18 | ¿Últimas palabras?
—Cindy, deja de llorar por favor o te juro que me vas a volver loco —hablé, irritado tomando asiento en el sofá de la oficina.
Comenzaba a desesperarme esta situación.
—Es que ya no puedo más con esta situación, es demasiado para mí y no sé cómo lidiar con eso.
—¿Con qué parte exactamente? ¿La parte donde eres el mejor chisme del mes o el sentimiento de culpabilidad para joderle la vida a Donovan? De nuevo —enfatizo.
—Adam —advierte Johnny y levanto mis manos.
—Lamento que les incomode mi honestidad.
Chloe no ha dicho nada al respecto, físicamente está con nosotros, pero su mirada está perdida, me imagino que no debe ser sencillo estar escuchando lo que la supuesta esposa del chico que te gusta tiene que decir.
—Es cierto, estoy harta de ser el centro de atención de la prensa, odio que me sigan a todas partes, parecen un maldito chicle en el zapato.
—Bienvenida al mundo de la fama y el escándalo —los chicos me miraron de mala manera—. ¡Bien! Me callo.
—Ya ni siquiera puedo vivir mi vida de una manera normal.
Iba a hablar, pero me guardé mi comentario, pero sí, ese es el precio a pagar cuando creas todo un escándalo y te vuelves el chisme favorito de la prensa, esta mañana nos pidió que la viéramos en una oficina de la disquera, Marcus no estaba —que sorpresa —así que no podía oponerse.
—No puedo dar nombres, no sé, solo me pidieron que armara el escándalo, sé que no fue una idea muy inteligente, pero necesitaba el dinero.
—¿Y el bebé al menos es tuyo? —pregunta Dono cruzándose de brazos.
—Sí, es mío, cuando intenté volver a ser la misma chica de antes, sin tantos problemas claro está, conocí a un chico, empezamos a tratarnos, salir un poco más y terminamos siendo una linda pareja.
—Supongo que eso salió mal —esta vez habló Johnny.
—Sí —responde avergonzada—. En el momento en que se enteró que estaba embarazada me dejó, no supe más de él, es como si la tierra se lo hubiera tragado.
—¿Y no sabes quién te envió a armar todo este chisme?
—Todo fue anónimo.
—¿Y aceptaste hacer todo esto solo porque una persona anónima te escribió, Cindy?
—Un detective me contactó y confié en él, fue el mismo que... —Dono esperaba su respuesta—. El mismo que contacté para saber si seguías viviendo en el mismo lugar y de esa forma pudiera entregarte la baqueta, ¿aun conservas el otro trozo?
—No —respondió seco.
—No queremos saber de la estúpida historia de amor, solo di la verdad —ordené.
La chica empezó a contar lo que realmente había pasado, o al menos una mentira diferente, pero que lograba que nos deshiciéramos del rumor que ha estado siguiendo a Donovan desde que ella apareció. Muchos meses lidiando con esto, los trámites apestan.
—Entonces, asegura que el hijo no es Donovan ¿es correcto? —pregunta el abogado observándola.
Todos estamos aquí, apoyando a nuestro amigo, afortunadamente dos días después de nuestra pelea, me sentí mejor, así que lo menos que podía hacer para mostrar que me sentía arrepentido por mi actitud fue apoyar a Donovan en todo este proceso, aunque en realidad, esto no era una disculpa formal, lo hubiera apoyado estuviera enojado o no.
No sé cómo se sienta Chloe, ella ya había perdido la esperanza y se había hecho a la idea de que mi amigo estaría casado con la loca de por vida y que de una manera u otra terminaría regresando a Canadá y siendo sinceros, nadie de nosotros quería eso.
—Es correcto —respondió limpiándose las lágrimas—. Solo estaba buscando dinero, el bebé que —miró a Donovan y se quedó callada, este tema era incómodo para ambos—. Cuando me dieron el dinero para abortar lo hice sin problema alguno.
—Eres tan sínica —comentó mi amigo cruzado de brazos.
—Déjela continuar, Señor Wilson —ordenó—. Prosigue.
—Quería empezar mi vida de cero y era una buena oportunidad considerando que al lugar al que me mudé nadie me conocía, traté de conocer a más personas con las que pudiera sentirme cómoda, me había dolido perder tanto a mi novio que centrarme en otra persona parecía más sencillo —él no la miraba—. Mantuve un tiempo una relación con este chico, las cosas se salieron de control y de nuevo quedé embarazada esa es toda la verdad.
—¿Ni siquiera después de todo lo que pasaste aprendiste a cerrar las piernas?
—Chloe —advirtió Dono.
—Perdón, olvidaba que sigues de su lado —se sentó conmigo.
—Sé que me equivoqué de nuevo, me siento tan arrepentida, pero no era capaz de abortar, hacerlo me destrozaría así que opté por tenerlo, me haría cargo del pequeño, después de todo es mi hijo.
—Pero necesitas dinero para mantenerlo porque seguramente tu reputación está dañada —concluí.
—Chicos —Johnny nos miró molesto—. Sus comentarios no ayudan en nada, así que dejen que termine de explicarnos, ya el abogado dirá que haremos.
—Gracias —alegó el susodicho.
Ojalá esta tortura termine pronto, no creo aguantarla por más tiempo.
—No se equivoca, necesitaba un poco de dinero y sabía que la única forma de obtenerlo sería si le decía a Donovan que el hijo era suyo, como dije la idea me la dio otra persona que me contactó, el punto es que él nunca supo qué pasó en realidad, así que no podía tener la certeza de que sí aborté, si creaba una historia convincente él regresaría conmigo, porque si hay algo que caracteriza a Donovan es que
—Es que es tan idiota que le gusta ayudar a cuanta persona miserable encuentra, claro que eso te incluye, querida.
—Entiendo tu odio hacia mí, Chloe, y no te culpo, no es necesario decirte que yo también amé a Donovan, más o menos que tú, pero lo hice.
—Creí que no hablaría sin su abogado, señorita —comentó el nuestro alejando el momento incómodo.
—Lo despedí, vine a decir la verdad.
