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28 | Los nervios acabarán conmigo

Jonathan

—Trata de calmarte, todo va a estar bien —pedí

—¿Cómo me dices que todo estará bien?

—¿Ya te hiciste la prueba?

—No, iré a comprarla.

—Hasta que no sepamos los resultados, no hay porque alarmarse. Sandra te prometo que pase lo que pase estaremos bien, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —suspiró—. Me alegra que te lo estés tomando bien, eso me calma un poco, te veo en un rato, te amo.

—También te amo.

Colgué la llamada y entonces entré en pánico, los nervios acabarán conmigo. Donovan y yo habíamos venido a comprar nuestros trajes para esta noche, la entrega de premios, jamás creí ser parte de algo así.

—¿Qué ocurre? —me preguntó divertido mientras terminaba de probarse un saco verde—. ¿Estás preocupado?

—¿Y tú qué crees? —me quedé de pie observándolo, aterrado—. Puede que Sandra esté embarazada ¡¿Cómo diablos cuidaré de un niño?! ¿Crees que tengo la capacidad para hacerlo? No estoy listo, no, no sé qué hacer —empecé a hablar muy rápido—. Pero si estoy con ella todo estará bien, quiero decir claro que quiero una familia, pero no sé qué hacer, un bebé requiere de cuidados especiales y no tengo idea de lo que necesitan, el dinero no es problema, pero la comida ¡Diablos! ¿qué comen?

Donovan soltó una carcajada.

—Johnny, relájate, piensa que el pequeño tendrá dos tíos que cuidarán de él cuando tú y Sandra no puedan, y piensa que tendrá una tía que no se cansará de consentirlo, Chloe no lo admite, pero adora a los bebés —palmeó mi hombro—. Todo saldrá bien, te lo dice el chico que estuvo igual de preocupado que tú, la única diferencia es que tú tendrás un final feliz, además todavía no se hace la prueba ¿Y si sale negativo? Te estarás preocupando por nada.

Bueno, tenía razón, estoy sacando conclusiones antes de tiempo.

—Sí, aún no sabemos si es cierto o no.

—¿Te preocupan tus padres?

—Me preocupan los suyos, ¿qué dirán mis suegros de que ni siquiera nos hemos casado y ya está embarazada? Mi madre no tendrá problema, ella encantada de tener un nieto.

—Relájate, ¿sí? En caso de que salga positivo ya veremos qué hacer.

—Sí, sí tienes razón —lo examiné—. Me gusta el traje, deberías llevarte ese.

—¿Sí? —se miró en el espejo—. A mí también me gusta, me lo llevo.

—¿Los puedo ayudar en algo más? —se acercó una mujer.

—Sí, ¿puede traerme otro traje en esta talla, pero en azul marino?

—Enseguida.

—Azul, te queda bien ese color.

—Espero que me quede bien, opté por no llevarme uno negro, seguro que la mayoría lo hará.

—Menos Adam. —Ríe un poco—. Querrá ser diferente, lo creo capaz de llevar un traje amarillo en serio.

—Adam siempre llama la atención, te apuesto que todos lo notarán, aunque lleve un traje negro.

La mujer volvió con el traje y me lo probé, me gusta cómo me veo en él. Fuimos a pagar y dejamos los trajes en nuestros carros, queríamos acompañar a nuestro amigo en la firma del contrato, así que nos dirigimos a su casa, sí, la que está a las afueras de Bridgen.

Al llegar encontramos la puerta de la casa abierta y entramos, Adam se encontraba en la sala con una mujer, la misma agente de bienes raíces.

—Chicos —nos miró—. Siéntense, me están terminando de dar los detalles de la compra.

Escuchábamos atentamente lo que la mujer le decía a mi amigo, los pagos que había qué hacerse, los servicios que se requerían entre otras cosas.

—Tu pago se realizó con éxito, Adam, la casa será tuya oficialmente cuando firmes estos papeles —los dejó frente a él.

—¿Puedo rentar la casa? Conozco a alguien que estaría interesado en quedarse en esta zona.

—¿Quién? —preguntamos al mismo tiempo.

—Jimmy —sonrió como si la idea le fascinara.

—¿Jimmy? —enarcó una ceja la mujer.

—Sí, Jimmy es la persona que cuida del edificio donde vivo, es un sujeto increíble, me enteré hace poco platicando con él que está pagando demasiado por una casa donde no le cabe nada, le cobraré la mitad y tendrá el triple de espacio, le gustaría vivir por aquí me lo ha dicho varias veces, y si en algún momento quiere irse a otro lado alguien ocupará su lugar, conservo la casa y aparte tengo dinero extra, ¿es buena idea?

—Muy buena —añade Dono.

—Creo que es un gesto muy lindo.

—Concuerdo con el joven, es muy lindo lo que estás haciendo, me encargaré de que Jimmy tenga lo que necesita aquí, supongo que va siendo hora de sacar lo que no sirva de la casa.

—Sí, deme un par de semanas, quiero cerciorarme que lo que desecharé realmente es basura.

—Bien, es momento de hacerlo oficial —le entregó una pluma—. Firma los papeles.

Firmó casi diez hojas, él aseguraba que ya tenía conocimiento de lo que venía en el contrato y que se fiaba de Catalina, su firma era muy elegante, con letra cursiva, unas cuantas líneas y resaltaba la letra A y la letra S.

—No me imagino que haya alguien que no quiera estar contigo, Adam —la mujer estaba revisando los papeles.

Adam sonrió de lado no muy animado.

—Créame, conozco un par de personas.

—Te entrego las llaves que me dio tu madre, tomate tu tiempo para revisar las cosas que hay aquí.

Adam se había quedado sorprendido por unos instantes, no se había movido así que me incliné para tomar las llaves por él.

—¿Eran las llaves de mi madre?

—Sí, al parecer ese llavero es su favorito, según me dijo, me retiro, chicos, seguimos en contacto, Adam —él asintió y la mujer salió.

—El llavero —Dono sabía bien porque le sorprendió tanto a Adam—. Dejó de estar a la venta a los pocos meses de que salió.

—Sigo sin entender.

