Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35 | Quizá en otro universo

Llegamos a la casa donde se está quedando su padre, apenas el auto se estacionó Donovan bajó corriendo, poco después lo seguí y entramos a la casa, la puerta estaba abierta, vimos a personas llorando en el patio trasero, Donovan se detuvo en seco en el momento en que vio a Chloe.

—Chloe —habló en un hilo de voz.

—Mi amor —se acercó a él para seguir llorando.

—¿Qué pasó?

—Es Snow.

—¿Tu gato? —pregunté.

—Murió. —No podía contener sus lágrimas—. Ven acompáñame, lo están enterrando.

Dejo que se vaya y consuele a su novia mientras que las chicas se acercan a mí.

—¿Te das cuenta de que casi matas a mi amigo de un susto? —me cruzo de brazos al ver a la rubia acercarse.

—Lo siento, no sabía cómo decirlo, todas nos preocupamos por Chloe, le dije que había un funeral.

—Pudiste haber especificado que era de un gato, Dono pensó que algo malo le había pasado a su novia.

Veo que Johnny está entrando con Juls, ambos se acercan corriendo a mí, notó la duda en sus miradas.

—Está bien, Snow murió, pero Chloe está bien.

—Qué alivio —suspira Juls.

—Amor. —Johnny trata de no perder la paciencia con Sandra—. Pudiste haber empezado por ahí, casi le da un infarto a Donovan.

—Lo siento.

—Vamos a acompañar a Chloe, Snow era muy importante para ella, y después —las miro con atención a todas—. Después hablaremos seriamente, no crean que ya me olvidé que perdieron a mi prometida.

Agachan la cabeza, están avergonzadas.

Regresamos al patio y nos encontramos con Chloe dando unas palabras de despedida a su gato.

—Creciste a mi lado, soportaste largos viajes conmigo yendo de un lado a otro, mudanza tras mudanza, fuiste un integrante más de esta familia y, aunque ahora ya no estás con nosotros, ten por seguro que siempre te llevaré en mi corazón, fue un placer haber compartido todos estos años contigo, Snow.

Dejó una rosa sobre la tierra y su padre se acercó para abrazarla, sus amigas entraron con ella a la casa, los chicos y yo nos quedamos afuera tratando de procesar lo que estaba pasando.

—¿Qué le digo? —pregunta Dono.

—Nada —Johnny se encoge de hombros.

—¿Nada?

—No, nada, Dono, apoyo a teclitas, a veces solo necesitas estar ahí para ella, en ocasiones las palabras no son necesarias, quizá no nos sentimos tan mal como ella porque bueno, no era nuestra mascota, pero Snow estuvo con Chloe durante todos estos años, apuesto a que cuando ya no sabía a quién acudir se quedaba con el gato.

—Es cierto —sale de la casa su padre—. Era su amigo más leal.

—Buenas tardes, señor Moreno —estiro mi mano y la estrecha—. Siento lo de Snow —me examina, no sé qué decir—. Soy Adam Stone.

—Sí, Chloe me ha hablado mucho del rubio que le hacía la vida imposible.

—Es su hija, sabrá que suele exagerar.

Río un poco ante mi comentario.

—Sí, veo que la conoces bien, te aprecia demasiado, gracias por estar aquí para ella.

—También la quiero así que no hay problema.

—Tú debes ser Jonathan, también he escuchado mucho sobre ti.

—Un placer señor.

—Y Donovan, lamento el susto que las chicas te dieron —palmeó su hombro—. Entremos, mi hija debe estarse preguntando dónde estamos.

Al entrar de nuevo a la casa nos encontramos con una Chloe mucho más tranquila, cambió su humor, no pudimos evitar reírnos cuando vimos a que se debía.

—¿Qué? —preguntó con la boca llena—. Fue idea de July.

—Pasé rápido a comprar una hamburguesa con Johnny, creímos que la pondría de mejor humor.

—Y no te equivocaste —dice dándole otra mordida y limpiándose las lágrimas.

Nos quedamos un rato en la casa escuchando lo que para Chloe son las aventuras más fascinantes que una niña de seis años puede vivir en compañía de su gato, nos quedamos a comer y conocemos más sobre su padre, es impresionante todos los sacrificios que ha hecho con tal de darle lo mejor a su hija.

Muchas veces creemos que es la responsabilidad de los padres darnos todo lo que sea necesario, y en parte es cierto, pero poco se habla de los sacrificios que hacen, familias como las nuestras han sacrificado más de lo que deberían, el padre de Chloe, dejar de ver a su pequeña con tal de que ella cumpla su sueño, los padres de Donovan que pese a sus errores decidieron mantener su distancia para no causar más problemas en la vida de su hijo, la madre de Johnny lo ayudó a escapar con tal de que él pudiera hacer lo que le apasiona y mi padre... se alejó de mí solo para que no saliera perjudicado.

Es un acto de amor el alejarse por el bien del otro, sin importar cuanto duela o cuanto se pierda en el proceso; marcharse también requiere valentía.

Cuando empieza a oscurecer regresamos a nuestros apartamentos, salvo Chloe quién se queda un rato más con Donovan, qué bueno que el suegro lo quiere de lo contrario sería algo incómodo.

Regreso al apartamento y después de darme un largo baño con la chica que amo vamos directo a la cama, admito que estoy agotado y con dificultad puedo mantener los ojos abiertos, me siento aún más tranquilo cuando Juls recuesta su cabeza en mi pecho.

—¿Cómo te sientes?

—En estos momentos, relajada ¿tú?

—Igual —sigo manteniendo los ojos cerrados.

—Hay algo que quiero decirte.

Oh, oh.

No puedo verla, pero percibo que está nerviosa, su comentario me obliga a abrir los ojos, pienso lo peor, debe estar relacionado con la boda, ya lo veía venir, de seguro está dudando, no la culpo, he tenido una muy mala reputación, pero cambié, quise ser mejor persona para ella.

—Sí, mira si estás dudando sobre la boda quiero que sepas

—¿Qué? —hasta suena ofendida, se aparta de mí y mi enfrenta—. He dudado de muchas cosas, pero jamás había estado tan segura de algo hasta que te di el sí, no pienses ni por un momento que tengo dudas, te he dicho cuanto te amo y nada me va a hacer más feliz que pasar el resto de mi vida contigo, ¿me entendiste?

Y es por esto que me casaré con ella.

—Sí, señora, entonces ¿de qué se trata?

—Ayer, mientras estaba en el club con las chicas, apareció Cory.

Cory, Cory. Maldito Cory, ¿qué afán de meterse en nuestras vidas?

—¿Y?

—Dijo que quería impedir la boda.

—Amor, estuve a punto de morir la noche que quería darte el anillo, si la muerte no evitó que te pidiera matrimonio, ¿qué crees que el idiota de Cory pueda hacer? ¿Decir yo me opongo? lo echamos del lugar y listo, tú me das el sí, yo digo lo mismo y vivimos felices por siempre.

Me sonrió, esa sonrisa bastaba para alegrarme los días.

—Te creo capaz, dijo que aún estaba a tiempo de arrepentirme y que

—Juls —tomé su rostro entre mis manos—. ¿Quieres cancelar la boda?

—No, nunca.

—¿Sientes algo por Cory?

—Ni de chiste.

—¿Quieres casarte conmigo?

—Creí que ya había dejado eso claro —intentó bromear—. Por supuesto que sí.

—Entonces no hay más que hablar, entiendo que Cory se oponga a esto, digo es más que obvio que se enamoró de ti, en su lugar yo también trataría de impedir la boda, menos mal que yo soy el novio. No importa lo que haya dicho, me da igual si te juró amor eterno o si te dijo que soy la peor persona del mundo, lo único que me importa es lo que tú pienses de mí, porque solo tú puedes ver quién soy en realidad, así que a menos que tenga un auto último modelo para regalarme, no estará invitado a la boda.

—¿Te he dicho cuanto te amo?

—Cada día —se inclina para besarme.

Un beso suave, dulce, de aquellos que te desconectan del mundo por unos instantes, donde nada más importa, donde solo somos ella y yo.

Vuelve a la misma posición de antes.

—¿Harás algo mañana?

—No, no tengo planes.

—¿Me acompañas con los chicos? Iremos a comprar nuevos instrumentos.

—No lo sé, ¿habrá algo especial para mí?

Oh, amor, no tienes ni idea de lo que te espera.

—Sí, después de comprar los instrumentos, iremos por algo especial.

—Especial —repite—. Tus regalos especiales suelen ser costosos y te he dicho que no me gusta que gastes tu dinero en mí, no de manera excesiva.

—Punto número uno, te he dejado en claro que si se trata de ti jamás será un desperdicio de dinero, y dos, ya no es mi dinero, es nuestro dinero.

—Sigo sin superar que hayas dicho «y tú te traes nuestro carro».

—Lo que es mío es tuyo, incluso desde antes de pedirte matrimonio, vamos di que sí, tú podrás escoger el color de la guitarra.

—Mmm bien, me has convencido.

—Prepárate para la sorpresa, apuesto a que te encantará, descansa, amor —besé su cabeza.

—Descansa, amor.

* * *

Un nuevo día y yo no podría sentirme más feliz, cuando Juls y yo terminamos de desayunar fuimos directo a la tienda de música —la cual por cierto era inmensa—, y ahí nos encontramos con los chicos, cada uno estuvo buscando la mejor marca de su instrumento, claro que ella venía conmigo y ya que conocía a la perfección todas las guitarras que se encontraban ahí fui contándole un poco sobre ellas.

—Me encanta cuando te emocionas al hablar de música —comenta mientras observa un piano.

—Apuesto a que serías buena en algún instrumento, ¿nunca quisiste aprender a tocar un poco?

—De pequeña tocaba el piano, aprendí un par de cosas, pero no llamó mi atención, preferí dedicarme a la actuación.

—Y mira qué bien te ha ido desde que tomaste esa decisión.

Seguimos caminando y ambos nos detuvimos en seco al ver una guitarra roja con blanco de exhibición.

—Es esa —hablamos al mismo tiempo.

Mientras más nos acercábamos a ella más convencido estaba que era la indicada, solo miren a qué marca pertenece, de las más reconocidas en el mercado actual.

—No tengo duda, tocaré con esa guitarra en nuestro próximo concierto.

El calor abandonó mi cuerpo cuando una chica se acercó y la tomó y al mirarme palideció.

—Adivino, no es para ti.

La chica negó.

—Amor ya encontraste una... guitarra. Hola, Adam.

—Jeremy.

Fue la primera vez que no me miró con superioridad, se veía más bien triste.

—Supongo que te la llevarás —habla mi novia cruzándose de brazos.

—No —Charlotte se la entrega y él se acerca a mí—. Es tuya.

—¿Así tan fácil? ¿Cuál es el truco?

Sonrió de lado.

—Sin trucos esta vez, Stone, te hice mucho daño, si no hubiera apoyado a mi tío y no hubiera sido un idiota contigo habrías sido feliz desde hace tiempo —miró el anillo de Juls—. No puedo hablar por mi tío, pero sí por mí y lamento lo que pasó, no sabía que perderla a ella fuera a dolerte tanto —me entrega la guitarra—. Considéralo un regalo de bodas.

—Cariño, él la va a pagar —añade Charlotte.

—Lo sé, pero pude haberme puesto en un plan pesado y llevármela solo para molestarlo.

—Gracias, lo digo en serio. Esto no compensa ni una mínima parte de lo que hiciste, pero acepto las disculpas, en tanto dejes de interferir en mi vida, creo que podremos ahorrarnos muchos problemas.

—Créeme, ya no habrá necesidad de pelear, nos retiramos.

—¿De Bridgen? —cuestiona Juls un tanto confundida.

—De la música —responde su novia.

—Sí, creo que durante años estuve persiguiendo algo que no era para mí, era más grande mi necesidad por superarte que mi pasión por la música, en realidad solo es un hobbie, es justo como me dijiste, Adam, hay quienes nacen con talento y quienes fingen tenerlo, tú naciste con él, mereces todo lo bueno que te está pasando. Me alegra que Hidden sea la banda que haya firmado con Trackmind, espero que algún día puedas perdonarme.

Todo este tiempo ha sido un idiota y probablemente lo será siempre, sin embargo, veo que está siendo sincero, podrá haberme jodido la vida hasta el cansancio, pero no quiero estar viviendo con rencor, ya no me importa lo que haga, no seremos mejores amigos, pero podremos convivir de manera civilizada.

—Despreocúpate, te perdono, pero creo que estaremos mejor en tanto haya distancia entre nosotros.

—Sí, creo que es lo mejor.

—Pero igual y un día podemos ir los cuatro a comer o no lo sé, convivir un poco.

Juls me miró divertida.

—Un paso a la vez, Charlotte —le comentó mientras sostenía mi mano.

—Gracias por dejarme la guitarra, espero que les vaya bien en su último concierto.

—Gracias, supongo que los veré otro día, cuídense, chicos.

Comenzaron a alejarse, pero la chica se detuvo.

—Adam.

—Charlotte —observó nuestras manos entrelazadas

—Me alegro que al fin hayas encontrado a la indicada, nadie más que tú lo merece, espero que la boda sea un éxito.

—Gracias —sonríe y asiente.

Jeremy la estaba esperando, sostuvo su mano y se alejaron y sé que junto con ellos se van los miedos e inseguridades que aún tenía, ya no importa lo que pase, dejaré de darle tanto peso a lo que hagan las personas.

—Hora de pagar.

Vamos con la chica que nos atendió en la entrada, el resto de chicos ha encontrado justo lo que querían, pagamos y parte del personal nos ayuda a colocar los instrumentos en los autos, Donovan vino preparado con una camioneta que Trackmind le prestó.

Guardamos el resto de instrumentos en las cajuelas y conducimos a mi apartamento, me sentía de buen humor así que quise cocinar, sé que a los chicos les encanta cuando cocino, al inicio la charla constó en comentar las marcas de nuestros instrumentos y lo emocionados que estábamos, claro que cada quién estaba con su pareja, pues Johnny había invitado a Sandra, Chloe volvió a la banda y Juls, bueno Juls vive aquí.

—¿Y qué tal los nervios? —Sandra se ve emocionada.

—Están al mil —asegura.

—Solo faltan un par de días y serás oficialmente la señora Stone.

—Que honor —se gira para besarme.

—Me alegra tanto que tu cita te haya dejado plantada el día que nos conocimos —sonreí a centímetros de sus labios.

—Sí, D.W20 se puede pudrir.

—¿Qué dijiste? —pregunta Dono.

—Oh, es que así se llamaba el chico con el que había quedado en el bar.

—Muy poco original —aseguré.

—No lo puedo creer.

—¿Qué pasa?

—D.W20 Soy yo.

Todos estamos sorprendidos y confundidos a partes iguales.

—Donovan, explícate —pedí.

—D de Donovan y W de Wilson, aún no nos conocíamos y un día estaba aburrido, cabe recalcar que mi vida amorosa era un completo asco, decidí instalarme una app de citas y le escribí a la primera chica que encontré J.G.Walker

—Juls

—No tenía foto de perfil así que fue imposible reconocerla, acordamos vernos en un bar, el de Zach, esa noche estaba lloviendo y la verdad es que me sentía tan estresado al recordar todo lo que pasé con Cindy que opté por no ir y de paso desinstalé la app.

—Y por eso no llegaste —habló.

—¿Se imaginan? —suelta una carcajada la ruidosa—. ¿Donovan y Juliette juntos?

—La idea me aterra —acerco a Juls hacia mí—. Estuvo bien que no fueras, Dono, la mejor decisión de tu vida.

—Quizá en otro universo Dono se hubiera casado con July y Adam con Chloe —suelta Johnny.

Intercambiamos miradas, ni siquiera lo imagino.

—Menos mal que yo me casaré con Juls.

Después de tal revelación hablamos sobre las extrañas experiencias que hemos tenido gracias a las apps de citas, chicos, en serio que no se las recomiendo, Juls una vez se encontró con un narcotraficante.

—Bueno, chicos tenemos que irnos.

—¿A dónde?

—Es una sorpresa para Juls, teclitas.

—Nosotros también deberíamos irnos, Chloe y yo haremos unas compras.

—Sí, igual Sabrina y yo queremos descansar un poco, ¿verdad, amor?

—Por supuesto, los dejamos, chicos.

Todos se ponen de pie y toman sus cosas.

—Bueno, pasadlo bien —palmeó mi hombro.

Juls trataba de contener su emoción una vez dentro del auto, pero era imposible, la conocía bien, ella no tenía ni idea de a dónde iríamos.

—Vamos, dame una pista, pequeñita por favor.

—No, ya lo verás cuando lleguemos, no está tan lejos el lugar.

No lo demostraba, pero estaba muerto de nervios, ni siquiera sabía cuál sería su reacción, ¿le iba a gustar la sorpresa? ¿Se asustaría? Igual no es para tanto.

Vale, pero deja de temblar, Adam.

No estoy temblando.

Sí, sí estás temblando.

—¿Todo en orden, amor?

—Sí, sí —necesitaba relajarme—. ¿Te he dicho cuanto me encanta que me digas amor?

—Lo sé, amor.

Ella se veía confundida cuando estacioné el auto, no dijo nada, bajé y al abrir su puerta estiré mi mano, estaba temblando tanto como yo, frente a nosotros se encontraba una mujer: Catalina.

—Buenas tardes —sonríe ampliamente—. Juliette, Adam.

—¿Qué es esto?

—Antes de que digas algo —tomé sus manos y se enfocó en mí—. Este vecindario es bastante seguro, tienes varios lugares cerca y el transporte no será problema, te compraré un carro —me miró aún más sorprendida—. Camioneta, patineta, lo que quieras, pídeme el batimovil y será tuyo —comenzó a reírse.

Solo podía notar felicidad en sus ojos.

—¿Estamos aquí para hacer lo que creo que vamos a hacer? —asiento.

—Necesito que veas la casa por dentro, si te gusta, entonces será nuestra.

—Acompáñenme —indica Catalina.

Por fuera la casa luce preciosa y se ve bastante amplia, los árboles a su alrededor le dan un toque aún más especial.

Al entrar vemos mucho espacio de frente.

—Lo siento, tengo que atender esta llamada, pueden ir viéndola sin problema.

Caminamos y sé que Juls ya está pensando en cientos de cosas, vemos un espacio en la pared perfecto para

—La televisión —comentamos al mismo tiempo.

—Podemos poner sillones aquí y aquí —señala—. Alguno de los cuadros que tienes puede ir a un lado de la ventana, y en el fondo el piano de cola que tenemos en el apartamento.

Tenemos. Suena tan perfecto.

Subimos cuatro escalones y ambos estamos de acuerdo en que el comedor tiene que estar ahí, la cocina tiene el espacio necesario para que pueda hacer mis desastres para cuando cocine, junto a la pared del otro lado, hay unas escaleras, hay tantas cosas que quisiéramos colocar aquí, contamos con cinco habitaciones, bueno cinco espacios amplios vacíos.

—Nuestra recamara puede estar en el pasillo izquierdo.

—No lo creo, deberíamos estar en el derecho.

—¿Por qué?

—Qué tal que nuestro hijo quiere escapar, si baja por la ventana lo veremos por la sala, déjale una de las recamaras de la izquierda.

—Mírate, aún no nace y ya los estás consintiendo, creí que la paternidad no iba con Adam Stone.

—No me malentiendas, yo sería feliz, aunque solo fuéramos tú y yo, pero la idea de una mini Juls corriendo por la casa no me desagrada, claro que no ahora, disfrutemos de esto primero.

—¡Dios, te amo tanto! —tomó mi mano y seguimos caminando por los pasillos.

Decidimos que un lugar sería específico para que ella pudiera estar ensayando para futuros protagónicos y que otro espacio sería para mí, mi pequeño estudio de grabación.

Tenemos dos baños completos y por fortuna tres de las habitaciones también tienen baño, vemos el patio, los lugares que podemos aprovechar.

—No cabe duda, es perfecta —mira a su alrededor con una gran sonrisa.

—Solo tenemos que firmar el contrato.

—¿Ya está listo?

—Contaba con que escogerías esta casa, después de todo siempre la quisimos ¿recuerdas?

—Lamento mucho la demora, ¿tomaron una decisión? —pregunta catalina con una carpeta en las manos.

—Sí, la compramos.

De ahí en adelante todo es firmas e información, ver a Juls feliz mientras firma es todo lo que quiero, cuando terminamos de hacerlo me entrega las llaves de la casa.

—En hora buena, chicos, disfruten de la casa.

—Gracias —respondemos al mismo tiempo y ella se va.

—Tenemos un par de días para ir buscando muebles, camas, escogeremos juntos la decoración porque no tengo que recordarte que mi madre es diseñadora de interiores o bueno, era, no sé qué esté haciendo, pero aprovecharemos estos días.

—Y después organizar la mudanza, señor Stone.

—Si me lo permite, señorita Graves, enviarán las cosas y las dejarán sin acomodar, será divertido que nosotros escojamos un sitio para cada mueble y objeto.

—Me encantará —rodea con sus brazos mi cuello—. No puedo creer que hayas comprado una casa.

—¿Esperabas que viviéramos de por vida en mi apartamento?

—Tienes razón, en algún momento la familia crecerá.

—Y por suerte tendremos dos habitaciones de sobra, ya veremos en qué ocupar una de ellas.

—Es cierto —noto como sus ojos se cristalizan—. No me puedo creer que en cuestión de días nos casaremos.

—Y no tienes idea de cuán feliz me hace el tenerte conmigo —la tomo de la nuca y junto nuestros labios.

Lo supe desde el momento en que la vi, ella es mi destino.


Estoy segura que también crearán cientos de recuerdos preciosos en esa casa. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro