Aquí es donde me la paso siempre, controlo la lava del volcán con mi cosmos — Deuteros le indicó a Degel que tomara asiento en alguna parte de las rocas del lugar.
— La gente de esta Isla corre al mencionar al demonio del volcán. Dicen que eres capaz de tomar a las personas por comida— Respondió con la mirada al suelo, no podía creer todo lo que decían las personas que habitan en el pueblo.
— No creo conveniente responderte esa pregunta, pero te lo vuelvo a repetir... Jamás te haría daño, Degel. Claro que si no te sientes a gusto, puedes irte... No te diré nada malo, comprenderé tu temor.
— No pienso irme solo porque sienta temor Deuteros... No lo tengo. Solo que se me hace increíble la manera en la que la gente del pueblo te tiene catalogado— Contestó Degel mirando al gemelo a los ojos. Se había dado cuenta que su semblante era otro, se había vuelto más inexpresivo, serio, con una mirada intimidante... Su sola presencia es capaz de hacer sentir una miseria al contrario.
— No tengo trato con alguien de ellos, tomé la decisión de convertirme en un demonio y es lo que pienso hacer.
El francés comprendía que lo hacía para volverse más fuerte, lo había prometido después del suceso con Aspros.
— Deuteros... ¿Alguna vez has pensado en regresar al santuario? La casa de géminis está sin guardián.
— Es la armadura de mi hermano, ya llegará el día que tenga que portarla... Cambiando de tema, ¿Puedo hacerte una pregunta? — Cuestionó nervioso, sinceramente tener de cerca a Degel no le molestaba en absoluto más bien era como una grata compañía para su soledad. Como si el sol iluminara los lugares más obscuros, brindando calor y aunque Degel fuera caballero de los hielos, era una sensación de satisfacción para el de piel morena.
— Dime.
Deuteros cerró sus ojos y le dio la espalda al caballero de Acuario, tomó aire suficiente — ¿Que es amar Degel?.
El francés se quedó asombrado ante esa palabra, el no ha experimentado ese sentimiento. El simple hecho de entrenar para ser caballero limitaba muchas cosas, entre ellas amar a alguien más.
Cerró sus ojos para poder responder— No lo sé a ciencia cierta, he leído muchos libros pero jamás se compara ese sentimiento con las palabras, como el deber de caballeros no podemos tener ese privilegio— Era cierto, él no ha experimentado aún, recordaba el tiempo que vivía en Blue Graad y siempre adoró la compañía de la señorita Seraphina. Kardia ha sido su amigo más cercano desde que el patriarca le otorgó el trabajo calmar el fuego de su corazón, pero nunca ha tenido el gusto de conocer ese bello sentimiento que la gente se profesa.
— Vivir en completa soledad me ha hecho cuestionarme a mi mismo, sobre varias cosas... Entre ellas el amor. Observo desde lejos como los habitantes de esta isla, disfrutan de la compañía de otros, tengo la curiosidad de saber más de ello. Pensé que me lo podrías responder, eres muy cercano a Kardia— Contestó Deuteros mirando a otra dirección, era muy confuso todo esto para él. Un sin fin de emociones inexplicables comenzaba a albergar su corazón.
— No sé porqué todo mundo piensa que entre Kardia y yo hay algo, solo somos amigos muy cercanos por su problema del corazón— Respondió seriamente.
Deuteros al escuchar aquello se acercó lentamente hasta su objetivo, quería sentir más... Algo que lo obligaba hacerlo.
— Degel, no me odies después de hacer esto.
— Hacer...— No terminó de hablar.
Deuteros se había acercado lo suficiente y tomó del mentón a Degel y de forma tímida acercó sus labios con el contrario para poder sentir aquel sentimiento del cual ha tenido curiosidad.
Degel por su parte no podía creer lo que estaba pasando, ese beso que fué de una manera sutil, despertaba esa sensación de querer más.
Lentamente rompieron ese momento por falta de aire— Eso fué... Lindo— Susurró Degel con una sonrisa.
Deuteros no dijo nada comenzó a perderse en aquellos ojos violetas que solo lo observaban a él, dichoso se sentía por sentir la calidez del contrario... Sentirse amado tan solo una vez después de la desgracia de su destino.
Tomó la mano del caballero de Acuario y lo colocó cerca de su pecho, a la altura de su corazón, Degel sentía los latidos del contrario, como si intentara decir algo.