—El llavero tiene el logo de la banda y la forma de una guitarra, mamá siempre me decía que no le gustaba que fuera músico, pero en secreto compraba posters y todo lo relacionado con la banda, recuerdo haber comprado ese llavero y en esa semana me reuní con ella para cenar, me dijo que era un llavero horrible, misteriosamente el llavero desapareció, lo tuvo todo este tiempo.

Intercambié miradas con Donovan, nunca quiso tocar de nuevo el tema de su madre y por experiencia sabíamos que eso de guardarse las cosas no era del todo bueno, pero ¿qué podíamos decir?

—Te quiso, siempre lo hizo.

—A su manera, pero te dejó en claro cuánto te amaba —agregué.

—Los padres están llenos de sorpresas, tengo que recoger mis cosas, vamos al sótano.

Bajamos con él, tengo que admitir que sentí cierta nostalgia, aquí comenzó todo. Años atrás me encontré con un loco que se estaba desangrando, pudo haber chocado con cualquier otra persona, pudo haber pedido un taxi e ir al doctor, pero todo se acomodó para que chocara conmigo, y quizá fue muy estúpido acompañar a un desconocido a su casa, pude haber estado conduciendo hacia mi muerte sin saberlo.

Su sótano, que prácticamente se había vuelto su habitación era asombroso, uno lo ve y de inmediato sabe que es de Adam, tiene su estilo en todo, los colores de la colcha, el color de las paredes, los posters pegados, los espacios vacíos donde solía poner sus instrumentos, fotografías de su niñez, una consola llena de polvo y un sinfín de cosas relacionadas con Set It Off.

El día que vine con Adam a este lugar fue la primera y última vez, una semana después encontró un apartamento y gracias al dinero que ganaba con Zach logró conseguir uno de los mejores apartamentos de Bridgen, siempre ha sabido aprovechar las oportunidades.

—Qué recuerdos —me senté en el sillón y Donovan hizo lo mismo.

—Así que esta era tu cueva, es muy tú.

—Mi palacio es bello hay que admitirlo.

Tomó una caja vacía y empezó a colocar ropa ahí, no le prestaba mucha atención, solo la guardaba.

—¿Qué harás con la ropa? —se encogió de hombros.

—Quizá la done o la tire, hay cosas en muy buen estado y otras —levantó una camisa rota —otras no tanto.

—Guárdalas para Johnny junior —empezó a reírse.

—¿De qué hablas? —su semblante cambió y me miró con absoluta felicidad.

—Bueno yo

—¡Voy a ser tío! —gritó—. ¡No lo puedo creer, seré tío!

—Adam no te

—Ya me vi, el tío soltero, pero que se baña en dinero, lo cuidaré bien, si es niño le mostraré cientos de lugares, si es niña me limitaré a llevarla de compras, ese truco nunca falla.

—No creo que estés

—Y la mejor parte es que al fin tendrás tu familia, ¿no es eso grandioso?

—Adam.

—¿Qué?

—Relájate, Sandra me dijo que se haría la prueba, aún no sabemos si está embarazada o no.

—¿Te imaginas a un pequeño tú corriendo por toda la casa? —comenta Donovan con una sonrisa.

La idea me fascina, la verdad.

—Imagínate a otro ser perfeccionista, que locura.

—Chicos —lo analicé por un momento y la verdad es que la idea de una mini Sandra me encantó—. Solo queda esperar.

—Pero te gusta la idea, teclitas, sí te gusta, ¿verdad?

—Me encanta la idea de tener una familia, pero no quiero morir a manos de mis suegros solo porque su hija está embarazada y ni siquiera nos hemos casado.

—Buen punto, los suegros pueden ser peligrosos si se molestan.

—¿Tú crees? —me preocupé.

—El padre de Juls me dijo que era doctor así que sabía bien como matarme y nadie sospecharía que él lo hizo, fue aterrador.

—Sí bueno, yo puedo decir que mi suegro me ama, Chloe siempre me dice que su papá pregunta por mí, fue aterrador conocerlo, pero todo salió bien.

—O tal vez solo finge que le caes bien para matarte en la noche.

—Adam —advertí.

—Soy realista, chicos, y quiero que Donovan siga con vida.

Nos quedamos con él varios minutos más, terminó de guardar la ropa, aún tiene más cajas vacías donde decide guardar los portarretratos, no piensa tirar ninguno a la basura así que los llevará a su casa.

—¿Dónde piensas poner tantos portarretratos?

—En mi apartamento, Dono, las fotos estarán en todas partes, menos mal que el lugar es grande, ¿no?

—Ventajas de tener dinero.

—Supongo

—¿No has pensando mudarte? Tener algo propio. —Me cruzo de brazos mientras termina de guardar las fotografías.

—Johnny tiene razón, en vez de estar pagando mes con un mes, ¿por qué no comprar algo propio? Podrías venirte a vivir aquí, después de todo, es tu casa.

—Lo pensé, hace mucho, antes de que mi ex novia decidiera abandonarme por un director de quinta —río un poco.

Sabemos que aún no supera el tema, no importa que ya hayan pasado dos años, le sigue doliendo igual.

—Es una hermosa casa, estaba en renta, me enteré hace poco que la están vendiendo, pero no sé, siento que es mucha casa solo para mí así que por ahora estoy bien en el apartamento.

—Si todo hubiera salido bien, ¿habrías rentado esa casa con ella?

—Johnny —habló entre dientes, Dono.

—Sí, lo más seguro es que lo hubiera hecho, a ella también le había gustado, no hubiera tenido problema.

Comenzaron a tocar el timbre de la puerta con desesperación lo que llamó nuestra atención.

—Deben ser mis drogas —bromea.

—¡Adam! —hablamos al mismo tiempo y el rubio suelta una carcajada.

—Es broma, cálmense —comenta entre risas—. Ni de chiste quiero estar en otro proceso de desintoxicación.

—Ni nosotros, créeme.

Subimos las escaleras y Adam se apresuró a abrir la puerta, tremenda sorpresa nos llevamos.

—¡Hailey! —se acercó a ella para abrazarla.

Mientras ellos se emocionaban por verse, Sandra apareció y corrí para abrazarla.

—Dios, ¿qué haces aquí? —ese abrazo me había calmado bastante—. ¿Tienes noticas?

—Las tengo.

—Te traje un regalito, Donovan —le dice Hailey.

—¿Regalo?

—Te encantará —asegura.

