26 | Como si nada hubiera cambiado
Narrador Omnisciente
El vuelo de regreso al menos sirvió para que los chicos descansaran un poco, Billy se encargó de llevarlos a sus apartamentos, hay que reconocer que brinda servicios muy buenos y de calidad, Adam piensa que quizá lo pueda contratar para que sea solo su guardaespaldas, el hombre se sentiría soñado.
Adam aún no termina de desempacar cuando recibe un mensaje de su padre.
Papá: ¿Estás ocupado?
Adam: No tanto, solo estoy desempacando, ¿por qué? ¿Ya te aburriste de ver televisión en el hotel?
Papá: Estuve haciendo algo mejor, por eso me desaparecí un rato.
Él se asustó en serio, creyó que la historia se repetiría y que todo saldría mal, por suerte William le había dicho que estaría ocupado y que no tenía buen internet, al menos eso tranquilizó a su hijo.
Adam: ¿Y qué hacías?
Papá: Preparando una sorpresa para ti.
Adam: No es mi cumpleaños.
Papá: Lo sé.
Adam: ¿De qué se trata?
Papá: ¿Puedes abrir la puerta de tu apartamento?
Adam: escribiendo...
Iba a responder, pero el simple hecho de imaginarlo le alegró el día.
No es cierto, no es cierto, Adam se emocionó ante la idea de tener su padre ¡¡Papá está aquí!! ¡PAPÁ ESTÁ AQUÍ! —repetía una y otra vez en su cabeza.
Abre la puerta más emocionado de lo que le gustaría admitir y frente a él se encuentra William con una sonrisa de oreja a oreja, su padre ha estado esperando este momento por mucho tiempo.
—Sorpresa —extiende sus brazos para que pueda abrazarlo y no duda en hacerlo.
Está tan feliz que incluso quiere llorar de la emoción, pero no lo hace, se contiene, aún le cuesta un poco de trabajo abrirse con la gente y solo puede pensar en que hay que ser fuertes.
De pronto, mientras el chico se encuentra en los brazos de papá siente que vuelve a ser aquel pequeño que adoraba que lo cargaran, que lo consintieran y le hicieran cosquillas a cada nada, con William a su lado siente que recupera una parte de su vida, está feliz, nunca imaginó que todo lo que necesitaba era un abrazo de su papá.
—No puedo creer que estés aquí —habla con la voz temblorosa.
—Te dije que no volvería a irme, cumpliré mi promesa, hijo.
—Pasa —terminan el abrazo.
No sabe a qué se deba que esté tan nervioso, solo conocerá su apartamento no es la gran cosa, ¿o sí? Cierra la puerta y William observa el lugar, su mirada termina en el cuadro que está detrás de los sillones, es el logo de Set It Off blanco y negro.
—Tu banda favorita.
—¿Cómo lo sabes?
—No me pierdo las entrevistas, casi siempre lo comentas cuando Maya los llega a entrevistar y cuando has tocado covers con la banda suelen ser canciones de ellos, por ejemplo, antes de que la disquera con la que trabajas ahora les pidieran que firmaran bajo su sello discográfico, tocabas en el bar de Zach, de hecho, no conozco al hombre que los invitó a firmar con la disquera, pero seguro que es bueno, disfrutabas tocar con los chicos y presentabas canciones de Set It Off todo el tiempo, los clientes te amaban.
William ha estado presente en casi cada logro de su hijo, trató de no perderlo de vista cuando empezó a interesarse en el mundo de la música.
—Así de cerca estuviste de mí, ¿eh?
—Desde el momento en que vi esa guitarra vieja en tu cuarto hace tantos años supe que triunfarías, presentimiento de padre tal vez, pero supe que llegarías lejos.
—¿No dudaste? —lo invitó a que se sentara—. Quiero decir, si estuviste tan cerca, tal vez viste que fui rechazado siete veces por distintos representantes de disqueras, insistían en que no servía para esto.
—Y me alegra que a cada uno de ellos los callaste, ¿te imaginas? Los pobres ilusos deben arrepentirse de haber rechazado a Adam Stone.
—Me encargué de llevar tu apellido en alto.
Su padre se sentía realmente orgulloso de él.
—Lo sé —ensanchó su sonrisa—. No eres solo Adam, te conocen por ser el gran Adam Stone, me enorgulleces hijo.
Se conmovió tanto ante sus palabras que derramó una lágrima.
—Gracias, papá —se limpió con la manga y cayó en cuenta de algo: no traía nada consigo—. ¿Estás solo de visita? Creí que ahora que las cosas habían mejorado podrías quedarte aquí.
—Adam no creo que eso sea conveniente.
—Tengo habitaciones de más si es lo que te preocupa, tampoco dejaré que duermas en el sofá, descuida.
—Creo que deberías hablar primero con tu madre y dudo que se ponga feliz de verme, sabrá que me involucré en tu vida de nuevo y me preocupa lo que pueda llegar a hacer.
Deberían temerle a Mary, una madre que siente que perderá a su hijo hará hasta lo imposible para que eso no suceda.
—Sé que no estuvo bien que te amenazara —necesitaba lograr que se quedara—. Pero ha cambiado, sigue teniendo fallos, sí, pero todos los tenemos, apuesto a que le agradará saber que estás aquí —su mirada le decía que no era una buena idea—. ¿Sabes qué? Arreglaremos esto de una vez —toma decidido su teléfono.
—Adam, tienes que ir a presentarte con la directora de cine.
—La directora y la banda pueden esperar, esto no —afirma y marca el número de su madre.
No contestaba, lo intenta de nuevo y obtiene el mismo resultado, ¿dónde diablos estaba?
Tuvo que dejar un mensaje de voz: «Mamá, hola, no sé en dónde estés, pero llámame por favor cuanto antes, tenemos que hablar de algo, es importante».
—Será el destino conspirando en tu contra —bromea.
—No sería la primera vez, créeme —revisa su reloj—. Oye, tengo que ir con los chicos y no quisiera que
—Te llevo —lo interrumpió—. Sé dónde queda el set de grabación.
—¿Y cómo sabes eso?
—De la misma manera en que supe dónde vivías, me lo dijeron dos personitas muy interesadas en que te encontrara.
—Dono y Johnny.
Siempre dispuestos a ayudar a su amigo, harían cualquier cosa por él.
—Son chicos increíbles, me alegra que tengas personas como ellos en tu vida.
—Sí —sonríe de lado—. Soy afortunado por tenerlos conmigo.
—¿Nos vamos?
Ambos toman el elevador y bajan, por supuesto que Adam no olvidó el regalo que prometió, lo había comprado durante su viaje a Canadá, aprovechó que Donovan tenía cosas que hacer, que Sabrina seguí dormida y que Jonathan estaba revisando cosas en su teléfono, salir a tomar aire le vendría bien.
—Señor Stone y —analizó al hombre que se encontraba al lado de Adam—. ¿Señor Stone? Perdón es obvio que son familia, solo mírense, son casi idénticos.
Y lo eran.
—Solo que yo soy más apuesto —completa William con su perfecta sonrisa.
—Ahora veo de quién sacó la personalidad —empieza a reírse Jimmy
—No molestes —Adam deja sobre el mostrador la bolsa con los presentes.
—¿Qué es esto?
William también se muestra interesado por el contenido de la bolsa, Jimmy empieza a sacar lo que hay dentro.
—Lo que te prometí que te traería, libros bastante interesantes y lo mejor de lo mejor en vino.
Se queda sin habla. ¿No le habrá gustado el detalle? —piensa Adam.
—Señor Stone, esto debió costarle mucho.
Lo que le sobra a este chico es dinero, no te preocupes.
—Despreocúpate de eso, no fue la gran cosa.
—Muchas gracias, en serio.
—No hay de qué.
Se despiden de él y suben al auto de su padre, es increíble y con asientos de cuero igual que los del auto de Adam, no esperaba menos, un Stone siempre tiene clase.
Durante el breve viaje que tienen William le cuenta a su hijo un poco de lo que había estado haciendo estos años ya que trabajaba como un empresario exitoso, lo liquidaron hace poco, invirtió en acciones y el dinero le era suficiente para vivir, de hecho, por todo lo que le contaba, Adam dedujo que se daba sus lujos. Claro que tenía dinero si le seguía el paso en la gira.
Para cuando bajaron del auto los chicos ya estaban ahí esperando a su líder, los ojos de los chicos brillaron cuando vieron con quién llegó.
—Chicos, les presento a mi padre, papá ella es Sabrina, Donovan y Jonathan.
—Un placer, chicos.
—El placer es nuestro —comenta la rubia.
—Al fin alguien que le pondrá un alto a la locura de Adam —dice Dono riendo.
—No —Johnny se detiene un momento para observar al padre de su amigo—. Presiento que el señor Stone será el primero en apoyar las locuras de Adam.
—Y no te equivocas —su padre golpea un poco su hombro.
En serio, no se equivoca.
—No sé qué tan bueno sea tener a dos Stone juntos —confiesa Adam—. Supongo que ya lo averiguaremos.
—Tenme algo de fe. Chicos, un gusto conocerlos, si me permiten tengo cosas pendientes por hacer, pero espero que les vaya genial, los veré después.
—Adiós, señor Stone —se despiden a una sola voz.
—Te veré mañana temprano y hablaremos con tu madre, ¿de acuerdo? —su hijo asiente —avísame qué tal te fue con esta presentación.
—Lo haré.
Todos observan cómo se aleja y Adam es el primero en fijar de nuevo su vista en el gran edificio que tienen de frente, tan intimidante como el edificio de la disquera, de eso no hay duda.
—Otro gran proyecto —suspira el líder—. Podemos con esto Hidden.
—Pues a darle —Jonathan es el primero en entrar.
Lo sigue, Dono y antes de que él pueda adelantarse, Sabrina lo detiene, la chica está preocupada porque sabe bien lo que ocurrirá.
—Adam.
—¿Qué pasa? ¿Los nervios?
—Aparte —sonríe—. Dijimos que seríamos honestos con la prensa cuando volviéramos a Bridgen.
Sabrina hubiera dado todo porque en serio funcionara esa relación, pero sabe que no puede competir con Juliette, no importa todo el daño que le haya causado a Adam, él la sigue amando y eso es algo que difícilmente cambiara.
—¿Quieres que consiga a un reportero justo ahora, linda?
—No, pero creo que sería bueno que cuando terminemos la presentación se lo aclaremos a la prensa, siempre están fuera del estudio.
—Sí, tienes razón, entre más rápido mejor.
—Bien —se veía nerviosa.
—Hey —el chico estira su mano—. ¿Entramos juntos?
—Gracias —la acepta y se adentran al edificio.
Pisos y pisos dedicados solo a grabar, tenían que ir al piso cinco que es donde se presentarían.
El lugar es increíble, hay demasiadas cámaras, luces por todos lados, las famosas pantallas verdes, las personas van de un lado a otro, parece que el lugar está dividido en secciones y cada sección se usa para grabar una escena diferente, es tan amplio el set que aún sobra bastante espacio para cualquier otra cosa que quisieran hacer.
—¡Hola! —se acerca un chico alegre hacia ellos—. Hidden ¡Que locura! Descuiden, ya tendremos tiempo para los autógrafos, que gran elección hicieron al escoger a la banda, esta sí que será una escena de calidad, lo mejor para el público.
Con ese simple comentario ya es del agrado de Adam.
—Gracias, espero que el director quede satisfecho con nuestro trabajo.
—Así será, un gusto soy Marcelo —estrechan sus manos.
—Adam, ellos son Jonathan, Sabrina y Donovan.
—Hola —saludan los chicos.
—Un gusto, llegan justo a tiempo, la directora y su ayudante no debe tardar en aparecer.
Por otra parte, se encuentra la protagonista de la película atrapada en el tráfico, ya debería de haber llegado, pero mientras el tráfico no avance eso será imposible, la chica está emocionada por saber qué banda se presentará y grabará las escenas con ellos, solo espera que tengan talento.
Ya en el set de grabación Adam se queda observando una de las secciones, hay una barra de madera, el lugar se ve elegante, detrás están todos los vinos y licores, le recuerda mucho al bar de Zach, hasta parece que se inspiraron en ese lugar y quisieron recrearlo.
—Es la escena en la que aparezco —comenta Marcelo recargándose sobre su hombro—. Se supone que toco la guitarra, en ese lugar conocí al amor de mi vida.
