Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31 | Buen viaje

Juliette

Era su momento de gloria, entendía que después del concierto se iría a celebrar con los chicos, aunque no dudo que haya estado buscándome.

Sigo sin poder procesar lo que pasó ayer por la noche, la manera en que se acercó hacía mí, la forma en la que me miró como si nada más que ese momento le importara, soy consciente que apenas transcurrieron unos segundos, pero ese momento lo sentí eterno, a final de cuentas él también cumplió con su promesa, terminó dedicándome su concierto más importante.

—Hola, tierra llamando a July, reacciona —agitó su mano frente a mí.

—Perdón, ¿decías?

—Se enfriará tu desayuno —señala Karla—. ¿Sigues pensando en el espectáculo que dio Stone ayer?

No dormí por estar pensando en eso.

—Sí, me marcó ayer en la noche.

—¿Y bien?

—No respondí, no hubiera sabido qué decir, ¿qué se supone que dices cuando te dedican un concierto? —pregunté sorprendida.

—Un «gracias» no le cae mal a nadie.

El camarero se acercó para recoger el plato de Karla y se quedó de pie observándonos, mi amiga ni siquiera lo notó.

—¿Podemos ayudarte en algo? —enarqué una ceja.

—Karla —habló en un hilo de voz.

Un momento, ¿de qué me perdí?

—¿Mateo?

Así que este era el famoso Mateo.

—¿Qué haces aquí? Estuve tratando de localizarte como loco.

—¿Perdón? —se ofendió—. Fui yo quién te enviaba mensajes y te llamaba con frecuencia, jamás contestaste.

—Perdí mi celular y después ya no pude tener acceso a la app en donde nos conocimos, no supe de qué otra forma buscarte, creo que no estaba bien escrito tú número en la plataforma, pero en serio lo lamento.

Los observaba mientras hablaban mientras terminaba la comida que se encontraba en mi plato, esto era interesante.

—No hay rencores, descuida —se centra en mí.

—De hecho —añade volviendo a obtener su atención—. Podríamos aprovechar que estás aquí y volver a intentarlo.

Le doy un sorbo a mi malteada esperando su respuesta, ella solo se ríe.

—Gracias, pero no gracias, ya estoy saliendo con alguien más.

Auch.

—¿Tan pronto?

Ese comentario solo la molesta más.

—Ay, relájate, recién nos estábamos conociendo y perdimos contacto hace varios meses, no me interesa recuperarlo ahora, y si no te molesta estaríamos muy agradecidas de que nos traigas la cuenta.

—Por supuesto —asiente y se va

—¿Qué ha sido todo eso?

—Detesto cuándo tratan de hacer que la mujer sea la culpable, okey, no funcionó lo nuestro, que pena, pero su estúpido comentario de «¿Tan pronto?» lo dice como si no tuviera derecho a salir con alguien más solo porque estaba intentando algo con él.

—Y además estás saliendo con alguien más, ¿eh?

—No es la gran cosa —intenta cambiar de tema—. ¿Has hablado con Cory?

—Oh, por supuesto que es la gran cosa, ¿de quién se trata?

—En serio, no importa.

—¿Te diste al fin esa oportunidad con Marcelo?

Esperaba que me dijera que sí.

—Es que es un chico increíble, tiene metas, es atento, decidido, no se deja manipular por nadie, me trata bien y es súper divertido —suelta—. Me siento bien estando con él.

—¿Quién lo diría? —me cruzo de brazos—. Hasta que por fin tomas una buena decisión.

—¿Sabes qué es lo curioso?

—Ilumíname.

—En la película yo te represento.

—Aja.

—Y Marcelo interpreta a Adam.

—Sí.

—La dulce Juliette y el impresionante Adam de la película terminaron enamorándose en la vida real, ¿eso no te hace pensar?

—¿Pensar en qué?

—En que tal vez tú, la auténtica Juliette debería quedarse con Adam.

Tengo miedo al respecto.

—La cuenta, señoritas.

Me inclino para tomarla y dejo el dinero, Mateo ha dejado un papel con su número de teléfono, Karla lo toma y lo mira un momento, no dice nada.

—Gracias.

Ambas nos levantamos y por supuesto que mi amiga deja en la mesa el número de teléfono de Mateo, no quiere saber más del pobre chico.

Nos vamos hacía el parque que se encuentra a un par de cuadras mientras seguimos hablando de cosas que tal vez no tiene sentido, sin embargo, ha hecho la pregunta en la que no he dejado de pensar.

—¿Ya sabes qué le dirás a Cory? Se le ve bastante emocionado porque seas parte de la nueva serie que grabarán en Nueva Zelanda.

—¿Grabarán?

¿Por qué habla como si no fuera parte del proyecto también?

—Sí, sorpresa —hizo un ademán con sus manos tratando de mostrarme su mejor sonrisa—. Le avisé ayer a Cory que no sería parte de la serie, nos dio la opción de elegir ¿no? Bueno, tomé una decisión.

—¿Te quedarán en Bridgen?

—Sí, Marcelo también, queremos buscar cosas diferentes, además la pasión de mi chico nunca ha sido realmente la actuación, aunque lo hace espectacular.

—Aww, ya le dices «mi chico».

—July, concéntrate.

—Sí, sí, ¿qué es lo que quiere hacer?

—Entrenador de boxeo, me mostró un par de fotos y ha ganado varios concursos, siempre quiso tener la oportunidad de poder enseñarle a alguien más.

—Maestro, interesante, seguro que le irá bien.

—Apuesto a que le irá bien sin importar lo que haga —sonríe al solo pensarlo.

—¿Y tú? —me mira confundida—. ¿Realmente quieres ser actriz?

—Sin duda, lo he querido desde que era una niña, estoy cumpliendo mi sueño, pretendo seguir haciéndolo.

—Esa es mi amiga —la jalo y la abrazo—. Me enorgulleces demasiado.

—Basta, me harás llorar —bromea—, pero hablando en serio —se separa—. ¿Qué le dirás a Cory?

Creo que mis estrategias para evadir el tema no están funcionando.

—No lo sé, en serio lo he estado pensando.