—Hola —sale la morena con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Chloe! —no tardan en acortar la distancia entre ellos y besarse.

—Te extrañé tanto —se aferra a él como si su vida dependiera de ello.

Después de aquel abrazo, nos saludamos entre nosotros, se acerca conmigo y después con Adam quién no tarda tanto en empezar a molestarla.

—También te extrañé, Adam.

—Y yo a ti, ruidosa.

—¿Comemos o qué? —pregunta Hailey.

—Por favor —ruegan las otras chicas.

Cada uno de nosotros lleva una chica, claro que Chloe está con Dono, Sandra conmigo y Hailey se va con Adam. Conducimos hasta un centro comercial, hay un lugar llamado «las secciones» es enorme y tienen diferentes tipos de comida, dividida en secciones, comida china, italiana, mexicana, entre otras cosas.

—Necesito saber —hablo cuando termino de estacionarme—. ¿Cuáles fueron los resultados?

No logro descifrar su mirada.

—Te los diré después de comer, es que muero de hambre.

Bajó del auto. ¿Muere de hambre? ¿Serán antojos? Ay, Dios. La alcanzo junto con el resto de los chicos, al entrar buscamos una mesa y dejamos nuestras cosas, lo único importante en este momento es servirnos comida, ya cuando por fin tenemos nuestros platos llenos vamos y nos sentamos.

—Ahora explíquenme qué hacen aquí —pide mientras devora unos rollos primavera.

Es claro que Adam iría por la comida china.

—Evento de Trackmind —responden las chicas a una sola voz.

Trackmind quería diversidad en su evento, no me sorprende, escogieron a las mejores.

—Me encantaría escuchar la historia detrás de cada una —comenté y le di un trago a mi vino.

—Yo estaba en Sydney dándoles a los turistas un recorrido por mi galería, me gusta relacionarme con mis futuros compradores, el punto es que cuando terminé un tal Dean Catcher me llamó, me estuvo explicando que Trackmind quiere diversidad de arte en su evento, aunque hasta donde tengo entendido solo se hará la entrega de premios a mejores bandas y eso, como sea, sé bien que el hecho de asistir a un evento de Trackmind en automático te sube el status social, no cualquiera asiste, muchas de mis ventas incrementaron cuando se corrió la voz de que estaría aquí en Bridgen, me dijeron que querían que mi talento fuera reconocido en el evento.

—Eso es asombroso —habló Dono—. Fuimos a una galería de arte en Canadá, nos encantó tu trabajo, tus cuadros están por todas partes, en serio tienes mucho talento.

—Muchas gracias, me alegra que les haya gustado, uno de mis amigos dirige las subastas del lugar y me comentó de un caso muy curioso, resulta que un joven empezó a pelear con una señora de la tercera edad por uno de mis cuadros.

—¿Quién habrá sido el joven que se puso a pelear en una galería de arte? —preguntó Chloe divertida y nuestras miradas cayeron en Adam.

—No me culpen, no iba a dejar que una anciana me ganara.

—Perdiste dinero, Adam, un millón. —habla la castaña.

—¿Pagaste un millón, Adam?

Chloe casi se ahoga con su cerveza.

—Inversión, chicos, yo hice una inversión de un millón en el futuro de una de mis mejores amigas y aparte me llevé un bonito cuadro, ¿no es eso grandioso?

—El chico me dijo que diste dinero de más, para que el millón fuera completamente mío, gracias, Adam.

—No fue nada.

—Estoy interesada en saber cómo se contactaron con Sandra, quiero cerrar la historia con el mejor chisme así que vete preparando, Chloe.

—No fue la gran cosa, estaba en una reunión con el dueño de la sala de conciertos de Forest Coast, le mostraba uno de mis últimos trabajos, Dean Catcher me llamó y me contó en qué consistía el evento, la dueña es quien eligió personalmente a las personas que invitaría así que me siento especial, le encanta mi trabajo, sobre todo porque sabe que hice el logo de Hidden y la portada de sus álbumes, dijo que tenía potencial y que debía asistir al evento porque no cualquiera logra lo que yo.

—Brillante —la besé—. Siempre tan brillante.

—Ew —habló Chloe—. Vamos a mostrarles lo que es un buen beso —ella y Dono comenzaron a besarse.

—Apesta estar soltero —confesó Adam.

—Lo mismo digo.

Dejaron de besarse, solo diré que mi beso con Sandra fue mejor.

—Ruidosa, muero por escuchar lo que te dijo Dean.

—Eso es lo gracioso, a mí no me llamó Dean, sino Marcus.

—¿Marcus te llamó?

—Es lo que acaba de decir, teclitas.

—Sí, fue él, no tenía muchas ganas de hablar conmigo, eso es seguro, pero me dijo que Trackmind prácticamente lo obligó para que fuera él quien me contactara, me comentó lo del evento y me dijo que no estaba obligada a venir —noté que se tensó un poco—. De igual manera quise hacerlo, dijo que Trackmind quería verme en el evento porque no hay otra bajista como yo.

—Justo en su orgullo, no sé qué se trae Marcus, pero ignóralo, es un idiota.

—Es el representante de nuestra disquera, Adam.

—Me importa un carajo así fuera el presidente, Dono.

Seguimos charlando, poniéndonos al tanto de lo que había pasado en la ausencia de Hailey y Chloe. De verdad que no sé cómo Sandra, Chloe y Adam pueden comer demasiado y no engordar, ese será su tercer plato con suerte, tienen un don no tengo duda de ello, cuando terminamos de comer el postre y solo hablábamos de cosas sin sentido, Adam quiso saber sobre los resultados.

—Sandra, no te molestes con teclitas, pero nos enteramos de que existe la posibilidad de que estés embarazada y yo necesito quitarme la duda.

—¿Por qué nadie parece sorprendido? —pregunté.

—Tú le contaste a los chicos y yo a las chicas, veníamos hablando de eso de camino a la casa de Adam.

—¿Y bien? —preguntó Dono.

Ella permaneció callada.

—¿Y bien? —insistí nervioso.

—Lo siento, chicos, falsa alarma, no serán tíos.

Pude notar en la mirada de todos un poco de decepción, incluyéndome, obvio.

—Oye —puso su mano en mi rodilla—. No te preocupes, habrá tiempo para pensar en los bebés.