—Curioso, me pasó lo mismo.
—¿En serio? —se puso más serio—. ¿Tu cremallera estaba abajo?
—¿Cómo lo sabes? ¿Les pasa a todos los músicos? —responde entre risas.
—Hola, chicos —se escucha en todo el estudio.
—Ahí está la directora y su ayudante.
Aunque lo último que querrá es conocer al ayudante de Stella.
Les está hablando desde una cabina, está un poco alto así que Adam no logra distinguir al hombre y la mujer.
—Por favor sigan a Marcelo, los guiará hasta los instrumentos, espero que sepan la canción, será My heart is yours de Paramore, estaremos encantados de escuchar a Sabrina cantar esta canción y, Adam, tengo entendido que haces un par de screaming en tus canciones.
—A veces.
—Será su momento de brillar —es lo último que dice Stella.
—Esfuércense.
La voz le suena familiar. Acompañan a Marcelo a una de las secciones centrales, detrás de ellos está la pantalla verde, ahí se encuentran sus instrumentos, Marcus debió enviar a alguien porque está tan ocupado que no puede venir él mismo.
—Nuestra protagonista enloquecerá cuando los vea —habla entre dientes Karla con Marcelo.
—Ya lo creo.
—Disculpen —se entromete el rubio—. ¿Los actores no sabían que nosotros nos presentaríamos?
—No, de hecho, nos enteramos esta mañana.
—¿Y qué tiene de malo que la protagonista se entere? —enarca una ceja.
—Es tu fan —comenta avergonzada la chica.
—¿Fan de Hidden?
—Más fan de ti que de Hidden —aclara Marcelo.
—Me encantaría conocerla, ¿dónde está?
Los chicos intercambian miradas, dudando si decirle o no, esto se vuelve un poco extraño.
—Ya debería estar aquí, no sé por qué está tardando tanto.
Marcelo desaparece y se queda solo la chica quién mira incómoda a Adam.
Se gira de nuevo con los chicos, planean la dinámica de la canción, la tienen de memoria, solían cantarla cuando tocaban con Zach.
—Creo que si queremos convencerlo tendrán que ponerse románticos —propone Johnny—. La canción es romántica y la voz de la chica armoniza bien con la del chico, lo harán perfecto.
—Sí, démosle romance entonces —concuerda.
Se coloca la guitarra y se asegura de que esté afinada, lo último que quiere es arruinar esta gran oportunidad solo porque no está afinado su instrumento.
—¡Perdón la tardanza, el tráfico es horrible! —las puertas se abren y se escucha la voz de una chica.
No es cualquier chica, en el momento en que la escucha, el cuerpo entero de Adam se tensa, todo en el set no es más que silencio, le está dando la espalda, observa que los chicos están sorprendidos, sabe bien quién está detrás de él, pero no se atreve a voltear, incluso siente que su respiración le fue arrebatada, no escucha las voces de los camarógrafos, tampoco escucha que alguien se mueva, la atención de todos está fija en ella y en él.
—Pero miren quién llegó, nuestra protagonista —habla el ayudante.
Y ahora recuerda de dónde conocía la voz, «es el maldito infeliz que me arrebató a Juls» —concluye. No lo piensa y se gira para verlos; está a pocos metros de él, luce como la última vez que la vio con la diferencia de que su cabello es un poco más largo, cree que hasta más castaño, viene con unos jeans rotos y una blusa de tirantes, su cuerpo se volvió más perfecto, toda ella es más perfecta. ¿Eso se puede? Y sus ojos... sus ojos color avellana están fijos en él una vez más y lo peor de todo es que ella sigue teniendo el mismo efecto en Adam, no puede evitar mirar lo que cuelga de su cuello, aún tiene el collar que le regaló, si no me quería ¿para qué conservarlo? —piensa.
Juliette está tan sorprendida como él, tiene el impulso de correr y abrazarlo, darle la explicación que tanto ha estado buscando, quiere decirle cuánto lo ha extrañado, lo mira con atención, su cabello es rubio de nuevo, ve que está en forma, sigue siendo tan apuesto como lo recordaba, sus ojos verdes fijos en los de ella, se siente como si estuviera hipnotizada, como si nada hubiera cambiado y solo importa ese momento.
—Adam —habla en lo que parece un suspiro.
—Juls —su voz apenas es audible.
—Bien, Hidden, estamos ansiosos de escucharlos.
Su estúpida voz lo trae de vuelta a la realidad, realidad donde ella no está con él, no lo eligió y se fue destrozándole el corazón, todo lo que sentía en el momento en que la vio fue sustituido por rabia.
—No pienso tocar una estúpida canción para ti —sentenció y empezó a alejarse, Sabrina lo detuvo sosteniendo su mano.
—Es un proyecto que nos beneficiará a todos —habla a modo de que solo él la escuche—. Olvídate de ella.
—¿Qué crees que he estado intentando hacer estos dos años?
—Deberías hablar con ella.
—Qué gran chiste, ¿me rio?
—Adam —advierte—. No tocaremos para ellos, sino para todas las personas que vean la película, piensa en los Hidders emocionados por vernos en la pantalla grande.
—Bien.
—Ese es nuestro líder —besó su mejilla.
Tal acto solo causó que Juliette se incomodara, ella no dejaba de pensar «Sabrina es ahora es su novia, está feliz con ella, no debo interferir en eso».
Adam regresa con los chicos, por su expresión sabía que harían cualquier cosa que les dijera así fuera un «vámonos».
—No tengo plumilla.
Johnny se acercó y le entregó una, la misma que Juls le regaló, eso provocó que ella abriera un poco más los ojos, pero justo ahora no le interesa lo que sienta, ya no más, la guardó de nuevo en su bolsillo.
—Dije que no tengo plumilla.
—Te presto la mía —ofreció Marcelo y la recibió.
—Sorpréndanos —habla Stella esperando que la tensión baje.
Donovan les marca el tiempo y empiezan a tocar, Adam solo mira los acordes que toca, no quiere hacer nada más.
I am finding out that maybe I was wrong
Estoy descubriendo que tal vez me equivoqué
That I've fallen down and I can't do this alone
Que me he caído y no puedo hacer esto solo
Stay with me, this is what I need, Please?
Quédate conmigo es todo lo que necesito ¿Por favor?
Adam intenta centrar toda su atención en la canción, pero su historia con Juls llega en una ola de recuerdos.
I am nothing now and it's been so long
No soy nada ahora y ha pasado tanto tiempo
Since I've Heard the sound, the sound of my only hope
Desde que escuché el sonido, el sonido de mi única esperanza.
This time I Will be listening.
Esta vez estaré escuchando
Se acerca al micrófono para cantar el coro con Sabrina, su mirada se encuentra con la de Juls en el momento en que levanta la cabeza, no sabe cómo sentirse, lo único seguro es que no quiere dejar de verla.
This heart it beats, beats for only you//
Este corazón late, late solo por ti//
This heart it beats, beats for only you, my heart is yours//
Este corazón late, late solo por ti, mi corazón es tuyo
(My heart, it beats for you) —canta con el scream que acordaron
(Mi corazón late por ti)
Sabrina se acerca y lo obliga a mirarla, se concentra en sus ojos verdes, pero estos no tienen el mismo efecto que los de la chica que ama.
My heart is yours —Sabrina canta
Mi corazón es tuyo
(Please don't go now, Please don't fade away) /// —y Adam canta algo diferente
(Por favor no te vayas ahora, por favor no te desvanezcas) ///
My heart is
Mi corazón es...
La canción se termina y Sabrina se inclina para besarlo, la aparta ligeramente, ¿a qué ha venido ese beso?
Cory aplaude, emocionado por lo que acaba de ver, en el fondo sabe que, si Adam está con Sabrina, él tiene una oportunidad con Juliette.
—Es justo el romanticismo que necesitamos en el concierto, me encantará grabar esta escena con ustedes, chicos, ¿qué dices Stella? Tú eres la directora.
—Necesito que se queden, grabaremos una última escena con Marcelo y Karla y después su canción, solo sí están de acuerdo.
—Bien. —Es todo lo que dice el líder.
Se marcha y Adam no encuentra las fuerzas para acercarse a ella, se da la vuelta y no sabe a dónde va, solo quiere alejarse de todo este caos, odiaba tanto que la canción describiera justo su situación sentimental.
Camina sin mirar atrás hasta que llega a otra sección, se queda mirando un rato, sigue sorprendiéndole la forma en que se organizan por aquí, todos enfocados en los actores, las luces sobre ellos, cientos de cámaras y de una marca muy reconocida, Landon se emocionaría como un niño si viera todo lo que hacen, él siempre tenía cámaras profesionales, pero no recuerda que tuviera una a este nivel.
Las luces de alrededor se apagan, es Marcelo y Karla quienes están grabando esta escena, el chico deja su guitarra al parecer tocaba en el bar, se acerca para hablar con la chica, no le presta mucha atención al principio, sin embargo, mientras más charlan se da cuenta de que esa situación le parece horriblemente familiar.
—¿Amor a primera vista? —pregunta él
—No, la verdad es que tienes la cremallera abajo.
Marcelo se ve avergonzado, un segundo, no es una escena cualquiera, es el momento en que conoció a Juliette.
—¿Tienes cómo volver a casa? No creo que sea agradable salir con esta lluvia.
—Estaré bien, descuida.
—Tomaré eso como un no, así que te llevaré —toma las llaves de su auto y abre el paraguas.
—No es necesario, no podría pedirte eso.
—Por suerte yo me estoy ofreciendo, además no tengo nada que hacer, creo que ayudar a una damisela en apuros es un mejor plan, ¿qué dices?
Siente una mano posarse sobre su hombro, reconoció su aroma desde antes de que llegara.
—Adam, podemos
—¿Quién te crees que eres?
Por suerte las personas no les prestan atención, están más preocupados por terminar de grabar la escena como para centrarse en otro drama.
—En serio que sigues sorprendiéndome, Juliette.
Fue extraño llamarla así.
—No era mí
—Al diablo con tus excusas —interrumpió—. ¿Te crees que es gracioso que la estúpida película tenga una escena del momento en que nos conocimos? Ahora entiendo la trama, la chica sufre por la pérdida de su novio, los amigos que se conocen ¡Es la vida de mi mejor amigo!
—¡Y también de mi prima! —gritó.
—¿Cómo te atreves a vender una historia que ni siquiera conoces?
—¿Perdón? —se le ve ofendida—. Hailey me daba detalles de su vida.
—¡Pues hasta donde sé conociste a Landon el día de tu fiesta, antes ni siquiera sabias que existía porque Hailey no te había contado sobre él!
—¡Pero conocí la historia completa cuando ella despertó del coma! —se acercó más a él.
—Ah, ¿sí? —dio un paso al frente— ¡Pues yo la conocí primero porque Landon me contaba todo al igual que Hailey! ¡¿Dónde estabas tú cuando él le pidió que fuera su novia, eh?! ¡¿Dónde estabas cuando Landon encontró su libreta?!
La escena había terminado, las luces se encendieron de nuevo y la gente los miraba sorprendidos, entre ellos se encontraban los chicos que de milagro aún no intervenían.
—¡Fui parte de la historia tanto como tú!
—¡Pues yo estuve más involucrado porque era amigo de los dos! —refutó—. Tú eres la protagonista se supone que interpretas Hailey, ¿tienes la más mínima idea de cómo se sintió ir en esa ambulancia sin saber qué rayos le pasaría a Landon? —se acercó de nuevo hasta que estuvieron cara a cara—. Eres actriz, y sé que tienes un don para fingir, pero ¿en serio crees que puedes actuar un dolor como ese? —río amargamente—. ¿Qué rayos vas a saber tú de perder a la persona que amas?
Su semblante cambió por completo, ya no estaba molesta sino sorprendida, Juliette empezó a recordar cómo se sintió al irse, la amenaza de Marcus, el dolor de partir y dejarlo, sabía que lo hacía para que el amor de su vida triunfara, eso no lo volvía más fácil, recordó los días, tardes y noches en las que no quiso comer, las madrugadas llenas de dolor, llorando una y otra vez, deseando que todo fuera mentira, que fuera solo un mal sueño y al día siguiente, la misma rutina. Por un momento pareció que se desconectó de este mundo.
—Y tú de seguro sí sabes lo que es perder a quién amas, ¿no?
Juls creía que Adam ya la había olvidado e incluso superado dado que andaba con Sabrina
—¿En serio me estás preguntando eso? —qué sínica, piensa—. No te pondré al tanto de lo que he hecho, pero te aseguro que desde que te fuiste de mi vida no hice precisamente una celebración.
Adam tampoco quería recordar el pasado, se supone que debía olvidarla, pero de momento a otro las imágenes de los días en que se emborrachaba, se drogaba, llegaban a internarlo en urgencias, los días de desintoxicación, el recuerdo del beso de ella con Cory, llegaron a invadir su mente.
—Me sorprende que el recuerdo de nosotros sea tan poco valioso para ti que se lo hayas vendido al idiota de tu novio.
—Las cosas no sucedieron así —explica.
—Me da igual, Juliette, ya no me interesa lo que hagas.
Sin esperar una respuesta de su parte se aparta de ella y la deja con un sabor amargo de boca, ella sabía que en algún momento tendría que verlo, pero nunca imaginó que doliera tanto.
Adam
Solo quiero alejarme de todo, no puedo creer que acepté grabar la estúpida canción, mientras me estoy alejando de ellos mi celular empieza a vibrar.
Llamada entrante: Marcus.
Ahora sí me escuchará este infeliz.
—¡Adam! Al fin contestas, ¿cómo les fue en la presentación? Trackmind quiere respuestas.
—¿Lo sabías? —hablé molesto.
—¿Qué mosco te picó? Solo trato de ser amable.
—Tú y tus intenciones de ser amable se pueden ir al carajo, dime lo sabias ¿sí o no?
—Me enteré hace un par de minutos, me sorprendió que conociendo tu historia Trackmind insistiera en que fueras parte de la película, sé que debes sentirte confundido y con muchos sentimientos encontrados, pero esta película es una increíble forma de promocionar a la banda, piensa que todos se verán beneficiados.
Es justo lo que dijo Sabrina.
—No quiero ser parte de esto.
—Intenta un poco.
—¡No, Marcus! —elevé el tono de mi voz—. En serio no quiero ser parte de esto, verla con él solo me jode más y siento que estoy a punto de echar al caño todo mi progreso ¡Es el maldito efecto que ella tiene en mí! Y lo odio, odio que me siga importando.
—Adam —intenta calmarme—. Perder lo que quieres no es lindo, te lo digo por experiencia.
¿Y él qué rayos ha perdido?
—Marcus.
—No lo hagas por mí, hazlo por la banda, entiendo que tú no quieras ser parte de esto, créeme, en serio que lo entiendo, pero no por tus problemas tienen que pagar los demás, no le quites esta oportunidad a Hidden, siempre me has dicho que la banda no eres solo tú, piensa en eso —colgó.
Analicé sus palabras, era difícil admitirlo, pero tenía razón. Los chicos no deben pagar por mi culpa, no sería justo, Sabrina apareció con la cabeza agachada, tengo la ligera sospecha de que escuchó la conversación.
—¿Me escuchaste?
—Cada palabra —estira su mano, me ayuda a levantarme—. Siento mucho que te haya hecho sentir mal verla, también siento lo del beso, pero he venido a hablar de eso.
—Te escucho.
—El beso la convenció de que aún estamos juntos, podemos hacer que siga creyendo eso, en tanto más rápido se convenza de que estás conmigo, más rápido se irá de tu vida.
Pagar con la misma moneda, no lo había considerado hasta ahora, vi que me miraba con tristeza mientras Sabrina me besaba, lo que ella sintió en ese momento no es ni la décima parte de lo que yo sentí, pero no, no quiero lastimarla y tampoco quiero usar a Sabrina, no sé si ponerle fin a todo esto es lo correcto o no, Marcus me matará seguramente cuando se entere que he terminado con Sabrina, pero si vemos el lado positivo la prensa hablará de nosotros y hará sus propias teorías, no hay mala publicidad, ¿cierto?
—No.
—¿A qué te refieres con «no»?
—No creo que tenga que ser más específico, Sabrina —aclaré—. Sé lo que quieres hacer y te agradezco que quieras apoyarme, pero no te usaré para darle celos a mi ex, no te mereces eso y por más que me duela admitirlo, no quiero lastimar a Juls, si es que aún siente algo por mí.
—Adam.
—Déjame lidiar con esto a mi manera, por favor.
—Bien, pero si me necesitas, estoy aquí para ti en todo momento.
—Gracias —la abracé.
Y claro que al destino le gusta verme sufrir, mientras seguía rodeándola con mis brazos, Juls apareció y nos vio.
—Stella quiere que regresen a grabar su escena.
—Gracias, iremos en un momento —responde la chica por ambos.
Ella se va, su trasero sigue siendo igual de tentador.
Concéntrate.
Cierto, cierto.
—¿Entramos juntos? —me sonríe y ofrece su mano.
—Vamos —la acepto.
Regresamos para grabar la escena, nos preparamos, alistan a los protagonistas, luces, cámara y acción. Hacemos lo que mejor sabemos hacer: tocar. Los protagonistas están disfrutando del concierto, canto y finjo mi mejor sonrisa, se supone que debo estar disfrutando esto, la voz de Sabrina armoniza bien con la mía, aunque siendo sinceros, sonaba mejor con Chloe, extraño a la ruidosa.
Son varias las tomas que hacen. ¿Entenderán que mi voz no está acostumbrada a gritar tanto? Creo que no, porque hacen que toquemos una y otra vez, al final todo sale bien, Juls se besa con el tipo y todos felices, no sé cómo vendió la historia o qué versión le contaron, pero Landon y Hailey nunca fueron a un concierto juntos, tenía planeado hacerlo, pero jamás se concretó nada, así que o a Juls le encanta mentir y distorsionar los hechos o solo fue una escena que quisieron agregar, cualquiera de las dos cosas me da igual.
Terminamos de grabar, ya ha oscurecido, agradezco que por fin esta pesadilla termine, los chicos y yo nos despedimos, me piden que me calme y esas cosas, Sabrina es la primera en irse.
—Y en serio si necesitas con quien hablar llámame, tengo cerveza en el apartamento —comenta teclitas.
—Y yo tengo comida —añade Dono.
—Seguro que una tarde de chicos es todo lo que necesito, pero será después, les prometo que estaré bien, iré a devolverle la plumilla a Marcelo y después descansaré un rato.
Ambos chicos asienten y se van, como dije, le doy su plumilla a Marcelo y no me deja ir hasta que le dé un autógrafo y me tome una foto con él, no tengo problema en hacerlo, se despide y se marcha, va siendo hora de que haga lo mismo, al girarme choco con ella y su collar cae al suelo.
—Lo siento, no te vi.
Vaya, gracias, ya sé que soy invisible para ti.
—Descuida —me agacho para tomar el collar.
No puedo creer que aún lo conserve, miro la parte de atrás, se encuentra la letra «A» en el centro, recuerdo bien el día que se lo regalé.
—Creo que es tuyo —comento.
—Estaba en mi cuello así que supongo que sí.
Bueno, todavía conserva su sentido del humor.
—¿Quieres que te lo ponga?
Ni siquiera sé a qué ha venido el comentario.
—Por favor —se da la vuelta y deja descubierto su cuello, coloco el collar y lo abrocho.
Me quedo un par de segundos más ahí, no puedo mover las piernas.
O solo no quieres alejarte.
No es momento para tus comentarios.
—Gracias —me mira.
—Por nada.
Di algo
¿Cómo qué? No le preguntaré, oye ¿por qué me abandonaste?
Se ingenioso.
—Felicidades por el protagónico, siempre supe que llegarías lejos.
Sus ojos se cristalizan
—Gracias —desvía la mirada—. También felicidades, la banda es un éxito, cumpliste tu sueño.
—A medias —confieso y logro que vuelva a mirarme.
—¿A medias?
—Te fuiste, ¿no? Sin ti mi sueño no podía estar completo.
—Al menos ahora tienes a Sabrina con
—No —la corté—. Jamás salí con ella, era mera publicidad.
Me miró confundida y aliviada, ¿por qué?
—¿Publicidad?
—A diferencia de ti, lo mío con Sabrina no es real.
—Lo que pasa con Cory es
—Inexplicable —completé molesto—. Sí lo sé, lo dejaste claro cuando te fuiste, lo amas ya lo sé.
—Te molesta —concluye
—No.
—¿No?
—Me aterraba, ¿okey? Me daba miedo que te dieras cuenta de que hay cientos de chicos mejores que yo
—Adam.
—Y una parte de mí quería que lo hicieras, que encontraras a alguien mejor porque no mereces menos, pero por otra parte..., yo quería ser esa mejor persona para ti.
—Y lo fuiste
—Sí, pero ya no, ¿cierto?
—No quise lastimarte.
«No quise lastimarte» eso decían todas justo después de hacerlo, no tengo que estar cerca de ella, verla solo me lastima más.
—Lo hiciste de todas maneras, pero ya me da igual, ahora si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que estar aquí perdiendo mi tiempo.
—Adam, espera.
—Descansa, Juliette.
Salgo de ahí tratando de alejar los pensamientos que me piden a gritos que vuelva con ella y la escuche, tomo un taxi para poder llegar a mi apartamento mientras le escribo a mi padre, es la única persona con la que tengo ganas de hablar ahora.
Yo: Fue un fiasco, adivina a quién me encontré.
Papá: Juliette.
Yo: ¿Cómo lo sabes?
Papá: Justo cuando me fui busqué el nombre de la película en internet y ella aparece en el reparto, lo siento, sé que no debió ser fácil.
Yo: Fue extraño, horrible al principio, pero verla, no sé, creo que la extraño más ahora que está aquí
Papá: Es porque te duele que esté tan cerca y no esté contigo.
Yo: Ni yo lo hubiera dicho mejor.
Papá: ¿Te parece si almorzamos mañana? Me cuentas lo que pasó y después buscamos a tu madre, sigue extraviada.
Yo: Me encantaría, sería bueno que conocieras a Zach.
Papá: Almorzaremos con Zach entonces.
Yo: Oye, pero ¿no tienes nada qué hacer mañana?
Papá: ¿Y qué si tuviera cosas que hacer? Las cancelo y ya.
Yo: ¿En serio?
Papá: Por ti, claro. Además, soy un Stone, siempre hacemos lo que queremos.
Yo: Jajaja eso lo sé muy bien. Te veré mañana, descansa, papá.
Papá: Igual tú, hijo.
Llegué a mi apartamento y frente a la puerta se encuentra mi madre, se levanta en el momento en que me ve, estuvo llorando.
—¿Mamá?
—Cariño —me abraza.
—¿Qué te pasó?
Se queda callada mientras solloza en mi hombro, entramos al apartamento y le preparo un té, no deja de insistir en que le dé un analgésico así que termino dándoselo, espero pacientemente a que se termine la bebida. Luce fatal, el cabello despeinado, arruinó su delineado, tiene un par de moretones en el rostro y su labio tiene sangre seca.
Deja la taza sobre la mesa y me mira, temo lo que dirá.
—Lo siento, no debí presentarme así.
—Tonterías, es tu casa cuando quieras, ¿qué pasó?
—¿Recuerdas ese viaje a las Vegas?
Ay, no, por favor que no sea lo que creo que es.
—Sí.
—Bueno, aposté con las personas equivocadas, Rich y yo habíamos estado ganando buen dinero, teníamos estrategias.
—¿Rich?
—Sé que dije que estaba con otro hombre, pero terminamos y volví con Rich.
Claro.
—Salió mal —concluí.
—Al grandulón no le importó que fuera mujer, me mandó a golpear igual, amenazó con matarnos si no le dábamos el dinero.
—¿Cuánto necesitas?
—Nada.
Esto era nuevo.
—¿Nada? —negó.
—Temí que pudiera hacer algo, teníamos el dinero suficiente para pagar, creímos que lo podríamos engañar, nos quedó claro que eso no sucedería cuando nos mandó a golpear, le pagué, pero me quedé sin dinero.
—No tienes que preocuparte por el dinero, no en tanto estés conmigo —me sonrió de lado.
—Eso es lo que debí decirte desde que eras pequeño, que no debías preocuparte por el dinero, en cambio fui egoísta y solo pensé en mí, te dejé solo, y aun así lograste salir adelante sin ayuda de nadie, solo tu esfuerzo.
En realidad, sí recibí ayuda, pero bueno, entiendo su punto.
—No te preocupes por eso.
—Sí, sí me preocupo —empezó a llorar—. Ese dinero era para ti.