—Siempre has querido ser actriz, ya eres más que conocida en el medio, apuesto a que si lo rechazas los demás directores verán que estás disponibles y las oportunidades te llegarán por montones, tal vez hasta puedas conseguir algo aquí en Bridgen y no apartarte de tu novio.

—Adam no es mi novio.

—Aja, sí, que te haya dedicado un concierto no significa nada, por supuesto.

—No significa nada —aseguro.

—Y que te hayas ofrecido a cuidarlo por dos semanas tampoco significa nada, así como tampoco debe ser importante que te haya pedido que lo acompañaras a comprar su auto, te llevara a un concierto de la OFFC sabiendo que debería estar enojado contigo y que te haya besado, por favor —le restó importancia—. Claro que no significa nada.

—Entendí el punto, gracias.

—¿Y entonces por qué te complicas la existencia? Si lo que quieres es quedarte aquí entonces deberías hacerlo, deja de intentar ayudar a todos y enfócate en ti, al final del día la única importante aquí eres tú, no le des gusto a los demás, ¿quieres irte con nuestro apuesto jefe? ¿O quieres quedarte con el chico rubio que te trae babeando desde hace más de cinco años?

Creo que la respuesta era bastante obvia.

—Tik tok, July.

—Quiero quedarme con el molesto chico rubio que me trae babeando desde hace más de cinco años —confesé.

—¿Qué esperas para decirle a Cory que ya tomaste tu decisión?

—No sé cómo empezar, tampoco quiero lastimar a Cory, me apoyó en su momento.

Sin mencionar que accedió a crear rumores de una supuesta relación entre nosotros y mantenerse así por un par de meses, le debo mucho si somos sinceros.

—Llegas, le dices que necesitan hablar, lo miras a los ojos y le dices «no quiero ir a Nueva Zelanda con ustedes porque quiero quedarme y enmendar mis errores porque estoy enamorada de un chico obsesionado con la música».

—Gran discurso. Seguro que con esos argumentos me deja ir.

—No es tu dueño, no tendría por qué detenerte, eres libre de hacer lo que quieras, querida ¡Estamos en un país libre! —gritó y obtuvimos las miradas de un par de personas.

—Bien, ya entendí.

—Así que te recomiendo que hables pronto con él, el vuelo sale mañana en la noche y Cory necesita saber con qué personas cuenta.

—Bien, pensaré detenidamente lo que le diré.

Por estar platicando con ella no me percaté de que una chica frente a mí también venía distraída así que chocamos y su bolsa cayó al suelo.

—Lo siento, ¿Sabrina?

—Juliette.

—Creí que estabas enferma.

Se veía cansada y sin mucho ánimo, algo raro en ella, cada vez que la veía en las entrevistas o con los chicos estaba sonriendo.

—Mejoré.

Es claro que miente.

¿Quién te crees? ¿Adam?

Es obvio que miente.

—¿Quieres sentarte con nosotras?

—Es claro que ustedes tienen cosas de qué hablar, chicas, que gusto conocerte, Sabrina, yo tengo que ir con Marcelo, te veo después, July.

—Claro, te escribo.

—Piensa lo que te dije.

—Lo haré.

Karla se alejó de nosotras y Sabrina y yo nos sentamos en una de las bancas que se encontraban en el parque, tengo que admitir que era incómodo, Adam me había dicho lo que ella sentía por él.

Nada bueno sale de juntar a dos personas que estuvieron con Adam.

Nop, Amber es la prueba de ello.

—¿Estás bien? Ayer en el concierto dijeron que se te había presentado un inconveniente.

—Fue un éxito, ¿verdad? Ellos se lo merecían. Hidden no podía estar completo sin Chloe.

—¿De qué hablas? —me miró con una sonrisa de lado—. No te enfermaste —negó—. ¿Y entonces por qué no te presentaste al concierto?

—Por dos razones, la primera y la más importante es que me di cuenta que no pertenezco a Hidden.

—A los chicos les gusta tenerte en la banda, si te lastimaron

—Como se nota que son tal para cual —interrumpió—. Tu novio me dijo lo mismo, no me lastimaron, siento que fue todo lo contrario.

—Estoy un poco perdida.

—Marcus me pidió que fuera parte de la banda mucho antes de Chloe se saliera, yo tenía mis dudas, tiempo después ella dejó la banda y me pidió que me presentara en las audiciones, él sabía que Adam me aceptaría primero por mi talento y segundo porque le convenía que otra chica fuera la bajista, cuestión de publicidad, yo estaba encantada con la idea de ser parte de Hidden, ¿te imaginas se parte de una de las bandas más reconocidas a nivel mundial? Era un sueño hecho realidad, me dejé convencer por lo que Marcus me decía.

Ese maldito, manipulador. Solo deja un rastro de dolor a donde sea que vaya.

—¿Por qué crees que los lastimaste?

—Debí haber indagado más, ¿por qué era tanta la insistencia en que yo fuera la bajista? No lo había notado hasta ahora, Marcus ya no me da tan buena espina, siento que él quería que Chloe se fuera, sigo sin entender por qué.

Traté de conectar todas las piezas en cuestión de segundos, Chloe no se había ido, Marcus la había obligado a hacerlo y no porque quisiera perjudicar a la banda, no, él quería joder a un integrante en específico: Adam.

—Por eso mentiste.

—Sí, tuve que decirles que estaba enferma, era el concierto más importante de todos, no podía dejar que la banda estuviera incompleta, siento como si fuera parte de un plan macabro o algo por el estilo, adoro tocar el bajo, pero mi lugar no es con Hidden, es por eso que dejaré la banda.

—¿Qué?

—Chloe volvió, y los fans la adoraron ayer, esperan su regreso desde hace tiempo, no solo los Hidders sino también la banda.

—Dijiste que había dos razones, ¿cuál es la segunda?

—Desde uno de los conciertos que dimos en Canadá durante nuestra gira estuve manteniendo contacto con Nathan Cox, ha tenido muchos problemas con su bajista, el punto es que se fue, dejó la banda y me pidió que entrara en su lugar.

—Pero Nathan sabe que estás con Hidden.

—Sí, digamos que nos hemos vuelto un poco cercanos así que le hablé de cómo me sentía, él apoya mi idea, Chloe debe volver.

Ja, sí claro, como si aquel idiota se la fuera a poner tan fácil.