La verdad, ¿eh? ¿Quién piensa en ser honesto hoy día? La honestidad es algo que ya no caracteriza a las personas.
—Espero que sepa que es ilegal falsificar la firma de una persona y fue justo lo que usted hizo, puso la firma de mi cliente en un acta de matrimonio, esto no se trata de falsificar una firma para asistir a una excursión o algo por el estilo, lo que usted hizo es grave.
—Sin mencionar que pusiste la atención de la prensa en Donovan dañando su imagen.
—Ninguna razón será suficiente como para expresar cuán apenada me siento, pero me hago responsable de cualquier cargo que quieran tomar, asumo mi responsabilidad.
—¿En serio te hubieras quedado tranquila sabiendo que estuviste apunto de alejar a Donovan de todo lo que le importa? —increpo.
—Tenía una vida.
—Tiempo pasado, Cindy, todo lo que le importa está aquí en Bridgen.
—Sin ti, por cierto —añade Johnny.
—Pues ha hecho de todo para deshacerse de mí, supongo que tan equivocados no pueden estar.
—Llegaste a cambiar muchas cosas, Cindy —Dono la encara.
—Supongo que en el fondo aún mantenía esperanza.
—Chicos, les pediré que salgan de la oficina, sé que tiene cosas que hacer, Señor Wilson —lo miró—. Lo mantendré al tanto, quizá dentro de unos días ya haya algún veredicto, informaré al juez lo ocurrido el día de hoy.
—Gracias —fue lo único que respondió.
—Donovan.
Agh, esta mujer no se cansa de joder.
—¿Qué?
—No mentía al decir que podemos empezar de nuevo, sabes que Canadá es tu hogar, que puedes empezar de cero si quisieras estando allá, lejos de los problemas, el drama y los escándalos.
—Cindy no hagas esto.
—Mírame a los ojos y dime que nunca has considerado como pudo haber sido nuestra vida juntos.
Chloe se levantó, por un momento pensé que golpearía a la chica o algo por el estilo, cuando quiere se pone agresiva, no hizo nada de eso, solo pasó de largo y salió de la oficina, sé que lo que menos quería era escuchar esa conversación, dice que no quiere a nadie, pero aún ama a Donovan. Irónico.
—Lo siento, Cindy, mi vida está aquí en Bridgen y con
—Con ella —completó—. ¿La quieres? —él asintió—. No hay nada entonces que pueda hacer para cambiar eso.
Salí antes que ella de la oficina y fui a buscar a Chloe, no me sorprendió encontrarla con Johnny en la cabina, estaba llorando.
Algún día tendré que aprender a manejar las situaciones donde las chicas lloran. Obtuve su atención apenas entré.
—Como me digas que vienes a echarme en cara que —se quedó callada apenas la abracé, tardó unos segundos en rodearme con sus brazos y corresponder, no contuvo el llanto.
Johnny también se unió al abrazo, ella no decía nada, solo lloraba y lloraba y estaba bien, a veces lo único que necesitas es un abrazo, una palabra de aliento o escuchar un «te quiero» de corazón, creo que se soltó a llorar aún más cuando la abracé, sé que quizá sea la última persona a la que quiere tener cerca, que sea un idiota con todos por los efectos de las porquerías que me meto no cambia el hecho de que es de mis mejores amigas y es como una hermana para mí.
Hidden es eso, familia.
—Gracias, chicos —habló finalmente limpiándose las lágrimas mientras se apartaba de nosotros—. Creo que Adam está en su momento de bipolaridad.
—¿Ahora soy bipolar solo por abrazarte?
—Pues sí, últimamente actúas como un capullo y que me abraces es raro, pero me gusta el Adam bipolar que no está gritando a los cuatro vientos que odia su vida —sonreí de lado—. Oh, miren ahí está su sonrisa, no todo está perdido.
—Ya vas a empezar de pesada.
—¿Estás bien? —preguntó Johnny.
—Eso creo, solo no quería quedarme a escuchar la cursi y romántica conversación que tendrían donde ambos se juran amor eterno y prometen que arreglaran sus problemas y el muy idiota regresa a Canadá, tirando todo por la borda.
—¡Demonios! tienes que dejar de ver tantas películas —habló una voz grave, nos giramos y ahí estaba él recargado en el marco de la puerta—. No me interesa arreglar nada con ella, tampoco tengo intenciones de regresar a Canadá, sé de una chica que me extrañaría demasiado y no quisiera hacerle eso.
—Pues no sé quién te va a extrañar —respondió de inmediato—. Nadie te tolera.
Chloe se quedó inmóvil en cuanto vio que Donovan se acercaba a ella, tomó su mano y eso bastó para que el enojo en su rostro desapareciera
—Sé que el baterista de la banda está enamorado de la bajista, quiero quedarme porque prometí que estaría con esa chica.
—¿Y qué te hace pensar que esa chica aún quiere estar contigo?
—Qué sé que sus sentimientos por mí son reales.
Tuve que fingir que esas palabras no me dolieron.
—Y es porque lo sé, que estoy haciendo todo para que las cosas salgan bien con ella, solo necesito escucharlo, ya me lo dijiste una vez, ya te lo he dicho miles de veces, pero te da miedo decirlo ahora que estamos tan cerca de conseguir nuestro final feliz, dilo y te prometo que me quedaré.
—No sé de que
—Sabes bien a lo que me refiero.
Creo que Johnny estaba llorando porque de la nada ya tenía papel que pasaba por sus mejillas, miraba la escena como si fuera sacada de una película.
—Chloe, me iré solo si tú quieres que lo haga.
—No quiero que te vayas.
—¿Por qué?
—Porque te amo —Donovan se acercó a besarla
Fue imposible no sentirse conmovido ante tal escena, ella sin problema alguno correspondió al beso, pude notar incluso como se le veía más relajada, mi amigo sonrió al terminar el beso.
—También te amo.
—Genial, ahora consigan un cuarto.
—Pesado —me miró con una sonrisa en el rostro.
—Por mí no hay problema —se encogió de hombros—. Estar a solas contigo es todo lo que necesito en estos momentos.