Entendí a lo que se refería así que decidí ser honesto, sí justo ahora en medio del caos.
—Ya lo sé todo —confesé.
Se sorprendió tanto que incluso dejó de llorar.
—¿Qué?
—Encontré a papá hospedándose en un hotel en Utah, dimos un concierto ahí.
—Tu padre no es un hombre al que solo encuentras.
—Lo sé, le pedí a un detective que lo encontrara, regalo de Landon, necesitaba saber si yo había sido el problema, creí que sí, pero al final terminó diciéndomelo todo, el problema no había sido yo.
—Nunca fuiste tú —se limpió las lágrimas—. Fui yo, supongo que te dijo de mi amenaza, no era en serio, pero quería mantenerlo lejos de nosotros.
—¿Por qué? Nunca me dijiste nada.
—No estaba orgullosa de lo que hice y tenerlo a mi lado sería el recordatorio de que fallé, y aunque sé que debió ponerme como la villana, no fue así, no quería perderte, eres mi hijo y te quería conmigo, sabía que la única forma de alejar a William era si lo amenazaba con algo que en verdad amara.
—A mí —balbuceé.
—Te amó más a ti, créeme. Sé que no debí alejarte de él, y te llené de ideas, jamás imaginé que todo este tiempo estarías sufriendo pensando que tú no habías sido suficiente para él, en serio lo siento mucho, Adam, no merecías esa clase de dolor.
—Podemos empezar de nuevo, él quiere ser parte de mi vida y yo quiero que lo sea, además, no puedo odiar a la mujer que me crío, sé que te ausentabas mucho, pero los primeros años de mi vida no podía hacer la gran cosa, tú cuidaste de mí y muy a tu manera sigues haciéndolo.
—¿De verdad quieres que William sea parte de tu vida?
—Es todo lo que me interesa, nada me haría más feliz que ver a mi familia unida de nuevo, olvídate de los hombres, del dinero, empecemos a reconstruir a nuestra familia.
Admito que esa idea me entusiasmaba, mi familia junta de nuevo, jamás creí que pudiera desear tanto algo, hasta que se presentó esta oportunidad.
—Bien —hace su mejor intento por sonreír—. Podemos empezar de cero.
—¿En serio? —la abrazó con fuerza.
—Disimula un poco tu emoción, cariño —suspira—. Lamento todo lo que hice.
—Ya es cosa del pasado —le aseguro —puedes darte una ducha si quieres, hay ropa en la habitación de allá —señalé—. Siéntete en casa.
Me levanto.
—Gracias, hijo, solo quiero ducharme y me iré a dormir.
—De acuerdo, si me necesitas estaré en mi habitación, también me vendría bien descansar un poco.
—Adam —me tiene antes de que cierre la puerta.
—¿Sí? —no logro descifrar su expresión.
—Te amo, hijo.
—También te amo, mamá.
Entro en la habitación y guardo un poco de dinero en el cofre que está en uno de mis cajones, me pongo mis pantalones de algodón y cambio mi camisa, olvidé cerrar la puerta así que lo hago.
Me meto en la cama, después de ver a Juls siento que de nuevo hay un vacío a mi lado, extraño tenerla conmigo, no es necesario mentir, estoy solo y nadie puede saber lo que pienso.
Yo sí.
Tú no cuentas.
Con los brazos detrás de mi cabeza me quedo mirando el techo, lo veo tan fijamente que creo que en la esquina hay una telaraña, en fin, creo que no debería estarme lamentando por una persona, ¿qué sentido tiene?
Las personas vienen y van, claro que te jode cuando ya no son parte de tu vida, pero no hay nada que podamos hacer para cambiar eso, ellas tomaron su decisión y para bien o para mal, no somos su prioridad así que se alejan sin más, hay quienes se van en silencio, quienes se van armado un escándalo, el resultado es el mismo: al irse dejan un vacío en tu pecho. Llenarlo ya depende de ti, te recomiendo que no te metas drogas ni alcohol, créeme, no es una bonita experiencia y dudo que quieras pasar por el mismo proceso de desintoxicación que yo, ya viste cómo me fue ¿En serio quieres eso?
Tengo que dejar de pensar, no sé qué me pasa que en las noches es cuando más analizo las cosas, no tengo que esforzarme demasiado, estoy tan cansado que con facilidad me quedo dormido.
Como de costumbre, olvidé cerrar las cortinas así que la mañana siguiente los rayos del sol son los responsables de despertarme, tengo que ir al estudio, que emoción. Noten mi sarcasmo. Miro la hora en mi celular, ya no me da tiempo de desayunar, me levanto, me cambio y me alisto para salir.
—¡Te veré en un rato, mamá voy al estudio! —le grito, pero no obtengo respuesta.
Lo entiendo, debe seguir dormida, prepararé la comida al regresar, sé cuánto le gusta que cocine.
Voy directo al estudio, la prensa —igual que siempre—. Se encuentra fuera del estudio y los chicos también, es cierto tengo que dar la noticia. Marcus me mira con una sonrisa, ¿sabrá lo que haré?
No es la gran cosa, Sabrina y yo confesamos que nuestra relación no estaba funcionando como esperábamos, que no había tanta química entre nosotros, claro que no íbamos a decir que todo había sido una farsa, nos quitaría credibilidad y dudo que Marcus quiera eso.
La prensa hace preguntas tan raras y otras tantas que no tienen que ver, Marcus se acerca a nosotros y dice que nos da el día, mejor para mí, después de la noticia que acabamos de dar la prensa está interesada en saber cuáles fueron las razones por las que terminamos, gran parte de sus preguntas están enfocadas en eso.
—¡Adam! ¿Es verdad que nunca hubo amor entre ustedes?
—¿Qué pasó para qué esta gran relación terminara?
—¡Sabrina! ¿Tienes un nuevo novio?
—¡Sabrina! ¡Te hemos visto muy cerca de Nathan Cox! ¿Pasa algo entre ustedes? ¿Por él cambiaste a Adam?
—¿Es por el regreso de Juliette que esta relación termina?
No quiero seguir escuchándolos, Sabrina sube a su auto y se va mientras que los chicos se suben al auto conmigo.
—Hiciste lo correcto —Johnny que viene de copiloto golpea ligeramente mi hombro.
—Estamos orgullosos de ti, viejo.
—Gracias, chicos.
Alguien toca en la ventana del auto, miren nada más.
—¡Papá!
—¿Hay espacio para uno más en el auto?
—Por supuesto —quito los seguros y él sube.
Los chicos se alegran de verlo.
—Mira nada más, que carro tan precioso.
—Y espera a que escuches el motor.
—Agh, sí —se queja Dono—. Este auto es como su bebé.
—Cuidado y le hacen algo —completa teclitas.
—Cuido de la misma manera a mi auto, hijo, no te preocupes.
Lo pongo en marcha, en serio que es arte el sonido de este motor, invito a los chicos a que vengan a almorzar con nosotros, ya habrá tiempo para contarle a mi padre como me siento, lo que necesito ahora es un poco de distracción.
—Vamos con Zach —aclaro—. Le dije a papá que tenía buena comida.
—Oh, es la mejor de la zona.
—Johnny tiene razón, Señor Stone, le recomiendo las hamburguesas son la especialidad de Zach.
—Eso me han comentado.
Para llegar al bar tengo que pasar por mi casa, bueno, donde antes solía vivir, reduzco la velocidad cuando veo lo que ocurre, una mujer de traje está hablando con un hombre, mi casa tiene letrero «En venta» ¿Cómo qué está en venta? Freno de inmediato y me bajo, los chicos y mi padre no tardan en seguirme.
—Buenas tardes —me importa un bledo si interrumpo—. ¿Podría decirme quién rayos es usted y por qué pone en venta mi casa?
—Adam.
—¿Adam? —el hombre se sorprende.
—¿Me conoce?
—Catalina Ross —acepto su mano—. Madre de Diana, ¿recuerdas a mi hija?
—Sí, amiga de Hailey, es agente de bienes raíces, ¿correcto?
—Correcto.
—Mi casa no está en venta.
—De hecho, sí. Mary me pidió hace un par de semanas que la pusiera en venta, dijo que quería deshacerse de todo lo antes posible.
—Tú eres su hijo, ¿no?
—¿Y tú eres?
—Rich.
Mamá había empeorado en gustos.
—¿Sales con ella?
—Salía, la perra se llevó todo mi dinero.
—Oh —le solté un puñetazo, los chicos se acercaron y me detuvieron antes de que hiciera más escándalo, el tipo se quejaba del dolor—. Y eso que no usé toda mi fuerza, llama a mi madre así de nuevo y te prometo que te arrepentirás, ahora —me liberé del agarre de los chicos—. Explícate.
—Me quedé sin dinero, después de pagar lo que debíamos en el casino nos fuimos a quedar a un hotel, teníamos un poco de dinero y lo tomó.
Seguramente para viajar, por eso dijo que ya no tenía más dinero. Necesitaba un minuto para pensar, la risa de Rich me desconcentró.
—No la conoces, ¿verdad? No tanto como yo, a esa mujer lo único que siempre le ha interesado es el dinero, no me sorprendería que se aprovechara de su propio hijo, ¿dónde está ahora?
Oh, oh.
—En mi apartamento —papá me miró sorprendido.
—Yo que tú iría a revisarlo, con suerte dejó tu ropa.
—La compro.
—¿Qué? —Catalina salió del pequeño shock en el que estaba.
—La casa, la compro —me entregó no muy segura su tarjeta—. Me pondré en contacto con usted para concretar el trato, así que a partir de ahora no está en venta, ¿de acuerdo?
—Estaremos en contacto.
Regresamos al auto y esta vez fue mi padre quien condujo hasta mi apartamento, ellos venían detrás de mí cuando bajamos, temía por lo que fuera a encontrar, abrí la puerta del apartamento y todo estaba en perfecto orden.
—Tus cosas siguen aquí —habla Johnny mirando con atención a su alrededor
—Tu dinero —habla Dono.
Voy hacia mi cuarto, busco el cofre, está vacío, hay una pequeña nota en la cama.
—¿Qué dice? —pregunta papá y la leo en voz alta.
Adam:
Lamento tanto tener que hacerte esto, en serio, dije que empezaríamos de cero, pero en caminos separados, créeme lo último que quieres es tenerme de nuevo en tu vida siendo solo un estorbo, estás cumpliendo tu sueño, me alegro por eso y te prometo que no volveré a entrometerme, sé que ahora lo que te sobra es dinero, seguro creerás que no fue la gran cosa lo que tomé, pero me servirá para empezar en otro lado, trabajaré, seré una persona diferente, pero no quiero involucrarte en este proceso, tampoco quiero llenarte de promesas que seguramente no cumpliré, me voy, sabiendo que no harás nada por buscarme, por favor, respeta mi decisión, sé que estás en buenas manos, recuperaste a tu padre, espero que él pueda perdonarme algún día, lamento haberlo lastimado de esa manera, no era mi intención, al menos ahora podrá estar cerca de ti sin miedo a que yo vaya a lastimarte de alguna forma.
Por favor, sé feliz, sigue luchando por lo que quieres, triunfa en la música, cuida a tus amigos, recupera a la chica, has todo lo que esté en tus manos para vivir la vida que siempre has merecido, nunca olvides que aún con todos mis fallos, lo único bueno de mi vida siempre fuiste tú, y seguirás siendo tú hasta el último de mis días.
Te amo demasiado, cariño —Mamá.
—Viejo, lo siento.
—¿Cuánto tomó? —pregunta papá.
—$200,000.
—Bueno —interviene Johnny—. Gastas más en instrumentos.
—Sí, supongo que tienes razón.
Ella tenía razón, quizás esa cantidad no era la gran cosa, tenía muchísimo más que eso, pero no negaré que me dolió que se haya ido de esta forma, por un momento creí que la familia estaría junta de nuevo, creo que fui ingenuo al pensar que eso sería posible, sin embargo, no se equivocó, me quedé en buenas manos, papá estaba de vuelta, estaba conmigo ¿Qué más podía pedir?
—¿Qué harás ahora, hijo?
—Lo que me pidió, viviré la vida que merezco sin interferencia de su parte, solo imaginaré que está en uno de esos largos viajes que con frecuencia hacía.
—¿Estás bien? —preguntan al mismo tiempo los chicos.
—Sí, el mundo no se detiene por un corazón roto, ¿no?
Como si nada hubiera cambiado
Narrador Omnisciente
El vuelo de regreso al menos sirvió para que los chicos descansaran un poco, Billy se encargó de llevarlos a sus apartamentos, hay que reconocer que brinda servicios muy buenos y de calidad, Adam piensa que quizá lo pueda contratar para que sea solo su guardaespaldas, el hombre se sentiría soñado.
Adam aún no termina de desempacar cuando recibe un mensaje de su padre.
Papá: ¿Estás ocupado?
Adam: No tanto, solo estoy desempacando, ¿Por qué? ¿Ya te aburriste de ver televisión en el hotel?
Papá: Estuve haciendo algo mejor, por eso me desaparecí un rato.
Él se asustó en serio, creyó que la historia se repetiría y que todo saldría mal, por suerte William le había dicho que estaría ocupado y que no tenía buen internet, al menos eso tranquilizó a su hijo.
Adam: ¿Y qué hacías?
Papá: Preparando una sorpresa para ti.
Adam: No es mi cumpleaños.
Papá: Lo sé.
Adam: ¿De qué se trata?
Papá: ¿Puedes abrir la puerta de tu apartamento?
Adam: escribiendo...
Iba a responder, pero el simple hecho de imaginarlo le alegró el día.
No es cierto, no es cierto, Adam se emocionó ante la idea de tener su padre ¡¡Papá está aquí!! ¡PAPÁ ESTÁ AQUÍ! —repetía una y otra vez en su cabeza.
Abre la puerta más emocionado de lo que le gustaría admitir y frente a él se encuentra William con una sonrisa de oreja a oreja, su padre ha estado esperando este momento por mucho tiempo.
—Sorpresa —extiende sus brazos para que pueda abrazarlo y no duda en hacerlo.
Está tan feliz que incluso quiere llorar de la emoción, pero no lo hace, se contiene, aún le cuesta un poco de trabajo abrirse con la gente y solo puede pensar en que hay que ser fuertes.
De pronto, mientras el chico se encuentra en los brazos de papá siente que vuelve a ser aquel pequeño que adoraba que lo cargaran, que lo consintieran y le hicieran cosquillas a cada nada, con William a su lado siente que recupera una parte de su vida, está feliz, nunca imaginó que todo lo que necesitaba era un abrazo de su papá.
—No puedo creer que estés aquí —habla con la voz temblorosa.
—Te dije que no volvería a irme, cumpliré mi promesa, hijo.
—Pasa —terminan el abrazo.
No sabe a qué se deba que esté tan nervioso, solo conocerá su apartamento no es la gran cosa, ¿o sí? Cierra la puerta y William observa el lugar, su mirada termina en el cuadro que está detrás de los sillones, es el logo de Set It Off blanco y negro.
—Tu banda favorita.
—¿Cómo lo sabes?
—No me pierdo las entrevistas, casi siempre lo comentas cuando Maya los llega a entrevistar y cuando has tocado covers con la banda suelen ser canciones de ellos, por ejemplo, antes de que la disquera con la que trabajas ahora les pidieran que firmaran bajo su sello discográfico, tocabas en el bar de Zach, de hecho, no conozco al hombre que los invitó a firmar con la disquera, pero seguro que es bueno, disfrutabas tocar con los chicos y presentabas canciones de Set It Off todo el tiempo, los clientes te amaban.
William ha estado presente en casi cada logro de su hijo, trató de no perderlo de vista cuando empezó a interesarse en el mundo de la música.
—Así de cerca estuviste de mí, ¿eh?
—Desde el momento en que vi esa guitarra vieja en tu cuarto hace tantos años supe que triunfarías, presentimiento de padre tal vez, pero supe que llegarías lejos.
—¿No dudaste? —lo invitó a que se sentara—. Quiero decir, si estuviste tan cerca, tal vez viste que fui rechazado siete veces por distintos representantes de disqueras, insistían en que no servía para esto.
—Y me alegra que a cada uno de ellos los callaste, ¿te imaginas? Los pobres ilusos deben arrepentirse de haber rechazado a Adam Stone.
—Me encargué de llevar tu apellido en alto.
Su padre se sentía realmente orgulloso de él.
—Lo sé —ensanchó su sonrisa—. No eres solo Adam, te conocen por ser el gran Adam Stone, me enorgulleces hijo.
Se conmovió tanto ante sus palabras que derramó una lágrima.
—Gracias, papá —se limpió con la manga y cayó en cuenta de algo: no traía nada consigo—. ¿Estás solo de visita? Creí que ahora que las cosas habían mejorado podrías quedarte aquí.
—Adam no creo que eso sea conveniente.
—Tengo habitaciones de más si es lo que te preocupa, tampoco dejaré que duermas en el sofá, descuida.
—Creo que deberías hablar primero con tu madre y dudo que se ponga feliz de verme, sabrá que me involucré en tu vida de nuevo y me preocupa lo que pueda llegar a hacer.
Deberían temerle a Mary, una madre que siente que perderá a su hijo hará hasta lo imposible para que eso no suceda.
—Sé que no estuvo bien que te amenazara —necesitaba lograr que se quedara—. Pero ha cambiado, sigue teniendo fallos, sí, pero todos los tenemos, apuesto a que le agradará saber que estás aquí —su mirada le decía que no era una buena idea—. ¿Sabes qué? Arreglaremos esto de una vez —toma decidido su teléfono.
—Adam, tienes que ir a presentarte con la directora de cine.
—La directora y la banda pueden esperar, esto no —afirma y marca el número de su madre.
No contestaba, lo intenta de nuevo y obtiene el mismo resultado, ¿dónde diablos estaba?
Tuvo que dejar un mensaje de voz: «Mamá, hola, no sé en dónde estés, pero llámame por favor cuanto antes, tenemos que hablar de algo, es importante».
—Será el destino conspirando en tu contra —bromea.
—No sería la primera vez, créeme —revisa su reloj—. Oye, tengo que ir con los chicos y no quisiera que
—Te llevo —lo interrumpió—. Sé dónde queda el set de grabación.
—¿Y cómo sabes eso?
—De la misma manera en que supe dónde vivías, me lo dijeron dos personitas muy interesadas en que te encontrara.
—Dono y Johnny.
Siempre dispuestos a ayudar a su amigo, harían cualquier cosa por él.
—Son chicos increíbles, me alegra que tengas personas como ellos en tu vida.
—Sí —sonríe de lado—. Soy afortunado por tenerlos conmigo.
—¿Nos vamos?
Ambos toman el elevador y bajan, por supuesto que Adam no olvidó el regalo que prometió, lo había comprado durante su viaje a Canadá, aprovechó que Donovan tenía cosas que hacer, que Sabrina seguí dormida y que Jonathan estaba revisando cosas en su teléfono, salir a tomar aire le vendría bien.
—Señor Stone y —analizó al hombre que se encontraba al lado de Adam—. ¿Señor Stone? Perdón es obvio que son familia, solo mírense, son casi idénticos.
Y lo eran.
—Solo que yo soy más apuesto —completa William con su perfecta sonrisa.
—Ahora veo de quién sacó la personalidad —empieza a reírse Jimmy
—No molestes —Adam deja sobre el mostrador la bolsa con los presentes.
—¿Qué es esto?
William también se muestra interesado por el contenido de la bolsa, Jimmy empieza a sacar lo que hay dentro.
—Lo que te prometí que te traería, libros bastante interesantes y lo mejor de lo mejor en vino.
Se queda sin habla. ¿No le habrá gustado el detalle? —piensa Adam.
—Señor Stone, esto debió costarle mucho.
Lo que le sobra a este chico es dinero, no te preocupes.
—Despreocúpate de eso, no fue la gran cosa.
—Muchas gracias, en serio.
—No hay de qué.
Se despiden de él y suben al auto de su padre, es increíble y con asientos de cuero igual que los del auto de Adam, no esperaba menos, un Stone siempre tiene clase.
Durante el breve viaje que tienen William le cuenta a su hijo un poco de lo que había estado haciendo estos años ya que trabajaba como un empresario exitoso, lo liquidaron hace poco, invirtió en acciones y el dinero le era suficiente para vivir, de hecho, por todo lo que le contaba, Adam dedujo que se daba sus lujos. Claro que tenía dinero si le seguía el paso en la gira.
Para cuando bajaron del auto los chicos ya estaban ahí esperando a su líder, los ojos de los chicos brillaron cuando vieron con quién llegó.
—Chicos, les presento a mi padre, papá ella es Sabrina, Donovan y Jonathan.
—Un placer, chicos.
—El placer es nuestro —comenta la rubia.
—Al fin alguien que le pondrá un alto a la locura de Adam —dice Dono riendo.
—No —Johnny se detiene un momento para observar al padre de su amigo—. Presiento que el señor Stone será el primero en apoyar las locuras de Adam.
—Y no te equivocas —su padre golpea un poco su hombro.
En serio, no se equivoca.
—No sé qué tan bueno sea tener a dos Stone juntos —confiesa Adam—. Supongo que ya lo averiguaremos.
—Tenme algo de fe. Chicos, un gusto conocerlos, si me permiten tengo cosas pendientes por hacer, pero espero que les vaya genial, los veré después.
—Adiós, señor Stone —se despiden a una sola voz.
—Te veré mañana temprano y hablaremos con tu madre, ¿de acuerdo? —su hijo asiente —avísame qué tal te fue con esta presentación.
—Lo haré.
Todos observan cómo se aleja y Adam es el primero en fijar de nuevo su vista en el gran edificio que tienen de frente, tan intimidante como el edificio de la disquera, de eso no hay duda.
—Otro gran proyecto —suspira el líder—. Podemos con esto Hidden.
—Pues a darle —Jonathan es el primero en entrar.
Lo sigue, Dono y antes de que él pueda adelantarse, Sabrina lo detiene, la chica está preocupada porque sabe bien lo que ocurrirá.
—Adam.
—¿Qué pasa? ¿Los nervios?
—Aparte —sonríe—. Dijimos que seríamos honestos con la prensa cuando volviéramos a Bridgen.
Sabrina hubiera dado todo porque en serio funcionara esa relación, pero sabe que no puede competir con Juliette, no importa todo el daño que le haya causado a Adam, él la sigue amando y eso es algo que difícilmente cambiara.
—¿Quieres que consiga a un reportero justo ahora, linda?
—No, pero creo que sería bueno que cuando terminemos la presentación se lo aclaremos a la prensa, siempre están fuera del estudio.
—Sí, tienes razón, entre más rápido mejor.
—Bien —se veía nerviosa.
—Hey —el chico estira su mano—. ¿Entramos juntos?
—Gracias —la acepta y se adentran al edificio.
Pisos y pisos dedicados solo a grabar, tenían que ir al piso cinco que es donde se presentarían.
El lugar es increíble, hay demasiadas cámaras, luces por todos lados, las famosas pantallas verdes, las personas van de un lado a otro, parece que el lugar está dividido en secciones y cada sección se usa para grabar una escena diferente, es tan amplio el set que aún sobra bastante espacio para cualquier otra cosa que quisieran hacer.
—¡Hola! —se acerca un chico alegre hacia ellos—. Hidden ¡Que locura! Descuiden, ya tendremos tiempo para los autógrafos, que gran elección hicieron al escoger a la banda, esta sí que será una escena de calidad, lo mejor para el público.
Con ese simple comentario ya es del agrado de Adam.
—Gracias, espero que el director quede satisfecho con nuestro trabajo.
—Así será, un gusto soy Marcelo —estrechan sus manos.
—Adam, ellos son Jonathan, Sabrina y Donovan.
—Hola —saludan los chicos.
—Un gusto, llegan justo a tiempo, la directora y su ayudante no debe tardar en aparecer.
Por otra parte, se encuentra la protagonista de la película atrapada en el tráfico, ya debería de haber llegado, pero mientras el tráfico no avance eso será imposible, la chica está emocionada por saber qué banda se presentará y grabará las escenas con ellos, solo espera que tengan talento.
Ya en el set de grabación Adam se queda observando una de las secciones, hay una barra de madera, el lugar se ve elegante, detrás están todos los vinos y licores, le recuerda mucho al bar de Zach, hasta parece que se inspiraron en ese lugar y quisieron recrearlo.
—Es la escena en la que aparezco —comenta Marcelo recargándose sobre su hombro—. Se supone que toco la guitarra, en ese lugar conocí al amor de mi vida.
—Curioso, me pasó lo mismo.
—¿En serio? —se puso más serio—. ¿Tu cremallera estaba abajo?
—¿Cómo lo sabes? ¿Les pasa a todos los músicos? —responde entre risas.
—Hola, chicos —se escucha en todo el estudio.
—Ahí está la directora y su ayudante.
Aunque lo último que querrá es conocer al ayudante de Stella.
Les está hablando desde una cabina, está un poco alto así que Adam no logra distinguir al hombre y la mujer.
—Por favor sigan a Marcelo, los guiará hasta los instrumentos, espero que sepan la canción, será My heart is yours de Paramore, estaremos encantados de escuchar a Sabrina cantar esta canción y, Adam, tengo entendido que haces un par de screaming en tus canciones.
—A veces.
—Será su momento de brillar —es lo último que dice Stella.
—Esfuércense.
La voz le suena familiar. Acompañan a Marcelo a una de las secciones centrales, detrás de ellos está la pantalla verde, ahí se encuentran sus instrumentos, Marcus debió enviar a alguien porque está tan ocupado que no puede venir él mismo.
—Nuestra protagonista enloquecerá cuando los vea —habla entre dientes Karla con Marcelo.
—Ya lo creo.
—Disculpen —se entromete el rubio—. ¿Los actores no sabían que nosotros nos presentaríamos?
—No, de hecho, nos enteramos esta mañana.
—¿Y qué tiene de malo que la protagonista se entere? —enarca una ceja.
—Es tu fan —comenta avergonzada la chica.
—¿Fan de Hidden?
—Más fan de ti que de Hidden —aclara Marcelo.
—Me encantaría conocerla, ¿dónde está?
Los chicos intercambian miradas, dudando si decirle o no, esto se vuelve un poco extraño.
—Ya debería estar aquí, no sé por qué está tardando tanto.
Marcelo desaparece y se queda solo la chica quién mira incómoda a Adam.
Se gira de nuevo con los chicos, planean la dinámica de la canción, la tienen de memoria, solían cantarla cuando tocaban con Zach.
—Creo que si queremos convencerlo tendrán que ponerse románticos —propone Johnny—. La canción es romántica y la voz de la chica armoniza bien con la del chico, lo harán perfecto.
—Sí, démosle romance entonces —concuerda.
Se coloca la guitarra y se asegura de que esté afinada, lo último que quiere es arruinar esta gran oportunidad solo porque no está afinado su instrumento.
—¡Perdón la tardanza, el tráfico es horrible! —las puertas se abren y se escucha la voz de una chica.
No es cualquier chica, en el momento en que la escucha, el cuerpo entero de Adam se tensa, todo en el set no es más que silencio, le está dando la espalda, observa que los chicos están sorprendidos, sabe bien quién está detrás de él, pero no se atreve a voltear, incluso siente que su respiración le fue arrebatada, no escucha las voces de los camarógrafos, tampoco escucha que alguien se mueva, la atención de todos está fija en ella y en él.
—Pero miren quién llegó, nuestra protagonista —habla el ayudante.
Y ahora recuerda de dónde conocía la voz, «es el maldito infeliz que me arrebató a Juls» —concluye. No lo piensa y se gira para verlos; está a pocos metros de él, luce como la última vez que la vio con la diferencia de que su cabello es un poco más largo, cree que hasta más castaño, viene con unos jeans rotos y una blusa de tirantes, su cuerpo se volvió más perfecto, toda ella es más perfecta. ¿Eso se puede? Y sus ojos... sus ojos color avellana están fijos en él una vez más y lo peor de todo es que ella sigue teniendo el mismo efecto en Adam, no puede evitar mirar lo que cuelga de su cuello, aún tiene el collar que le regaló, si no me quería ¿para qué conservarlo? —piensa.
Juliette está tan sorprendida como él, tiene el impulso de correr y abrazarlo, darle la explicación que tanto ha estado buscando, quiere decirle cuánto lo ha extrañado, lo mira con atención, su cabello es rubio de nuevo, ve que está en forma, sigue siendo tan apuesto como lo recordaba, sus ojos verdes fijos en los de ella, se siente como si estuviera hipnotizada, como si nada hubiera cambiado y solo importa ese momento.
—Adam —habla en lo que parece un suspiro.
—Juls —su voz apenas es audible.
—Bien, Hidden, estamos ansiosos de escucharlos.
Su estúpida voz lo trae de vuelta a la realidad, realidad donde ella no está con él, no lo eligió y se fue destrozándole el corazón, todo lo que sentía en el momento en que la vio fue sustituido por rabia.
—No pienso tocar una estúpida canción para ti —sentenció y empezó a alejarse, Sabrina lo detuvo sosteniendo su mano.
—Es un proyecto que nos beneficiará a todos —habla a modo de que solo él la escuche—. Olvídate de ella.
—¿Qué crees que he estado intentando hacer estos dos años?
—Deberías hablar con ella.
—Qué gran chiste, ¿me rio?
—Adam —advierte—. No tocaremos para ellos, sino para todas las personas que vean la película, piensa en los Hidders emocionados por vernos en la pantalla grande.
—Bien.
—Ese es nuestro líder —besó su mejilla.
Tal acto solo causó que Juliette se incomodara, ella no dejaba de pensar «Sabrina es ahora es su novia, está feliz con ella, no debo interferir en eso».
Adam regresa con los chicos, por su expresión sabía que harían cualquier cosa que les dijera así fuera un «vámonos».
—No tengo plumilla.
Johnny se acercó y le entregó una, la misma que Juls le regaló, eso provocó que ella abriera un poco más los ojos, pero justo ahora no le interesa lo que sienta, ya no más, la guardó de nuevo en su bolsillo.
—Dije que no tengo plumilla.
—Te presto la mía —ofreció Marcelo y la recibió.
—Sorpréndanos —habla Stella esperando que la tensión baje.
Donovan les marca el tiempo y empiezan a tocar, Adam solo mira los acordes que toca, no quiere hacer nada más.
I am finding out that maybe I was wrong
Estoy descubriendo que tal vez me equivoqué
That I've fallen down and I can't do this alone
Que me he caído y no puedo hacer esto solo
Stay with me, this is what I need, Please?
Quédate conmigo es todo lo que necesito ¿Por favor?
Adam intenta centrar toda su atención en la canción, pero su historia con Juls llega en una ola de recuerdos.
I am nothing now and it's been so long
No soy nada ahora y ha pasado tanto tiempo
Since I've Heard the sound, the sound of my only hope
Desde que escuché el sonido, el sonido de mi única esperanza.
This time I Will be listening.
Esta vez estaré escuchando
Se acerca al micrófono para cantar el coro con Sabrina, su mirada se encuentra con la de Juls en el momento en que levanta la cabeza, no sabe cómo sentirse, lo único seguro es que no quiere dejar de verla.
This heart it beats, beats for only you//
Este corazón late, late solo por ti//
This heart it beats, beats for only you, my heart is yours//
Este corazón late, late solo por ti, mi corazón es tuyo
(My heart, it beats for you) —canta con el scream que acordaron
(Mi corazón late por ti)
Sabrina se acerca y lo obliga a mirarla, se concentra en sus ojos verdes, pero estos no tienen el mismo efecto que los de la chica que ama.
My heart is yours —Sabrina canta
Mi corazón es tuyo
(Please don't go now, Please don't fade away) /// —y Adam canta algo diferente
(Por favor no te vayas ahora, por favor no te desvanezcas) ///
My heart is
Mi corazón es...
La canción se termina y Sabrina se inclina para besarlo, la aparta ligeramente, ¿a qué ha venido ese beso?
Cory aplaude, emocionado por lo que acaba de ver, en el fondo sabe que, si Adam está con Sabrina, él tiene una oportunidad con Juliette.
—Es justo el romanticismo que necesitamos en el concierto, me encantará grabar esta escena con ustedes, chicos, ¿qué dices Stella? Tú eres la directora.
—Necesito que se queden, grabaremos una última escena con Marcelo y Karla y después su canción, solo sí están de acuerdo.
—Bien. —Es todo lo que dice el líder.
Se marcha y Adam no encuentra las fuerzas para acercarse a ella, se da la vuelta y no sabe a dónde va, solo quiere alejarse de todo este caos, odiaba tanto que la canción describiera justo su situación sentimental.
Camina sin mirar atrás hasta que llega a otra sección, se queda mirando un rato, sigue sorprendiéndole la forma en que se organizan por aquí, todos enfocados en los actores, las luces sobre ellos, cientos de cámaras y de una marca muy reconocida, Landon se emocionaría como un niño si viera todo lo que hacen, él siempre tenía cámaras profesionales, pero no recuerda que tuviera una a este nivel.
Las luces de alrededor se apagan, es Marcelo y Karla quienes están grabando esta escena, el chico deja su guitarra al parecer tocaba en el bar, se acerca para hablar con la chica, no le presta mucha atención al principio, sin embargo, mientras más charlan se da cuenta de que esa situación le parece horriblemente familiar.
—¿Amor a primera vista? —pregunta él
—No, la verdad es que tienes la cremallera abajo.
Marcelo se ve avergonzado, un segundo, no es una escena cualquiera, es el momento en que conoció a Juliette.
—¿Tienes cómo volver a casa? No creo que sea agradable salir con esta lluvia.
—Estaré bien, descuida.
—Tomaré eso como un no, así que te llevaré —toma las llaves de su auto y abre el paraguas.
—No es necesario, no podría pedirte eso.
—Por suerte yo me estoy ofreciendo, además no tengo nada que hacer, creo que ayudar a una damisela en apuros es un mejor plan, ¿qué dices?
Siente una mano posarse sobre su hombro, reconoció su aroma desde antes de que llegara.
—Adam, podemos
—¿Quién te crees que eres?
Por suerte las personas no les prestan atención, están más preocupados por terminar de grabar la escena como para centrarse en otro drama.
—En serio que sigues sorprendiéndome, Juliette.
Fue extraño llamarla así.
—No era mí
—Al diablo con tus excusas —interrumpió—. ¿Te crees que es gracioso que la estúpida película tenga una escena del momento en que nos conocimos? Ahora entiendo la trama, la chica sufre por la pérdida de su novio, los amigos que se conocen ¡Es la vida de mi mejor amigo!
—¡Y también de mi prima! —gritó.
—¿Cómo te atreves a vender una historia que ni siquiera conoces?
—¿Perdón? —se le ve ofendida—. Hailey me daba detalles de su vida.
—¡Pues hasta donde sé conociste a Landon el día de tu fiesta, antes ni siquiera sabias que existía porque Hailey no te había contado sobre él!
—¡Pero conocí la historia completa cuando ella despertó del coma! —se acercó más a él.
—Ah, ¿sí? —dio un paso al frente— ¡Pues yo la conocí primero porque Landon me contaba todo al igual que Hailey! ¡¿Dónde estabas tú cuando él le pidió que fuera su novia, eh?! ¡¿Dónde estabas cuando Landon encontró su libreta?!
La escena había terminado, las luces se encendieron de nuevo y la gente los miraba sorprendidos, entre ellos se encontraban los chicos que de milagro aún no intervenían.
—¡Fui parte de la historia tanto como tú!
—¡Pues yo estuve más involucrado porque era amigo de los dos! —refutó—. Tú eres la protagonista se supone que interpretas Hailey, ¿tienes la más mínima idea de cómo se sintió ir en esa ambulancia sin saber qué rayos le pasaría a Landon? —se acercó de nuevo hasta que estuvieron cara a cara—. Eres actriz, y sé que tienes un don para fingir, pero ¿en serio crees que puedes actuar un dolor como ese? —río amargamente—. ¿Qué rayos vas a saber tú de perder a la persona que amas?
Su semblante cambió por completo, ya no estaba molesta sino sorprendida, Juliette empezó a recordar cómo se sintió al irse, la amenaza de Marcus, el dolor de partir y dejarlo, sabía que lo hacía para que el amor de su vida triunfara, eso no lo volvía más fácil, recordó los días, tardes y noches en las que no quiso comer, las madrugadas llenas de dolor, llorando una y otra vez, deseando que todo fuera mentira, que fuera solo un mal sueño y al día siguiente, la misma rutina. Por un momento pareció que se desconectó de este mundo.
—Y tú de seguro sí sabes lo que es perder a quién amas, ¿no?
Juls creía que Adam ya la había olvidado e incluso superado dado que andaba con Sabrina
—¿En serio me estás preguntando eso? —qué sínica, piensa—. No te pondré al tanto de lo que he hecho, pero te aseguro que desde que te fuiste de mi vida no hice precisamente una celebración.
Adam tampoco quería recordar el pasado, se supone que debía olvidarla, pero de momento a otro las imágenes de los días en que se emborrachaba, se drogaba, llegaban a internarlo en urgencias, los días de desintoxicación, el recuerdo del beso de ella con Cory, llegaron a invadir su mente.
—Me sorprende que el recuerdo de nosotros sea tan poco valioso para ti que se lo hayas vendido al idiota de tu novio.
—Las cosas no sucedieron así —explica.
—Me da igual, Juliette, ya no me interesa lo que hagas.
Sin esperar una respuesta de su parte se aparta de ella y la deja con un sabor amargo de boca, ella sabía que en algún momento tendría que verlo, pero nunca imaginó que doliera tanto.
Adam
Solo quiero alejarme de todo, no puedo creer que acepté grabar la estúpida canción, mientras me estoy alejando de ellos mi celular empieza a vibrar.
Llamada entrante: Marcus.
Ahora sí me escuchará este infeliz.
—¡Adam! Al fin contestas, ¿cómo les fue en la presentación? Trackmind quiere respuestas.
—¿Lo sabías? —hablé molesto.
—¿Qué mosco te picó? Solo trato de ser amable.
—Tú y tus intenciones de ser amable se pueden ir al carajo, dime lo sabias ¿sí o no?
—Me enteré hace un par de minutos, me sorprendió que conociendo tu historia Trackmind insistiera en que fueras parte de la película, sé que debes sentirte confundido y con muchos sentimientos encontrados, pero esta película es una increíble forma de promocionar a la banda, piensa que todos se verán beneficiados.
Es justo lo que dijo Sabrina.
—No quiero ser parte de esto.
—Intenta un poco.
—¡No, Marcus! —elevé el tono de mi voz—. En serio no quiero ser parte de esto, verla con él solo me jode más y siento que estoy a punto de echar al caño todo mi progreso ¡Es el maldito efecto que ella tiene en mí! Y lo odio, odio que me siga importando.
—Adam —intenta calmarme—. Perder lo que quieres no es lindo, te lo digo por experiencia.
¿Y él qué rayos ha perdido?
—Marcus.
—No lo hagas por mí, hazlo por la banda, entiendo que tú no quieras ser parte de esto, créeme, en serio que lo entiendo, pero no por tus problemas tienen que pagar los demás, no le quites esta oportunidad a Hidden, siempre me has dicho que la banda no eres solo tú, piensa en eso —colgó.
Analicé sus palabras, era difícil admitirlo, pero tenía razón. Los chicos no deben pagar por mi culpa, no sería justo, Sabrina apareció con la cabeza agachada, tengo la ligera sospecha de que escuchó la conversación.
—¿Me escuchaste?
—Cada palabra —estira su mano, me ayuda a levantarme—. Siento mucho que te haya hecho sentir mal verla, también siento lo del beso, pero he venido a hablar de eso.
—Te escucho.
—El beso la convenció de que aún estamos juntos, podemos hacer que siga creyendo eso, en tanto más rápido se convenza de que estás conmigo, más rápido se irá de tu vida.
Pagar con la misma moneda, no lo había considerado hasta ahora, vi que me miraba con tristeza mientras Sabrina me besaba, lo que ella sintió en ese momento no es ni la décima parte de lo que yo sentí, pero no, no quiero lastimarla y tampoco quiero usar a Sabrina, no sé si ponerle fin a todo esto es lo correcto o no, Marcus me matará seguramente cuando se entere que he terminado con Sabrina, pero si vemos el lado positivo la prensa hablará de nosotros y hará sus propias teorías, no hay mala publicidad, ¿cierto?
—No.
—¿A qué te refieres con «no»?
—No creo que tenga que ser más específico, Sabrina —aclaré—. Sé lo que quieres hacer y te agradezco que quieras apoyarme, pero no te usaré para darle celos a mi ex, no te mereces eso y por más que me duela admitirlo, no quiero lastimar a Juls, si es que aún siente algo por mí.
—Adam.
—Déjame lidiar con esto a mi manera, por favor.
—Bien, pero si me necesitas, estoy aquí para ti en todo momento.
—Gracias —la abracé.
Y claro que al destino le gusta verme sufrir, mientras seguía rodeándola con mis brazos, Juls apareció y nos vio.
—Stella quiere que regresen a grabar su escena.
—Gracias, iremos en un momento —responde la chica por ambos.
Ella se va, su trasero sigue siendo igual de tentador.
Concéntrate.
Cierto, cierto.
—¿Entramos juntos? —me sonríe y ofrece su mano.
—Vamos —la acepto.
Regresamos para grabar la escena, nos preparamos, alistan a los protagonistas, luces, cámara y acción. Hacemos lo que mejor sabemos hacer: tocar. Los protagonistas están disfrutando del concierto, canto y finjo mi mejor sonrisa, se supone que debo estar disfrutando esto, la voz de Sabrina armoniza bien con la mía, aunque siendo sinceros, sonaba mejor con Chloe, extraño a la ruidosa.
Son varias las tomas que hacen. ¿Entenderán que mi voz no está acostumbrada a gritar tanto? Creo que no, porque hacen que toquemos una y otra vez, al final todo sale bien, Juls se besa con el tipo y todos felices, no sé cómo vendió la historia o qué versión le contaron, pero Landon y Hailey nunca fueron a un concierto juntos, tenía planeado hacerlo, pero jamás se concretó nada, así que o a Juls le encanta mentir y distorsionar los hechos o solo fue una escena que quisieron agregar, cualquiera de las dos cosas me da igual.
Terminamos de grabar, ya ha oscurecido, agradezco que por fin esta pesadilla termine, los chicos y yo nos despedimos, me piden que me calme y esas cosas, Sabrina es la primera en irse.
—Y en serio si necesitas con quien hablar llámame, tengo cerveza en el apartamento —comenta teclitas.
—Y yo tengo comida —añade Dono.
—Seguro que una tarde de chicos es todo lo que necesito, pero será después, les prometo que estaré bien, iré a devolverle la plumilla a Marcelo y después descansaré un rato.
Ambos chicos asienten y se van, como dije, le doy su plumilla a Marcelo y no me deja ir hasta que le dé un autógrafo y me tome una foto con él, no tengo problema en hacerlo, se despide y se marcha, va siendo hora de que haga lo mismo, al girarme choco con ella y su collar cae al suelo.
—Lo siento, no te vi.
Vaya, gracias, ya sé que soy invisible para ti.
—Descuida —me agacho para tomar el collar.
No puedo creer que aún lo conserve, miro la parte de atrás, se encuentra la letra «A» en el centro, recuerdo bien el día que se lo regalé.
—Creo que es tuyo —comento.
—Estaba en mi cuello así que supongo que sí.
Bueno, todavía conserva su sentido del humor.
—¿Quieres que te lo ponga?
Ni siquiera sé a qué ha venido el comentario.
—Por favor —se da la vuelta y deja descubierto su cuello, coloco el collar y lo abrocho.
Me quedo un par de segundos más ahí, no puedo mover las piernas.
O solo no quieres alejarte.
No es momento para tus comentarios.
—Gracias —me mira.
—Por nada.
Di algo
¿Cómo qué? No le preguntaré, oye ¿por qué me abandonaste?
Se ingenioso.
—Felicidades por el protagónico, siempre supe que llegarías lejos.
Sus ojos se cristalizan
—Gracias —desvía la mirada—. También felicidades, la banda es un éxito, cumpliste tu sueño.
—A medias —confieso y logro que vuelva a mirarme.
—¿A medias?
—Te fuiste, ¿no? Sin ti mi sueño no podía estar completo.
—Al menos ahora tienes a Sabrina con
—No —la corté—. Jamás salí con ella, era mera publicidad.
Me miró confundida y aliviada, ¿por qué?
—¿Publicidad?
—A diferencia de ti, lo mío con Sabrina no es real.
—Lo que pasa con Cory es
—Inexplicable —completé molesto—. Sí lo sé, lo dejaste claro cuando te fuiste, lo amas ya lo sé.
—Te molesta —concluye
—No.
—¿No?
—Me aterraba, ¿okey? Me daba miedo que te dieras cuenta de que hay cientos de chicos mejores que yo
—Adam.
—Y una parte de mí quería que lo hicieras, que encontraras a alguien mejor porque no mereces menos, pero por otra parte..., yo quería ser esa mejor persona para ti.
—Y lo fuiste
—Sí, pero ya no, ¿cierto?
—No quise lastimarte.
«No quise lastimarte» eso decían todas justo después de hacerlo, no tengo que estar cerca de ella, verla solo me lastima más.
—Lo hiciste de todas maneras, pero ya me da igual, ahora si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que estar aquí perdiendo mi tiempo.
—Adam, espera.
—Descansa, Juliette.
Salgo de ahí tratando de alejar los pensamientos que me piden a gritos que vuelva con ella y la escuche, tomo un taxi para poder llegar a mi apartamento mientras le escribo a mi padre, es la única persona con la que tengo ganas de hablar ahora.
Yo: Fue un fiasco, adivina a quién me encontré.
Papá: Juliette.
Yo: ¿Cómo lo sabes?
Papá: Justo cuando me fui busqué el nombre de la película en internet y ella aparece en el reparto, lo siento, sé que no debió ser fácil.
Yo: Fue extraño, horrible al principio, pero verla, no sé, creo que la extraño más ahora que está aquí
Papá: Es porque te duele que esté tan cerca y no esté contigo.
Yo: Ni yo lo hubiera dicho mejor.
Papá: ¿Te parece si almorzamos mañana? Me cuentas lo que pasó y después buscamos a tu madre, sigue extraviada.
Yo: Me encantaría, sería bueno que conocieras a Zach.
Papá: Almorzaremos con Zach entonces.
Yo: Oye, pero ¿no tienes nada qué hacer mañana?
Papá: ¿Y qué si tuviera cosas que hacer? Las cancelo y ya.
Yo: ¿En serio?
Papá: Por ti, claro. Además, soy un Stone, siempre hacemos lo que queremos.
Yo: Jajaja eso lo sé muy bien. Te veré mañana, descansa, papá.
Papá: Igual tú, hijo.
Llegué a mi apartamento y frente a la puerta se encuentra mi madre, se levanta en el momento en que me ve, estuvo llorando.
—¿Mamá?
—Cariño —me abraza.
—¿Qué te pasó?
Se queda callada mientras solloza en mi hombro, entramos al apartamento y le preparo un té, no deja de insistir en que le dé un analgésico así que termino dándoselo, espero pacientemente a que se termine la bebida. Luce fatal, el cabello despeinado, arruinó su delineado, tiene un par de moretones en el rostro y su labio tiene sangre seca.
Deja la taza sobre la mesa y me mira, temo lo que dirá.
—Lo siento, no debí presentarme así.
—Tonterías, es tu casa cuando quieras, ¿qué pasó?
—¿Recuerdas ese viaje a las Vegas?
Ay, no, por favor que no sea lo que creo que es.
—Sí.
—Bueno, aposté con las personas equivocadas, Rich y yo habíamos estado ganando buen dinero, teníamos estrategias.
—¿Rich?
—Sé que dije que estaba con otro hombre, pero terminamos y volví con Rich.
Claro.
—Salió mal —concluí.
—Al grandulón no le importó que fuera mujer, me mandó a golpear igual, amenazó con matarnos si no le dábamos el dinero.
—¿Cuánto necesitas?
—Nada.
Esto era nuevo.
—¿Nada? —negó.
—Temí que pudiera hacer algo, teníamos el dinero suficiente para pagar, creímos que lo podríamos engañar, nos quedó claro que eso no sucedería cuando nos mandó a golpear, le pagué, pero me quedé sin dinero.
—No tienes que preocuparte por el dinero, no en tanto estés conmigo —me sonrió de lado.
—Eso es lo que debí decirte desde que eras pequeño, que no debías preocuparte por el dinero, en cambio fui egoísta y solo pensé en mí, te dejé solo, y aun así lograste salir adelante sin ayuda de nadie, solo tu esfuerzo.
En realidad, sí recibí ayuda, pero bueno, entiendo su punto.
—No te preocupes por eso.
—Sí, sí me preocupo —empezó a llorar—. Ese dinero era para ti.
Entendí a lo que se refería así que decidí ser honesto, sí justo ahora en medio del caos.
—Ya lo sé todo —confesé.
Se sorprendió tanto que incluso dejó de llorar.
—¿Qué?
—Encontré a papá hospedándose en un hotel en Utah, dimos un concierto ahí.
—Tu padre no es un hombre al que solo encuentras.
—Lo sé, le pedí a un detective que lo encontrara, regalo de Landon, necesitaba saber si yo había sido el problema, creí que sí, pero al final terminó diciéndomelo todo, el problema no había sido yo.
—Nunca fuiste tú —se limpió las lágrimas—. Fui yo, supongo que te dijo de mi amenaza, no era en serio, pero quería mantenerlo lejos de nosotros.
—¿Por qué? Nunca me dijiste nada.
—No estaba orgullosa de lo que hice y tenerlo a mi lado sería el recordatorio de que fallé, y aunque sé que debió ponerme como la villana, no fue así, no quería perderte, eres mi hijo y te quería conmigo, sabía que la única forma de alejar a William era si lo amenazaba con algo que en verdad amara.
—A mí —balbuceé.
—Te amó más a ti, créeme. Sé que no debí alejarte de él, y te llené de ideas, jamás imaginé que todo este tiempo estarías sufriendo pensando que tú no habías sido suficiente para él, en serio lo siento mucho, Adam, no merecías esa clase de dolor.
—Podemos empezar de nuevo, él quiere ser parte de mi vida y yo quiero que lo sea, además, no puedo odiar a la mujer que me crío, sé que te ausentabas mucho, pero los primeros años de mi vida no podía hacer la gran cosa, tú cuidaste de mí y muy a tu manera sigues haciéndolo.
—¿De verdad quieres que William sea parte de tu vida?
—Es todo lo que me interesa, nada me haría más feliz que ver a mi familia unida de nuevo, olvídate de los hombres, del dinero, empecemos a reconstruir a nuestra familia.
Admito que esa idea me entusiasmaba, mi familia junta de nuevo, jamás creí que pudiera desear tanto algo, hasta que se presentó esta oportunidad.
—Bien —hace su mejor intento por sonreír—. Podemos empezar de cero.
—¿En serio? —la abrazó con fuerza.
—Disimula un poco tu emoción, cariño —suspira—. Lamento todo lo que hice.
—Ya es cosa del pasado —le aseguro —puedes darte una ducha si quieres, hay ropa en la habitación de allá —señalé—. Siéntete en casa.
Me levanto.
—Gracias, hijo, solo quiero ducharme y me iré a dormir.
—De acuerdo, si me necesitas estaré en mi habitación, también me vendría bien descansar un poco.
—Adam —me tiene antes de que cierre la puerta.
—¿Sí? —no logro descifrar su expresión.
—Te amo, hijo.
—También te amo, mamá.
Entro en la habitación y guardo un poco de dinero en el cofre que está en uno de mis cajones, me pongo mis pantalones de algodón y cambio mi camisa, olvidé cerrar la puerta así que lo hago.
Me meto en la cama, después de ver a Juls siento que de nuevo hay un vacío a mi lado, extraño tenerla conmigo, no es necesario mentir, estoy solo y nadie puede saber lo que pienso.
Yo sí.
Tú no cuentas.
Con los brazos detrás de mi cabeza me quedo mirando el techo, lo veo tan fijamente que creo que en la esquina hay una telaraña, en fin, creo que no debería estarme lamentando por una persona, ¿qué sentido tiene?
Las personas vienen y van, claro que te jode cuando ya no son parte de tu vida, pero no hay nada que podamos hacer para cambiar eso, ellas tomaron su decisión y para bien o para mal, no somos su prioridad así que se alejan sin más, hay quienes se van en silencio, quienes se van armado un escándalo, el resultado es el mismo: al irse dejan un vacío en tu pecho. Llenarlo ya depende de ti, te recomiendo que no te metas drogas ni alcohol, créeme, no es una bonita experiencia y dudo que quieras pasar por el mismo proceso de desintoxicación que yo, ya viste cómo me fue ¿En serio quieres eso?
Tengo que dejar de pensar, no sé qué me pasa que en las noches es cuando más analizo las cosas, no tengo que esforzarme demasiado, estoy tan cansado que con facilidad me quedo dormido.
Como de costumbre, olvidé cerrar las cortinas así que la mañana siguiente los rayos del sol son los responsables de despertarme, tengo que ir al estudio, que emoción. Noten mi sarcasmo. Miro la hora en mi celular, ya no me da tiempo de desayunar, me levanto, me cambio y me alisto para salir.
—¡Te veré en un rato, mamá voy al estudio! —le grito, pero no obtengo respuesta.
Lo entiendo, debe seguir dormida, prepararé la comida al regresar, sé cuánto le gusta que cocine.
Voy directo al estudio, la prensa —igual que siempre—. Se encuentra fuera del estudio y los chicos también, es cierto tengo que dar la noticia. Marcus me mira con una sonrisa, ¿sabrá lo que haré?
No es la gran cosa, Sabrina y yo confesamos que nuestra relación no estaba funcionando como esperábamos, que no había tanta química entre nosotros, claro que no íbamos a decir que todo había sido una farsa, nos quitaría credibilidad y dudo que Marcus quiera eso.
La prensa hace preguntas tan raras y otras tantas que no tienen que ver, Marcus se acerca a nosotros y dice que nos da el día, mejor para mí, después de la noticia que acabamos de dar la prensa está interesada en saber cuáles fueron las razones por las que terminamos, gran parte de sus preguntas están enfocadas en eso.
—¡Adam! ¿Es verdad que nunca hubo amor entre ustedes?
—¿Qué pasó para qué esta gran relación terminara?
—¡Sabrina! ¿Tienes un nuevo novio?
—¡Sabrina! ¡Te hemos visto muy cerca de Nathan Cox! ¿Pasa algo entre ustedes? ¿Por él cambiaste a Adam?
—¿Es por el regreso de Juliette que esta relación termina?
No quiero seguir escuchándolos, Sabrina sube a su auto y se va mientras que los chicos se suben al auto conmigo.
—Hiciste lo correcto —Johnny que viene de copiloto golpea ligeramente mi hombro.
—Estamos orgullosos de ti, viejo.
—Gracias, chicos.
Alguien toca en la ventana del auto, miren nada más.
—¡Papá!
—¿Hay espacio para uno más en el auto?
—Por supuesto —quito los seguros y él sube.
Los chicos se alegran de verlo.
—Mira nada más, que carro tan precioso.
—Y espera a que escuches el motor.
—Agh, sí —se queja Dono—. Este auto es como su bebé.
—Cuidado y le hacen algo —completa teclitas.
—Cuido de la misma manera a mi auto, hijo, no te preocupes.
Lo pongo en marcha, en serio que es arte el sonido de este motor, invito a los chicos a que vengan a almorzar con nosotros, ya habrá tiempo para contarle a mi padre como me siento, lo que necesito ahora es un poco de distracción.
—Vamos con Zach —aclaro—. Le dije a papá que tenía buena comida.
—Oh, es la mejor de la zona.
—Johnny tiene razón, Señor Stone, le recomiendo las hamburguesas son la especialidad de Zach.
—Eso me han comentado.
Para llegar al bar tengo que pasar por mi casa, bueno, donde antes solía vivir, reduzco la velocidad cuando veo lo que ocurre, una mujer de traje está hablando con un hombre, mi casa tiene letrero «En venta» ¿Cómo qué está en venta? Freno de inmediato y me bajo, los chicos y mi padre no tardan en seguirme.
—Buenas tardes —me importa un bledo si interrumpo—. ¿Podría decirme quién rayos es usted y por qué pone en venta mi casa?
—Adam.
—¿Adam? —el hombre se sorprende.
—¿Me conoce?
—Catalina Ross —acepto su mano—. Madre de Diana, ¿recuerdas a mi hija?
—Sí, amiga de Hailey, es agente de bienes raíces, ¿correcto?
—Correcto.
—Mi casa no está en venta.
—De hecho, sí. Mary me pidió hace un par de semanas que la pusiera en venta, dijo que quería deshacerse de todo lo antes posible.
—Tú eres su hijo, ¿no?
—¿Y tú eres?
—Rich.
Mamá había empeorado en gustos.
—¿Sales con ella?
—Salía, la perra se llevó todo mi dinero.
—Oh —le solté un puñetazo, los chicos se acercaron y me detuvieron antes de que hiciera más escándalo, el tipo se quejaba del dolor—. Y eso que no usé toda mi fuerza, llama a mi madre así de nuevo y te prometo que te arrepentirás, ahora —me liberé del agarre de los chicos—. Explícate.
—Me quedé sin dinero, después de pagar lo que debíamos en el casino nos fuimos a quedar a un hotel, teníamos un poco de dinero y lo tomó.
Seguramente para viajar, por eso dijo que ya no tenía más dinero. Necesitaba un minuto para pensar, la risa de Rich me desconcentró.
—No la conoces, ¿verdad? No tanto como yo, a esa mujer lo único que siempre le ha interesado es el dinero, no me sorprendería que se aprovechara de su propio hijo, ¿dónde está ahora?
Oh, oh.
—En mi apartamento —papá me miró sorprendido.
—Yo que tú iría a revisarlo, con suerte dejó tu ropa.
—La compro.
—¿Qué? —Catalina salió del pequeño shock en el que estaba.
—La casa, la compro —me entregó no muy segura su tarjeta—. Me pondré en contacto con usted para concretar el trato, así que a partir de ahora no está en venta, ¿de acuerdo?
—Estaremos en contacto.
Regresamos al auto y esta vez fue mi padre quien condujo hasta mi apartamento, ellos venían detrás de mí cuando bajamos, temía por lo que fuera a encontrar, abrí la puerta del apartamento y todo estaba en perfecto orden.
—Tus cosas siguen aquí —habla Johnny mirando con atención a su alrededor
—Tu dinero —habla Dono.
Voy hacia mi cuarto, busco el cofre, está vacío, hay una pequeña nota en la cama.
—¿Qué dice? —pregunta papá y la leo en voz alta.
Adam:
Lamento tanto tener que hacerte esto, en serio, dije que empezaríamos de cero, pero en caminos separados, créeme lo último que quieres es tenerme de nuevo en tu vida siendo solo un estorbo, estás cumpliendo tu sueño, me alegro por eso y te prometo que no volveré a entrometerme, sé que ahora lo que te sobra es dinero, seguro creerás que no fue la gran cosa lo que tomé, pero me servirá para empezar en otro lado, trabajaré, seré una persona diferente, pero no quiero involucrarte en este proceso, tampoco quiero llenarte de promesas que seguramente no cumpliré, me voy, sabiendo que no harás nada por buscarme, por favor, respeta mi decisión, sé que estás en buenas manos, recuperaste a tu padre, espero que él pueda perdonarme algún día, lamento haberlo lastimado de esa manera, no era mi intención, al menos ahora podrá estar cerca de ti sin miedo a que yo vaya a lastimarte de alguna forma.
Por favor, sé feliz, sigue luchando por lo que quieres, triunfa en la música, cuida a tus amigos, recupera a la chica, has todo lo que esté en tus manos para vivir la vida que siempre has merecido, nunca olvides que aún con todos mis fallos, lo único bueno de mi vida siempre fuiste tú, y seguirás siendo tú hasta el último de mis días.
Te amo demasiado, cariño —Mamá.
—Viejo, lo siento.
—¿Cuánto tomó? —pregunta papá.
—$200,000.
—Bueno —interviene Johnny—. Gastas más en instrumentos.
—Sí, supongo que tienes razón.
Ella tenía razón, quizás esa cantidad no era la gran cosa, tenía muchísimo más que eso, pero no negaré que me dolió que se haya ido de esta forma, por un momento creí que la familia estaría junta de nuevo, creo que fui ingenuo al pensar que eso sería posible, sin embargo, no se equivocó, me quedé en buenas manos, papá estaba de vuelta, estaba conmigo ¿Qué más podía pedir?
—¿Qué harás ahora, hijo?
—Lo que me pidió, viviré la vida que merezco sin interferencia de su parte, solo imaginaré que está en uno de esos largos viajes que con frecuencia hacía.
—¿Estás bien? —preguntan al mismo tiempo los chicos.
—Sí, el mundo no se detiene por un corazón roto, ¿no?
Es mucho que asimilar, lo sé.
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