— No tengo nada que ofrecerte Degel y no sé que sea amar, pero de algo estoy muy seguro... Que esto que siento por ti es real, es todo lo que soy. Daría lo que fuera por que nuestros destinos fueran otros, que pudiera demostrarte este sentimiento que te ofrezco día a día — Deutero se sintió más aliviado al confesar aquellas palabras a Degel, naturalmente salieron de su más profundo pensamiento.
— Para ser mi primer beso me gustó, gracias Deuteros, quisiera decirte lo mismo pero nuestro destino siempre será así. Pronto se desatará la Guerra Santa y podemos perder la vida en cualquier momento... Incluso tu también— Degel tomó con delicadeza el rostro del gemelo menor.
— Entonces no te vayas... Quédate esta noche a mi lado, si es la única vez que nos veamos, quiero disfrutar cada segundo a tu lado — Deuteros se acercó al ruso, lo tomó entre sus brazos y lo llevó hasta una parte más escondida de la cueva. Con algunas frazadas y cobijas que tenía para pasar sus noches en ese lugar. Acostó lentamente a Degel y nuevamente se acercó para poder besar esos labios del cual disfrutaba cada momento...
Degel correspondía al beso mientras tocaba el torso y el vientre del contrario.
Un beso que fué cediendo a más caricias, Deuteros poco a poco le retiraba las prendas mientras bajaba al cuello del contrario. Para ser la primera vez de ambos, no estaba mal, simplemente se dejaban llevar por sus sentimientos y las nuevas sensaciones que experimentaban ante los estímulos que se brindaban
Los besos fueron más intensos, Degel se aferraba en la espalda del demonio dejando marcas muy notorias de rasguños. Deuteros al sentir ese contacto no pudo evitar morder su cuello, después le susurró:
— Eres mío.
Degel sintió como su cuerpo reaccionaba ante las caricias y palabras, sensaciones que jamás se imaginó experimentar. No era lo mismo leer poesías románticas y eróticas, que disfrutar de la entrega de ambos amantes.
— Deuteros...— Gritaba al sentir aquellas caricias que encendían más sus ganas de querer más.
Su cuerpo se arqueaba al sentir besos húmedos bajando hasta su intimidad, recorría lentamente cada rincón de esa piel nívea, rogando que jamás acabara.
Sus movimientos inexpertos los fueron ayudando a ambos para conocer y descubrir lo que más les gustaba, caricias más demandantes. Deuteros se sentó, tomó a Degel de las manos y lo fué guiando para que se posicionará frente a él.
Con un poco de dolor mezclado con la esencia del placer fueron uno solo en ese momento. Sus cuerpos aperlados por el sudor del momento, ambos reflejaban una danza erótica, Degel abrazaba con fuerza al gemelo menor mientras sentía como tocaba el cielo entre cada movimiento que Deuteros le brindaba.
Amaba ese suave aroma que el francés desprendía de su cuerpo, besaba cada rincón de su piel suave entre cada movimiento. Sonidos obscenos inundaba la cueva, gritos y gemidos por la satisfacción total al llegar ambos a su más esperado orgasmo, Degel liberándose entre ambos vientres al sentir como liberaba su esencia el moreno dentro.
Trataban de regular sus respiraciones, Deuteros salió lentamente de su amado y se acostó justamente detrás de él abrazandólo con infinita ternura.
— Gracias por este momento Degel — Susurró cerca de su oído mientras tomaba un mechón verde y depositó un beso.
— Este momento jamás lo olvidaré Deuteros — Respondió Degel pero poco a poco fué cerrando sus ojos mientras Deuteros lo abrazaba, así es... Amaba cada rasgo de Degel, no negaba que esa ocasión cuando lo conoció, cayó en sus encantos. Ahora estaba durmiendo en sus brazos. Aunque solo fuera unos momentos, pudo sentir realmente lo que es amar y necesitar a alguien de esa manera.
A la mañana siguiente, Degel despertaba lentamente... Pero Deuteros no estaba, notó que lo dejó muy bien arropado con varias frazadas y fruta a lado de él.
— ¡Deuteros! — Llamó pero nadie respondió.
Después de varios minutos Degel se vistió, tomó algunas frutas que el moreno le dejó y tomó su Pandora Box para salir de la cueva, sin embargo Deuteros iba llegando, despertando misterio, Degel quería saber que escondía detrás de su espalda.
— Antes de que te vayas Degel, quiero entregarte esto— Deuteros extendió su mano mostrando las flores que escondía detrás de su espalda. Un ramo sencillo con flores del lugar... Se había despertando antes que el francés para poder hacerle un pequeño obsequio antes de que regresara al Santuario.
— Por esa razón no te vi cuando desperté.. Son hermosas Deuteros, gracias— Degel tomó las flores y aspiró el suave aroma que desprendían — Creo que ahora podré responder tu pregunta Deuteros— Se fué acercando hasta quedar muy cerca del moreno— Amar es... Aquel sentimiento que no puedes ver, pero puedes sentirlo con esa persona que es capaz de dar todo por ti, sin importar el destino.
—Si por mi fuera no te dejaría ir de mi lado, pero nuestros destinos están escritos así en nuestras vidas... Solo te pido que cuando pase la Guerra Santa, no mueras— Deuteros bajó su mirada, tratando de esconder su tristeza.
— Yo te pido lo mismo... También tendrás que tomar tu lugar cuando eso suceda... No mueras— Degel tomó su rostro limpiando una de las lágrimas que recorrían el rostro del moreno.
Lentamente se fueron acercando para darse un beso tímido pero sincero.
Usó la técnica de la Otra Dimensión para poder llevar a Degel lo más cerca al Santuario y pudiera regresar sin problema alguno.
Llegaron a un lugar muy solitario, cerca del Santuario para que Deuteros no fuera visto por los demás.
— Hemos llegado, Degel... Cuídate —Deuteros abrazó con fuerza al francés algo en su interior le decía que era la última vez que se verían.
Degel correspondió aquél cálido abrazo, el gemelo menor se perdió en esos destellantes ojos violetas y lentamente se acercó a los labios del contrario para poder disfrutarlos por última vez. Un beso con muchos sentimientos encontrados y que en realidad eran correspondidos.
Fué el momento de regresar para Deuteros, usó la otra dimensión para volver al volcán, mientras Degel lo observaba.
— Adiós Deuteros— Dijo en un susurro y tomó su camino a la entrada del Santuario.
Pasó el tiempo desde aquél día, la Guerra Santa había comenzado... Sus compañeros ya habían caído en batalla muriendo con honores.
Alone había elevado Italia al Lienzo Perdido y esa ocasión Degel se había encontrado con Tenma quien pedía gritos volverse más fuerte.
Recordando al gemelo menor, lo envió con él... Sabía que Deuteros podría ayudarlo en su propósito.
Justamente ese día Sasha le pide que vaya a Blue Graad por el Oricalcos de Poseidón.
Estuvo por mucho tiempo buscando en su biblioteca la información que necesitaba, el aire comenzaba a tornarse más denso y notó que el volcán estaba impaciente.
— Deuteros— Susurró con tristeza y prosiguió con su búsqueda en la biblioteca.
Partió con la compañía de Kardia quien ansiaba tener un rival capaz de encender su corazón en llamas. Cuando llegaron enfrentó a Radamanthys, seguido de Degel quien tuvo que sacrificar su vida para evitar el despertar de Poseidón, quedando atrapado con la señorita Seraphina para siempre...
Deuteros quien había dejado a Tenma después de lograr su cometido y después de hablar con Asmita y renegando que ni muerto dejaba de sermonearlo, regresó a la cueva del volcán y sintió que el cosmos de Degel desaparecía... Dirigió su vista al mar, preocupado, lo sabía... Degel murió en batalla.
《Degel》
Gritó con todas sus fuerzas, y dejando caerse al suelo abatido por ello. Se fué... Aquél que fué capaz de darle la confianza de creer... Aquél que amó con todo su ser.
Ahora solo le quedaba seguir en batalla, Asmita se lo había dicho... La guerra Santa apenas comenzaba...
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Lo sé, me ha encantado este par, no dejo de querer a Kardia con Degel pero también Degel y Deuteros merecen una oportunidad y una historia.
Espero que les guste... Jamás me había nacido escribir tantas palabras, pero es de corazón.
Sin más me despido y nos seguimos leyendo en mis demás historias... Los quiero y gracias por seguir mis historias.
🥰🥰🥰🥰
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