—Pues qué pena porque tenemos un ensayo.
Intercambié miradas con los chicos, primero con teclitas, él asintió, después con poste, él asintió, pero por agradecimiento, nos habíamos entendido bien.
—¿Me he perdido algo?
—El ensayo puede esperar, querida —sin dificultad la cargó y ahora estaba colgando sobre su hombro.
—¿A dónde me llevas? ¡Bájame! Tenemos que ensayar.
—Iremos por unas hamburguesas.
—¡Los veo mañana, chicos! —alcanzó a gritarnos mientras Donovan la sacaba de la cabina.
Y se quejan de que yo soy el que pospone los ensayos, Johnny ni siquiera me dejó acercarme, no está molesto eso es obvio, pero creo que sea lo que sea que le haya dicho no debió ser nada bueno, he intentado acercarme para saber qué dije, qué hice o qué fue lo que sucedió para que esté evitándome de esa manera, entiendo ese lado orgulloso que tiene, soy igual que él, solo espero no haber metido la pata.
—Te noto tenso, teclitas ¿pasa algo?
—No —responde distraídamente—. Tengo que irme, veré si consigo respuestas sobre mi caso —lo detuve del brazo antes de que se marchara.
—¿Qué tienes?
—Te dije que estoy bien, Adam.
—Pues no te creo ni un carajo, creí que podíamos contar el uno con el otro, somos amigos.
—¿Amigos? —parecía incrédulo.
—¿Qué mosco te picó, Jonathan?
—Te veré mañana en el ensayo, no faltes.
—Sí, jefe —lo miré confundido mientras él también salía del estudio.
¿Tanto jodí nuestra amistad mientras estaba ebrio? No era momento para pensar en eso, como sabrán no es novedad que yo siempre tengo que estar metido en problemas.
No me imagino tu vida sin problemas
Ni yo, la verdad.
¿Es difícil?
¿Vivir con problemas? Pues sí, eso creo, no es muy lindo que digamos.
Lo siento.
Como les decía, estuve ocupando mi tiempo en diferentes cosas, entre ellas me puse en contacto con un detective privado, ajustando mis horarios y considerando que los chicos me habían abandonado tendría tiempo de verlo en un parque dentro de un par de minutos.
El lugar quedaba cerca del estudio así que fui a pie, en el camino varios chicos me reconocieron y se acercaron a que les diera un autógrafo, algunos paparazzis me seguían, tuve que perderlos en una tienda, compré unos lentes negros y salí con el gorro de la sudadera, tenía que llegar con el detective sin que la gente me reconociera de lo contrario la prensa se encargaría de armar toda una historia sobre esto y lo peor es que la mayor parte del tiempo no tienen pruebas de nada o no saben de lo que hablan, pero ya saben el dicho, una imagen dice más que mil palabras.
¿Seguro que es un dicho?
En ocasiones siento que esa voz ni siquiera es un pensamiento, siento como si no fuera mía, ¿me explico?
—Hola —hablé sentándome a lado del hombre.
Llevaba un abrigo café, gorro y lentes también, pasaba como cualquier otro visitante por aquí.
—Señor Stone —sacó un sobre—. Tengo lo que me pidió.
Tomé el sobre y comencé a ver las fotos que había dentro de él, el hombre iba describiendo foto por foto.
—La gente lo conoce como Key, es un detective de uno de los barrios al este de la ciudad, no es de fiar, al parecer si el caso le parece bueno se toma la molestia de cumplir con su trabajo, de lo contrario solo se encarga de quitarle el dinero a la gente, es peligroso y como podrá ver, un estafador.
Sentí una pequeña punzada en el abdomen, el muy idiota mandó a que me golpearan cuando intenté dar con el paradero de mi padre, me pidió dinero de más, dinero que no tenía y al no tener cómo pagar me mandó a golpear, dijo que mi dolor sería suficiente para él, maldito.
—Sí, me imagino que debe ser peligroso.
—No se sabe mucho, casi siempre está en uno de los bares de ahí, bar al que solo quienes tengan agallas entran, sus socios y trabajadores están ahí, así que asustarían a cualquiera que intenté lastimarlos, la policía puede ser o muy lista al no meterse con ellos o muy estúpida por no detenerlos.
—La ley no siempre llega a nuestro rescate.
—Lamentablemente.
Seguí revisando las fotos, no era la gran cosa, estaba cerrando tratos con personas en unas, bebiendo en otras, fumando en un callejón o golpeando a más personas, mantenía conversaciones con personas que no conocía, se le veía salir de diferentes casas y en otras amenazando a unos chicos, veo que no fui el único que le pagó con dolor.
—Tengo entendido que el bar en donde estaban está escondido, quizá no tiene alta seguridad, pero tampoco das con él a la primera.
—Así es Señor, se mantiene así para que la policía no lo encuentre y para que no haya gente que se meta en los asuntos de Key, en teoría quieren mantener el lugar en secreto.
—Supongo que lo encontraste.
—Sí, fue muy sencillo en realidad, la dirección viene el reverso de la última fotografía, mi trabajo es cumplir con sus órdenes, pero si me pregunta es un hombre peligroso, mató a más de seis personas solo porque no cumplieron con el pago estipulado.
—¿Y los cargos?
—Tiene comprado el silencio de las personas, si no es con dinero entonces son amenazas.
—Sí, él es así.
—Pareciera que entiende cómo funcionan sus servicios.
—Yo solicité sus servicios hace más de tres años —confesé—. Las heridas que sus hombres dejaron aún son notorias en mi cuerpo, de milagro sigo vivo.
—Y espero que así continúe, Señor.
—¿Investigaste al otro detective que te pedí?
—Sí —me entregó otras fotografías—. Aarón Brown, es muy amigo de la familia Leith, se dice que sus servicios son los mejores.
—¿Y tú qué crees?
—Es mi competencia, pero tengo que reconocer que hace muy bien su trabajo. Además de que no presta sus servicios a gente que no lo merece.
—¿A qué se refiere?
—Si personas como las que trabajan para Key requirieran sus servicios, él se negaría, no apoya a narcotraficantes, proxenetas, ni gente relacionada en ese medio.
—Principios éticos, creo que eso habla bien de él ¿así que sus servicios solo son cosas como infidelidades, sospechas de los padres sobre que sus hijos se drogan y esas cosas?
—Sí, algo así ¿de dónde lo conoce?
—Hace unos años mientras le contaba a mi mejor amigo la historia de porqué estaba tan golpeado, me dio la tarjeta del detective, dijo que si algún día necesitaba ayuda solo lo llamara y le dijera que venía de parte suya.
Permanecimos en silencio, temía preguntar por mi última investigación y bueno siendo detective, era claro que sabía de mi vida, pero finalmente fue él quien rompió el silencio en el que nos estábamos sumergiendo.
—Su última investigación, señor —me ofreció el sobre y aunque me vi tentado a aceptarlo lo rechacé.
El tiempo pasa y sigo sin estar preparado para esto, no quiero ni puedo afrontarlo.
—No quiero tener fotografías —fijé mi atención a los árboles que tenía de frente.
—Entiendo —volvió a guardar el sobre.
—Solo dime lo qué averiguaste.
—Se llama Juliette Graves —puse los ojos en blanco.
—Walker —completé—. Mide 1.70, nació en Hover, Bridgen el 4 de Abril de 2017, hija de Carlos Graves y Samantha Walker, es hija única, tiene cabello castaño y ojos marrones, un tatuaje de árbol cerca de su costilla derecha, no tiene vicios y está actualmente en Nueva Zelanda, no diga lo obvio detective, esa información la sé de memoria, lo que me interesa saber es por qué diablos está con ese director de cine.
—Bueno, por lo visto usted también se puso a investigar, el director de cine se llama Cory Collins, 29 años, sin antecedentes penales.
Al menos no se enamoró de un prófugo de la ley.
—¿Qué relación tiene con Juls? —aunque quisiera arrancarle el sobre tuve que contener el impulso y mirar hacia enfrente todo el tiempo.
—Eso es lo curioso, no mantienen relación alguna.
—¿Qué? —era evidente mi asombro.
—Tampoco puedo asegurar que no están juntos cuando están en la residencia de Nueva Zelanda, pero parece que se mantienen cercanos frente a las cámaras únicamente.
—Quiere decir que cuando no hay cámaras...
—El espectáculo desaparece, los he visto muy de cerca aun sin cámaras merodeando, salen a comer o cenar juntos con frecuencia, si viera las fotos entendería que ella se ve feliz, aunque eso no garantiza que sean una pareja, si quiere se las puedo
—No, así está bien, es todo lo que quería saber, recibió su paga esta mañana, si requiero nuevamente de sus servicios le informaré.
Me levanté listo para irme de ahí.
—Señor Stone.
—¿Sí?
—Revisé un par de cámaras de hace algunos meses, me dijo que su novia había estado actuando raro.
—Aja.
—Antes de besarse con ese director, un día antes habló con una persona, salió llorando del lugar y al día siguiente ocurrió lo del beso.
—¿Con qué persona habló? No, no es la pregunta que quiero hacer, ¿el beso fue real?
—Por lo que investigué sí, lo fue, después de eso ella se adelantó al departamento y el señor Collins la alcanzó para llevarse sus maletas, el resto
—El resto ya me lo sé, estuve ahí, yo lo viví.
—¿Aún quiere saber con quién habló? Le recuerdo que solo brindo la información que usted me pida que le proporcione.
Buena pregunta. ¿Quería saberlo? Así hubiera hablado con la primera dama de Hover, ella tomó su decisión, hizo su vida, y yo no formo ni formaré parte de ella.
—Se lo agradezco, pero no, no quiero saber con quién habló, seguramente alguien de la prensa para que el beso se hiciera viral y dañara la imagen de la banda, a estas alturas ya nada me sorprendería, gracias, detective, supongo que estaremos en contacto.
—Un placer, señor Stone.
Sin agregar nada más me fui de ahí directo a mi apartamento, por suerte aún tenía una botella completa de whisky que no tardé en acabarme; la imagen de aquel beso se repetía una y otra vez en mi cabeza, la forma en que me dejó y como ni siquiera titubeó al decirme que eso era en realidad lo que quería, sigo dudando si alguna vez ella me amó, creo que sus acciones son una clara respuesta de que no.
Donovan
—¿Y bien? ¿Te gustaron?
Creo que su plato vació es una clara respuesta.
—Por supuesto, no conocía este lugar, es increíble.
—Lo inauguraron hace un par de semanas, esperaba que las cosas se calmaran un poco para que pudiera traerte.
—Piensas en todo, ¿eh?
—Solo si se trata de ti —me sonrió—. Siento mucho haberte hecho pasar por todo esto, lo de Cindy, que seas parte de un escándalo, la prensa no deja de molestarte.
—Puedo lidiar con eso, desde el momento en que firmamos con la disquera y nos empezamos a hacer más famosos nuestra vida dejó de ser privada.
—No debería ser así.
—Tal vez no, pero es lo que hay.
—Gracias porque, aunque no estuvieras de humor, te quedaste conmigo sin importar lo que pasara.
—Verle la cara a Cindy no fue una experiencia agradable, hizo que me cabreara bastante desde el momento en que apareció.
—Pero ya no será parte de nuestras vidas.
—Menos mal, me resultaba molesto pensar que regresarías a Canadá.
—¿Y dejarte? Eso ni de chiste.
—Pues ambos parecíais bastante seguros de querer hacerlo.
—Sabía que el bebé no era mío.
—Os tomó un par de meses arreglar este asunto, creí que jamás se iría.
—Chloe, no hubiera renunciado a lo nuestro con tanta facilidad.
—Ya.
Terminó de beber su cerveza y salimos de aquel lugar, algunos fans se toparon con nosotros y nos pidieron autógrafos o que nos tomáramos una foto con ellos, nunca nos negábamos, es por ellos que hoy en día estamos aquí, claro y nuestro esfuerzo.
