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2 | No es la respuesta que esperaba

Apenas habían pasado unos días, cualquiera diría que aceptamos los términos y firmamos de inmediato, pero no fue así.

Una vez que hablamos con el abogado las dudas llegaron a nosotros. Okey, sí, obviamente éramos conscientes de que cederíamos parte de nuestros derechos, que ya no podríamos movernos con total libertad como solíamos hacerlo y que ahora debíamos cuidar nuestra imagen ante los medios, sería complicado porque todos actuábamos como imbéciles en ocasiones, la edad no nos dio precisamente mucha madurez.

Lo habíamos estado pensando toda esta semana, pros y contras, nos reuníamos en el sótano y platicábamos de cuál podría ser el peor escenario en estos casos. Había muchos.

—¡Bueno ya! Deberíamos dejar de darle vueltas al asunto, le dijimos a Marcus que iríamos dentro de una hora a su oficina y le daríamos una respuesta, debemos hacerlo.

—Gracias por hacérnoslo notar, genio —le respondió Chloe—. Pero no es algo que debamos tomar a la ligera, Johnny.

—Tal vez no sea lo correcto, tal vez en un futuro ya no querremos ser una banda.

—Con un demonio, Donovan, ¿por qué tan sentimental? —pregunté.

Últimamente Donovan se había puesto a pensar en todo su futuro, en serio, tooodo, desde parejas hasta los nombres de sus hijos, no quería comprometerse del todo con la banda porque temía cambiar en algún momento de opinión.

Estábamos sentados en los sillones, cada uno con una perspectiva diferente, asustados por lo que pudiera venir, bueno o malo. El ambiente se había vuelto tenso, teníamos miedo y al mismo tiempo queríamos ir directo a la oficina de Marcus y firmar de una maldita vez ese contrato.

—Yo... —habló con sus codos en sus piernas, mirando todavía el suelo, hasta que suspiró y nos miró a todos—. Yo creo que debemos firmar el contrato.

—Hasta que dices algo coherente, Johnny.

—Chloe —advertí.

—Perdón, papá —lo pensó un momento—. También creo que deberíamos firmar.

Nuestras miradas se dirigieron a Donovan.

—Adam siempre nos ha recordado que iniciamos esto porque nos apasiona la música, así que tenemos que firmar —aseguró.

De manera automática sus ojos estaban fijos en mí, la mirada de Donovan me decía tomate tu tiempo, la de Chloe era de desesperación, de seguro quería largarse de ahí e ir a comer, pero la de Johnny..., sabía que mi silencio significa que lo estaba pensando, en serió me replanteé varias veces si era lo correcto o no, digo ¿una banda sin sello discográfico? ¿Qué probabilidades había de que eso funcionara?

Eran pocos los que contaban con esa suerte, yo pensaba en todo lo relacionado con los derechos que cederíamos, el comportamiento que deberíamos tener ante las cámaras, las limitantes, no quería que nadie cambiara su forma de ser solo por alcanzar la fama, no era lo correcto ¿o sí?

Comencé a jugar con mis dedos y Chloe me miró de mala manera, como si ese gesto le hubiera quitado seriedad al asunto, me detuve a observar a mi alrededor, latas de refresco tiradas, notas e intentos de nuevas canciones regadas por todas partes, una de las bombillas ya no funcionaba y frente a mí los instrumentos, recordé la vez que le dije a Landon que esto era todo lo que quería para mi vida y entendí que no solo era mi sueño, también era el de ellos, hubo muchos sacrificios por parte de todos, arriesgamos mucho para poder estar aquí.

—Vamos a firmar ese contrato.

Preocupados o emocionados, ya ni siquiera sabía cómo nos sentíamos, fuimos en el auto de Johnny, juro que por primera vez el camino se me hizo eterno, yo iba manejando, nos mirábamos de vez en cuando, el silencio solo nos dejaba en claro cuan nerviosos estábamos.

Para cuando llegamos y nos encontramos de nuevo frente aquel edificio me sentí diminuto, insignificante; nuestra vida cambiaria apenas entráramos, tomamos valor y nos adentramos en el edificio, nuevamente la recepcionista nos llevó hasta la oficina de Marcus, ahí él nos recibió alegre con su característico whisky.

—Me alegra tanto que Hidden sea parte de esta discografía —extendió los contratos en el amplio escritorio que tenía, colocó una pluma encima para cada uno, mientras intercambiaba miradas con nosotros—. Espero que hayan aclarado sus dudas con el abogado, seguro fue de ayuda.

Sí, de ayuda para que casi rechazáramos la oferta.

—Por supuesto —hablamos al mismo tiempo todos.

La primera en firmar algo similar a un garabato fue Chloe. Nos había dicho que cuando registró su firma estaba tan nerviosa que olvidó como hacerla, así que se quedó con ese garabato.

Después Donovan, quién añadió una carita feliz, sí, esa era su firma, ¿qué rayos pensaba? Él se justificaba con que estaba borracho cuando la registró.

Luego Johnny, quién puso su nombre y la letra de su primer apellido con letra cursiva y unas cuantas rayas, muy elegante.

Era mi turno.

—¿Ocurre algo, Adam? —cuestionó Marcus al ver que no firmaba.

¿Qué si ocurría algo? Cientos de ideas pasaban por mi mente para variar, pero era mi sueño, algo que siempre había anhelado, la razón por la que desperdicié dos años de mi vida estudiando contaduría solo para que al final pudiera dedicarme por completo a la música.

Tengo talento, la disposición y el carácter necesario para enfrentar esto, ¿por qué entonces se sentía como si algo estuviera mal? Su mirada seguía sobre mí y no solo la de él, sino la del resto de los chicos también, era como si trataran de decir «ya estamos aquí, no es momento para arrepentirse»

—No, ninguno —fue lo único que pude pronunciar y firmé.

—¡Perfecto! —exclamó y nos estrechó la mano a todos—. Felicidades, oficialmente son parte de esta discografía, tenemos mucho trabajo que hacer, porque no empezamos —tocó su barbilla, pensativo—, ahora.

—¿Ahora?

—Ahora, Donovan, no se preocupen el estudio de grabación tiene todo lo que necesitan y no creo que no conozcan sus canciones.

Buen punto, las sabíamos de memoria, pero era algo intimidante la idea de empezar en este momento.

—Así que vayamos de una buena vez.

Fue el primero en salir de la oficina, nos dirigía al estudio, una vez más estuvimos sorprendidos al entrar, era más grande de lo que había pensado..., acabo de notar que esa frase podría interpretarse de muchas maneras, no me juzguen, solo digo lo que pienso.

La consola era asombrosa, el lugar se veía elegante y ni hablar de la cabina, el sonido se encerraba perfectamente, los instrumentos se encontraban ahí ya conectados, tres micrófonos listos para usarse, unos cuantos sillones, las pantallas de afuera, las laptops último modelo cerca de la consola, la luz, los amplificadores. Sí, sin duda ya no estábamos en el sótano.

—Así que ustedes son los famosos Hidden, un placer —nos sonrió alegre, un chico tal vez tres o cinco años mayor que nosotros, su vestimenta informal lo hacía lucir amigable—. Mi nombre es Trevor, soy el que hace que esos botones de ahí —señaló la consola—, hagan magia. Estaré trabajando con ustedes.

—Perfecto. Trevor les estará diciendo qué es lo que hay que hacer, yo vendré en un rato, tengo asuntos que atender.

Marcus salió del estudio y nos dejó un tanto confundidos. ¿No se supone que debería supervisar esto? Claro que a Trevor no le interesó mucho y por su actitud deducía que no era la primera vez que hacía esto.

—Bueno —rompió el silencio—, me gustaría conocerlos un poco más.

—Soy Chloe —estiró su mano de inmediato.

Chica, contrólate por favor.

Claro que el resto de nosotros no le dio tanta importancia a las formalidades.

—Soy Donovan, batería.

—Jonathan, guitarra.

—Supongo que eres el líder —me miró.

—Sí, supones bien, soy voz principal y lead guitar.

—Y tú... Chloe, ¿cierto? —ella asintió como boba—. ¿Piano?

—Bajo —balbuceó.

No lo puedo creer, la ruda y odiosa Chloe ¿balbuceando por un chico? Esto será interesante.

—Es mi instrumento favorito —comentó mientras le guiñaba un ojo.

—¿Sí? El mío también —me acerqué a ella para susurrar.

—Creo que hasta tu ropa interior está en el suelo, ¿podrías al menos fingir que no te lo estás comiendo con la mirada?

—Jódete, Adam —levanté las manos en señal de rendición

—Solo decía.

—¿Por qué mejor no entran a la cabina? Tenemos mucho trabajo que hacer y muero por ver el material que tienen.

No tuvo que pedirlo dos veces porque Chloe como niña obediente ya había entrado, la seguimos y agarramos los instrumentos, batería atrás, voz principal al centro, a mi derecha la guitarra y a la izquierda el bajo.

—¿Quieren empezar con alguna en especial?

—Podríamos probar con Get up —comenté.

Esta canción tenía mucho peso para mí, la escribí después de que un idiota me estuviera molestando y Landon me apoyó con la letra, era una canción movida y que con frecuencia volvía locos a los fans, con los arreglos que los chicos y yo habíamos agregado esta canción se convirtió en la más reconocida que teníamos hasta el momento, bien dicen que del corazón nacen las mejores canciones.

No obtuve respuesta de Trevor, al parecer estaba buscando algo y lo encontró, una hoja, la reconocía bien, era nuestra, las notas de la canción.

—Fue de las primeras canciones que compusimos —mencioné al ver que la observaba con el ceño fruncido.

En lo personal había sido una de mis canciones favoritas.

—Es muy buena ¿no has pensado cambiarla de tono?

—¿Por qué todo el mundo se empeña en cambiarla de tono? —eso pareció divertirle.

—Muéstrenme de que están hechos, Hidden.

Las horas que pasamos ahí ensayando, grabando y mostrándole el resto de nuestras canciones provocó que mis dudas desaparecieran, ese era el lugar en donde debíamos estar, donde pertenecíamos, no se trataba solo de la fama, sino de estar de pie en el escenario, de conectar con la gente, habíamos escogido el nombre de Hidden porque significa oculto, necesitábamos transmitir a través de la música lo que nadie conocía de nosotros, lo que no nos atrevíamos a decirle a nadie y queríamos que el público se identificará con nuestras letras, que supieran que no estaban solos sin importar la situación que estuvieran pasando.

Nuestras canciones siempre habían sido un reflejo de lo que nosotros éramos y descargábamos cientos de emociones en las letras y la música. Era nuestro escape.

Amaba tocar la guitarra, pero mis manos y mi voz tenían un límite, ya habíamos estado muchas horas ahí, incluso había oscurecido, terminé de tocar el solo de la última canción, ni siquiera había notado que Marcus había regresado hasta que comenzó a aplaudir de manera más tranquila a diferencia de algunas fans quienes aplaudían, gritaban y aventaban prendas de su ropa.

No es broma, una vez me aventaron un brasier y un par de cosas más que no mencionaré por ahora.

—Veo que realmente aprovecharon su tiempo, se ven cansados.

Vaya, no tengo idea de porqué podría ser.

—Deberían ir a disfrutar, los veré mañana para organizar más grabaciones, consideren esto una pequeña prueba de lo que estarán haciendo, felicidades, chicos —habló con ese tono tan formal que lo caracterizaba y nuevamente se marchó.

Trevor nos dijo que dejáramos las cosas tal y como estaban, salimos de la cabina con ánimo, Donovan y Chloe venían platicando y Johnny no dejaba de decirme lo bien que se la había pasado.

—Tenemos que ir a celebrar —habló Johnny—. Hay un bar cerca de aquí y aún no es tan tarde.

—Es un bar, aunque fueran las cuatro de la mañana seguiría abierto, sobre todo en esta zona de la ciudad.

—Tiene razón, pero yo me apunto, no hay fiesta sin una chica.

—También yo —mencionó Dono.

—¿Quieres venir, Trevor?

Creo que es bastante obvio quién se lo preguntó.

—No lo sé, no creo que sea muy profe

—Tonterías —lo interrumpió—. Solo serán unas cervezas y considerando que eres nuestro productor eso te hace parte de este grupo selecto, ven a divertirte con nosotros.

—Bueno, no le veo problema a unos cuantos tragos.

Ambos salieron felices, como si fueran amigos de toda la vida, Dono los siguió y Johnny seguramente ya le estaba escribiendo a Sandra, su novia.

—Sí vienes, ¿no? —me preguntó cuándo terminó de escribir el mensaje.

—No lo sé, las celebraciones siempre salen mal con ustedes —añadí riéndome.

—Claro que no —defendió.

—La última vez, yo estaba drogado, Chloe casi va a prisión de no ser porque usó sus tácticas de mujer para persuadir a los policías, Donovan no dejaba de vomitar y tú no dejabas de llorar porque pensaste que Sandra te había sido infiel.

—No estaba llorando, solo me entró algo en el ojo y después arreglé las cosas con ella.

—Y eso que yo era el drogado —me golpeó el hombro.

—Pero ya no lo has hecho —silencio absoluto—. Adam, esta es la parte donde me dices «es cierto, ya no lo he hecho»

—No todos los días son buenos, Johnny. —Odiaba que me mirara de esa forma

—¿Por qué no nos habías dicho?

No éramos solo una banda, nos habíamos vuelto familia, podíamos odiarnos a ratos, pero al final del día solo nos teníamos a nosotros.

Donovan tenía mucha ira acumulada, aunque pareciera indiferente ante todo, bajo la fachada de chica sin sentimientos que Chloe ponía, había una chica que lo único que quería era vivir un amor cliché, con besos bajo la lluvia, citas y una vida tranquila, Johnny no era siempre un chico feliz y centrado, había pasado por mucho, y parte de mi historia ya la conoces, abandonado por un padre, madre ausente, engañado tres veces, recibiendo insultos, perdí a mi mejor amigo y bueno, a todos nos jodían diferentes cosas.

—Ya no lo hago tan frecuente como antes, lo juro.

—Bien—suspiró con pesadez—. No tendremos esta conversación ahora, solo iremos a divertirnos y volvemos a nuestros apartamentos, sobrios —recalcó.

—Eso sería muy aburrido

Negó con la cabeza como si no tuviera remedio. Nos fuimos en su auto, nos faltaba un integrante ¿adivinan quién es? Sí, la ahora «quiero coquetear con Trevor, déjenme en paz» Chloe. Ella se fue con él y los vimos hasta que llegamos al bar

Había mucha gente, pero eso no fue problema para entrar, Trevor mostró algo como un pase directo a uno de los guardias de la entrada y nos dejó pasar, fuimos al segundo piso donde solo algunas personas podían subir, Chloe no perdió la oportunidad de bailar, ¿por gusto o por impresionar? ni idea, con ella nunca se sabe.

El resto de nosotros estuvimos charlando un rato mientras bebíamos y riéndonos por cosas sin sentido, Trevor nos había contado un poco más de su vida y de cómo desde joven demostró tener talento como productor, así que lo contrataron y ha trabajado desde entonces en la disquera.

—Trevor —bebí de nuevo—, te pareces mucho a un chico que me cae de la patada.

—Ah, ¿sí? ¿quién es?

—Se llama Jeremy —lo pensé un momento—. ¿Cuál es su apellido? Bueno no importa.

Escuchar su nombre lo tensó un poco ¿por qué? Tampoco lo sé, a estas alturas ya no sé ni lo que hacía, el alcohol ya estaba haciendo efecto.

Sandra sí había llegado y había estado besándose todo ese tiempo con Johnny, los miraba asqueado y les supliqué que se fueran a un lugar más privado, los malditos se negaron, de momento a otro solo quedaba Donovan ahí sentado, pero tenía la mirada perdida, probablemente él había bebido más que todos, no me quedaría a ver de nuevo como vomitaba así que bajé y salí, necesitaba un poco de aire fresco y, aunque había bebido, no estaba tan mal como el resto, escuchaba lejano el sonido de la música, salí justo cuando empezaba body bang de MGK, esta gente y sus ganas de innovar la música de los bares.

—¿Adam? —me giré para ver quién era.

Cuando mis ojos se fijaron en los de ella, deseé con todas mis fuerzas no actuar de manera estúpida, no ahora, por favor.

—Juls, ¿qué haces aquí? —me mostró su libreto.

—Tuve un ensayo, recién terminamos.

¿Terminaron qué?

—Ah, qué bien.

—¿Estás solo? —noté la curiosidad en su voz.

—Sí, bueno no, me refiero a que en este momento estoy solo —negué con la cabeza, necesitaba concentrarme—. Los chicos están allá adentro.

Y hasta parece que invoqué a uno.

—¡Adam! —chilló—. Hace frío ponte una chaqueta —ordenó como una madre.

—Seguro, iré por la chaqueta imaginaria que traje conmigo —ella me aventó una.

—Ten, la dejaste anoche en mi casa, apresúrate que Trevor nos llevará, ya ninguno de nosotros está consciente para conducir —analizó un poco a la chica frente a mí—. Ay, hola, July.

—Chloe —habló seca.

—Te esperamos en el auto, no tardes.

Juliette se había quedado con los brazos cruzados y ni siquiera quería mirarme.

—¿Qué tienes?

—Debe ser costumbre que pases las noches en la cama de Chloe.

—¿Eh?

—La dejaste anoche en mi casa —habló imitando su voz—. Si quieres ya deja toda tu ropa con ella —traté de reprimir una risa.

¿En serio pensaba que me había acostado con ella? Era sin duda la cosa más graciosa que había escuchado en todo el día, quiero decir Chloe es linda, sí, y quizá tenga un buen cuerpo, pero ella no es Juliette.

No puedo entender como alguien como ella puede ser insegura, si tan solo se viera a través de mis ojos.

—¿Sabes qué? Olvídalo, estás ebrio, hablamos cuando estés en tus cinco sentidos.

Vi cómo empezó a alejarse, mi primera reacción fue detenerla, pero no pude hacerlo, tenía razón estaba ebrio y no quería terminar actuando como un idiota así que dejé que subiera a su auto y se fuera.

Cuando entré a la camioneta de Trevor los chicos parecían niños pequeños esperando a que dijera algo.

—¿Qué?

—¿Qué pasó con Juliette? Primero vi que estaban bien y luego se fue molesta.

—Piensa que me acosté contigo —hizo una mueca de asco.

—¿Tú y yo? Ni en un millón de años, somos como hermanos.

—Menos mal —habló con total tranquilidad Trevor.

Hum.

—¿Le explicaste al menos que eso no es cierto? —cuestionó teclitas.

—Traté, pero...

—Te dejó como perro abandonado.

—Gracias por el apoyo, Donovan.

Todo fue silencio después de eso, Trevor se encargó de dejarnos sanos y salvos en nuestros departamentos, al menos yo llegué en una pieza, sabrá Dios cómo están los demás.

* * *

El dolor de cabeza era tolerable, ya había terminado de desayunar y me encontraba de camino al bar con Zach. No, no para beber, sino para contarle cómo nos había ido con la firma del contrato y esas cosas, al parecer era al único que le interesaba porque mi madre seguía de viaje en viaje por el trabajo y bueno, no me quedaba nadie más, así que Zach se interesaba mucho en lo que hacía, cuando llegué me encontré a cierta señorita que parecía recién levantada porque aun llevaba su pijama puesta, hubiera querido grabar la forma en la que miró, llena de vergüenza y con ganas de que la tierra la tragara.

—¿Sigo ebrio o estás en pijama? —se sonrojó—. Vaya, Juls, no sabía que podía dejarte sin habla.

—Solo quise mostrarle algo a Zach y de hecho ya me iba. —Se apresuró a levantarse y salir de ahí, pero la tomé del brazo antes de que pusiera un pie fuera del bar.

—¿Ya hablarás conmigo?

—¿Ya no actuarás como idiota?

—Auch —fingí estar indignado llevándome una mano al pecho—. Hieres mis sentimientos, Juls —parecía divertirle—. No me acosté con ella.

Ya está, se tenía que decir y se dijo.

—¿Qué?

—Que no me acosté con ella, dejé mi chaqueta en su casa porque me había acompañado a comprar cuerdas para mi guitarra, me invitó una cerveza y me fui, no pasó nada más, y por si no te diste cuenta ayer, habló de un tal Trevor, babea por él no por mí.

—No entiendo porque me dices esto —levanté los hombros.

—No quería que tuvieras una idea equivocada de mí o que tuvieras celos —sonreí ampliamente.

—No estaba celosa.

—Aja.

—Ella es linda.

Sí y Juls es perfecta. ¿Cuándo iba a entender eso?

—Ni tanto eh, su pesada actitud la hace horrible —me dedicó una sonrisa de lado.

—No podría tener una idea equivocada de ti ni aunque quisiera, gracias por decirme, ahora si me disculpas, tengo que cambiarme, tendré ensayo, cuídate, Adam.

—También tú.

Salió del bar, ahí estaba de nuevo ese impulso por querer detenerla, Zach lo notó de inmediato.

—Si no es ahora ¿cuándo, muchacho?

Y entendí a lo que se refería, pero no quería aceptarlo, no podía, no sabiendo que quizá esto se saldría de control, pero a quién engaño, he sentido algo por ella desde la primera vez que hablamos justo en este bar, desde la fiesta, desde que estuvo conmigo en el hospital..., y la manera en que la alejé creyendo que podría enfrentar toda la mierda que ocurrió después.

No la merecía, era claro que Juliette necesitaba algo mucho mejor que yo.

—Adam, solo ve.

—Pero y si

—Ve —sentenció.

Salí de inmediato y la detuve justo antes de que subiera al auto, me miró confundida.

—¿Todo está bien?

—Sal conmigo —solté.

Mi corazón se había acelerado antes de soltar la pregunta.

—¿Contigo?

Bueno, no era la respuesta que esperaba.

—Podrías fingir un poco de más de emoción —bromeé—. Entiendo si no quieres, de verdad solo que

—Sí quiero.

¿Qué? ¿Escuché bien? Universo dame una señal.

—Me encantaría salir contigo.

Gracias.

—Almuerzo mañana ¿te parece? Te da tiempo de llegar a tus ensayos.

—¿Cómo sabes la hora de mis ensayos? —soltó una risa nerviosa.

No le diría que he vivido al pendiente de sus redes sociales ni que me sé de memoria su horario.

—Soy observador.

Acosador querrás decir.

Agh cállate estúpida voz.

—Almuerzo mañana —repitió.

—Pasaré por ti.

—Pensaré toda la noche que ropa usar —bromeó.

—Traje o bermudas, cualquier cosa estará bien —sonreí—. Podrías incluso ir en pijama y seguirás viéndote hermosa.

—Te veré mañana —se acercó para darme un beso en la mejilla y segundos después subió y arrancó el coche.

Ella sentía algo por mí eso era claro, y lo peor es que yo estaba loco por ella. 


El amor el amor. 

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