—Mira el lado positivo, teclitas, tendrás tiempo para planificar una gran boda.

—Y podrán viajar juntos a más partes —agrega Chloe.

—Sí, sé que tendremos más giras y que Sandra tiene proyectos pendientes, ya habrá tiempo de pensar en la familia.

—Deberíamos hacer algo que nos ponga de mejor humor —propone Hailey—. Algo como ir de compras.

—¡Sí! —exclaman alegres las chicas.

—¡No! —hablamos nosotros horrorizados.

—¿Qué hay de malo en ir de compras?

Chloe pone los ojos en blanco.

—Pasa que cuando vamos de compras, la ruidosa se tarda horas escogiendo un simple vestido.

—Pues para tu información, querido, soy observadora y siempre me tardo porque no tengo la opinión de otra chica, esta vez está Sandra y Hailey conmigo, compraré más rápido lo que necesito.

—No, no iremos —se opone Adam.

—Por favor —Hailey sostiene su brazo—. Vamos, Adam, las chicas y yo no tenemos vestido para el evento de esta noche.

—No iremos, Hailey.

—Por favor —chilla—. No tardaremos y, además, en frente está una tienda de música, mientras nosotras encontramos un lindo vestido ustedes puedes ver instrumentos, por favor —suplica.

—Las Walker siempre tienen la facilidad para salirse con la suya.

—¿Eso es un sí?

—Sí, vamos a comprar sus vestidos.

Se apresuran antes de que cambie de opinión, pagamos la cuenta y salimos, la tienda de ropa está subiendo las escaleras, apenas la ven las chicas entran corriendo para escoger sus vestidos.

—Tardaremos horas en salir de aquí, ¿verdad?

—Sip —responde Adam de brazos cruzados.

—Vayamos a ver los instrumentos, tengo ganas de cambiar mi piano.

Nos adentramos en la tienda, no pasan ni cinco minutos cuando varios de los clientes se acercan para pedirnos, una foto, un autógrafo, un consejo de qué instrumento comprar, los dueños nos aseguran que pueden darnos un descuento, pero les dejamos en claro que solo estamos viendo.

Por lo visto nuestros consejos funcionan, más y más personas van entrando a la tienda, quién logra convencerlos de que compren algo es Adam, ni una hora aquí y ya logró ocho ventas, de las cuales la mitad fueron de guitarras, aunque también logró convencer a un chico de que comprara un piano, que una chica se llevara un batería, y que dos señores se llevaran un saxofón y una trompeta.

A esta tienda en particular las personas vienen con una idea clara del instrumento que quieren comprar, pero el precio a veces les asusta, Adam habló tan bien de todos y cada uno de los instrumentos que logró que los clientes salieran con algo en manos, claro que los dueños estuvieron agradecidos por qué les hizo una venta increíble.

No está de más decir que al menos Dono y yo conseguimos que tres chicas se llevaran un micrófono y dos pianos, algo es algo, ¿no?

Estuvimos charlando un rato con los dueños sobre qué tantas ventas tenían, desde hace cuánto tiempo que inauguraron la tienda y cosas de ese estilo, el rubio no estaba con nosotros, pero pensé que tal vez estaría en algún pasillo observando las guitarras, después de un rato salimos de la tienda y para mi sorpresa él estaba afuera en la tienda que estaba a un lado.

—Iré a ver el progreso de las chicas, con suerte nos vamos antes de que empiece el evento —bromea.

—Te alcanzo en un momento, veré que tanto hace Adam.

—Claro.

Me acerqué a él, estaba hablando con un señor un poco viejo.

—Sí, es curioso porque esta es su medida —estaba sosteniendo un objeto.

—No quiero que piense que solo quiero vender, pero si cree que es la indicada, debería dárselo.

—Sé que lo es, el problema es que no sé si ella piense que yo soy el indicado.

Creo que olvidé cómo respirar en el momento en que vi que era un anillo de compromiso.

—Adam, ¿qué estás haciendo?

—Relájate, teclitas, solo quise echar un vistazo.

—¿En los anillos de compromiso?

—Me veía toda la vida con ella, pero es claro que tomó su decisión al irse con Cory, estén o no juntos, ella terminara encontrando a alguien más.

—Entonces sea usted ese alguien más. —Habló el hombre.

En cualquier tienda dentro de este centro comercial los sueldos son muy buenos, vendan o no, así que sé que aquel hombre solo quería que Adam hiciera lo correcto.

—Es todo o nada —insiste.

—Yo suelo decir lo mismo —sonríe de lado.

—¿Y entonces? —pregunto.

—Tendrá que ser nada —devuelve el anillo.

—Te daré un momento, regresaré para ver cómo van las chicas —solo asiente.

Cuando entro a la tienda de ropa me encuentro con tres hermosas chicas frente a mí, claro que yo solo tengo ojos para la rubia que me sonríe alegre, todas y cada una llevan al menos cinco bolsas.

—Creí que usarían nuestras tarjetas —habló Dono.

—¿Y no lo hicieron?

—¿Crees que necesitan el dinero de un hombre? —se ofende Hailey—. Claro que no, ellas pagaron sus cosas

—¿Al menos encontraron un lindo vestido?

—Sí —la chica se acercó a besarme—. Un vestido, blusas, pantalones, unos cuantos zapatos, bolsas, joyería etc.

—Recuérdame estar presente, en las siguientes compras que hagas.

—¿Y Adam? —pregunta Hailey—. ¿Ya tendrá traje para el evento de esta noche?

—Sorprendentemente no —responde el aludido—. Estuve tan concentrado en otras cosas que no pensé en mi traje, lo compraré en alguna tienda cerca del apartamento, debemos estar allá en cuatro horas, quiero dormir un poco, ¿podemos irnos?

—Por supuesto, ve a casa, yo llevaré a Hailey.

—La llevaré yo —interviene Dono—. Chloe dejó sus cosas en el hotel con ella, así que iremos por la maleta y la llevaremos a mi apartamento.

—Vámonos, Hailey —la jala Chloe.

—¿Te veo en un rato?

—No me perdería el evento por nada, será divertido ver al idiota de Jeremy perder la oportunidad de dar el concierto de Trackmind.

No muy animado empezó a alejarse de nosotros.

* * *

Adam

Conduje hasta mi apartamento sin saber si lo que había hecho era lo correcto.

Total, dinero te sobra.

Buen punto.

Justo cuando estacioné el auto recibí una llamada de Marcus, seguramente me dirá el sermón de siempre de que hay que darle a la prensa algo bueno de lo que hablar.

—Marcus —respondí sin mucho ánimo.

—Espero que quites la cara de fastidio que de seguro tienes en este momento y la cambies por una sonrisa, necesito que le des a la prensa algo bueno, Hidden debe seguir siendo el tema principal de las revistas y noticias.

—Hemos estado trabajando y haciendo lo que nos pides, le damos a la prensa lo que quiere.

—Necesitan esforzarse más, es claro que Chaos está ganando más fans y por lo tanto más reconocimiento.

—Lo dudo —aseguré—. Los chicos y yo estamos al pendiente de lo que ellos hacen, ya perdieron a varios fans, la gente no los quiere del todo, ¿en serio crees que son competencia para Hidden?

—No estarás muy contento cuando ellos sean quienes den el concierto por el aniversario de Trackmind.

Admito que el comentario me tensó un poco. No, esta vez Jeremy no iba a conseguir lo que quería, no mientras Adam Stone esté con vida.

—Descuida, eso no sucederá.

—Por tu bien espero que Chaos no gane, recuerda ser puntual, debes estar en el evento a las 8:00, deja que te fotografíen, Hidden será sin duda la portada de cientos de revistas, ¿ya tienes traje?

—No, lo compraré en un rato.

—Ve presentable.

—Creo que «evento de gala» me deja muy en claro cómo debo ir vestido, Marcus.

—Bien, los veré en un rato.

Colgué y me quedé unos minutos ahí, esta es la oportunidad por la que hemos estado esperando, el concierto más importante de nuestra carrera, al menos por ahora, haremos todo lo que esté en nuestras manos por conseguirlo; ya he perdido tanto, la música ha sido por mucho tiempo lo único a lo que aún puedo aferrarme.

Salí del estacionamiento y entré al edificio, me encontré como de costumbre con Jimmy, era momento de darle la buena noticia.

—Buenas tardes, Señor Stone —saludó detrás del mostrador.

—Hola, Jimmy, ¿qué tal todo?

—Ha habido días mejores.

—Oye, me gustaría hablar contigo.

—¿De qué se trata? ¿Es sobre la prensa otra vez? Si lo están molestando le aseguro que ningún paparazzi pondrá un solo pie en este edificio, eso téngalo por seguro.

—Lo sé, nadie mejor que tú para cuidar este lugar.

—Entonces, ¿de qué quiere hablar?

—Tu casa.

—¿Mi casa?

El pobre Jimmy no sabía qué rumbo tomaría esta conversación.

—Verás hace poco tuve un par de inconvenientes con mi familia, el punto es que mi madre puso a la venta mi casa y yo terminé comprándola, la pondré en renta.

Probablemente Jimmy no sabía a qué venía el comentario.

—Eso es muy bueno, seguro tendrá dinero extra, cualquiera daría hasta su riñón por vivir en la casa de Adam Stone, me alegro mucho por usted, señor.

—Sí, gracias, Jimmy. La cosa es que quiero que tú vivas ahí.

Comenzó a reírse, pero dejó de hacerlo en el momento en que notó que no estaba bromeando.

—Pero, señor, no puedo hacerlo yo

—Vives en un lugar donde te cobran demasiado por el espacio en donde estás —interrumpí—. Perdón que me meta en lo que no me incumbe, Jimmy.

—No puedo aceptar algo como eso, necesito pagarle.

—Pensaba dejar que estuvieras gratis ahí, pero te conozco, sé que no aceptarías, es por eso que pagarías la mitad de la renta por quedarte ahí, además la casa está en las afueras de Bridgen, justo donde quieres vivir y no es por presumir, pero es una buena zona, te encantará.

—No podría pagar la mitad de la renta, Señor, es casi el triple de espacio.

—Claro que puedes hacerlo, es mi casa y decido cobrarte la mitad de lo que pagas ahora.

—Señor es demasiado.

Tonterías.

—Nunca es demasiado. Si no lo haces por ti, hazlo por tu esposa, ¿no crees que ambos merecen vivir en un lugar mejor? Se te está presentando la oportunidad, ¿por qué negarse?

—¿Por qué yo?

—¿Y por qué no tú? —repliqué.

—Señor...

—Jimmy, no conozco a nadie que lo merezca más que tú, por favor, una agente de bienes raíces se pondrá en contacto contigo, se asegurará de que tengan lo necesario y si necesitas algo por favor no dudes en decírmelo.

—Señor Stone

—Jimmy —lo miré suplicando—. Por favor.

—Muchas gracias —sus ojos se cristalizaron—. No sé cómo podré pagarle.

—Ya lo hiciste —me miró confundido—. Lo haces cada día cuando te levantas aún con los dolores que tienes en el cuerpo, vienes y cuidas del lugar en donde vivo, cuando te interesas en saber cómo ha ido mi día, como van las cosas en mi familia, cuando te aseguras de que la prensa no entre al edificio y nunca falta el café que me das como mínimo una vez a la semana, yo soy quien te debe a ti en todo caso.

—Es mi trabajo, señor.

—No, tu trabajo es cuidar el edificio y nada más, todo lo que has hecho por mí es aparte y te agradezco por eso.

—Gracias por este gesto —me sonríe de la manera más honesta.

—Por nada —me acerco al elevador—. Oh, Jimmy.

—¿Sí?

—Llamé a un quiropráctico, vendrá a las 7:00.

—Pero, señor

—Lo siento, Jimmy no te oigo —las puertas del elevador se cerraron.

Cuando salí vi a cierta señorita saliendo discretamente de mi apartamento, se puso pálida en el momento en que me vio.

—Adam.

—Juls parece que viste a un fantasma, ¿qué hacías en el apartamento?

—¿Por qué rayos no estás enojado?

—Porque entraste tú, si hubiera sido otra persona tal vez estaría considerando el molestarme —me acerqué a ella y eso la puso aún más tensa—. ¿Qué hacías?

—Nada importante, toma —dejó en mi mano la llave—. Deberías cambiar el escondite, algún día alguien más sabrá que la escondes bajo la maceta.

