Tres
Cuando Jisung abrió la puerta de su casa, no le sorprendió escuchar voces provenientes de la cocina. Suspiró mientras entraba, descolgándose la mochila del hombro y empezando a arrastrarla hacia las escaleras que conducían a su habitación.
Su madre y él vivían en un departamento pequeño, por lo que sin tantos pasos llegó hasta su cuarto, tirando la mochila en un lugar aleatorio. Estaba demasiado cansado para colocarse a hacer tarea en ese momento.
Saltando sobre su cama, se acostó boca abajo sobre la almohada.
Gruñó un tanto irritado al escuchar la estridente risa entremezclada de Jihyo y Minho. Sabía que la hora de la comida estaba bastante cercana y tendría que bajar a comer junto a ellos.
Si tan solo no oliese tan bien lo que sea que estuvieran cocinando, Han podría inventar la excusa de que no tenía un aroma tan apetitoso, pero era imposible zafarse de la situación. Conocía a Jihyo lo suficiente para saber que era capaz de arrastrarlo hasta la cocina solo para evitar que se saltara las tres comidas diarias.
Desde el inicio de la semana, sin importar lo que estuviese haciendo, Jisung sólo tenía pensamientos de Minho (y no precisamente buenos). Han le guardaba demasiado recelo, desconfiando demasiado de aquel hombre, aparte de ser incapaz de olvidar lo que había ocurrido en el auto y en el comedor.
—¡Cariño! —escuchó gritar una voz desde un piso abajo, con un tono jovial y alegre—: baja de una vez, la comida está lista.
Han exhaló, mientras sacaba su pastillero y tragaba uno de los supresores. Después de la recomendación y advertencia de Hyunjin, se sentía menos confiado cada vez que tomaba aquella medicina.
Temía que su gen omega terminara traicionándolo.
Luego de cambiar rápidamente su uniforme de la escuela por una sudadera amplia y unos shorts oversize, optó por bajar las escaleras mientras contenía la respiración ante los nervios.
La cocina estaba a unos pasos, los cuales se sintieron eternos por el golpeteo ansioso de su corazón. No tenía un buen presentimiento en lo absoluto.
—Oh, Jisung, ven cariño. Tu comida ya la sirvió Minho, puedes sentarte. —La reconfortante voz de su madre se escuchó a unos pasos de él. Cuando Han la contempló, se topó con su sonrisa reluciente.
No le costó demasiado notar al alto pelinegro a su costado, quién dejó un cuchillo sobre una tabla. El alfa tenía las mangas de su impoluta camisa arremangadas, dejando sus brazos a simple vista.
Jisung quiso abofetearse con un pez cuando le pasó el pensamiento de que no se veía mal.
—Gracias... —mencionó, inclinándose brevemente al novio de su madre por simple educación.
Jaló de la silla para sentarse, mientras observaba con cierta curiosidad el platillo del cual no tenía ni duda de que había sido preparado por Minho. Jihyo nunca hacía ese tipo de comidas.
El omega tuvo que admitir que tenía un sabor realmente delicioso luego de probarlo.
—¿Y bien? ¿Cómo está, mmm? —preguntó el hombre, quien se sentó frente a él del otro lado de la mesa, dejando el lugar a su costado para su madre.
La mesa no era grande, por lo que retrajo sus piernas sin pensarlo demasiado y luego, alzando una ceja, dejó el tenedor en el plato; dándole un rápido vistazo a Jihyo, quien se encontraba ocupada buscando algo de la alacena.
—No está mal. —Respondió con un tono plano, volviendo a agarrar su cubierto. Pensó que sonaba demasiado seco, por lo que tragando un bocado, continuó—: ¿Siempre has sabido cocinar?
Jihyo llegó en ese momento, sentándose a su lado mientras colocaba algunos recipientes de lo que Jisung suponía eran especias.
—Algo así, cocinar reduce mi estrés. —El pelinegro cortó con suma elegancia un trozo de carne, mientras llevaba el tenedor hasta su boca.
Han retiró la vista de aquella escena cuando se percató de lo húmedo que estaban los labios del alfa. Y luego de ello, continuó en silencio por varios minutos, mientras su madre retomaba la conversación.
—¿Entonces Hyunjin y tú se conocían desde antes? —Jisung no estaba prestando atención a su plática, pero aquello llamó su atención, mirando en dirección a ambos adultos.
Minho ladeó levemente su vaso de agua en ambas direcciones contrarias, pensando en su respuesta.
—De cierta forma. Fuimos a la misma universidad, pero nunca fuimos amigos, solo conocidos. —Contestó, mientras alzaba las comisuras de sus labios que desde la perspectiva de Han lucía como una acción muy ensayada.
Jihyo asintió, con una expresión indescifrable.
Han empezaba a sentirse incómodo estando ahí. Repentinamente el ambiente se había puesto bastante tenso, por lo que empezó a atragantarse con la comida, tomando bocados cada vez más grandes. Solamente quería salir de ahí.
Ante eso, su madre le miró con el ceño fruncido, un tanto asqueada; y frente a él, Minho lo contempló con diversión impresa en los ojos. Con una sonrisa fantasmal tirando de sus labios. Jisung optó por ignorarlo, mientras arrancaba otro pedazo de carne y llevaba el último trozo hacia su boca. Minho dejó de contemplarlo, y aquello Han lo notó.
Y en seguida, el alfa pareció acomodarse mejor en su asiento, removiéndose brevemente sobre la silla.
Aquella fue la segunda vez por la que casi se atraganta en la comida: sintió el roce de la tela de un pantalón de mezclilla sobre su piel desnuda. Debido a que estaba sentado, los shorts que se había puesto se habían subido por encima de sus rodillas y Jisung era capaz de sentir el calor de Minho.
Han tragó saliva con dificultad, estando inseguro si alejar su pierna. Con un vistazo observó al pelinegro, quien bebía de su vaso inmutado y parecía no percatarse del toque entre sus piernas, incluso aunque él fuera el culpable.
Jisung se planteó seriamente levantarse o pisarlo, pero el toque no le molestaba porque no sintió la necesidad de alejarse.
Culpó a su gen omega de aquello.
—Cariño, ¿todo bien? —preguntó su madre a su costado, observándolo un tanto preocupada. Han la miró, asintiendo con suavidad y haciendo el esfuerzo de sonreír. —No sé por qué, pero noto un olor de algo dulce, ¿curioso, cierto? Estamos comiendo un platillo totalmente salado. —Jihyo rió leve, para luego cortar otro pedazo de carne.
Minho simplemente hizo un sonido estando de acuerdo, dándole una última mirada a Jisung y retirando su pierna, dejando una sensación fría. Han estaba por celebrarlo mentalmente cuando sintió algo húmedo en su muslo. Húmedo y caliente.
Sintió sus mejillas sonrojarse y dejando los cubiertos sobre el plato vacío, exhaló profundamente. Jisung sabía, incluso si no lo miraba directamente, que Minho sonreía.
¡surprise!
ya sé, ya sé, pido perdón por
tenerlos abandonados con esta
historia, trataré de traer más
capítulos pipipipi
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