Creí que por fin tendríamos un momento a solas, pero vimos que Cindy salía del edificio a nuestro lado, con dificultad podía sacar su maleta mientras sostenía al bebé. Chloe me miró ladeando su cabeza en dirección a Cindy.
—No —aclaré.
—No la ayudamos a ella, sino al bebé, piensa en eso.
No me dejó opinar porque ya se encontraba caminando hacía la chica, tuve que seguirla.
—Dame al bebé, será más fácil que saques la maleta si no estás cargando con él —la miró con sorpresa y le entregó al bebé.
Eso fue fácil.
Ella terminó de sacar con mi ayuda el resto de las maletas que le hacían falta, después regresamos con Chloe.
—Veo que ya te vas —comenta y no disimula su alegría.
—Creo que no me necesitan aquí.
—Y no te equivocas —suspira mientras aún sostiene al niño—. ¿Vas al aeropuerto? —asiente—. No veo ningún taxi por aquí.
—El plan era esperar a que pasara uno.
—¿Con este clima? —enarco una ceja.
—¿Qué hay de malo?
Chloe se adelanta a responder por mí.
—Días como estos, donde está nublado y está a nada de llover, disminuye el transporte un poco, no dudo que puedas encontrar un taxi, pero tardará más de la cuenta, y creo que si no llegáis a tiempo al aeropuerto...
—Perderé mi vuelo.
—Nosotros te llevábamos —se ofrece.
—¿Qué? —la miro y me sonríe como si fuera un angelito.
—No puedo pedirte eso, Chloe.
—Oh, lo menos que quiero es que pierdas ese vuelo, créeme, soy la principal interesada en que te vayas.
—Ya veo.
—Pero tampoco quiero dejar a la deriva a una mujer con un bebé, no podría, Donovan manejará.
—Sí, amor.
La respuesta fue tan natural que Chloe solo me sonrió como si acabara de decir lo más genial del mundo y Cindy me miraba como si no se creyera lo que acababa de decir.
Para mi sorpresa, Chloe dejó que Cindy fuera a mi lado mientras que ella iba en la parte de atrás haciendo reír al bebé, la miré por el retrovisor y regresó a mí, la ilusión de formar una familia, tal vez era muy pronto para pensar en ello, ni siquiera le había pedido de manera formal que fuera mi novia, quiero decir ¿eso aún se hace?
Llegamos al aeropuerto, ayudamos a Cindy con sus maletas y esperamos unos minutos con ella a que se fuera, Chloe la pasaba en grade con el bebé.
—¿Cómo se llama? —me atreví a preguntar.
—Thomas.
—Es un lindo nombre.
—Le queda bien —concuerda Chloe
Pasajeros del vuelo 104 con destino a Canadá favor de abordar.
Se escuchó en todo el lugar, Chloe hizo un puchero al notar que tenía que devolver al bebé.
—Todo tuyo —le dijo mientras sonreía.
—Gracias por haberme traído.
—No fue nada.
—Chloe ¿puedo pedirte un favor?
—Sí, dime.
—Cuida bien de Donovan, no lo lastimes, no como yo lo hice, por favor.
—Ni siquiera tienes que pedirlo.
Entrelaza nuestros dedos, siento un hormigueo por todo el cuerpo.
—Donovan —tiene mi atención—. Mereces toda la felicidad de este mundo, sin importar lo que pase, busca tu final feliz.
—Eso hago —acerco más a Chloe.
—Me alegro.
Toma sus cosas y empieza a alejarse de nosotros, antes de entregar su boleto nos mira de nuevo y sonríe de lado, la perdemos de vista por el amplío pasillo.
—Hay algo que quiero decirte, proponerte más bien.
—Dime —se gira para mirarme.
Ya no sé qué me encanta más, su personalidad, su sonrisa, sus ojos, la manera en que me hace sentir o la forma en la que mira, amo todo de ella.
—Puede que no exista el momento perfecto.
—El momento perfecto para —no termina la frase cuando yo ya la estoy besando.
Sus manos rodean mi cuello y después una se hunde en mi cabello, cuando termino el beso nuestros pechos suben y bajan, recargo mi frente sobre la suya.
—Donovan, qué estás
—Sé mi novia.
—¿Qué?
—Tienes razón, eso sonó como una orden —tomé aire—. Chloe Moreno, ¿me harías el honor de ser mi novia?
—¿Me estás pidiendo que sea tu novia en un aeropuerto? —comenta sonriendo.
—Te dije que no existía el momento perfecto, entonces ¿qué dices?
—Habrá más chismes.
—Sí.
—La prensa querrá saber de la relación.
—Sí.
—Puede que vengan más problemas.
—Los enfrentaremos juntos.
—Tendrás que conocer a mi papá.
—Primero dime si quieres ser mi novia, de esa forma podré morir en paz cuando lo conozca.
—Sí —sonríe y me besa—. Por supuesto que quiero, aunque no cualquiera tolera mi energía.
—Y no cualquiera tolera el desastre que soy, creo que nos complementaremos bien —no me creo que esto en verdad esté pasando—. Te amo.
—Y yo te amo a ti —suspira tranquila—. ¿Vamos a casa?
Y con eso sé que se refiere a mi apartamento.
—Sí, vamos a casa.
Adam
En momentos como estos agradezco tanto que Jonathan esté en su apartamento, por suerte se llegó a un acuerdo con su padre, lástima que ahora las visitas con su madre sean mucho más limitadas que antes ya que estará siendo vigilada casi todo el tiempo, me parece admirable que la Señora Miller haya sacrificado el ver a su hijo solo para que él pudiera cumplir su sueño sin interferencia del idiota de su padre.
Muchas veces los padres hacen sacrificios solo porque esperan que podamos ser felices y no lo tomamos en cuenta, me pregunto si mi madre habrá hecho alguno del cual yo no me haya enterado.
Las horas pasaban, el efecto del alcohol ya estaba llegando, me sentí mareado y de manera inconsciente toqué mi abdomen recordando aquella golpiza que me dieron y como por más que intenté ocultárselo a mi mejor amigo él terminó descubriéndolo.
—Recuérdame qué día es hoy, Adam.
—Viernes.
—Mes
—Noviembre.
Se acercó a mí y golpeó ligeramente mi abdomen, al instante en qué lo hizo me quejé, me llevó a los vestidores de chicos, a esa hora no se encontraban los jugadores de lacrosse, en cuanto llegamos me pidió que levantara mi playera, él ya lo sabía, yo estaba golpeado por completo con moretones en todas partes y con la luz de aquel lugar solo era más visible el brillo en mi cara, había usado maquillaje para ocultar los golpes.
—¿Quién te hizo esto? Ni siquiera te trataste bien las heridas ¡¿Con qué diablos te apuñalaron?! —preguntó molesto y me senté, estaba agotado.
—Se llama Key, bueno así lo llaman, es su nombre oficial para los negocios.
—¿Qué clase de negocios?
—Investigación, es una especie de detective, el mejor de uno de los barrios del este —suspiré—. Ya lo sabes, ¿no? Por eso preguntaste el mes, de inmediato relacionaste esto con mi padre y no te equivocaste. Me duele —hablé con la voz quebrada—. Me duele que se haya ido, constantemente me pregunto ¿qué hice mal? ¿Por qué su amor por mí no fue suficiente para quedarse? Le pagué a Key para que investigara donde estaba, dijo que tenía pistas y cuando le pedí que me las diera me exigió más dinero, el doble de lo acordado ya que decía que esas pistas eran sumamente valiosas, le dije que no contaba con esa cantidad, mando a que me golpearan, dijo que ese sería el pago que aceptaría: mi dolor, y como no pude pagar el resto, creyó que una golpiza sería la solución.
—¿Por qué no me dijiste?
—¿Decirte qué, Landon? —me enfadé—. ¿Qué estoy tan desesperado por encontrar respuestas del hombre que me desechó como basura? ¿O qué estoy tan jodido como para pagar a un buen detective?
—Pudiste haberme
—¡No! —interrumpí en un grito—. No te iba a pedir dinero, no necesito caridad, ni mucho menos ayuda, me metí en este problema solo y así saldré de él, además, aprecio nuestra amistad por lo que hemos compartido juntos no por tu dinero y ya bastante han hecho tú y tu familia por mí por años.
—Que me hubieras pedido dinero no hubiera representado ningún problema, eres mi hermano, te hubiera ayudado sin importar el costo y además tratándose de algo como esto mi familia no se hubiera molestado.
—Sé que no tienes problema alguno con el dinero, tu familia se baña en dinero, pero quería sentir que si lograba algo era por mi cuenta y no por el apoyo que recibí.
—Puedo recomendarte a alguien si quieres.
—Gracias, pero no gracias, decidí que ya no quiero buscar más, se acabó, murió para mí —ambos nos levantamos y me abrazó
—Por qué a donde tú vayas yo iré y sin importar cuan jodido esté el camino te apoyaré, en lo bueno y en lo malo, pero juntos —me aparté de él.
—Lo prometimos en nuestro último año de primaria, no puedo creer que lo recuerdes.
—Fue una promesa ¿no es así? Adam estoy contigo, te metiste en esto solo pero no tienes que enfrentar el camino de la misma manera.
—Gracias, hermano.
Alejé aquel recuerdo y saqué de mi chaqueta la fotografía de Key, la dirección estaba ahí, esta vez me las pagaría, esta iba por mí y por todas las personas a las que les ha dado esperanza en vano.
Encontré un poco de dinero, al salir me subí al primer taxi que encontré, le indiqué la dirección, el muy miedoso dijo que solo podía dejarme en la entrada ya que ese tipo de lugares solían ser peligrosos, de mala gana acepté y en cuanto llegamos y bajé del taxi entendí por qué tenía miedo.
Para empezar, era de noche lo cual volvía un poco más tenebroso el lugar, comencé a caminar hasta dar con el dichoso callejón, los alrededores estaban vacíos, seguramente si mataban a alguien aquí nadie escucharía los gritos, el nombre del bar se iluminaba con luces neón como si fuera un lugar como cualquier otro, como si no sucedieran cosas ilegales ahí dentro, opté por no entrar al bar y fui a la parte trasera, con dificultad podía sostenerme en pie, estúpido whisky.
Vi a un hombre gordo que reía con algunas personas mientras fumaba: Key.
—¡Oye, Key! —grité mientras me acercaba, claro que él no vio venir lo que pasó después—. ¡Eres un maldito desgraciado! —le solté un puñetazo que lo dejó en el suelo.
Hubiera cantado victoria, pero los hombres que estaban con él se me vinieron encima, dos de ellos me sostuvieron por detrás mientras el otro me golpeaba con fuerza, podía sentir el aire helado de la noche en mi rostro, y la sangre escurrir de mi labio.
—¿Quién carajos eres tú? —Key se levantó y se puso frente a mí acomodándose su ropa.
—Adam, seguro me recuerdas, no sería la primera vez que me golpeas.
—Oh, Stone —sostuvo mi mentón—. No me olvido de las escorias como tú que ruegan por mi ayuda, además ahora eres famoso, ¿qué dirá la prensa de que entres a un barrio de mala muerte como este? Seguramente eso dañará tu imagen.
—¿Perdón qué dijiste? Me perdí desde que mencionaste mi apellido, no le presto atención a la mierda en mi vida.
—El chico tiene agallas. ¿Para qué has venido? ¿Extrañas de nuevo a tu papi?
—Eres un hijo de —me soltó otro puñetazo que me calló de inmediato.
No sé de qué esté hecho su anillo, pero tenía picos, después de golpearme sentí como la sangre se escurría desde mi ceja hasta mi mentón, por si no fuera poco me golpeó en las piernas hasta que caí.
—Stone te tuve piedad una vez, ningún cliente había llegado con la desesperación con la que tú llegaste a mí, supongo que realmente querías encontrar a tu padre, pero no soy un hombre de segundas oportunidades, así que esta vez yo tendré el honor de ser quién termine contigo.
Estando aun tirado en el suelo me pateó.
—Bueno, un poco de ayuda no estará mal ¡Chicos! —les hizo una seña para que se acercaran—. ¿Últimas palabras?
—Jódete, Key —hablé con la respiración entrecortada.
—Interesantes palabras, yo que tú hubiera escogido algo mejor, acábenlo muchachos.
Observé como entraba al bar mientras que los otros chicos me golpeaban con fuerza, me sujetaban del cuello, me golpeaban una y otra vez, mi cabeza impactó con el suelo en más de una ocasión, las cosas se salieron de control cuando uno me apuñaló con una cosa filosa, nuevamente en mi abdomen, di batalla, pero eran al menos más de tres contra mí, podía sentir en mi boca el sabor metálico de mi sangre, ya no tenía fuerza para defenderme, sentí que en cualquier momento alguno de ellos daría el golpe que terminaría con mi vida, para mi sorpresa nuevamente Key salió.
—¿Aun no se muere el desgraciado? —era notoria la sorpresa en su voz—. Déjenlo —se acercó a mí y me miró, probablemente no lucía tan atractivo como antes—. Las reglas son simples, Stone, si das buena batalla y sobrevives a la paliza de estos tipos, entonces eres digno de seguir con vida —tosí un poco y escupí sangre—. Hubiera sido un desperdicio matarte, la verdad es que me gusta la música de Hidden.
—Vete al diablo.
—Deja de esforzarte en maldecirme —levantó mi camisa—. Oh, esa herida no luce muy bien, si no es atendida morirás desangrado, lastima, la banda se buscará otro vocalista.
—Y guitarrista, idiota.
—Admiro ese optimismo, ni en tus últimos momentos de vida dejas de hacer comentarios estúpidos, siento mucho que nadie haya venido a tu rescate, Adam —golpeó ligeramente mi mejilla—. Pero esta es la vida real, nadie vendrá a tu ayuda cuando más lo necesitas, debes aprender eso. Fue un placer conocerte, vámonos, muchachos.
Me quedé ahí, no sé de donde conseguí las fuerzas para moverme, pero logré alcanzar mi teléfono, mis opciones en estos momentos eran muy limitadas, marqué al único chico que quizá me ayudaría, eso si respondía.
—¿Qué quieres?
—Ayu-ayúdame
—¿Adam? ¿De nuevo estás ebrio?
Le envíe en un mensaje mi dirección esperando que viniera.
—¿Adam?
—Te quiero, Johnny.
En cuanto cerré los ojos, sentí que no volvería a abrirlos jamás.
* * *
—¿Adam? —su voz se escuchaba lejana—. Adam, tranquilo ya estás bien, por favor, amigo di algo.
—Creo que quiero vomitar
—Gracias a Dios estás bien.
Me costó un poco de trabajo acoplarme a la luz, estaba en una camilla y conectado a varias máquinas, no sabía con exactitud en qué hospital estaba, pero al menos ya había recibido ayuda, intenté incorporarme, pero él me detuvo.
—No, no, el doctor dice que nada de esfuerzo.
—De cualquier forma, creo que ni siquiera puedo moverme.
—Adam, lo siento tanto, si tan solo no hubiera actuado como un niño habría estado contigo y
—Oye, no te culpes, yo fui el que bebió de más y el que se fue a meter a ese callejón.
—Sé que has estado investigando a Key, pero jamás creí que fueras capaz de ir y enfrentarlo. Adam, el doctor no se explica cómo es que sobreviviste a la golpiza y cómo es que no moriste desangrado.
—Supongo que alguien quiere joderme un poco más la vida —sonrió de lado—. Gracias por responder, por ayudarme, no tenías por qué hacer esto.
—Somos amigos.
—Eres mi hermano, Johnny –corregí.
—Sé que no soy Landon, pero
—Espera, espera —lo detuve—. ¿Por eso has estado tan distante? ¿Eso fue lo que te dije? ¿Qué no eras Landon? —asintió con la cabeza agachada—. Johnny, lo siento tanto, te juro que no era mi intención decirte eso, es solo que —intentaba encontrar las palabras adecuadas.
—Sé que fue tu mejor amigo, que la forma en que lo perdiste sigue doliendo, no te culpo por eso, yo no sabría cómo lidiar si algo así te pasara, porque si somos sinceros tú y yo somos más cercanos, Hidden es nuestra familia, sí, pero toda esta locura empezó con nosotros dos ¿no?
—Sí, tienes razón, lo siento, a veces soy un idiota.
—¿A veces?
—Algo debe estar mal en mí, siempre pierdo a las personas que me importan y si no las pierdo las alejo, lo hice con Donovan, con Chloe, con Trevor, contigo, perdí a Landon, a mi padre, perdí a... a Juls
—Bueno, Landon ya no está, pero estar cerca de su familia, tal vez haga que te sientas más cerca él.
—¿A qué te refieres?
—Hola —tocaron a la puerta que estaba abierta—. Alguien me dijo que tu herida ya fue tratada.
—¡Paul!
El padrastro de Landon, hace tanto que no lo veía.
—Los dejo para que charlen.
Johnny salió del consultorio y me dejó con Paul.
—Te abrazaría, pero como podrás ver, no estoy ni en condiciones de moverme.
—Descuida, fui yo quien trató la herida, necesitas reposar —guardó silencio por breves segundos—. Temo preguntar, pero necesito hacerlo, ¿qué pasó? Esas no son heridas accidentales ni las provoca una pelea cualquiera, quienes te golpearon lo estaban haciendo con toda la intención de matarte.
—Es una larga historia, la versión resumida es que bebí de más y me hice el valiente, fui a buscar a una persona, lo golpeé y sus amigos se encargaron de dejarme en este estado.
—Adam, también tuve que hacer otros estudios.
—Sí...
—Detectamos en tu organismo altos niveles de cocaína.
Estaba acostumbrado a decepcionar a las personas, pero me pesaba fallarle a esta familia.
—Lo siento —fue lo único que pude decir.
—Queremos ayudarte.
—¿Queremos?
—¡Adam! —gritó una chica que se acercó corriendo a abrazarme.
La voz le había cambiado un poco.
—¡Emma! —traté de contener el dolor y correspondí a su abrazo—. Mírate, estás enorme, hace tiempo que no te veía, ¿cómo has estado?
—De maravilla, he tenido muchas cosas que hacer, estoy tomando un curso de diseño y todo eso y asisto a la escuela, ya casi saldré de la primaria, tengo once años, pero soy bastante madura para mi edad
—Cariño, no empieces a agobiar al pobre Adam —su madre se acercó a mí.
—Meredith.
—Adam, tan apuesto como siempre —reí un poco.
—Sí, seguro las cicatrices volverán locas a las chicas.
Johnny no mentía, estar con ellos se sentía como si estuviera con Landon, su familia también era la mía, su madre me veía como un hijo más y Paul no tuvo problema al integrarme a la familia, ni qué decir de la pequeña Emma, odiaba a los niños, pero a ella siempre le tuve cariño, estar con ellos me puso un poco sentimental y no había fuerza ni para contener las lágrimas.
—¿Qué pasa, Adam, por qué lloras?
—Ay, banshee —ella también se puso sentimental.
Banshee, así la llamaba su hermano y aunque en un principio el apodo le molestaba se acostumbró tanto a que su hermano la llamara de esa forma que cada vez que él le hablaba por su nombre, ella creía que estaba enojado.
—Lamento tanto no haberlos visitado tan seguido, lamento haberme alejado, yo me puse peor justo cuando ustedes empezaban a salir adelante, no creí que fuera justo que tuvieran que cargar conmigo, y me alejé, me alejé porque no sabía cómo sobrellevar su muerte, intenté no pensar en lo que ocurrió, pero me fue imposible no hacerlo, solo retrasé un poco el dolor que su partida había causado, lamento haberme alejado de ustedes, después de todo, son mi familia.
Los tres se acercaron para abrazarme y tampoco contuvieron sus lágrimas, estuvieron diciéndome que no tenía que preocuparme ni disculparme por nada, que entendían a la perfección cómo me sentía.
—Debes entender, Adam, que cada persona lidia de una manera diferente con el dolor, no todos lo afrontan igual y también nos dolió a nosotros que te alejaras, intentamos buscarte, pero ya no estabas en la misma casa.
—Todo lo que queremos es ayudarte, Adam, como dice mi esposa, cada persona actúa diferente ante el dolor, déjanos ayudarte.
—¿Cómo?
—Tenemos estos folletos —me los entrega Emma—. Son de sitios que te pueden ayudar y si no quieres asistir y relacionarte con desconocidos podemos recomendarte un especialista que se encargue de tu caso de manera personal.
—Emma, tú...
—Sí —añadió antes de que terminara mi oración—. Soy niña, no tonta, ya se los había dicho, sé que es lo que te pasa, y aunque no he pasado por eso comprendo que dejar cosas como las drogas es difícil y no es algo que se solucione de un día para otro —me miró fijamente—. Descuida, esto no cambia mi perspectiva de ti, sigues siendo como mi hermano mayor —apretó mi mano—. Y como somos familia queremos asegurarnos de que estés bien.
—Quién lo diría, la pequeña banshee resultó ser más responsable que yo.
—Adam —Meredith obtuvo mi atención—. Cualquiera es más responsable que tú —bromeó
—Bueno, yo vi en la entrevista que le hicieron a Chloe que el más responsable de la banda era Adam —comentó Emma.
—¿Escuchan a Hidden?
—Por supuesto —añadió Paul—. Somos fans de tu música.
—No tenía idea.
Estuvimos manteniéndonos al tanto de lo que habíamos hecho en nuestras vidas, pasaría la noche en el hospital porque querían tenerme en observación así que después de comer un poco, ellos se quedaron conmigo, diciéndome cómo iba Emma en la escuela, qué había pasado con el consultorio de Meredith, como Paul lidiaba día a día con los pacientes, saber que estaban bien me motivaba, porque si ellos que eran sus padres y su hermana pudieron salir adelante entonces yo también podía, aunque compartí más tiempo con él y se mostró de manera autentica conmigo, siempre supe que Landon y yo seríamos hermanos de por vida.
—Te veré después, Adam espero que vengas a la casa.
—Claro, Emma, los veré luego.
—Bueno, campeón, es hora de descansar, si necesitas algo a lado de la camilla hay un botón.
—Muchas gracias, Paul.
—No hay de que, te veremos mañana, Jonathan dijo que se encargaría de llevarte de vuelta al apartamento.
—Cariño, ¿me dejas hablar con Adam a solas? No tardaré.
—Por supuesto, cielo, te veré en recepción —ella asintió y Paul se marchó.
—¿Qué ocurre?
—Adam, gracias a internet conozco varias cosas de tu vida.
—Sí, muchos saben sobre mí.
—Me enteré de lo que pasó con Juliette.
—Oh, eso fue hace diez meses, ya está superado.
Tan superado que tengo presente cuanto tiempo ha pasado desde que se fue.
—No, sé que no es así, me preocupa que por ella hayas empezado a actuar así, Adam, siempre has sabido conquistar a las chicas, no entiendo por qué tanto dolor con esa en particular.
—Porque me enamoré de ella, y si viste las noticias sabrá que me engañó y ya que me conoces tan bien, sabes que lo último que esperaba de su parte es que me engañara, nadie merece darle todo su amor a una persona y recibir migajas a cambio, si no me amaba debió decirlo y no marcharse cuando recién empezamos a tener algo estable.
—Lo lamento tanto, pero si puedo decirte algo es que yo la conocí, es una dulce chica, sus motivos debió tener para dejarte de esa manera y no la justifico, pero ¿no crees que es extraño que se haya marchado y te haya dejado de querer de la noche a la mañana?
—Trato de no pensar tanto en eso.
—Recuerda que, si necesitas hablar con alguien sobre esto, aquí me tienes.
—Gracias.
Se fue y al cerrar la puerta todo lo que pude pensar es que Meredith tenía razón, podría jurar que lo que sintió por mí fue real, pero si era tan real entonces ¿por qué se marchó?
Este momento con Key es todo lo que se necesitaba para desquitarse, un golpe bastaba, casi muere, pero valió la pena para él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro