Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6 | Mi nuevo amuleto

En realidad, no sé qué me pasa con Trevor.

¿Qué me sucede el día de hoy?

Debemos componer más.

Adam, creo que me gusta, pero siento algo por otra persona.

Hay una canción que creo que deberíamos cambiar de tono.

Adam, quiero una hamburguesa.

¿Tendré que confesar mi amor?

Puse los ojos en blanco ante cada comentario que la ruidosa hacía, no se me ocurrió un mejor apodo para Chloe, creo que era cierto eso de que las mujeres cambian de opinión a cada rato, como sea, asentía ligeramente con la cabeza porque cada vez que intentaba hablar ella me interrumpía de nuevo agregando más información. ¿Qué esperaban? Es una chica, es Chloe específicamente, no sabe cómo diablos lidiar con sus emociones y aparte de eso tiene hambre, ¿esperaban a una chica normal? Por supuesto que no.

—En fin ¿Tú qué me recomiendas hacer?

Había estado hablando tanto y tan rápido que me perdí en algún punto de la conversación.

—Sigue a tu corazón.

Esa respuesta debió bastarle porque se quedó pensativa.

—¿Crees que soy una mala persona?

Y ahora cambiábamos el tema radicalmente. Chicas.

—No, no creo que seas una mala persona ¿por qué?

—Charlie me decía que pensaba mucho en mí, me llamó egoísta en más de una ocasión.

—¿Charlie, tu ex novio? ¿El patán que te arruinó la vida? El tipo era un idiota, Chloe, no deberías creer ni una palabra de lo que dice.

—Me lo dices tres años tarde.

—Por lo que me has contado de él no vale la pena, además de que te tuvo en una relación que no era para nada sana.

—Y con cientos de inseguridades —aclaró—. Supo bien como joderme.

—Si algún día lo veo, lo golpearé.

—Oh, créeme, yo también, el capullo se lo merece.

Volvimos al tema de Trevor, después de tantas quejas y de maldecir una y otra vez porque no comeríamos hamburguesas llegamos al lugar que habíamos acordado y uno de los meseros nos guio hasta la terraza, ahí se encontraba Dono con una mirada fija en su café, nos acercamos y Chloe le hizo una mueca de asco.

—¿Café? Agh, son las doce y media, ya no son horas de tomarlo, tienes una obsesión con el café, ¿qué tanto le ves?

—Le falta azúcar.

—¿Y por qué rayos no has pedido que te traigan azúcar? —Dono levantó los hombros—. ¿De dónde viene tu obsesión por el café?

—Ni siquiera lo recuerdo.

—A veces me asustas, pero tu falta de emoción es lo que necesito en este momento, verás le venía diciendo a Adam que...

Y mientras yo tomaba asiento ella repitió de manera resumida toda nuestra conversación, que afortunado, yo escuché por treinta minutos seguidos las quejas de Chloe y a Donovan le toca la versión resumida.

Estuve observando la carta, había buenas cosas para comer, el mesero se acercó a tomar nuestra orden, después de tomar mi pedido me atreví a ordenar una ensalada para Johnny ya que era lo único que había estado comiendo en la semana, el mesero miró a Chloe tratando de contener los nervios, porque vamos, Chloe no era nada fea y la ropa que llevaba puesta hacía relucir su piel morena, ella lo miró con una sonrisa.

—¿Tiene hamburguesas?

Donovan gruñó por lo bajo.

—Por supuesto, ¿alguna en la que estés interesada? —enarqué una ceja y lo miré fijamente, se tensó al sentir mis ojos sobre él y aclaró la garganta—. Quiero decir, puedo traerle una carta con las especialidades, señorita.

—No, solo tráigame la más sencilla por favor, no tengo mucha hambre.

—Enseguida.

Donovan empezó a reírse echándole en cara a Chloe que había perdido su oportunidad de ligarse a un chico gracias a mí.

—Gracias, Adam, hubiéramos tenido la oportunidad de desayunar gratis.

—Chloe, no creo que eso hubiera sucedido —el chico bebió de su café.

—Venías en el carro diciéndome que te gustaba Trevor, ¿y ahora quieres ligar con los meseros?

—No te entiendo, Chloe.

—Agh, son hombres, claramente no me van a entender.

—Tengo novia —repliqué—, algo debo saber de mujeres.

—No —contraatacó—. Eso solo fue un golpe de suerte, que tengas novia no significa que ahora entiendas a las chicas, además, hasta donde sé, Juliette es más lista que tú.

—Eso no es cierto.

—Sí, sí lo es.

—Cállate, Donovan, tú ni siquiera tienes novia.

—Son solo pérdida de tiempo y dinero.

—Y por eso estás soltero —mencioné.

—Yo no sería una pérdida de tiempo y tampoco necesitaría tu dinero.

—Eso no es lo que dice Trevor.

Ante el comentario de Dono, la ruidosa se preocupó.

—¿Trevor cree que no vale la pena estar conmigo?

—Creí que era solo sexo.

—Cállate, Adam —ella insistió—. Dono ¿eso te ha dicho Trevor?

El chico permaneció callado unos segundos y después negó.

—Relájate, sigue a tus pies.

—No es lo que me interesa —confesó.

Jonathan llegó corriendo y casi se resbala, pero finalmente se sentó con nosotros con la respiración agitada, al menos no tendríamos que escuchar de nuevo el discurso de Chloe diciendo que los hombres jamás entenderemos el pensamiento de la mujer.

—Lamento la demora, chicos.

—¿Qué te pasó? —aunque permanecía tranquilo bebiendo su café era notoria la preocupación en sus ojos.

—Johnny luces, eh —la chica no encontraba palabras.

—Se me hizo tarde ¿okey?

De acuerdo, analicemos esto, Jonathan despeinado, llegando tarde, tiene puestos los mismos pantalones rotos de ayer y su camisa está al revés, está agitado, sí, pero fue porque debió correr. Si corrió significa que no trajo su auto y solo hay un departamento cerca de este lugar.

—Tuvo sexo —aseguré y obtuve la atención de algunas personas a nuestro alrededor.

—Sutil, Adam.

—No lo estás negando, por eso estás de buen humor, Sandra debió hacer un trabajo grandioso —ante mis palabras Chloe ya no pudo contener su risa.