—Juls —advertí, y me miró.

—La verdad es que vine a robar un poco de tu ropa, te dije que si la vendía me haría rica y hay varias chicas interesadas en tus sudaderas.

Empezó a jugar con sus dedos y claro, mientras se quedaba callada mordía su labio. No ha mejorado en nada su técnica para mentir y eso que es actriz.

—Juls.

—Nunca puedo sorprenderte —tomó de nuevo la llave y abrió la puerta.

En el momento en que entré vi sobre el sofá un traje color vino, tampoco ha olvidado mis tallas.

—Hecho a la medida, no sé por qué, pero supuse que no tendrías traje para esta noche y aproveché que fui a comprar mi vestido.

—¿Qué color?

—Vino.

—Señorita Graves creo que iremos vestidos del mismo color, la prensa hablará de eso.

—Podrían creer que vamos juntos.

—Podemos entrar juntos y de esa manera hablarán con provecho.

—Adam.

—Bien, un paso a la vez, hay algo que quiero decirte.

—¿Qué cosa?

—Me gustaría hablarlo contigo en mi cama mientras observamos el techo sin nada mejor que hacer, pero dudo que quieras, así que me limitaré a invitarte a cenar, ¿qué dices?

—¿Cuándo?

—Después del evento, no terminará tan tarde.

Por favor, di que sí, di que sí, esto es todo lo que necesito.

—De acuerdo, pero yo elijo el lugar.

—Por mí está bien.

Llamaron a la puerta interrumpiendo nuestra pequeña charla, tuve que ir a abrir.

—Buenas tardes, entrega para Adam Stone.

—Soy yo.

—¿Podría firmar aquí? —lo hice—, y aquí ¡Pasen chicos!

Dos hombres entraron con algo grande, rectangular y cubierto.

—¿Qué es esto?

—El cuadro que compró —Juls se sorprendió—. Tenemos indicaciones claras de la señorita Hailey, cuidamos muy bien del cuadro durante el viaje.

Los hombres con el cuadro empezaron a quitarle todo aquello que lo protegía.

—¿Y bien? ¿dónde lo quiere?

Interesante pregunta.

—¿Juls?

No tenía que mencionarlo, ella ya estaba concentrada examinando el lugar en busca del sitio en donde se viera mejor.

—Sí movemos el cuadro de Set It Off allá —señaló un espacio a un lado de la pantalla—. Podríamos dejarlo ahí.

—Ya la escuchó.

Los hombres hicieron los cambios que indicó Juls y colocaron el cuadro de Hailey detrás del sofá, buena elección de lugar, mientras Juls terminaba de atenderlos recibí una llamada.

Llamada entrante: Número desconocido.

—¿Hola?

—Adam.

—Señor Brown, es bueno tener noticias de usted.

—Lamento la demora, en esta ocasión no tengo buenas noticias.

—¿Qué encontró?

Juls se estaba riendo con los hombres en la entrada, siempre tan sociable.

—Nada, ese es el problema, hace poco recibió información sobre Marcus Wright, nació en Inglaterra, estudió música, se ha relacionado desde entonces con varias personas, formó una banda cuando era joven, pero tiempo después lo echaron hasta que dio con Trackmind, no hay muchos datos al respecto, pero tal parece que Trackmind quería deshacerse de él y para no generar un escándalo lo asignaron como representante de otra disquera, misma que sigue siendo parte de Trackmind.

—¿Hay algo más?

—Intenté buscarlo en grabaciones, busqué algo que lo delatara, tiene bien definidas sus jugadas, si hizo algo malo se encargó de borrar las evidencias, solo encontré una cosa.

—¿De qué se trata?

Juls cerró la puerta y se sentó en el sofá, me miraba de reojo.

—Quizá estos eventos no están conectados, pero encontré una grabación del estudio donde Hidden se encuentra, tanto la señorita Chloe Moreno como Juliette Graves mantuvieron contacto con Marcus, en la grabación se les ve a ambas chicas con un sobre, las imágenes son borrosas y el audio no es detectado, momentos después ambas chicas salieron llorando del lugar, ¿tenía conocimiento de esto?

—No —Juls me sonrió y volvió a centrarse en el cuadro—. No del todo, ¿hay alguna forma de averiguar qué les dijo?

—Investigaré y se lo informaré.

—Muchas gracias, estaré en espera de esa información.

—Por supuesto, tenga buena tarde —colgó.

Me acerqué con Juls y me senté a su lado, arruinar las cosas con una pelea de «ya dime la verdad» era lo último que quería para esta noche, después me encargaría de averiguar qué es lo que pasó, cada vez estoy más cerca.

—Tu prima está aquí, ¿sabías?

—Sí, algo me dijo Hailey de que Trackmind la había invitado, es genial, vienen varias personas importantes.

Aclaro un poco mi garganta.

—Supongo que entrarás con Cory.

—No, acordamos que sería mejor que cada quién entre por separado, no quiero que la prensa siga haciendo especulaciones de cosas que ni al caso.

Esa es mi chica.

—Ya veo.

—¿Tú eras el loco que se peleó con una señora por este cuadro? —enarqué una ceja—. Hailey me contó la historia.

—Pues sí, pero valió la pena, este cuadro es perfecto.

—Estás loco —río un poco.

—¿Por qué?

—Pagaste un millón por este cuadro.

—Como dije, valió la pena.

—¿Por qué lo querías?

Suspiré, observando cada detalle de la pintura.

—La historia de Landon y Hailey comenzó en ese lugar, mi amigo supo que estaba enamorado cuando trató de hacer algo lindo por ella, tomó todos los cuadros que Hailey había pintado en la escuela y los puso en una parte de ese bosque —señalé el cuadro—. En teoría lo hice yo, me quedó genial, pero quise que se llevara el crédito, ya sabes uno hace lo que sea con tal de impresionar a la chica.

—Hasta tocar con la cremallera abajo.

—Te impresioné, ¿no?

—Continua —sonrió.

—Siento que es un recordatorio de que las mejores historias de amor comienzan de la forma más extraña posible —bromeo—. Landon recibió gritos de parte de Hailey solo porque tomó su libreta y yo recibí acusaciones de una chica que creía que mi cabello rubio no era natural.

—Debes entender mis dudas.

—Me siento ofendido, pero te perdono. Es un lindo cuadro.

—Precioso.

Una vez más tocaron la puerta, quizá los hombres del cuadro se habían olvidado de algo.

—Te toca abrir —la molesto y se levanta.

—Si compraste otro cuadro te juro que —permanece callada unos segundos—. ¡Hailey! —la abraza emocionada—. ¿Qué haces aquí?

—¿Qué haces tú aquí? —cuestiona con cierta sonrisa maliciosa.

—No estábamos haciendo nada en mi habitación por desgracia.

Mi comentario provoca que Juls se ponga roja, me levanto del sofá y veo a un chico que acompaña a Hailey, mi semblante cambia de inmediato a uno de enfado.

—¿Y tú eres?

—Jasper Taylor —estira su mano y la tomo.

Tengo que analizar bien a este chico si saldrá con Hailey, no cualquiera es digno.

Dios, no te quiero imaginar con hijas.

Hijas o hijos, seré igual de sobreprotector.

Ya lo creo.

—Adam Stone, seguro has escuchado hablar de mí.

—Por supuesto, tu banda es muy conocida.

—¿Por qué estás con Hailey?

—Ay, los modales, pasen chicos.

Juls los deja entrar y se sientan, pero no me conformaré con esa mirada de chico bueno de Jasper, habrá que hacer una inspección.

—¿Algo de tomar?

—Estamos bien, gracias July.

—Sí, descuida, así estamos bien.

—Bien, Jasper —remarco su nombre—. ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana?

—Adam —advierten al mismo tiempo las chicas.

—¿Hermana?

—¿No te lo dijo? —ignoro las miradas asesinas de las chicas. —Soy su hermano, no puedo creer que ella no te haya hablado de mí, en serio que me siento ofendido. ¿Qué clase de hermana hace eso, Hailey?

—No tenía idea de que Hailey tuviera hermanos.

—Supongo que entonces no eres tan importante en su vida.

—No le hagas mucho caso, no sabe lo que dice —Juls se sienta frente a mí tapándome con su espalda.

Me acerco más a ella y rodeo su cintura con mis brazos atrayéndola hacia mí, este es un juego de dos.

—¿Estás aquí para la boda?

—¿Boda?

—¡¿Boda?! —Hailey casi se ahoga con su propia saliva.

—Me casaré con Juls, ¿no lo sabías?

Bueno esto no era parte del plan, pero en un mundo alterno sí pudo haber sucedido, y me hubiera encantado por supuesto.

—Mi prometida es muy buena en su trabajo, ¿sabes a qué se dedica, Jasper?

Podía sentir el calor que emanaba el cuerpo de Juls, no tenía idea de qué decir, pobre Juls.

—Hailey me comentó que es actriz.

—Eso fue hace mucho, ahora es policía, y justo detrás de ti tengo un cajón con un arma sino quieres que la saque y la use contra ti, dime ¿cuáles son tus intenciones con Hailey?

—Solo somos amigos.

—Lo mismo dije yo y mira, estoy a punto de casarme.

—No quiero lastimarla, jamás pensaría en eso, lo único que quiero es que esté bien.

Creo que hasta estaba sudando.

—Buena respuesta, ¿la quieres?

—Sí —ni siquiera se detuvo a pensarlo,

Eso suma puntos.

—Bien, olvida todo esto, no estoy comprometido aún y no soy hermano de Hailey, la quiero como si lo fuera así que cuídala bien, ¿entendido?

—Por supuesto, tienes mi palabra.

—Solo quería presentártelo, jamás creí que harías todo esto.

—Te dije que tendría que asegurarme de que fuera un chico digno ¿Irán juntos al evento?

—Sí —responde ella con cierto brillo en sus ojos—. Trackmind también lo invitó.

—Me alegra, pásenlo bien —añade su prima.

—Ya habrá tiempo de que se conozcan mejor, si nos disculpan tenemos que ir a prepararnos —ambos se levantan—. Un placer verlos, chicos.

—Lo mismo digo, un gusto, Adam —comenta Jasper.

—Igual.

Salen del apartamento, Juls cierra la puerta con una sonrisa y después me mira sorprendida.

—¿Prometida? —suelta la pregunta con un tono de voz más agudo.

—No es mala idea —levanto los hombros.

—Estás hablando de matrimonio, no me habías visto en dos años ¿y lo primero que se te viene a la mente es decir que estamos comprometidos?

—Sí bueno, sobre eso —meto mi mano a mi bolsillo y sostengo con fuerza la pequeña caja.

Ella no nota lo que está pasando.

—Sobre eso nada, uno no pide matrimonio así porque sí.

—Pues yo sí, querida —suelto la caja y la dejo en el bolsillo. Tiene razón—. Pero supongo que querrás que te lo pida de una manera más creativa.

—No diré nada —empieza a reír mostrándome que está nerviosa.

—¿Por qué?

—Porque sé qué harás hasta lo imposible por darme cualquier cosa que te pida.

—Soy todo oídos, Juls ¿cómo tendría que proponerte matrimonio?

—Te diré algo —susurró y me acerqué a ella para escucharla mejor—. Sé creativo.

—¡Juls!

—No te pondré las cosas fáciles, pero bueno, sabemos que eso no pasará, tengo que ir a prepararme, te veré en el evento.

—Seré el chico más apuesto de todo el evento, digo, para que me reconozcas.

—No lo dudo.

La acompañé hasta la puerta y vi cómo se alejaba.

«Sabemos que eso no pasará» Pues comienzo a dudarlo, si no sintiera algo por mí no estaría aquí, no traería el traje, no me ayudaría, no pondría una excusa absurda como que no tiene a donde ir, porque sabía bien que estaba quedándose con Karla, ella quiso quedarse conmigo, sin importar las discusiones que hemos tenido o lo mal que la hayamos pasado, el amor sigue ahí. Me puse el traje que me había traído Juls, lucía genial.

Nuevo mensaje: Papá.

Papá: ¿Listo para el evento? Será dentro de un par de horas.

Yo: Lo sé, estoy nervioso. Espera ¿irás?

Papá: ¡Sorpresa! Trackmind me invitó, dijeron que la dueña se enteró de que soy tu padre y quiso que asistiera.

Yo: Me alegra que al menos tú sí vayas a asistir, nuestro representante en un evento tan importante como este no podrá ir.

Papá: Pues que idiota, ¿cuál dices que es su nombre?

Yo: Marcus.

Papá: Agh, conocí a un Marcus cuando era joven, no me caen del todo bien.

Yo: Ni a mí, créeme.

Papá: Te escribo por algo en particular, me quedé bastante sorprendido con la foto que me enviaste hace rato. No puedo hacer esto por mensaje, te llamaré.

Llamada entrante: Papá

—¡Hola, hijo!

—Hola, papá.

—Ahora que puedo escucharte necesito saber, ¿por qué rayos compraste un anillo de compromiso?

La verdad es que se escuchaba bastante emocionado.

—Creo que fue muy impulsivo, salí de la tienda de música del centro comercial, vi los anillos y me acerqué, el señor que atendía el lugar me mostró un anillo precioso.

—Y costoso sin duda.

—Era justo la medida de Juls

¿Hace calor o soy solo yo? Mientras seguía en la llamada con mi padre salí del apartamento, necesitaba aire fresco.

—¿Qué es lo que harás?

Fui al estacionamiento.

—Recuperar a la chica, ¿no es obvio?

—Adam

—Papá —hablé antes de que pudiera regañarme—. Pasé tres años alejando a Juls porque no sabía qué rayos hacer con mi vida, y cuando puedo estar con ella resulta que se marcha.

—Te lastimó, te dijo que quería estar con otra persona.

—Y resulta que después de todo este tiempo al fin entiendo que es mentira.

—¿Qué? —sonaba sorprendido.

—Jamás dudé de ella, ni siquiera cuando vi la revista, ni cuando Cory apareció en la entrevista, tengo que admitir que es la primera vez que en serio me creí sus mentiras, contraté a un detective, está averiguando todo lo que puede sobre cómo Marcus se relaciona con que Juls se haya ido y que Chloe haya dejado la banda.

—¿Y si descubres que ese tal Marcus sí está relacionado?

—El maldito deseará no haber nacido. Papá, amo a Juls.

—Le entregarás el anillo —concluye.

—Hablaré con ella esta noche, necesito saber la verdad.

—Creí que le pedirías matrimonio de una manera más creativa —bromea.

—Darle el anillo al final de un evento no es mi mejor idea, pero tendré toda la vida para ser romántico te lo aseguro.

—¿Por qué crees que dirá que sí?

—Porque me ama.

—Patético —se escuchó detrás de mí.

Quién sea que haya sido se apresuró a ponerme una bolsa en la cabeza, escuché las voces de más personas, alguien me golpeó en las piernas y caí.

—¿Adam? —escuchaba en altavoz a mi padre

Me golpearon en el abdomen, intenté levantarme, pero ellos no se detenían, golpe tras golpe, los idiotas ni siquiera sabían a qué parte de mi rostro golpeaban, solo lo hacían.

—Lo siento, pero solo una banda debe dar ese concierto.

No hizo falta verlo, sabía que era el maldito de Jeremy.

—Púdrete —escupí.

—Y después iremos tras ella.

No, no, no, no, no.

Escuché pasos alejarse de mí, pero los otros seguían dándome con todo, ya no tenía fuerza para moverme, sentía el sabor metálico de la sangre en mi boca, cada vez se volvía más difícil respirar y mis ojos se cerraban de manera inconsciente.

—No esta vez, no dejaré que vuelva a ganar un Stone —amenazó una persona.

Era la voz de un hombre, estoy seguro que la he escuchado antes, pero ¿quién era?

Volví a cerrar mis ojos. Sentí que habían pasado apenas unos minutos, me costaba trabajo moverme.

—Le agradezco tanto, me siento mucho mejor.

—Cuando quiera, tiene mi tarjeta.

—¡Señor Stone! —habló horrorizado y se acercó a ayudarme.

Quitó la bolsa de mi cabeza y me miró preocupado al notar el estado en el que me encontraba.

—¿Qué le pasó?

—Ese maldito me hizo esto, Jimmy.

Ambos hombres me ayudaron a levantarme.

—¿Qué hora es? —intenté mantenerme de pie, aún tenía restos de sangre en mi boca

—8:50, venga lo llevaré a un

—No, tengo que ir por ella.

—Señor Stone —habla el quiropráctico—. No creo que sea buena idea que salga.

—Estaré bien.

Tomé las llaves de mi auto y subí, necesitaba saber qué estaba pasando, puse en marcha el auto y vinculé mi celular, la app de Trackmind estaría transmitiendo el evento, pisé el acelerador, necesitaba saber que ella estaba bien.

—¡Jonathan! Que honor tenerlos en este evento, creo que les falta uno.

—Sí —se escuchaba la preocupación en su voz—. Adam ya no debe de tardar.

—¿Sabes algo al respecto, Donovan?

—Seguramente no es la gran cosa, suele llegar tarde.

—¿Qué me dices tú Sabrina?

—Se presentará a tiempo —responde ante la pregunta de la chica.

Siento que estoy tardando demasiado en llegar, hay mucho tráfico así que decido tomar otra ruta, cualquiera con tal de llegar lo antes posible, conduzco por una carretera donde hay muchos árboles, no es muy transitada.

Todavía me duele la cabeza y me cuesta trabajo ver con claridad las cosas, si algo le pasa no me lo perdonaría.

—Juliette, buenas noches, creímos que estarías con Adam.

—¿No ha llegado?

—Veo que no sabes el motivo.

—Es Adam, seguro quiere hacer una entrada dramática.

Está bien —suspiré aliviado —está...

Sentí el fuerte impacto en el auto, los cristales se rompieron, intenté tomar de nuevo el control del volante, ya era tarde, estaba dirigiéndome a los árboles, estaba cayendo, vi mi vida pasar frente a mis ojos, el tiempo es demasiado corto, ahora lo sé.

El impacto con el tráiler fue muy fuerte, había mucha sangre y cuando mi auto impactó con el suelo solo pude sentir los cristales calientes en mi rostro, no podía escuchar nada más que un eterno zumbido y el aire helado de la noche invadió el lugar, después de eso, todo fue oscuro.


¿Otro tráiler? Sí, otro tráiler. 

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