—¿Te vas entonces con Give me life?

—Sí, solo debo buscar las palabras correctas para hablar con Adam, lamento que hayas tenido que vernos mientras fingíamos nuestra relación, sé que no debió ser fácil.

Yo también fingí la mía, ya estamos a mano, Stone.

—Descuida, está en el pasado.

—Gracias por escucharme, creo que tenía que sacarlo, te veré después, Juliette, con suerte en algún concierto de Give me life.

—Ojalá que sí.

Se levantó y empezó a caminar, pero se detuvo en seco.

—Oh, Juliette.

—¿Sí?

—Adam te ama, siempre lo ha hecho, espero que puedan arreglar las cosas y perseguir su final feliz.

Es lo que más quiero.

—Gracias, Sabrina, espero que podamos hacerlo.

—Cuídate.

¿Así o necesitas más señales para ir por él?

Necesito más señales, si estoy arriesgando su carrera quiero asegurarme de que podemos solucionar esto.

Bien.

Adam

Me encuentro en un restaurante con papá, quiso invitarme a desayunar ya que dice que lo que me preparo en el apartamento no es saludable, se infartaría si le digo que he llevado esta dieta por un par de años, mejor quedarme callado, seguirá siendo mi secreto.

—Apuesto a que hubieras preparado este platillo de una manera diferente —habla mientras le da un sorbo a su jugo.

—Se me ocurren un par de ideas, sí, aunque me sorprende.

—¿Qué cosa?

Vaya, nunca lo había visto comer con tanta urgencia.

—Que los profesionales pasan años preparándose y yo soy bastante bueno gracias a mi querido amigo, youtube.

—Quizá sea porque lo llevas en la sangre, eso creo.

—¿Tu familia cocinaba?

—La familia de tu madre —aclara—. Tu abuelo era chef, uno muy bueno y creo que uno de tus tíos.

—No tenía idea, nunca los conocí y mamá no hablaba mucho de su familia.

—Todos adoraban cocinar, durante generaciones al menos un integrante de la familia se dedicaba a eso.

—¿Y luego? ¿Por qué mamá no lo hizo?

—Le aburría, además de que no era muy buena, la comida se le quemaba todo el tiempo, dijo que tampoco quería hacer caso a los consejos de adultos que tenían el pensamiento limitado, desde entonces quiso trabajar de cualquier cosa en tanto no estuviera relacionada con la comida, y claro la racha siguió rompiéndose contigo, con el talento que tienes creí que querrías ser chef.

—Lo pensé durante un tiempo, pero nada me llenaba tanto como cuando tocaba la guitarra, créeme, no me arrepiento de nada.

—Pensaba lo mismo cuando tenía tu edad.

—Mamá me dijo que te gustaba tocar la guitarra, que incluso formaste tu propia banda.

—Fueron buenos tiempos, a tu mamá le agradó la idea de que fuera músico cuando nos conocimos.

Quizá me iba a ver muy infantil preguntando, pero en serio tenía curiosidad.

—¿Cómo se conocieron? —me miró sorprendido—. Nunca me contó, no es como que me hablara de ti todo el tiempo, ¿sabes?

—Me imagino, como sabes ambos nacimos en Inglaterra y aunque te sorpresa era un chico bastante tranquilo.

—¿Un Stone tranquilo?

—Que fuera tranquilo no quiere decir que no tuviera el ego hasta el cielo —añadió entre risas—. Es de familia.

—Lo imaginé.

—Nos conocimos en un bar.

—Las mejores historias de amor empiezan así ¿eh?

—Algunas.

El camarero dejó nuestros cafés, no había notado que nos atendía Mateo ¡Qué locura! El chico me dio una sonrisa, no sabría decir qué tan honesta, tal vez nos odie por no haberlo elegido como nuestro bajista.

—Adivino, creíste que mi madre era la mujer más hermosa de todas y te enamoraste en ese momento.

—Esa es tu historia, hijo —me guiñó el ojo—. En realidad yo estaba esperando a mi cita, la chica jamás llegó, tocaba la guitarra en el bar en donde me encontraba y al no tener nada mejor que hacer le pedí al dueño que me dejara tocar esa noche, tu madre no dejaba de mirarme y cuando todos empezaron a irse me acerqué a ella, se había quedado sin dinero para el taxi, gastó todo en bebidas, se veía linda, tranquila, una mujer que crees que no mata ni a una mosca, me ofrecí a llevarla.

—Creí que esa era mi historia.

—Conmigo la jugada no salió tan bien —comentó—. Me rechazó, dijo que estaba ebria y no quería arrepentirse de nada, dijo que si tantas ganas tenía de salir con ella entonces me esperaría al día siguiente en el bar, me enteré que la chica con la que había quedado se había equivocado de dirección, había dos bares cerca que lucían exactamente igual, estaba enamorado de ella.

—¿Recuerdas su nombre?

—Ellen, sonará mal, pero si se hubiera presentado a esa cita probablemente ni siquiera estarías aquí, esa noche tuvo un imprevisto, su padre había enfermado y tuvo que irse del país para estar con él, al día siguiente acepté reunirme con tu madre.

—Me han dicho que un clavo no saca a otro clavo.

—Y no pretendía que fuera de esa manera, solo que Mary llamó mi atención y quise conocerla un poco más, mientras más tiempo pasaba con ella más me daba cuenta de teníamos tanto en común, era joven, creí que era amor de verdad y le pedí matrimonio, con tan solo seis meses de haber mantenido una relación.

—¡¿Seis meses?!

—Cuando crees que es la indicada te da igual si llevan juntos seis meses o seis años, sabes que no quieres a nadie más.

—¿Qué pasó con Ellen?

—Lo mismo que pasa en muchas relaciones a distancia, empezamos a perder contacto y después no supe más de ella, seguro ha de andar por ahí siendo una persona importante, no lo sé.

—¿Te sentiste feliz cuando te casaste? —solté.

—Y lo que le sigue, es uno de los días más importantes en la vida de una persona, quería que todo fuera perfecto, pero la emoción nos ganó una vez más e hicimos las cosas tan de prisa que tampoco tuvimos tiempo a planear las cosas con calma, tiempo después formé una banda, me presenté a las audiciones de una banda, necesitaban guitarra de acompañamiento y era mejor que nada, al ver lo talentoso que era optaron por quitar al guitarrista que tenían antes, obvio que se enojó bastante, perdió su oportunidad de triunfar en una banda.

—¿Y qué fue de ese chico?

—No tengo idea —le dio el último trago a su café—. Seguro que pasó su vida amargándose el pobre, en serio que lo vi muy molesto, incluso me amenazó y dijo que me arrepentiría de esto, hasta la fecha no me ha hecho nada.

—Tal vez se le pasó el enojo.

—Puede ser.

—¿Cómo pasaste de ser músico a empresario?

Jamás creí que tendría las respuestas a tantas preguntas, preguntas que he estado haciéndome todo este tiempo.

—La banda no funcionó, solo grabamos un álbum, fue un éxito en su momento y después fuimos historia, la banda se deshizo, justo cuando tenías tres años y después de lo que pasó con tu madre tuve que irme, mi hermano me ayudó, tiene una empresa importante en Canadá y otra en Tijuana, Mountain Architecture, trabajé con él un tiempo, gané dinero y eso, ahora solo cobro sin hacer la gran cosa y muy rara vez tengo que ir a las oficinas, no es una historia muy interesante que digamos, pero pensaba comprar la empresa.

—Pues te aseguro que es la más interesante que he escuchado, me voy enterando que tengo un tío.

—Algún día lo conocerás y apuesto a que te querrá.

—Es difícil no querer a Adam Stone.

—Corrijo lo dicho, te amará.

Pagamos la cuenta y salimos de ahí, me dijo que si quería ir al parque que quedaba cerca, tuve que rechazar la oferta, tenía asuntos pendientes con los chicos así que ya tendríamos más tiempo para salir y caminar un rato.

—Te acompaño al estudio, yo conduzco.

—Es mi auto.

—Y yo soy tu padre y he dicho que voy a conducir.

—Como quieras —respondí con una sonrisa y le lancé las llaves.

Se puso frente al volante como si fuera un niño con juguete nuevo, creo que lo vi casi tan emocionado como yo cuando lo usé por primera vez, se quedó unos segundos apreciando el sonido del motor, ¿se nota que es un Stone?

Llegamos en cuestión de segundos al edificio y me devolvió las llaves, tampoco creo que tardemos tanto, lo invité a que se quedara conmigo, pero dijo que será otro día, tenía otras cosas que hacer.

—¿Estás seguro? No tardaremos tanto, sirve que conoces a Marcus, seguro está por aquí y eso rara vez sucede.

—Te he dicho que los Marcus y yo no nos llevamos del todo bien, pero si me necesitas no dudes en llamarme.

—Por supuesto.

Detuvo un taxi y se subió.

—Oye, ¿Juliette ya te dijo si se quedará?

No, y moría por saber qué decisión había tomado, necesitaba saber si me había elegido.

—Aún no, ¿por qué?

—Seis meses o seis años, si crees que es la indicada no tardes en entregarle ese anillo.

—Lo tendré en cuenta.

—Se creativo —me guiñó un ojo y se alejó en el taxi.

Entré al edificio y en el elevador me llegó un mensaje.

Sabrina: ¿Puedo hablar con ustedes?

Yo: Claro, ¿ya estás mejor?

Sabrina: Sí, mucho mejor. Voy para allá.

Yo: Te estaremos esperando.

Entré a la cabina con los chicos.

—Pero miren quién nos ha honrado con su presencia —hablé mirando al chico frente a nosotros—. Eres nuestro productor y estás más desaparecido que nosotros.

—Lo siento tanto—se disculpa Trevor—. Trackmind me trae de un lado para otro, quieren saber cómo está yendo todo con el quinto álbum y esas cosas, saben que para subir algo a Trackmind sus canciones pasan por varios filtros, pero grabaremos un par de canciones hoy para agilizar esto un poco, al menos ya tienen cuatro canciones que tienen que salir sí o sí en el álbum, ya las presentaron en algunos conciertos.

—Sí, es cierto no es como que podamos retractarnos —habla tomando sus baquetas.

—Los Hidders enloquecieron con Unstoppable.

—Lo sé, teclitas, en serio les gustó.

—Y lo que le sigue —añade Trevor sin despegar la mirada de su tableta—. Dicen que es como si Hidden regresara a tener la misma chispa de siempre.

—¿Perdimos la chispa alguna vez? —cuestioné.

—Sí, cuando la banda dejó de estar completa —habló detrás de mí.

Sabrina, por alguna extraña razón se veía un tanto nerviosa.

—Chicos, Sabrina quiere hablar con nosotros, por cierto, me alegra que estés mejor.

—Sí, ¿qué te pasó? Te vimos bien y de momento a otro ya no podías asistir al concierto.

—Es interesante, Dono, no me enfermé.

No estaba entendiendo nada.

—¿No te enfermaste? —preguntó Johnny, incrédulo—. ¿Entonces qué pasó?

—¿Podemos sentarnos? —pidió.

—Creo que no podremos grabar —soltó Trevor—. Si me necesitan estoy en el cuarto piso, chicos.

Recibo una llamada en ese momento

Llamada entrante: Número desconocido.

—Lo siento, chicos, solo denme un segundo —me aparto de ellos un poco—. ¿Hola?

—Señor Stone.

—Señor Brown, espero que haya buenas noticias.

—Las hay.

Por fin.

—¿Qué encontró?

—No pude rescatar el audio de las grabaciones que le había comentado, pero encontré los documentos que Marcus le mostró a Juliette un día antes de que ella se fuera, eran demasiados así que no me dio tiempo de revisarlos todos, se están enviando a su teléfono, tomará un par de horas.

—¿Sabe al menos qué clase de documentos eran?

—Información personal suya.

—¿Mía?

—Solo pude ver lo que ya sabía, su fecha de nacimientos, quienes son sus padres, donde fue criado entre otras cosas, hay informes y fotografías de usted, supongo que tendrá más sentido cuando las vea, y sobre los documentos que le mostraron a Chloe Moreno también se estarán enviando, sigue siendo información personal solo que, de toda la banda, tal vez encuentre entre todo eso los motivos por los cuales las chicas se marcharon, si no tiene sentido veré qué más puedo hacer.

—Le agradezco, señor Brown.

—Un placer, señor Stone —colgó la llamada.

Respuestas, finalmente sabría por qué Chloe y Juliette se fueron sin dar explicaciones.

Te las dieron.

Me mintieron, es diferente.

—Lo siento, era papá, se olvidó de decirme un par de cosas —tomé asiento—. Te escuchamos, Sabrina.

Estuvo un rato contándonos cómo fue que Marcus se contactó con ella, también dejó en claro cómo se sentía al respecto, diciendo que le parecía egoísta que ella estuviera en el concierto en lugar de Chloe, todos sabíamos qué estábamos trabajando con una persona en la que no podíamos confiar, pero tampoco teníamos pruebas suficientes como culparlo por todo lo que nos había pasado, con suerte los documentos que el detective me envió serían prueba suficiente, tenemos esto y una grabación, podemos ganar.

—Es por eso que fingí estar enferma, el concierto más importante debía llevarse a cabo con la banda completa y siento que todo este tiempo he sido una intrusa que ha sido manipulada por Marcus.

—Es un idiota, ahora más que nunca estoy convencido de que tuvo que manipular de alguna manera a mi novia para que dejara la banda, pero, ¿cómo rayos lo hizo?

—Si es responsable por todo esto, te aseguro que pagará —amenaza Johnny.

—Hay algo más —agregué tranquilo, poniéndome más cómodo—. No es lo único que quieres decirnos ¿cierto?

—A veces odio que tengas ese don para saber lo que piensa la otra persona —suspiró con pesadez—. He... he estado manteniendo contacto con Nathan.

—¿Cox? —asiente—. ¿Qué tiene que ver Nathan en esto?

—Déjala hablar, Donovan, continua.

—Nos hemos vuelto más cercanos, le conté cómo me sentía con respecto a la banda, adoro estar en Hidden, fue como un sueño hecho realidad y jamás sabré cómo pagarles por todo lo que han hecho por mí, pero —trataba de encontrar las palabras adecuadas, deduzco que no lo hizo por la frustración en su rostro.

—Pero dejarás la banda —finalicé por ella.

—¿Cómo lo...?

—Nathan no ha dejado de insistir que te quiere como su bajista, espero que, aunque se hayan vuelto más íntimos no estés dejando la banda solo por un amor que puede ser pasajero, necesito saber si Give me life te ofrece la oportunidad de poder seguir desarrollando tu potencial como bajista.

—¿Se va y lo único que te importa es que le vaya bien? Eso me confunde un poco, qué pasó con que Adam no tenía sentimientos.

Juls hace milagros.

—Es obvio, chicos —esperaban que me explicara—. No detenemos a nadie en esta banda, Chloe tomó su decisión y se marchó, Sabrina también ha tomado su decisión, que una persona deje de ser cercana a nosotros no significa que tenemos que desearle el mal, aceptamos a Sabrina por el talento que tenía, lo único que me importa es que siga siendo la misma chica llena de talento y energía en cualquier parte a donde vaya —noté que se limpió una lágrima—. Ya después haremos audiciones si es que la ruidosa no quiere regresar.

—¿No estás molesto? —habla la rubia.

—Para nada, creo que si no te sientes del todo cómoda aquí tampoco podemos detenerte, a Give me life le vendría bien una chica como tú y si estás con Nathan solo espero que funcione, ambos merecen solo lo mejor.

—Gracias, Adam, en serio significa mucho para mí.

—Te vamos a extrañar, aunque no lo creas.

—Y mucho —habla Johhny.

—Muchísimo.

—Nos veremos en algún momento, puedo asegurarles eso.

Después de aclarar un par de cosas ella se fue más tranquila, sabía que no guardaríamos rencor, queríamos que le fuera bien.

—A todo esto, ¿dónde está tu novia? Tenemos un quinto álbum que grabar y solo llevamos cuatro canciones, tendremos que quedarnos a dormir en el estudio si es necesario.

—Johnny tiene razón, ¿dónde está la ruidosa?

—Se quedó en mi apartamento a descansar.

—¿Resaca? —asiente.

—Se emociona en ocasiones con la bebida.

—Bueno, ya hablaremos con ella mañana, podemos ensayar nosotros —propongo.

—¿Qué, sin bajo?

—Relájate, teclitas, usaremos la secuencia.

—¿Sabes usar la consola? —preguntó Dono aún más sorprendido.

—Sí, pasé mucho tiempo con Trevor cuando lo único que me interesaba era sacar las canciones del tercer álbum, aprendí un poco, además pondremos solo la secuencia, tampoco es la gran ciencia.

Teniendo esa parte cubierta empezamos a ensayar, estuvimos tan concentrados que el tiempo pasó volando, nos dimos un tiempo para comer, platicar un rato y después volvimos a ensayar, por fortuna empezamos a experimentar y ya teníamos al menos una idea de cómo sería nuestra siguiente canción, estar horas y horas aquí sí que sirve.

Como era costumbre terminaron agotados.

—Juro que una canción más y me desmayaré —habló dejando a un lado sus baquetas.

—Opino lo mismo, creo que mis dedos se caerán en cualquier momento.

—¿Calentaron un poco antes de empezar a tocar?

Intercambiaron miradas, muy profesionales y todo, pero su debilidad era esa, si no calentaban, aunque sea un poco, los ensayos tendían a volverse más pesados para ellos.

—Supongo que su silencio es la respuesta, vayan a descansar los veré mañana.

—¿Te vas a quedar? —preguntaron, horrorizados.

Tampoco es que tenga mucho que hacer en el apartamento.

—No —tomé mi chaqueta y bajé con ellos.

—Creí que en serio te quedarías —habló poste ya dentro del elevador—. Tienes una gran pasión para con la música.

—Tenía que ponerme al corriente, después de todo el tiempo que estuve sin ganas de acercarme a mi guitarra creo que era justo que volviera a centrarme en la música.

—Estamos orgullosos de ti —comentó el otro chico.

Me llegó el mensaje del detective, era un archivo un poco pesado, justo cuando estaba a punto de abrirlo mi teléfono decidió descargarse, perfecto, lo que me faltaba.

Al salir del edificio nos encontramos con cierta señorita que no llevaba chamarra, tan típico de ella.

—Adam.

—Tú siempre tienes ganas de enfermarte —me acerqué a ella y le puse mi chamarra.

No protestó, ya era algo.

—Bueeeno, creo que Chloe me dijo que me diera prisa.

—Sí, sí, Sandra también quiere verme cuanto antes, los dejamos, chicos.

Son brillantes disimulando.

—Adiós, chicos —les respondió Juls.

Se veía un poco nerviosa y dudo que haya sido casualidad encontrármela fuera del estudio.

—¿Café? —propuse.

—Me encantaría.

Subimos a mi auto y en un par de minutos ya estábamos en la cafetería, una de nuestras favoritas, pedimos solo el café, me dijo que había pasado a cenar con Karla y de todas maneras yo ya había comido algo con los chicos.

—¿Día pesado? —le di un sorbo a mi bebida.

Se veía algo cansada y, aunque trataba de disimularlo noté que había estado llorando.

—Sí, ha sido un día bastante —dejó la frase en el aire unos segundos—. Interesante.

—Interesante, ¿es otra forma de decir complicado? —sonrió.

—Olvidé que me conoces bien, tal vez mejor que yo misma.

—¿Quieres hablar de eso?

—Sí, solo que no sé cómo empezar.

—Por el final, por el principio, por la parte intermedia, como quieras.

—Me encontré con Sabrina está mañana, charlamos un rato en el parque y me confesó lo de la banda y que en realidad no estaba enferma, a estas alturas supongo que ya lo sabes.

—Sí, hablamos con ella antes del ensayo, oficialmente dejó la banda.

—¿Y cómo te sientes al respecto?

Recordé las cosas que había averiguado el detective, el hecho de que Marcus se relacionara con la partida de Juls y de Chloe, ¿cómo debía sentirme al respecto? Puede que todos estos años haya estado cegado y él haya sido el causante de mis problemas.

—Confundido si te soy sincero, primero te fuiste tú, luego Chloe, ahora Sabrina, no lo sé, es como si todos terminaran alejándose de mí en algún momento, no es una linda sensación.

—No es tu culpa, Adam.

—Empiezo a creer que sí.

—Hay algo que no te he dicho.

—¿De qué se trata?

—Hoy hablé con Cory, tomé mi decisión respecto a si irme o quedarme.

—¿Y bien?

La notaba nerviosa, ¿eran malas noticias?

—Bueno, decidí que te —fue interrumpida por el sonido de su celular.

Alguien la estaba llamando y en el momento en que vio quién era se puso más pálida.

—Ahora vuelvo.

Estábamos sentados en las mesas que se encontraban fuera de la cafetería, no se fue tan lejos así que pude escuchar un poco lo que decía.

—¿Cómo obtuviste mi número? ¿Qué quieres? Estoy ocupada ahora. No sé de qué me estás hablando. Es Juliette. Eso no es asunto tuyo. Por favor solo déjalo en paz. Bien, mañana temprano.

Por la manera en la que se tensaba al hablar supuse que no se trataba de cualquier persona, fuera quien fuera debía ser alguien que por lo visto no era de su total agrado.

La brisa helada recorría mis brazos, al momento en que colgó regresó a la mesa conmigo y la vi peor de lo que la encontré, estaba preocupada y conociéndola, con el nudo en la garganta, pero yo solo tenía una pregunta en mente: ¿Por qué? ¿Por qué se fue? ¿Por qué volvió y se quedó conmigo? ¿Por qué cumplió su promesa si no me amó? ¿Por qué en el fondo siento que sí me amó?

—Juls, necesito saber algo.

—Dime.

—¿Por qué fuiste al concierto?

Intentó decir algo, pero guardó silencio, quizá estaba debatiéndose entre si decirme o no, necesitaba que fuera honesta, era todo lo que pedía.

—Fue una promesa, te dije que estaría en primera fila, ¿por qué me dedicaste el concierto?

—Porque siempre cumplo mis promesas, te dije que te amaría siempre, lo he hecho, te dije que podrías destruir mi corazón y seguiría latiendo por ti y así ha sido, dije que te dedicaría nuestro concierto más importante, si pude cumplir lo anterior entonces eso sería sencillo —sus ojos comenzaron a cristalizarse—. Pero no es la pregunta que quiero hacerte en realidad, me he pasado estos dos años pensando en todo lo que hice mal contigo, sé que cometí muchos errores, que mereces a alguien que sea mejor que yo y te dé el amor que mereces, intenté mejorar por ti, te juro que lo hice, porque quería ser yo la persona que mereces y aun así todo no fue suficiente, solo dime ¿Por qué te fuiste?

—Adam.

—No me digas que fue por el idiota de Cory, dolió demasiado saber que en cuestión de días habías encontrado a alguien mejor, pero entendí que mentías, porque podría apostar que lo que teníamos era real, te amo y sé que tú me amas, no entiendo por qué quisiste iniciar una relación si no sentías nada por él.

—Eso no lo sabes, no lo conoces.

—No, pero te conozco a ti, eres pésima mintiendo así que dudo que hayas estado fingiendo que estabas interesada en mí desde el momento en que nos conocimos, dudo que solo hayas aparentado el haber estado preocupada por mí cuando Landon murió, o cuando tuve el accidente, mírame a los ojos y dime que no me amas —desvío su mirada—. No puedes, ¿cierto? Porque en el fondo sabes que tú y yo estamos destinados a estar juntos, siempre ha sido así, pasemos días, meses o años separados, siempre volvemos a encontrarnos, dime por qué te fuiste.

—Es complicado.

—Intenta explicarlo.

—No puedo, Adam.

Esto empezaba a desesperarme, ya le dije que sé la verdad ¿qué más quiere?

En teoría no le has dicho como tal que sabes lo de Marcus.

Cállate, no es momento para tus comentarios

—Juls, por favor, no importa lo que haya pasado, lo resolveremos.

—No puedo.

—Juls

—Adam no insistas —interrumpió.

—¿Por qué? ¿Tanto te cuesta decirme la verdad?

—¡No es eso!

—¡¿Entonces qué es?! ¡Dime qué quieres, porque tus acciones me confunden mucho! ¡¿Te quieres ir?! ¡¿Te quieres quedar?! ¿Qué quieres, Juls? Porque te aseguro que

—Escogí a Cory —soltó.

No supe cómo reaccionar a eso.

—¿Qué? No, no hablas en serio.

—El vuelo sale mañana en la noche, creí que tenías que saberlo.

—Mientes.

Sé que lo hace, está jugando con sus dedos, no me mantiene la mirada, algo oculta, hay algo más.

—Te estoy diciendo la verdad.

—Y una mierda, Juliette ¿en serio crees que seré tan idiota como para creerme de nuevo una mentira de este tipo?

—Ahora soy Juliette, ¿eh?

Pasé mis manos por mi cara, frustrado.

—¿Por qué solo escuchas lo que te conviene? —no respondió—. La única persona que amé durante todo este tiempo fuiste tú, Juls.

—Adam

—Qué si te amé mucho o poco no lo sé, solo sé que te amé con todas mis fuerzas y lo hice hasta el final.

—Lamento no haber hecho lo mismo.

Silencio, un horrible y doloroso silencio.

—Te llevaré al apartamento —dejé el dinero en la mesa y saqué mis llaves.

—No es necesario.

—No te dejaré tomar un taxi si estoy aquí, además, no era una pregunta, sube.

No muy animada me hizo caso y subió al auto conmigo, no hablamos durante el camino al apartamento y en serio lo agradecí, no quería escuchar más mentiras de su parte, cuando llegamos permanecimos en el auto unos instantes más, de nuevo, sin pronunciar palabra alguna, sé que no quería bajarse y tampoco quería que lo hiciera.

No mentí cuando dije que sin importar el tiempo que pase volveremos a encontrarnos, confió en eso, creo en nosotros.

—Lamento lo de hace rato —habló.

—También yo —me giré para verla y obtuve su atención.

No era momento de acciones impulsivas, no la besaría, no le daría el anillo ni le diría cuanto la amo porque es algo que ella ya sabe.

—¿A qué hora te vas?

—A las 7:00.

—Bien.

Esperó para ver si le decía algo más, cosa que no sucedió, abrió la puerta y bajó del auto sin decir nada más, me aseguré de que entrara al edificio y fui a mi apartamento, Jimmy me saludó en la entrada y solo le respondí con una sonrisa de boca cerrada, al entrar vi a mi padre en el sofá.

—¡Hijo! —se acercó para abrazarme.

—Papá, ¿cómo entraste?

—La llave bajo la maceta, el escondite clásico —al apartarse de mí notó mi expresión—. ¿Qué pasa?

—Pasa que vengo de hablar con Juliette.

—Por tu expresión supongo que no le diste el anillo.

—Supones bien, de hecho, volvió a escoger a Cory, regresará mañana con él a Nueva Zelanda.

—¿Qué pasó con eso de recuperar a la chica?

—¿Cómo intento recuperar a alguien que ya dejó claro que no quiere ser parte de mi vida?

—Tú mismo me dijiste que estabas seguro que te había mentido, que en realidad sí te amó.

—Y lo sigo creyendo, pero se niega a darme respuestas, lo que sea que haya pasado es más grande que cualquier otra cosa, está decidida a irse, convencida que se tiene que apartar de mí.

—¿Y qué piensas hacer? —ambos nos sentamos en el sofá.

—No lo sé, podría ir mañana y detenerla en el aeropuerto como escena de película, podría dejarla ir, puedo volver al apartamento donde está y pedirle matrimonio o resignarme a que no volverá a estar conmigo, hay muchas opciones.

—Te diré algo, si esperas a que las cosas sean fáciles jamás lograrás nada. ¿Cuánto te costó que Hidden fuera lo que es ahora?

—Mucho.

—¿Cuánto tardaste en decidir qué me querías en tu vida?

—Mucho.

—¿Cuánto crees que ambos tengan que esforzarse para estar juntos?

—Mucho.

Entendía el punto.

—No la conozco tanto como tú, pero apuesto a que ella también ha hecho mucho esfuerzo por mantenerse alejada de ti, quiere protegerte de algo.

—¿De qué?

—No lo sé, pero uno no cambia de opinión así de la noche a la mañana, algo le tuvo que pasar para que hiciera hasta lo imposible por apartarse de ti.

Papá estuvo más tiempo ahí conmigo, hacía lo posible por mejorar mi estado de ánimo, no puedo creer que pasé todos estos años sin él a mi lado, sin sus consejos o sus regaños, pero tenía razón, debíamos esforzarnos.

Charlamos hasta tarde y no sé qué pasó, pero a la mañana siguiente ya me encontraba entre mis sabanas y los rayos de sol entraban por la ventana, me levanté y mi papá se encontraba en el sofá en una posición un tanto incómoda y con solo una cobija encima, lo moví un poco para que despertara y por fin abrió los ojos.

—Sabes que tengo más camas en el apartamento, ¿verdad?

—Me quedé viendo la tele y me dormí, la siguiente vez dormiré en una cama tenlo por seguro.

—Me parece bien.

Fui a la cocina para preparar algo de comer.

—¿Qué quieres desayunar?

Conecté mi teléfono y se encendió.

—Hace mucho que no haces omelette.

—Omelette será.

Revisé los mensajes que tenía, algunos eran del grupo, otro era de Chloe que dijo que asistiría al ensayo de hoy y un archivo del detective, lo abrí sin esperanzas de encontrar algo bueno, parecía el expediente de toda la banda.

Datos personales de cada uno, lo que hicimos bajo los efectos del alcohol, los problemas que habíamos tenido tanto en casa como fuera de ella, el archivo que aparecía en la grabación de Juls era mío, Christopher había dado un análisis de mí, diciendo que tenía dependencia a la banda y que si algo arruinaba eso entonces tendría una recaída grave con las drogas, por otra parte, el documento que acompañaba a la grabación de Chloe era principalmente de Donovan, las veces que estuvo involucrado con la ley o los problemas que había tenido, sin mencionar que tenían cosas comprometedoras de Johnny, y un apartado del padre de Chloe, era buscado por robo en alguna parte de una ciudad.

Si esto sale a la luz, todos nos veremos... perjudicados.

Todos esos momentos pasaron en cámara rápida frente a mis ojos, de eso nos protegían, por eso Chloe decía que nuestra carrera estaba en juego y Juls... Juls solo quiso hacer lo mejor para mí, temía que tuviera una recaída y lo único que pensó fue en romperme el corazón, dejó que la odiara, me dejó creer que ella había sido la mala todo este tiempo solo para que pudiera cumplir mi sueño ¡Dios! Y yo que he sido tan idiota con ella.

—¿Estás bien, hijo?

—Tengo que irme —hablé en un hilo de voz.

Me puse unos tenis y tomé las llaves, papá me alcanzó abajo y me arrebató las llaves.

—¡Papá!

—¡Ya tuviste un accidente por conducir en este estado! No dejaré que te vuelva a pasar eso, sube te llevo.

No había tiempo para discutir, ese maldito desgraciado me iba a escuchar, de no ser por él ella no se habría ido, no habría perdido a mi bajista y por supuesto que no habría tenido una recaída, me las va a pagar.

Tan pronto cómo bajé del auto me fui corriendo hacia el edificio, los chicos iban llegando, entre ellos Chloe.

—Adam, ¿no te dio tiempo de cambiarte? —bromeó.

Pero al momento en que notaron lo molesto que estaba sus expresiones cambiaron.

—¿Qué pasa, Adam?

—Ahora no, Dono.

Por suerte encontré a Trevor a unos cuantos metros.

—¡Trevor! —logré que se detuviera—. ¿Dónde está Marcus?

—Creo que, en el estudio, por qué lo

No dejé que terminara la frase y tomé el elevador y al salir caminé directo hacía nuestro estudio, la puerta de la cabina estaba entreabierta y estaba dispuesto a entrar y golpearlo, pero la voz de una persona me detuvo: Juls.

Me quedé detrás escuchando.

—Creí que había sido claro, si no quieres que la fama de tu novio se acabe mejor vete, no tengo idea de por qué Trackmind insistió en que Hidden apareciera en la película, pero nuestro trato no era ese, quiero que te vayas Juliette y ya no vuelvas a aparecer en la vida de Adam.

—Hice lo que me pediste, yo tampoco tenía idea de que aparecerían en la película.

—¿Sigue creyendo que sales con Cory?

—Sí, logré convencerlo de que amaba a Cory, solo déjalo en paz, ya ha pasado por mucho.

—Espero que tomes es vuelo a Nueva Zelanda y no pienses en regresar.

—Lo haré, pero prométeme que no destrozarás a Hidden.

—Tienes mi palabra, linda.

Mi corazón se rompió en ese momento, abrí la puerta de golpe y ambos se asustaron al verme, no lo pensé dos veces y caminé hacía él para soltarle un puñetazo que de inmediato lo dejó en el suelo.

—¡Eres un maldito hijo de perra! ¿Cuánto tiempo pensabas seguir con esta farsa?

—Adam —se limpió la sangre de la boca.

—La obligaste a que me abandonara, ella me amaba y lo único que quería era que yo pudiera cumplir mi sueño, lo mismo le hiciste a Chloe, las manipulaste a ambas para que se alejaran de mí, ¿qué carajos pretendías lograr con eso?

Los chicos ya habían llegado, escucharon todo y en el momento en que vieron que tenía intenciones de golpearlo una vez más Johnny se interpuso.

—Eres mejor que esto, Adam, él no lo vale.

Ambas chicas no dejaban de llorar, disimulaban, pero sus lágrimas caían una tras otra en sus mejillas.

Johnny lo golpeó estando en el suelo.

—Por joder a la banda de esa manera.

Donovan se acercó e hizo lo mismo.

—Por Chloe.

Mi padre entró y vio al hombre tirado en el suelo.

—¡Qué carajos! ¿Marcus?

—William —se levantó con dificultad.

No es cierto.

—Debí saber que estabas detrás de todo eso.

—Te dije que te jodería la vida, lástima que tu pequeño lo haya tenido que pagar, pero no esta vez, Stone, no iba a dejar que otro Stone le quitara a mi sobrino algo por lo que ha estado esforzándose toda su vida.

—Eras tú —hablé sin apartar mi vista de él—. Tú estabas cuando Jeremy me golpeó, tú lo organizaste, te has encargado de joder a la banda tanto como puedes.

—¿Quién es tu sobrino? —preguntó Chloe.

—Jeremy.

—Jamás creí que te rebajarías tanto, Marcus.

—No lo entiendes, William, me quitaste lo único que me importaba, me arrebataste la oportunidad de obtener la fama que quería, no iba a dejar que Adam le hiciera lo mismo a Jeremy.

—El idiota de tu sobrino lo ha tenido todo fácil —comenta Dono.

—A Adam le ha costado lágrimas, sudor y esfuerzo el haber llegado hasta donde está.

—Es una pena, a Jeremy le costó el doble —replica.

—Eres un verdadero idiota.

—Un idiota que está despedido —solté.

—¿Perdón?

—Clausula 27, si el representante de la disquera hace algo que atente contra el bienestar y/o reputación de la banda será despedido en tanto se llegué a un acuerdo con la disquera líder: Trackmind —entre abrió su boca para decir algo, pero lo detuve—. Está en letras pequeñas, debiste haberlo leído, y considerando que Trackmind tiene cierto favoritismo hacia nosotros no será complicado echarte del lugar, da igual si tú diriges este lugar o no, como banda podemos hacerlo y tenemos pruebas, cámaras de lo que has dicho en este momento —presioné un botón que tenía la pared—. Investigación que tomé la molestia de solicitar a un detective privado, hay más de un testigo aquí, yo diría que tu carrera está acabada.

—¿Y qué? ¿piensas dejarme en la calle?

—Es una idea a la que no me negaré.

Billy entró corriendo.

—¿Me llamó, Señor?

—Sí, Billy, necesito que te lleves a Marcus de aquí.

—Por supuesto, ¿a dónde?

—A la comisaría, si la alarma ya llegó hasta ti es probable que ya les haya llegado a los oficiales, escolta al señor Wright.

—Por supuesto —lo jaló del brazo.

—Te arrepentirás, ambos lo harán —señaló a mi padre y a mí.

—Buen viaje, Marcus. 


¡¡POR FIN!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro