El moreno esperaba pacientemente en la mesa, tal y como su mayor le había indicado; pero se moría de gansa por saber que era aquello que quería enseñarle. Cuando se lo dijo, su rostro parecía mostrar la mayor preocupación y nerviosismo posibles, como si temiera por la reacción que tendría él por lo que fuera que quisiera enseñarle.

De pronto, Yoongi entró en la sala. Ambos amigos se miraron extrañados y al ir a preguntar por la razón del otro para estar allí, lo hicieron al mismo tiempo. El mayor se sentó frente a él en la larga mesa vacía de aquel salón de la mansión. Se miraban intentando averiguar la razón del otro para estar allí, pero sin responder ninguno de los dos.

- ¿De verdad te le encontraste? - Namjoon giró su mirada hacia la puerta al escuchar a Seokjin. Yoongi hizo lo mismo aunque no reconocía la voz, solo por curiosidad.

- Te lo prometo hyung. Nos chocamos y le dije que viniera, pero no viene - Aquella voz no era conocida por ninguno de los dos pero sonaba más infantil y dulce.

- ¿Cómo dijiste que se llamaba? Es un pueblo pequeño, pero tal vez podamos averiguar que pasó con él - aquella voz si que atrajo la atención de Yoongi, que susurró el nombre de su dueño.

- Taehyung. Kim Taehyung. Me acuerdo bien. Pero ¿qué podemos conseguir con su nombre?

- ¡Taehyung también! - el mayor de los dos sentados en la sala se levantó de golpe sorprendido. ¿Por qué se tendría que encontrar a aquel chico en todas partes? Si era verdad que ya se había acostumbrado a su presencia e incluso le había cogido algo de cariño, le resultaba abrumador que a cada sitio que fuera algo tuviera que ver con él.

De pronto, un niño castaño entro corriendo por la puerta - ¿Le conoces? - le preguntó. Seokjin y Jimin entraron tras de él preocupados por aquella abrupta entrada de su hermano menor. Querían hacer las cosas bien, pero tal vez todo se hubiera salido un poco de control.

- Ambos le conocemos, es nuestro amigo - dijo Namjoon con tranquilidad, levantándose también - ¿Por qué?

- Sois sus - les miro de uno en uno - amigos. Ya veo - en su rostro se podía observar como si ya hubiera comprendido algo que antes no entendía. Su mirada se volvió triste y bajó la cabeza.

- Bueno, alguien me quiere explicar de qué va todo esto - el más pálido de todos se sentó de golpe en la silla con posición de pasota.

- Lo siento, hyung. Le llamé para que conociera a mis hermanos. Les he contado todo y están de acuerdo en que seas de la familia - Jimin le guiño un ojo a pesar de halar con voz dulce. El contrario se sonrojó y miro a otro lado. Asintió como si no tuviera mucha importancia la cosa aunque para él no era así. Se sentía feliz de que la familia de Jimin le aceptara, tal vez fueran de diferentes "especies" o como se llamara, pero quería que el menor sufriera lo menos posible y si ser aceptado por su familia y no tener que guardar el secreto le hacía feliz, él también lo sería.

- Espera ¿qué? ¿Es tu novio? - Namjoon le miró extrañado. ¿Yoongi con pareja? ¿Por qué aquella idea le parecía imposible? Siempre le había visto como alguien solitaio que solo era abierto con él y con Hoseok, no se imaginaba que se hubiera abierto a nadie más.

- ¿Algún problema mocoso?

-No ninguno  le sonrió - Me alegro por usted hyung. Pero entonces no entiendo que hago yo aquí.

Seokjin suspiró - Hay algo que deberás de saber sobre mi Namie. Algo que Yoongi ya sabe, pero porque Jimin se lo contó. - el mayor señaló con la cabeza a su hermano menor - Y él es Jungkoook. Que no nos hemos presentado como es debido.

- En serio hyung, no evites el tema. ¿Qué es eso que sabéis todos menos yo?- insistió el moreno.

- Pues esto... Aish... - bajó la cabeza cerrando los ojos con fuerza - No sé como hacer esto.

- Déjale que te toque - dijo Jimin - Así lo descubrió Yoongi. Él me tocó. 

Namjoon miró curioso al chico en frente de él. Es verdad, jamás había tocado la piel del mayor y siempre había deseado saber cómo era. ¿Sería suave? ¿Cálida? Pero al perecer si la tocaba pasaría algo, pero no sabía el qué. ¿Qué era? ¿Por qué le preocupaba tanto a su hyung?

Se acercó a él lentamente y pidió permiso para tomarlo de la mano antes de recibir una tímida respuesta afirmativa y hacerlo. Era fría. Extremadamente fría. Sintió que un escalofrío recorriera toda su columna vertebral. De pronto la piel del mayor se había vuelto azulada y al alzar la vista supo que estaba observando el rostro de un muerto.

- ¿Q-qué? - solo pudo decir.

- Es un fantasma. Los tres lo son. Y como digas algo juro que te corto la lengua Kim Namjoon - Yoongi le miró amenazante - Solo quieren tener una vida como la que habrían tenido si no hubieran muerto al nacer.

Namjoon soltó a Seokjin y se sentó de golpe en la silla, aún sin creerse lo que estaba pasando. ¿Su mejor amigo era un fantasma?

- Cuando tocas esta casa eres capaz de vernos o cuando nos tocas a nosotros. Si tocas nuestra piel puedes ver nuestro verdadero aspecto, cuando dejas de tocarla nos vuelves a ver como si estuviéramos vivos - Seokjin hablaba con melancolía, de forma tranquila - Primero nací yo y morí en el acto. Nadie sabe por qué. Como mis padres me veían, tenían miedo ya que estaban viendo el fantasma de su hijo. Entonces pensaron que tal vez dejarían de verme si tenían otro hijo. Ellos realmente estaban atormentados. La muerte de Jimin solo les afectó más. ¿Por qué todos sus hijos morían al nacer? Luego volvió a pasar con Jungkook. Ya no podían más, así que se marcharon de la casa. Desde entonces cerraron esta casa porque decían que estaba maldita y nadie del pueblo se atreve a entrar en ella. Tuve que encargarme de ellos dos y para que no nos pasara una experiencia parecida a la de nuestros padres, puse la norma de que jamás saldríamos de la casa ni tendríamos contacto con nadie de fuera. Pero ninguno fuimos capaces de soportar esa norma. Todos encontramos... a alguien que nos hizo romperla. Los fantasmas son seres que se quedan en este mundo porque dejaron algo pendiente en vida. Nosotros, esa cosa pendiente, es crecer y tener una vida. No me di cuenta de que mi norma hacía que no viviéramos como deberíamos. Por eso, ayer, la derogué. Y ahora que sabes la verdad... Está bien si te vas... - aquello le recordaba tanto a cuando sus padres se fueron de casa. Él solo era un niño de pocos años, pero jamás olvidaría esa escena.

Namjoon se levantó y tomo al mayor del brazo. Aún no entendía lo que pasaba, era demasiada información en poco tiempo, pero había algo que si sabía. Conocía a ese chico desde hace mucho tiempo y no iba a dejarle ahora. No después de todo lo que había pasado con él. De todos los buenos recuerdos. Jamás del dejaría.

Seokjin no quería eso, quería que Namjoon viviera libre y sin tener que estar atado a él, pero también le amaba y su corazón quería ser egoísta solo por una vez. Fue por eso que le besó y se sorprendió al ser correspondido.

Jimin sonrió feliz por la escena. Aquello era todo lo que necesitaba. Aquella norma rota, felicidad para él y para sus hermanos. Solo eso. Un poco de la vida que le quitaron.

Yoongi abrazó por la cintura al menor con una sonrisa. Por alguna razón, pensó en que algún día le llevaría a ver el mar. Aquello sería un buen viaje.

Jungkook salió a la calle sin que nadie se diera cuenta. Debía de explicarle a Taehyung el también y arreglarlo todo. No podía dejar que el aquel chico se fuera de su vida. No ahora que ya podía estar con él. Incluso si se sentía celoso de no ser ya su único amigo, quería volver a verle, volver a hablar con él.

Hoseok se columpiaba en el parque. Tal vez haberle contado todo aquello a Taehyung no había sido buena idea. Era obvio que le rechazaría. Pero no aguantaba seguir mirándole después de saber sus verdaderos sentimientos por él y que el menor no lo supiera. Suspiró.

Taehyung le miraba desde lejos. Debía darle una respuesta. ¿Pero qué debía hacer? Él seguía pensando en aquel chico que conoció detrás de la mansión encantada hace años, no podía dejar de pensar en él. ¿Cómo enamorarse de alguien más cuando aún no puedes olvidar a un fantasma de tu pasado que seguramente fuera solo producto de tu imaginación? No, él no existía peor Hoseok sí. Hoseok si que había sido su primer amigo. Tal vez aceptar ser de él algo más no fuera tan mala idea. Pero una mano lo detuvo antes de que pudiera seguir caminando. 

Pero todo eso, ya es otra historia...

Fin