—No puede ser, el inocente Johnny viene de tener sexo mañanero.

Una mujer pasó a lado de nuestra mesa y tapó los oídos de su hijo pequeño.

—Ay, señora, ¡algún día tendrá que explicarle a su hijo cómo nació! —gritó mientras la mujer se alejaba.

—Chloe, cálmate —pedí.

—Bien, entonces estábamos en lo del sexo mañanero.

—Cállate, Donovan, ¿qué creen que hago cuando me quedo en el apartamento de Sandra? ¿Jugar ajedrez? —trataba de acomodar su cabello.

—No me hubiera sorprendido porque te encanta el ajedrez. Siempre creí que tu vida sexual era aburrida así que te hubiera creído y como diría mi tía nada mejor que un polvo mañanero.

—Olvídate de hablar de tu tía, siempre que lo haces inconscientemente se te pega el acento español—comenté.

—¿Estás de coña? ya quisierais tener un acento que mole tanto.

Le encantaba molestarnos no había duda de eso, todos estábamos riendo menos Donovan, tenía el ceño fruncido mientras sostenía su teléfono.

—Aquí tiene la hamburguesa, señorita, tenemos problemas con el pedido de los caballeros, ¿gustan esperar?

—No —finalmente habló—. Tenemos que irnos, cancele el pedido.

—¿De qué estás hablando? Recién trajeron mi comida.

Nuestros celulares comenzaron a sonar, llamadas y mensajes entrantes.

Jonathan contestó.

—Tranquila, sí, sí estoy bien no estoy en el estudio. Vine con los chicos a almorzar.

Chloe también hizo lo mismo.

—¿Papá? Sí, cálmate si hablas rápido no puedo entenderte.

Y ya estaba demasiado confundido hasta que Juls me marcó.

—¿Hola?

—Dime que estás bien por favor —habló preocupada, ni siquiera me dejó responder—. Por favor dime que no te pasó nada.

—¿De qué estás hablando, Juls?

—¿No has visto las noticias? Entraron al estudio a plena luz del día, la reportera no dio detalles —hablaba muy rápido—. Dicen que hubo algunos heridos, que destrozaron cosas y no sabía si ya estabas allá y me preocupé, Adam si te hubiera pasado algo no sé qué hubiera hecho.

—Pero estoy bien —traté de sonar calmado para que ella lo notara—. No me pasó nada, iremos al estudio y averiguaremos qué sucedió, debes calmarte.

—Avísame en cuanto salgas.

—Te mantendré al tanto, de cualquier forma, te veré en la noche ¿si?

—Bien, cuídate mucho.

Y colgó, en realidad terminamos las llamadas al mismo tiempo, dejamos dinero sobre la mesa y Chloe se apresuró a ponerse su chaqueta de nuevo y llevarse su hamburguesa, Chloe siendo Chloe.

Donovan llevaba a Jonathan y yo a Chloe, apenas llegamos y bajamos de los autos la prensa se acercó a nosotros, preguntándonos si responderíamos ante esto, los reporteros estaban sobre nosotros y nos bloqueaban el paso a la entrada. Su meta en la vida era darnos fama y jodernos al mismo tiempo.

—¿Creen qué es coincidencia con la llegada de la nueva banda?

—¿Presentarán cargos?

—¿Dónde está Marcus?

—¿Responderán a este insulto?

Nos acercaban los micrófonos desesperados por tener respuestas. Con dificultad logramos entrar, seguíamos sin entender qué había pasado, nos dirigimos al estudio en donde vimos de pie a Trevor, inmóvil, nos acercamos hacía él y nos detuvimos en seco al verlo con nuestros propios ojos. Por un momento no supimos qué decir o qué hacer, simplemente estábamos en shock.

Di un paso adelante para entrar a la cabina y los demás me siguieron, el estómago se me revolvió, no sabía si era dolor o rabia lo que estaba sintiendo, la pantalla de la cabina estaba rota, la guitarra acústica, bajo, piano y batería, todo destruido, ¿mi guitarra eléctrica? Desapareció, cualquier cosa que hubieran usado había dejado en mal estado todo, lo jodieron lo suficiente como para que no tuviera arreglo, no éramos dueños de los instrumentos, pero, mierda, dolía ver este lugar destruido, apreté mis puños con fuerza, Chloe se acercó y tocó mi hombro.

—Ya todo está destruido aquí y lo único cerca somos nosotros, por favor trata de calmarte o te arrepentirás.

Cuando se trataba de calmarme ella no tenía filtros, iba al punto.

—Adam —intentó acercarse Dono—. Compraremos otros.

—Adam esto tiene solución.

Adam, Adam, Adam, como si sus estúpidas voces fueran a calmarme, Chloe salió del estudio de inmediato, claro, corre.

—¿Y las cámaras de seguridad? —me dirigí a Trevor, serio.

—En blanco, es como si nada de esto hubiera pasado, Adam —suspiró—. Esta ciudad es así, entre bandas es común.

—¡No! Ni se te ocurra —amenacé —el vandalismo no es competitividad sana, en esta ciudad se ve nacer a las grandes estrellas no putos arrogantes ¿qué crees que querían probar? —se quedó callado—. Su poder, querían que la gente viera que en realidad no somos competencia para ellos y si se creen tan famosos no sé porque no había escuchado de la maldita banda, es esta ciudad es común ver este tipo de cosas, sobre todo cuando se sabe que hay cierta rivalidad entre bandas, pero incluso los más idiotas se detienen tras dar el primer golpe, pero esto —observé el desastre que habían hecho—, esto es llegar demasiado lejos.

Y era la verdad, la mentalidad de la gente cambiaba y está ciudad no era la excepción, era común ver que cuando nacían nuevas estrellas del pop, rock, metal o cualquier otro género las rivalidades surgían y siempre había un primer golpe, una señal de quién era la banda líder y por lo general no eran cosas tan malas, arruinar el primer concierto, robar instrumentos y después dejarlos varados en algún lugar en donde pudieran ser encontrados.

Las cosas se resumían a difamación, robos, estropear el momento de gloria del otro, eso solo si la rivalidad era muy grade, durante todo el tiempo que llevo viviendo en esta ciudad solo había ocurrido algo como esto dos veces y la guerra en sí no era entre bandas, sino entre productores ¿qué pretendían con una tercera vez?

Peor aún ¿Qué tanto odio podían tener hacia nosotros? Ni siquiera sabíamos de su existencia hasta hace unos días y ahora recibimos el primer golpe por la rivalidad que no sabíamos que existía con otra banda. Si algo era seguro, es que no me quedaría de brazos cruzados observando cómo arruinan lo que tanto trabajo nos costó conseguir.

—Compraremos los instrumentos pronto, tengo que bajar y dar alguna explicación a la prensa ahora que Marcus está de viaje, si les preguntan no den respuestas, de eso me encargaré yo.

—Gracias, Trevor.

—No es nada, Johnny, vayan a sus casas, me aseguraré de que alguien limpie este desastre.

Chloe regresó al estudio y sorpresa, venía acompañada de Juls.

—Necesito que te quedes —detuvo a Trevor—. Porque necesitaré fuerza de hombres si esto se sale de control. Adam —me miró—, necesitamos que veas algo.

Nuevamente los celulares sonaron, iba a tomar el mío, pero supuse que era eso lo que ella no quería, ¿por qué todos se enteraban antes que yo? Lo último que necesito es que haya otra mala noticia.

—¿Y por qué trajiste a Juls?

—Porque no soy estúpida, necesitarás de una persona que te calme.

—¿Qué me calme para qué?

—Escucha —se acercó a mi alejándose de Chloe y sostuvo mi mano—. Necesito que te calmes, por favor.

Debo admitir que el efecto que tenía en mi era peligroso porque apenas su mano se entrelazo con la mía sentí como si poco a poco el enojo fuera desapareciendo. ¿Qué me estás haciendo, Juls?

Donovan tomó el control y encendió la pantalla del estudio, la que aún permanecía en buen estado, otra entrevista con la banda, Maya estaba a lado del vocalista.

—Les dijimos que revelaríamos nuestra identidad hasta que firmáramos con una discografía importante, queremos agradecer a Trackmind por confiar en nosotros y dejarnos presentar este sencillo.

Una cosa era que tu música formara parte de Trackmind y otra muy diferente que firmaras con ellos como discografía.

—Nosotros somos Chaos y esperamos que disfruten esto.

Mi pecho se oprimió, el maldito vocalista tenía mi guitarra, pero lo que más nos sorprendió a todos fueron los primeros acordes, podía ser coincidencia, pero apenas empezó a cantar sentí que el mundo se me venía abajo.

Era nuestra canción.

La canción que grabaríamos hoy.

La canción que en nuestros ratos libres habíamos estado mejorando.

Tell me that you'll stay all night

My heart is yours forever and the rest of my life.

Y tocó el solo de guitarra, las últimas notas resonaron en mi cabeza.

Eso era nuestro.

Nuestro trabajo.

Nuestro empeño.

Nuestra canción.

Debieron disfrutar mucho tocar la canción porque la sonrisa no se borraba de sus rostros, Maya se veía sorprendida, escuchábamos comentarios de la audiencia que decía que era una buena canción, que tenía potencial entre otras cosas, claro que era una buena canción ¡Nosotros la compusimos! Bien, esto se ha vuelto personal.

Creí que no podía sentirme más destruido, pero cuando terminaron de tocar se quitaron las máscaras y eso era algo que nadie venía venir.

—Por favor sus nombres, chicos —habló Maya emocionada.

—Víctor, batería.

—Brad, bajo.

—Charlotte, coro.

—Jeremy, guitarra y voz principal.

—¡Ellos fueron Chaos! ¡Un fuerte aplauso!

Jonathan apagó la televisión, me quedé helado. Juro que era solo porque Juls estaba sosteniendo mi mano que no me dejé caer rendido como un niño.

Charlotte.

Jeremy.

Sí, la misma chica que me había engañado con Jeremy, la misma por la que estuve obsesionado desde octavo grado, la chica que me manipuló y que me hizo creer que no era suficiente, salí con ella en preparatoria, la mandé al carajo cuando me enteré que me engañó.

Jeremy, el idiota que ha intentado superarme desde que me conoce, el que se robó a mi novia, el malnacido que golpeó a Landon hasta casi matarlo, el chico que me había quitado siempre lo que quería.

—No esta vez —hablé en voz alta—. Hidden es todo lo que tengo.

En realidad, hablaba más para mí mismo, Juls sostuvo mi mano con más fuerza.

—¿Quiere guerra? Guerra tendrá, pero no me rebajaré a su nivel, yo no necesito arruinar sus instrumentos ni robarle una canción para joderlo, yo soy mejor y se dará cuenta por las malas. Somos Hidden —susurré—. ¡Somos Hidden, maldita sea! No hay competencia, vámonos.

—¿A dónde? —preguntó Chloe.

—El mundo no se detiene si arruinaron este estudio de grabación.

—Adam, explícate.

—Johnny estamos en un edifico donde con facilidad puedes encontrar un estudio como estos en cada piso, vimos salir a otras bandas de aquí, encontraremos uno vacío, tenemos que responder a esto.

—Se llevaron la canción, Adam.

—Escucha, Trevor, antes de que firmáramos con la disquera ya teníamos nuestras propias canciones, grabaremos Get Up, la enviaremos a Trackmind y después haremos un en vivo que también estará compartiendo Maya.

—¿Por qué estás tan seguro que aceptará?

—Porque se lo voy a pedir yo.

La mirada que todos me dieron me dejaba en claro que estaban analizando mis palabras, pero al menos se dieron cuenta de que era lógico lo que les decía, fuimos al elevador y llegamos al quinto piso, tal y como dije había otro estudio ahí, se encontraba vacío así que entramos, no era muy diferente el mecanismo que usaban las consolas, algunas veces ni siquiera se necesitaban, la tecnología había avanzado demasiado, pero las disqueras querían mantener ese toque vintage con el equipo de producción.

Me aparté de los chicos para poder hablar con Maya, menos mal que un intento por coquetear me dio su número de teléfono.

—¿Hola? —se escuchó del otro lado.

—Hola, Maya, soy Adam.

—¡Adam! No puedo creer que sí me hayas llamado, ¿qué puedo hacer por ti?

—¿Cómo sabes que necesito algo?

—Eres Adam, supongo que sabes aprovechar tus contactos.

—Tienes razón, verás recién terminamos de ver tu programa con —me asqueaba pronunciarlo—. Chaos.

—Uy, esto se pondrá interesante, aquí entre nos Hidden es mi banda favorita, pero tengo que darles a los chicos información nueva y algo de qué hablar, ¿responderás fuego con fuego?

—Por supuesto, necesitamos hacer un en vivo contigo en My Story, estaremos presentando una canción, los fans la adoran, pero te sirve para incrementar la audiencia y a nosotros para probar que Chaos no nos hace ni cosquillas.

—¡Por supuesto! —respondió emocionada—. Muero por ver esto, será interesante ver cómo entre bandas se declaran la guerra sin ser tan directos ¡Serán la noticia de la semana!

Ja, el mensaje de nuestro estudio destruido y el robo de mi guitarra era bastante directo a mi parecer.

—Perfecto ese es el plan, gracias, nos iremos preparando.

—Haré lo mismo por acá, iniciamos en un rato, cuídense —colgó.

Teníamos dominada la canción, solo era cuestión de grabarla, enviarla y después hacer el en vivo, Trackmind estaba encantando con nuestro con trabajo que no tuvo problema al publicar Get Up en la plataforma, ya me había puesto en contacto con Maya y estuvo encantada así que esa parte estaba cubierta.

—Lo estás tomando mejor de lo que pensé, creí que saldrías golpeando al primero que se te cruzara —me sonrió mientras me colgaba la guitarra.

Esa sonrisa lograba alejar todo rastro de enojo en mí y, aunque seguía impactado por todo lo que había sucedido hace unos instantes, me sentía feliz de que estuviera a mi lado, porque sé que tenía más cosas que hacer, porque aguantaba mis cambios de humor, me quejo de las chicas, pero cuando me enojó soy peor que ellas y más estúpido la mayor parte del tiempo de lo que habitualmente soy.

—De no ser por ti lo hubiera hecho, admito que golpear un par de cosas hubiera sido más liberador que grabar una canción, pero dadas las circunstancias creo que esta es la mejor opción.

—La violencia no resuelve nada.

—Quizá no, pero te hace sentir mejor.

—Estás actuando de una manera madura.

—No lo sé, Juls. ¿Qué tan maduro es declarar la guerra con una canción?

—Es lo más maduro que has hecho puedo asegurarte eso —reí un poco.

—Vaya que sí, gracias por estar aquí.

—Lo que sea por ti —obtuvo una sonrisa de mi parte y me besó.

Sin dobles intenciones, sin la necesidad de que ese beso rompiera un silencio incómodo, sin obligación, me había besado porque le nació hacerlo y en cada momento que estaba a mi lado solo podía preguntarme: ¿qué había hecho para merecerla?

—Ahora ve y demuéstrale al idiota quién es Adam Stone, pero lo más importante, déjales en claro que Hidden es quien tiene el control por aquí.

—¿Quién eres y que le hiciste a Juls? —me sujetó de los hombros.

—Estamos juntos en esto, se meten contigo, se meten conmigo.

Entré a la cabina y después de algunos minutos terminamos de grabar la canción, el proceso fue rápido, teníamos todo lo necesario para agregar efectos y que fuera una canción de calidad, bendita tecnología.

—Ya está, un par de clicks más y se la enviaré a Trackmind, espero que sepan que en cuanto se entere Marcus puede haber problemas, chicos.

Trevor está arriesgando hasta su empleo por nosotros.

—Firmamos un contrato por los primeros cinco años, no puede molestarse demasiado, además debemos hacer algo muy malo o ilegal para anular el contrato, o también podemos tener ofertas mejores y que Marcus acceda a dejarnos ir.

—Veo que hiciste tu tarea, Chloe.

Volvió a centrarse en la computadora y envió la canción, ahora venía lo importante, ya habíamos contactado a Maya y podíamos verla en la pantalla que teníamos de frente, todos los estudios de grabación tenían la misma estructura.

—Chicos estoy tan emocionada como ustedes, varios ya querían tener novedades de Hidden y que mejor que una canción para demostrar cuánto aprecian a sus fans, este grupo va con todo ¿eh?

—Gracias, Maya —hablé—. Esperamos que lo disfruten, fue una de nuestras primeras canciones así que tiene un gran peso emocional para nosotros, gracias por todo el apoyo que nos están dando ¡Hagamos ruido! Nosotros somos Hidden.

Comenzamos a tocar la canción y me sentí libre.

Libre de presión.

Libre de miedo.

Libre de inseguridades.

Solo éramos nosotros disfrutando lo que hacíamos, la letra de esta canción tenía mucho peso para mí, porque Landon me había ayudado y curiosamente empezamos a componerla después de una pelea que tuve con Jeremy, además de que usé está misma canción en un concurso de la escuela, mismo en el que le gané al idiota de Jeremy, sentí que era una indirecta perfecta y la verdad es que nos lucimos tocándola.

Todos disfrutábamos de este momento, ahora nos encontrábamos cantando el coro.

Take the pain, turn it to power

Toma el dolor y conviértelo en poder

Let it feed the flames, until I'm finally free.

Deja que arda hasta que finalmente seamos libres

Y seguíamos tocando con intensidad

(Get up!) I'll break the silence

(¡Levantate!) Romperé el silencio

(Get up!) I can't deny it

(¡Levantate!) No puedo negarlo

It's too late to fade no away no alibi

Es demasiado tarde para desvanecerse sin coartada

Terminamos la canción con éxito.

—Me huele a que cierta banda está superando a Chaos, déjennos saber qué piensan ¡Gracias por compartir esto con nosotros, Hidden!

Nos despedimos y el en vivo terminó. Nos sentíamos mejor después de haber tocado, como si nos hubiéramos quitado un peso de encima.

—Creo que lo hicieron estupendo —Juls rompió el silencio.

—¿Verdad que sí? Juliette, dime que viste como toqué el bajo, soy la mejor en esto.

Reaccionamos del shock en el que estábamos y nos emocionamos con Chloe.

—Esto es grandioso, lo logramos chicos y ni siquiera perdí el tiempo ¡En su cara idiotas!

—¡Oye! —se ofendió Johnny.

—Tú no, me refiero a la banda que cree que puede competir con nosotros.

—Exacto —concordé—. Somos Hidden, no hay competencia.

—Ay, vengan abrazo grupal —Chloe estiró sus brazos y nos acercamos a ella, hizo un espacio más—. También eres parte de esto July, ven acá —ladeó su cabeza.

Ella se acercó y nos abrazamos, lo logramos, les dimos un poco de su propia medicina y claro que las noticias volaron, Trevor entró para interrumpir nuestro emotivo abrazo.

—Está al teléfono, quiere hablar contigo.

—¿Quién?

Ay, Juls, es más que claro, el hombre que de seguro quiere matarme por haberme brincado su autoridad.

—Marcus.

Me acerqué con seguridad y tomé el teléfono, estaba listo para los gritos e insultos y quise hablar primero.

—Déjame explicarte porque

—Felicidades —interrumpió.

—¿Eh?

—Admito que no estoy muy contento con que no me hayas consultado esto, pero vi en las noticias lo que ocurrió en el estudio, seguramente no pasó por tu mente avisarme que querías devolver fuego con fuego, simplemente lo hiciste.

—¿Entonces no estás molesto?

Vaya, eso era nuevo. Los chicos me miraban confundidos porque no estaba pidiendo disculpas.

—En lo absoluto, eres el líder.

—Pero no soy el dueño —se escuchó como soltó una pequeña risa ante eso.

—No, no lo eres, sin embargo, no dejaste que el miedo te paralizara, decidiste demostrarle a la banda quién manda y lograste callar a Chaos, creo que eso es un premio doble.

—Como matar a dos pájaros de un tiro —el resto de la banda me veía confundido por las analogías que usaba, no entendían que pasaba.

—Exactamente, no tiene ni diez minutos que publicaron su canción en Trackmind y ya está siendo número uno en la plataforma y tendencia en redes sociales, sobre todo en My Story, han superado las vistas de Chaos, empiezo a creer que eres mejor líder de lo que pensé, Adam.

—Gracias, Marcus —miré a la banda—. Espero serlo.

—Si siguen actuando de esa manera quizá haya un poco más de libertades empezando por quitar a Rich de su camino y hacerlo trabajar con una banda que en verdad lo necesite, tengo que regresar a la junta que dejé, sigan grabando que su álbum está más cerca de lo que creen, los veré pronto —colgó.

Le devolví el teléfono a Trevor, todos me miraban.

—¿Qué? —pregunté.

—Deja de hacerte el gracioso ¿qué te dijo Marcus? —incluso dejó de beber su cerveza

¿Cómo la consiguió tan rápido?

—¿Son malas noticias?

—¿Lo hicimos mal?

—Chicos —intervino mi novia quién se plantó a mi lado—. Si no quiere hablar no tiene por qué hacerlo —me miró y susurró—. Pero me dirás a mí ¿verdad?

—Relájense, chicos, Marcus no está enojado —pusieron la misma cara de impresión que yo—. Dijo que no le agradó que nos olvidáramos de su autoridad, pero cree que esto es bueno, que respondimos fuego con fuego y está satisfecho con el resultado, aunque recién subimos a Trackmind la canción ya somos tendencia.

Pude ver la alegría en todos, incluso en Trevor, el pobre chico de seguro pensó que lo despedirían por esto, ya que solo Marcus es quién puede enviar las canciones a Trackmind, arriesgó mucho por nosotros.

—Esto es perfecto, tenemos que

—Por favor no digas que hay que celebrarlo.

—¡Hay que celebrarlo! —se veía más animada.

Esta chica terminaría algún día en el hospital por tantas cervezas y su obsesión por las hamburguesas.

—Chloe, no —advertí.

—Adam eres un aguafiestas, le quitas lo divertido a la vida, necesitamos celebrar esto chicos, nuestros fans deberían vernos alegres y no recluidos en nuestros apartamentos, además Donovan también quiere venir ¿a qué sí? —era obvia la amenaza en su mirada.

—Por supuesto, podríamos solo estar un rato en el bar y después irnos —se encogió de hombros—. No creo que tengan algo importante que hacer.

El teléfono de Chloe sonó y salió a atender su llamada mientras que intentábamos convencer a Donovan de que no fuéramos.

—Estás demente, deja de hacer todo lo que dice, ni que fuera tu novia.

—Jódete, Jonathan.

—Es en serio, Dono, está bien decirle a la loca que no de vez en cuando —agregué y él gruñó.

—No los escuches, Dono —intervino Juls—. Chloe también necesita saber que tiene a un chico de su lado.

—¿Trevor no es suficiente? —cuestioné.

—Trevor no es ni la mitad de lo que Chloe merece.

Menos mal que no estaba prestándonos atención así que no escuchó el comentario de Dono.

La verdad era que, aunque muchas veces ella nos sacaba de quicio, la queríamos mucho, la molestábamos sin duda, pero le damos gusto en varias cosas, es como la hermana pequeña del grupo, aunque es solo un año menor que yo.

—Como sea, celebrar no es necesario.

—Lo dices solo porque eres el líder y crees que mandas, tal vez yo debería ser el líder.

Trevor se acercó y tanto él como Juliette se mantuvieron al margen de esto todo el tiempo.

—¿De qué estás hablando? No tiene nada que ver con que sea el líder.

—Es Marcus el que de seguro te dijo que no saliéramos, te está manipulando, ¿es eso?

—¿Qué mosco te picó?

—Tal vez yo debería ser el líder —insistió.

—Si quieres ser el líder, aprende a tocar otro instrumento —bromeó teclitas.

—De acuerdo, solo toco la batería, tú —señaló a Johnny—, tocas piano y guitarra, Chloe toca bajo y batería, Adam es el líder y solo sabe tocar la guitarra, no tendría por qué ser el líder —Juls no pudo contener su risa y Jonathan tampoco—. ¿De qué se ríen?

—Es gracioso que creas que Adam solo toca la guitarra —se atrevió a hablar—. ¿Quién crees que grabó la melodía en el piano de las primeras canciones? Porque sí sabes que él solo compuso las primeras canciones de la banda ¿no?

Mi novia siempre apoyándome.

—Además de que sabe tocar el bajo y tiene una buena noción de cómo tocar batería —defendió.

—Sin mencionar que sabe tocar trompeta y saxofón —añadió Juls.

—¿Eso es cierto? —me miró.

—No, Donovan, seguro adoran que sea el líder y por eso me defienden —entrecerró sus ojos—. Obviamente que es cierto.

—¿Tocas entonces todos los instrumentos de la banda? —asentí.

—Eso creo, supongo que cuando no te importa mucho la escuela y cuando mami y papi no están en casa tienes tiempo de sobra, aprendí a tocarlos, aunque siempre supe que mi pasión estaba en la guitarra, por algo soy el guitarrista ¿no crees?

Su enojo se esfumó, volvió a ser el mismo chico tranquilo, Donovan había estado pasando por una mala racha, últimamente las cosas o lo irritaban demasiado o todo le daba igual, así de cambiante era su humor, nos había dicho que tenía que ver con su familia, no dio más detalles y hasta donde todos teníamos entendido él había cortado cualquier forma de comunicación con ellos, decía que le habían dado la espalda cuando más los necesitaba y después de contarnos su historia, sonaba lógico que no quisiera tenerlos cerca.

—Perdón, no sé porque reaccioné así.

—Todo olvidado —golpeé un poco su hombro.

Chloe entró un tanto nerviosa y se dirigió a Donovan, le susurró algo, está de más decir que esto tensó un poco a Trevor, ¿celos acaso?

—Se cancela nuestra celebración, lo siento, tengo cosas que hacer.

—¿Qué cosas? —enarqué una ceja.

—Cosas, nada que sea de su incumbencia.

Jonathan y yo intercambiamos miradas.

—Te llevaré —se ofreció mientras se colocaba su chaqueta.

—Descuida, Trevor, no tienes que hacerlo —tomó la mano de nuestro baterista—. Donovan me llevará

Y antes de que pudiéramos hacerle más preguntas salió del estudio arrastrando al pobre Dono, lo curioso era que ni siquiera se opuso, era como si ya lo supiera.

Exageras con tus teorías.

Puede ser.

—Bueno, Sandra seguramente está preparando lasaña, y siempre cocina de más, ¿quieren ir a comer?

—No, recordé que tengo cosas que hacer, los veré después, chicos.

Trevor también nos abandonó.

—Tengo hambre —confesó mi novia.

—Y mi novia cocina increíble, seguro se llevarán bien. Me adelantaré y los veo allá, Adam sabe la dirección.

—Espera —sostuve su brazo—. ¿Quieres que lleve algo?

—Te diría que con tu presencia me basta, pero si quieres complacerme lleva un

—Casillero del diablo —completé.

—Exacto.

Apenas Johnny se fue, Juls se detuvo a mirarme con una ceja enarcada.

—Es un vino tinto, tú eres fan de los vinos me sorprende que no lo conozcas.

—Sé que es un vino proveniente de chile, me sorprende que quieran beber ese, creí que buscarían otro que acompañara mejor la comida.

—Siempre he opinado lo mismo, pero es el favorito de Sandra y Jonathan, habrá que complacerlos.

Nos embarcamos en nuestra pequeña aventura en busca del vino, había un lugar muy bueno en la ciudad y siempre lo encontrábamos abierto, Juls y yo bajamos del auto y entramos.

—¡Adam! Que gusto verte por aquí —el hombre estaba limpiando una botella, tenía alrededor de cincuenta años, se había cuidado, las canas en su cabello eran visibles, pero siempre mantenía una buena actitud sin importante que tan estúpidos pudieran llegar a ser sus clientes—. Hace tiempo que no venías por aquí.

No le diré que he estado comprando cervezas en lugar de vino, se sentirá ofendido.

—Hola, Walter, lo siento he estado ocupado con los ensayos.

—Ser famoso no es sencillo ¿eh?

—No tanto —nos acercamos más hacía donde él estaba—. Ella es Juls, Juliette —aclaré—, mi novia —ambos estrecharon sus manos.

—Al fin conozco a la famosa Juliette.

—Un placer —le sonrió.

—No sabes cuánto he escuchado de ti.

—Oh, ¿en serio?

—Cuando Adam venía a comprar un Castello Di Neive Barbaresco, no deja de mencionarte. —Por supuesto que la chica estuvo interesada en saber más.

—Es mi vino favorito.

—Y el mío —aclaré.

—Tiene buen gusto señorita, ese vino es para paladares exigentes.

—Me gusta la comida de Adam, no sé qué tan exigente soy.

—¡Oye!

—Los vinos italianos son por mucho los mejores.

—Ni que lo diga —concordó—. El barbaresco tiene altos puntajes por Wine Spectator y Wine Enthusiast.

—Veo que sabe de lo que habla, son organizaciones que se encargaran de seleccionar los mejores vinos a nivel mundial.

—Y lo mejor es que este vino está al mismo nivel que un Barolo.

—Que, aunque es un vino caro

—Vale completamente la pena —completó y el hombre asintió.

—Adam, adoro a esta chica.

—Créeme, yo también —respondí con una sonrisa—. Necesito un casillero del diablo.

—¿Para Johnny? Siempre le he dicho que sea abierto a nuevas opciones de vino y nunca me hace caso.

—Tú me entiendes, pero teclitas se niega a cooperar.

—Es una pena —sacó la botella de un estante y me la dio.

—¿Me puedes dar también un Castello Di Neive Barbaresco —pronuncié a la perfección el acento italiano. Juls me miró confundida—. Es nuestro favorito, ¿verdad? —asintió. —Gracias, Walter, quédate con el cambio.

—Saluda a los chicos de mi parte.

—Por supuesto.

—Un placer, Juliette, hasta luego.

—Hasta luego.

Conseguimos nuestro vino y subimos al auto.

—Así que sabes cuál es mi vino favorito.

—Ese dato tú me lo diste, lo creas o no, presto atención a los detalles.

—Eso o que me acosabas.

—Quisieras tener tanta suerte.

Mis comentarios le divertían.

—¿Para qué ocasión especial beberemos esta delicia?

—Para celebrar que estamos juntos ¡Por fin! Lo celebraremos en mi apartamento.

—¿Es una cita?

—Es una cita, señorita Graves.

—¿Qué hice para que Adam Stone me invite a una cita? —acorté la distancia entre nosotros y la besé.

Sin problema alguno correspondió, sus suaves labios se juntaron con los míos, podía respirar el olor a canela que desprendía.

—Aceptaste ser mi novia —susurré a centímetros de sus labios, no pudo evitar sonreír.

Puse en marcha el auto y fuimos al apartamento de Sandra, para cuando llegamos la comida ya estaba preparada, Sandra siempre decía que me sintiera como en casa y eso hacía cada vez que estaba ahí, teníamos confianza entre nosotros.

—Eso huele muy bien.

—¡Al fin alguien aprecia mi comida! —comentó mientras yo le entregaba el vino.

—Amor, yo siempre te digo que tu comida es la mejor.

—Shhh —le restó importancia—. Lo dices porque no tienes opción, en cambio esta chica realmente lo aprecia.

Jonathan rodó los ojos.

—Mucho gusto —estiró su mano—. Soy Sandra.

—Juliette.

—Lo sé, hemos escuchado tanto de ti por años.

Le hice una seña para que se callara y corrigió de inmediato. No quería verme como un chico obsesionado.

—Quiero decir que estos días que Adam nos ha hablado de ti se sienten como una eternidad, lo tienes muy enamorado ¿sabes?

—Supongo que es bueno saberlo.

—Bueno —tenía que salir de esa incomodidad—. Iré a mejorar tus guarniciones, Sandra.

—Este se cree chef —comentó la novia de mi amigo.

—Es bueno —afirmó la mía.

—Ay, no ¿tú también estás bajo el efecto Stone?

—Amor, tienes que admitir que Adam cocina muy bien.

—Y lo que le sigue —agregó Juls.

—Bueno ya, tienen razón, el chico tiene talento.

—¡Gracias! —grité desde la cocina.

Mientras Jonathan me ayudaba a mejorar la comida de su novia, Sandra y Juliette se quedaron sentadas platicando y conociéndose más, se hicieron buenas amigas, al parecer tenían muchas cosas en común, comenzaron a platicar y contarse cosas como si se conocieran de toda la vida.

—Creo que se llevan bien —susurró.

—Por favor no me digas que Chloe tendrá más aliadas.

Él solo se rio.

—Míralas están tranquilas platicando.

Hice lo que me pidió y las observé, se estaban riendo, sí lucían tranquilas.

—O tal vez estén planeando cómo conquistar el mundo.

—Sí —suspiró—. Creo que esa es una opción más viable.

Después nos sentamos todos a comer, Johnny nos sirvió el vino y estuvimos platicando, esta vez escuchamos la versión de Sandra de cómo mi amigo le pidió que fuera su novia y lo mal que salió eso, nos dio detalles bastantes jugosos que teclitas omitió seguramente por pena, ya bastante malo había sido un rechazo público como para contarnos que fue a su casa a llorar después de que lo dejara.

—El gran Jonathan, llorando frente a una chica, quién diría que te morías de ganas porque te aceptara.

—No lloré, Sandra diles la verdad —ella bebió de su copa—. ¡Sandra!

—Se puso incluso de rodillas —agregó y empezamos a reír—, pero si te sirve de consuelo, amor, a Juliette le llegaron con un peluche y rosas, muy a la antigua.

Genial, era su momento de vengarse.

—Lo hubieras visto Juliette «¿Y si no le gusta?» «¿Y si realmente le molesta que haga esto?» «Ay, es que ella me gusta demasiado» —imitó mi voz.

Pasé mi brazo por el hombro de Juls y la miré fijamente.

—Y no mentí, me gustas demasiado por eso estaba tan nervioso.

—Eso no es justo, tú me dejas como el patético chico y cuando yo trato de hacer lo mismo tú quedas como un encanto de chico que babea por su novia.

—Soy Adam Stone, ¿qué puedo decir?

Mi nombre se había vuelto mi lema de vida.

Estuvimos un par de horas más charlando y contando anécdotas, esta vez sin dejar en ridículo al pobre Johnny, Juls era quien más hablaba, muchas de esas historias no las conocía, no mantuve mucho contacto con ella durante tres años y me parecía increíble que ahora pudiera estar con ella, la vida sí que da muchas vueltas.

—La hubieran visto —no dejaba de reírse—. El café de Hailey se le salió hasta por la nariz, Diana y yo no dejábamos de reírnos de ella.

Después de un par de minutos de carcajadas continuas, la risa cesó.

—Adam dice que Hailey es una chica increíble.

—Y lo es, Johnny, tiene un talento para la pintura impresionante, justo ahora debe de estar en alguna galería de arte.

—Habrá que visitarla —comenté.

—Por supuesto.

Ya estaba oscureciendo así que los dejamos, ni siquiera lo pensé y conduje directo a mi apartamento, bajamos del auto y entramos como si fuera lo más normal del mundo, me di cuenta ya hasta que estábamos en el sofá, ella no se había quejado y no me afectaba en nada tenerla conmigo y por eso no dije nada al respecto, tal vez ella pensaba que la llevaría a su casa más tarde.

—¿Quieres tomar algo? —me miró divertida.

—No sé si en tu amplia variedad de vinos, tengas mi favorito.

—Veré que puedo encontrar.

Permaneció callada unos segundos

—¿Te gusta componer, Adam?

—Por supuesto ¿a qué viene la pregunta?

—Ninguna de tus canciones tiene violines.

—Hum —fingí analizarlo—. Tal vez sea porque nadie de la banda toca violín.

—Podrían contratar a alguien y que solo grabe una secuencia, una canción que tenga violines puede ser muy buena.

—No soy fan de los violines en las canciones.

Y no me malinterpreten, hay canciones donde sin lo violines no sería lo mismo, pero en lo personal no es muy mi estilo ni mucho menos el de la banda, estamos bien así como estamos ahora, ya bastante cambio fue que mi guitarrista ahora sea el pianista como para considerar integrar un miembro más, además de que no todas las canciones se llevan con violín.

—Deberías componer una, vamos —insistió.

—No haremos eso, Juls.

—Hazlo por mí.

Bien, lo estaba considerando.

—No —me recargué para verla mejor mientras servía el vino.

Se veía cansada, pero se animó en cuanto le entregué la bebida.

—Por nosotros —levantó su copa e imité su acción.

—Por nosotros.

Durante breves segundos todo lo que hubo fue silencio, la tranquilidad no duró mucho porque Juls sacó el tema de nuevo.

—Incluir violines podría ser sumamente benéfico para la banda.

—Claro, seguro es el vino haciendo efecto en ti —esa risa, cuanto me encantaba—. Puedo hacer algo más.

—Soy toda oídos.

—Te puedo dedicar el concierto más importante que tengamos —me miró más sorprendida de lo que esperaba—. Tomaré el micrófono, me acercaré a ti, te cantaré y al final les diré a todos «este concierto es dedicado a Juliette Graves, el amor de mi vida» —su semblante cambió—, y las fans tal vez te odien porque habrán perdido la oportunidad de estar con el grandioso Adam Stone —seguía callada—. ¿Qué pasa?

—¿Crees que soy el amor de tu vida?

Carajo, creo que no fui consciente de las palabras que usé, solo me dejé llevar. No podía descifrar su mirada. ¿Estaba contenta? ¿Asustada? ¿Impactada tal vez? Al demonio, mejor decirle lo que siento.

—Me aterraría más pensar que no.

—Adam.

—No tienes que responder ni darme una opinión de nada, sé que puedes decir que aún somos demasiado jóvenes como para saber si la persona con la que estamos es el amor de nuestra vida o no —sonreí de lado—. Me gusta pensar que hay personas que están hechas para estar juntas, dos almas llenas de alegría, llenas de miedo o tal vez dos almas rotas, pero que, a final de cuentas, sin importar lo que pase permanecen juntas.

—Sin importar lo que pase.

—La vida se encarga de dar y quitar, aplica para personas, objetos, oportunidades, depende de ti cómo lo sobrelleves —recargó su cabeza en mi hombro.

—Jamás te lo había dicho, pero admiro que aun creas en algo, nada mejor que el amor —nuestras respiraciones se habían sincronizado—. Así que tu concierto más importante.

—Te lo dedicaré siempre y cuando estés ahí. ¿Irás?

—Estaré en primera fila.

—¿Lo prometes?

—Sí. ¿Prometes que me dedicarás ese concierto? —sonreí.

—¿Es lo que quieres?

—Claro.

—Entonces ten por seguro que lo haré.

—Bien, aclarado eso, iré al baño.

Ella también se había tomado muy literal eso de Siéntete como en tu casa y me encantaba.

Había tardado ya un poco, fui a mi cuarto y cuando llegué ella estaba sosteniendo algo.

—¿Juls?

—No creí que aún conservaras esta foto, fue hace tiempo —habló dándome la espalda mientras observaba el portarretratos.

—Tres años, el día de tu fiesta.

En la foto ella estaba sobre mis hombros con un traje de baño y yo seguía en bermudas, estábamos a punto de entrar a la piscina, después llegó el caos.

—Tengo algo para ti —se sentó en la orilla de la cama—. La fui a recoger esta mañana, estaba en la tienda cuando vi la noticia, por eso llegué tan rápido con Chloe, no estaba tan lejos del estudio, cuando escuché que habían causado daños supuse que se referían a los instrumentos y, aunque comprarán los instrumentos pronto será como si empezaran de cero, es para ti, para que no empieces en cero —dejó sobre mi mano una plumilla.

Era negra, en el centro estaba la forma de un silencio de negra, del que dura solo un tiempo y nuestras iniciales, decir que fue un detalle que me encantó sería poco.

—Sé que ya tienes una plumilla plateada con tu inicial y que tal vez ese sea tu amuleto.

—Este es mi nuevo amuleto de la suerte —me quité el collar que tenía, una plumilla plateada con mi inicial al centro y una pequeña figura—. Ahora este podría ser el tuyo —lo coloqué en su cuello sin apartar mis ojos de los suyos.

—Es precioso, pero es tuyo.

—Está en tu cuello ahora, supongo que ya cambió de dueño.

—En serio te gusto ¿verdad?

No dejaba de admirar el collar.

—No tienes ni la más mínima idea de cuánto.

Dejó de centrarse en el collar y me jaló hacía ella.

—Te amo, Adam.

Me besó como si quisiera dejar en claro la autenticidad de sus palabras, no podía pensar bien, no cuando sus labios presionaban los míos. Sus palabras habían sonado tan sinceras, incluso pude ver ese brillo en sus ojos, lo tenía solo cuando estaba conmigo, se apartó un poco de mí, no quería ni verme, seguro había pensado que lo que dijo había sido demasiado pronto, sostuve su rostro con mis manos.

—Hey —buscaba su mirada y finalmente esos ojos cafés me miraron—. También te amo, Juls.

El beso después de eso pasó de ser suave a demandante, la sostuve de la cadera para ponerla encima de mí, sus manos se enredaban en mi cabello, comencé a besar sus mejillas, bajé hasta llegar a su clavícula y podía sentir su respiración acelerada, sin problema alguno le quite la blusa y ella se encargó de mi playera, joder, se veía más que perfecta y aun con solo la luz del exterior pude detallarla bien, cada parte de su cuerpo me encantaba, sin protestar dejó que desabrochara su falda y esta cayó al suelo.

—¿Tienes un condón?

Chica prevenida vale por dos.

—Claro.

Saqué uno que estaba en el mueble a lado de la cama y ella observó cada movimiento que hice hasta finalmente ponérmelo, estaba frente a mí con los codos sobre la cama, relamí mis labios y mis besos no se detuvieron en su cuello, seguí bajando y bajando y me detuve en su abdomen mientras mis manos se movían libremente en su cuerpo, un poco de juego previo no afecta a nadie.

—Adam —suplicó.

—Le quitas lo romántico al asunto, Juls.

Deslicé entre sus piernas su ropa interior hasta que quedó completamente expuesta ante mí, no me detuve y seguí dejando besos húmedos por todo su cuerpo mientras ella soltaba mi nombre entre gemidos que trataba de reprimir.

Lo último que vi fue como se aferraba a la sabana con fuerza.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro