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14 | Lluvia

—Eso es trampa —comentó soltando el control—. Siempre usas la misma técnica de hacerte invisible y por eso ganas.

—Landon, no es mi problema que seas un mal perdedor.

—Jódete, Adam.

—Creo que me has dicho más veces «Jódete» que «Te quiero».

—Digamos que mis Jódete son como un te quiero.

—Siempre has tenido una rara forma de expresar tu cariño.

Dejé el control de lado y le di un trago a mi cerveza, me sentía tranquilo, era como volver a los viejos tiempos.

—Soy raro, ya lo sabes, aunque veo que tú no tienes problema para demostrarle a Jules cuanto la quieres, no puedo creer que alguien como ella se haya fijado en ti.

—Créeme yo tampoco sé cómo es que eso fue posible, pero aquí estamos, esforzándonos porque todo salga bien.

—¿La quieres? —preguntó interesado.

—La amo.

—¡Hasta que por fin superaste tu obsesión con Charlotte! —exclamó alegre—. Siempre la odié, pero me alegra que estés con alguien como Juliette, solo no lo arruines.

No pretendo hacerlo, ella me ha cambiado para mejor.

—¿Qué hay de la banda? Reviví y volví a morir al enterarme de que se llamaban Hidden —sonreí.

—Contaba con que algo así pasara, la verdad es que todo va bien, uno que otro problema, pero nos las ingeniamos para seguir siendo unidos.

—Me alegra, sobre el detective que te recomendé hace unos años...

—No. —Interrumpí—. Te dije que mi padre había muerto para mí.

Se quedó callado unos segundos mientras observaba la foto que estaba al lado de mi guitarra, estábamos juntos.

—¿Y Hailey?

—¿Qué nunca prestas atención cuando voy a la tumba a contarte de mi vida? —llevo una mano a mi pecho—. Te vuelvo a visitar.

—Sí presto atención —se defiende—. Siempre llevas unas horribles flores moradas, sabes que las odio.

Irónico considerando que su color favorito es el morado.

—Pero son las favoritas de tu novia —asiente sonriendo de lado—. Ella está bien, dice que está preparando algo grande, se ha esforzado por cumplir el sueño de ambos como le pediste, te extraña, demasiado.

En realidad, todos lo extrañábamos.

—Y yo a ella, más de lo que crees, siempre tenía una fotografía suya en casa, ¿sabes por qué? Verla me hacía querer ser una mejor persona, y la foto me ayudaba para no recaer en drogas, Hailey siempre fue mi mayor impulso para mejorar.

—No tenía idea —permanecimos nuevamente en silencio, no era incómodo, nunca lo había sido entre nosotros—. No está con nadie.

—No pregunté.

—Pero sé que quieres hacerlo, no ha habido nadie desde que te fuiste.

—Espero que eso cambie.

—¿Eh? —fruncí el ceño.

¿Landon Leith queriendo que su chica encuentre a alguien más? No me lo creo.

—No quiero que pase el resto de su vida esperando algo que no sucederá. Adam, no volveré y no quiero que esté sola, quiero que encuentre a alguien que pueda amarla como ella merece, claro que no la amarán ni la mitad de lo que yo lo hice, pero quiero que tenga una vida, que sea feliz, que me recuerde, sí, pero que sea solo una anécdota que saqué a relucir su hermosa sonrisa, no quiero ser un recuerdo lleno de dolor.

—No lo serás, ha salido adelante, lo hizo por ti y porque tu recuerdo día a día la motivaba.

—Sí, esa es mi chica —miró su reloj—. Lo lamento.

Ahora se veía nervioso.

—¿Por qué?

—Siempre tuve miedo de que algún día tuvieras un ataque y no estuviera para ayudarte, por si no lo recuerdas pedazo de idiota, yo he estado en cada ataque de tu vida y ahora... no pude hacerlo, por suerte Jonathan y Jules estuvieron ahí, son personas buenas, cuídalas bien, tengo que irme.

—¿A dónde?

—No tengo que recordarte que estoy muerto.

Sus palabras fueron como una puñalada al pecho, tuve que volver a la realidad.

—Sí..., hace tiempo que no soñaba contigo.

—Empezaba a sospechar que te estabas olvidando de mí —bromeó.

—Ja, sí, como si eso fuera posible.

—Adam —lo miré—. Algún día mi recuerdo te dejará de doler, te lo prometo, ahora ve a darlo todo en ese concierto y llévame mis malditas flores moradas, cuídate, hermano, no olvides que te quiero.

—¿Y mi beso de despedida? —soltó una carcajada.

—Jódete, Adam.

Abrí los ojos de golpe, vaya sueño. Me giré para abrazar a la persona a mi lado, pero me llevé una sorpresa al no encontrarla, seguro tuvo cosas que hacer o está en la sala terminando de arreglarse, igual y se asustó por lo que vio ayer y prefirió dormir en el sillón al último momento, no la hubiera culpado; sin mucho ánimo me levanté de la cama, fui al baño a darme una ducha.

Por alguna extraña razón ese sueño lejos de alterarme y ponerme más sentimental que nunca, me había calmado, pese a que todo fue producto de mi imaginación no pude evitar sentirme alegre al saber que pude hablar con él de nuevo, escuchando los mismos comentarios que hacía conmigo, su risa y la manera en la que me jodía, me aferré a sus palabras, algún día su recuerdo dejaría de doler, esperaba que tuviera razón porque no me imagino lidiando con este dolor de por vida.

Salí de la habitación y el desayuno estaba listo, en la mesa de la sala estaban unas flores moradas, las que él tanto odiaba.

—¿Buenos días? —sonó más bien como una pregunta, estaba confundido.

—Buenos días —Juls dejó mi plato sobre la mesa y me dio un beso en la mejilla.

Jonathan estaba sentado terminando de prepararse su café, empezamos a desayunar como si fuera un día cualquiera, en algún punto tuve que romper el silencio.

—¿Qué es todo esto?

—Entendemos que hoy no es un día del todo bueno para ti, yo en especial —alega mi amigo—. Aunque es la primera vez que te veo tan —intentaba encontrar las palabras y mi novia completó.

—Tranquilo. Honestamente yo también imaginé que no tendrías mucho ánimo para hacer algo, leí en un artículo de internet que después de un ataque de pánico entre menos atención le des a lo que sea que lo haya detonado, las cosas se vuelven más sencillas, asumo que hay más cosas que necesitas, pero creo que un momento de tranquilidad es bueno por ahora.

—¿Y te creíste lo del artículo?

—Solo quiero lo mejor para ti.

Me sorprendió que siendo hija de un doctor no se diera cuenta de que eso era falso, lo primero que dejan en claro los médicos es que «No hagas suposiciones de lo que la persona afectada necesita» Lo sabía bien porque el padrastro de mi mejor amigo es doctor.

—Agradezco que traten de darme un día normal, a mí también me sorprende no estarle gritando a medio mundo o teniendo un carácter de los mil demonios, esto es nuevo.

—¿Seguro que estás bien? —preguntó Johnny.

—Sí. —Tomé la mano de Juls—. Me siento mejor con ustedes aquí.

—Adam, me harás llorar.

—Oh, cállate, Johnny.

En ese momento tocaron a mi puerta.

—¿Esperas a alguien?

—¿Celos, Juls?

—Quisieras.

Me levanté de la mesa para abrir. Ambos chicos estaban interesados en quien fuera que estuviera detrás de la puerta.

—Buenos días, entrega para Adam Stone —leyó en su teléfono.

—Soy yo —me entregó un sobre

—¿Podría firmar? —acepté la pluma que me estaba dando y firmé.

—Y... bueno, ¿cree que podría regalarme un autógrafo? —me mostró un poster de nuestra banda, sonreí.

—Por supuesto, para mi amigo —esperaba su respuesta.

—Charlie.

—Claro, para Charlie —terminé de firmar—. Gracias, Charlie, buen día.

—Igualmente —sonrió sin despegar su mirada del autógrafo.

Regresé a la mesa con los chicos.

—¿Entrega especial?

Es claro que teclitas sabe lo que me trajeron.

—No sabía que habías pedido algo, ¿qué es?

—Un regalo, Juls.

—¿Regalo?

—Deberías verlo por ti misma —le di el sobre y ella lo tomó.

Lo abrió con cuidado y no tenía idea de qué podía ser, sacó los boletos y leyó en voz alta: Evento inédito de la OFFC, lo esperamos en la sala de conciertos principal de Forest Coast.

—Adam —habló en un hilo de voz.

—¿Te gusta?

—Me encanta —se levantó de inmediato y me abrazó—. Sabes cuánto he querido ver a la OFFC, pero —examinó de nuevo los boletos—, los asientos, Adam, escogiste los mejores, eso debió costarte demasiado.

—¿Acaso importa?

—A mí me importa, sabes que no me gusta que andes por ahí despilfarrando el dinero.

—Primero que nada, es la OFFC, pagar por verlos jamás será barato.

—A menos que den sus conciertos en beneficio a alguna asociación.

—Teclitas tiene razón, y segundo, comprar algo para ti jamás será despilfarrar mi dinero —sostuve su mejilla—. Será dentro de unos meses, si te hace sentir mejor, los compré a precio de preventa, iremos y la pasaremos en grande, ¿vale?

—De acuerdo.

—Adoro los finales felices —comentó mi amigo.

—Oigan, ¿por qué hay flores en la sala?

Los chicos intercambiaron miradas, Juls empezó a morderse el labio, supuse que la idea había sido suya y al momento en que habló lo confirmó.

—Fue mi idea, siempre vi que visitabas la tumba de Landon y llevabas esas flores, supuse que querrías ir o al menos dejarlas con él.

—Vamos tarde al ensayo y además hoy tenemos un concierto.

—Podemos hacer una pequeña parada, no creo que a los chicos les moleste, Juliette se ofreció para llevarte al estudio, yo tengo que hacer unas compras para el concierto, pero confío en que te estoy dejando en buenas manos.

—Muy buenas en realidad —aseguré.

—Bien, los veré en un rato entonces.

El chico salió y minutos después Juls y yo hicimos lo mismo; muchas veces no teníamos que decir mucho para entender que nos estábamos apoyando, el simple hecho de que estuviera conduciendo de camino a que yo fuera a dejarle las estúpidas flores a Landon ya era demasiado, algo que jamás creí que tendría: una persona que me apoyara incondicionalmente.

Y es que así era ella, estaba para mí cuando la necesitaba, me aceptó tal y como era, me apoyaba sin importar qué, me retaba, me regañaba, me amaba, me molestaba, incluso llegó a celarme, pero siempre estuvo ahí, sin importar cuantas veces la alejé o cuan idiota fui, permaneció a mi lado.

El camino del apartamento al cementerio no era tan largo, me gustaba en ocasiones ir a pie solo para despejarme un poco.

—Llegamos —indicó.

—Sí, eso parece —suspiré con pesadez.

—Tomate tu tiempo, el que necesites en serio.

—Un año más.

—Y sigues recordándolo.

—Atormentándome con su recuerdo más bien.

—Amor —puso su mano en mi rodilla—. Su recuerdo dejará de doler, solo necesitas un poco de tiempo.

—Tres años no han sido suficiente, ¿eh?

—Aprende a recordar solo los mejores momentos y deja de centrarte en lo malo, su muerte nos dolió... a unos más que otros, pero jamás vas a avanzar si sigues culpándote por lo que pasó.

—Supongo que tienes razón, es sencillo cuando creo que puedo lograrlo, cuando llega el momento de en verdad pensar solo en lo bueno todo se complica, lo extraño mucho.

—Lo sé, pero apuesto a que él querría que siguieras adelante.

—Lo dejó muy claro en la carta.

—Ve —apretó un poco mi rodilla—. No hay prisa, estaré aquí esperándote.

Ella entendía que era un momento privado. Bajé del auto y caminé hacía su tumba, sentí escalofrío al estar ahí, estaba lloviznando, como si el clima también lamentara la pérdida.

Landon Leith Jones

05 de Mayo de 2017 — 21 de Junio de 2035

Sarcástico, soñador, terco y auténtico

Se leía en la tumba, yo en su lugar hubiera sustituido el soñador por «amargado con la vida» en realidad sí tuve que ver, la idea de describirlo en cuatro palabras había sido de su madre quién me cedió el honor, al principio creí que se molestaría por la manera en que lo describí, quizá ella esperaba algo más profundo, me sorprendí gratamente cuando ella empezó a reírse diciendo que Landon amaría esa descripción y así quedó.

—Bueno, aquí estoy de nuevo, trayendo las horribles flores moradas que me pediste —me hinqué y las dejé frente a la tumba—. Podrá sonar descabellado, pero quiero pensar que no te soñé y que todo fue real, ¿recuerdas esa vieja película que te encantaba que se llama el cadáver de la novia? Bueno, pues qué tal que lograste colarte al mundo de los vivos y realmente tuvimos esa conversación —solté una carcajada—. Ay, Dios, ya empiezo a delirar, si Christopher me escuchara seguramente ordenaría que me encierren en un manicomio o algo por el estilo.

» Tu psiquiatra me caía bien, no entiendo por qué ustedes los pacientes se aferran a llamarlo psicólogo, quiero decir, estudió ambas carreras, pero bueno —le resté importancia—. No estamos aquí para hablar de eso, solo quise dejarte las flores, vendré dentro de poco a cambiarlas y quiero decirte que tendremos un concierto el día de hoy, será al sur de la ciudad, estamos emocionados, te daré detalles después tengo que volver al auto, Juls me está esperando y aunque me dijo que me tomara mi tiempo creo que ya hablamos mucho hoy, vendré pronto te lo prometo.

Me levanté y regresé al auto con Juls.

—¿Todo bien?

—Sí, todo bien.

Me llevó hasta el estudio, acordamos que después del concierto podríamos ir a cenar a alguna parte y la idea le fascinó. El resto de la banda llegó al mismo tiempo que nosotros, a todos se les veía animados, los conciertos siempre nos ponían de mejor humor, con los nervios al mil, pero de buen humor.

Entramos a la cabina, Juls se quedó fuera esperando a Trevor quién ya estaba retrasado, se supone que grabaríamos una canción, pero el chico no aparecía.

—¿Cómo estás? —Chloe estaba conectando su micrófono.

—Sorprendentemente, tranquilo.

—¿Seguro? —habló Dono, colocando sus platillos—. Conocemos las canciones de memoria, si quieres cancelar este ensayo puedes hacerlo.

—No es necesario, chicos, pero gracias.

—Necesita distraerse, tocar un poco le vendrá bien.

Empezamos a ensayar, tal y como dijo Donovan las canciones ya las teníamos dominadas, solo era cuestión de hacer algunos arreglos, acordar la dinámica que manejaríamos estando allá y con días de anticipación seleccionamos el setlist, no queríamos discusiones el día de hoy.

—Me gusta cómo está quedando Bones, creo que yo podría empezar con esta progresión —la toqué para ellos—. Y me gustaría que Chloe cantara los primeros versos, Johnny yo entramos en el coro y el resto de los versos si quieres me quedo contigo, si no, la sigues cantando tú, Donovan puede estar adornando con los platillos al principio.

—¿Quieres que yo empiece la canción? —pregunta atónita.

—Claro, ¿por qué no habría de quererlo? —me encojó de hombros.

—La canción es tuya —aclara Johnny.

—Es nuestra.

—Es más tuya que nuestra —agrega Dono.

—¡Madre mía! Es que no me lo esperaba

Donovan sonríe, es el primero en decirle que le encanta su acento español, pero siempre trata de no usarlo mucho.

—¿Y bien? ¿Qué dices?

—La idea me encanta, Adam, gracias.

Trevor y Marcus se hacen presentes en el estudio, uno con el cabello alborotado y la ropa más informal posible y el otro siendo todo lo contrario, con su traje hecho a la medida y una alarmante cantidad de gel en el cabello, creo que no hace falta especificar quién es quién.

—Chicos, les deseo éxito en el concierto de hoy, sé que lo harán genial.

—Gracias —hablo por la banda—. Esperamos que le guste al público

—Apuesto a que así será. Adam me gustaría hablar contigo después para tratar lo del segundo álbum, me dijiste que se llamaría «Bones» ¿cierto?

—¿Qué? —su tono de voz salió más agudo de lo normal.

—Era sorpresa —la miré—. Habíamos estado tan centrados en las nuevas canciones de nuestro primer álbum que olvidamos meter Bones, queremos que el segundo álbum se llamé así en honor a tu canción, los chicos y yo lo hablamos hace poco y estuvimos de acuerdo.

—Adam no puedes

—Soy el líder, no me dirás que puedo o no puedo hacer.

—Aceptaré porque me siento alagada no porque sea una orden tuya —sonríe animada.

—Espero su setlist en mi oficina, suerte, chicos. Se vienen cambios importantes para Hidden.

No espera una respuesta y se marcha dejándonos ahí con el pobre Trevor tecleando a toda velocidad en su laptop último modelo, además de usar su nueva tableta que crea hologramas de cualquier cosa, coloca un anillo en su dedo y puede manipular el holograma a su antojo, desde ahí observa cómo estará distribuida la gente en el concierto y como se colocarán las cámaras. Una de las pantallas está encendida, escuchamos la noticia.

La banda Chaos estará dando un concierto el día de hoy en el estadio Atlantis, al sur de la ciudad, aseguran que será un show que los dejará a todos pidiendo más —habla la reportera con una sonrisa—. Hasta ahora sabemos que dos bandas importantes estarán dando un concierto el mismo día, así es, se trata de Chaos y Hidden. ¿Será que algún día terminará la rivalidad entre estas bandas? Quédense con nosotros y averigüen la opinión de Chaos al respecto.

—Adam —interviene Dono.

—Estoy bien, quiero escuchar lo que el idiota tiene para decir.

Después de un par de minutos la reportera aparece de nuevo con el resto de la banda.

—Jeremy, la gente pregunta, ¿algún día terminará la rivalidad entre ustedes y Hidden? —él ríe

—No existe tal cosa, para eso tendríamos que considerarlos una amenaza y la verdad es que no lo son.

—Idiota —escupe Johnny.

—Muchas son las teorías que recorren la internet asegurando que el problema se centra en los líderes de ambas bandas, en este caso tú y Adam Stone.

—¿Stone es el líder de su banda? —comenta riendo—. Vaya, no tenía idea, es que nunca he visto a nuestro querido Adam como un líder, siempre ha sido más un seguidor, si es que sabes a lo que me refiero.

—Si no existe tal rivalidad, ¿por qué no se les ve juntos? —levanta sus hombros.

—Supongo que el líder no ha madurado lo suficiente como para darse cuenta de que nosotros no somos el enemigo.

—Hijo de

—Adam —me reprende Juls

—¿Y entonces quién es el enemigo, Jeremy? —la reportera acerca más el micrófono hacia él.

—El miedo, Hidden debe temer que nadie asista a su concierto hoy, si nosotros fuéramos una banda con tan pocos seguidores quizá me sentiría igual.

—Aseguras entonces que es poca la gente que sigue a Hidden.

—Sí —asiente—, pero no los culpo, hoy en día no encuentras bandas talentosas, menos mal que llegamos nosotros para demostrarle a la gente lo que realmente es tener talento.

Apago la pantalla, molesto. ¿Y este idiota quién carajos se cree?

—No vale la pena —comenta Chloe.

—Nada que tenga que ver con el imbécil de Jeremy vale la pena y le demostraremos que se equivoca —trato de calmarme.

—Tengo que llevar el setlist a Marcus, pero Trackmind me está pidiendo una canción de la banda y la quieren con urgencia —añade cambiando de tema.

—¿Trackmind? —pregunté.

Para no ser nuestra disquera estaban bastante interesados en nosotros.

—Sí, subirán esta canción a su plataforma también como un adelanto del segundo álbum, pero el setlist

—Si quieres yo se lo llevo mientras los chicos terminan de ensayar —se ofrece Juls.

Trevor no tiene que pensarlo demasiado para aceptar.

—¡Muchas gracias, Juliette! —le entrega la hoja—. En cuanto sales del ascensor caminas a la derecha y ahí al fondo está su oficina, dile a su secretaria que yo te envié y que le darás el setlist de Hidden, seguro que con eso no te pondrá peros

Sale corriendo del estudio, asegurándonos que volverá pronto.

—Sí que lleva prisa —comento—. Oye, Juls, toma —se acerca a mí, saco mi cartera y le doy mi tarjeta—. Si quieres cuando termines de entregar el setlist puedes pasar al banco y retirar el dinero.

Sentía todas las miradas sobre mí, pero me concentré en la chica que tenía de frente.

—Adam yo...

—No está a discusión, ya habíamos llegado a un acuerdo.

—Ni siquiera me diste tiempo de pensarlo

—Porque no hay nada que pensar —respondí como si fuera obvio—. Por favor —insistí sosteniendo la tarjeta.

Queriendo o no terminó por aceptarla, me acerqué a susurrar en su oído el código de seguridad de la tarjeta, sonrió al notar que era la fecha en la que nos conocimos y fue aún más gratificante saber que ella también tenía esa fecha presente.

—Le daré esto a Marcus —señala la hoja—. Y me iré por el dinero —se acerca para besarme y de inmediato llegan los comentarios.

—Váyanse a un cuarto.

—Esto tengo que soportarlo todos los días.

—Puedes besarlo después

—¡Ya cállense! —termino el beso y la abrazo—. No les creas, amor, tú puedes besarme cuando quieras.

—Eso lo sé —vuelve a besarme sin importarle que los chicos nos miren y captura con sus dientes mi labio inferior—. Te veré en un rato.

—Ve con cuidado.

También se fue.

—¿Dinero? —pregunta Chloe sorprendida.

—Sí.

—La última vez que te pedí que me compraras unos chicles te negaste.

—Terminé haciéndolo, ¿no?

—Buen punto.

—¿Para qué quieres que retire dinero? —pregunta Dono.

—Se supone que le iba a pedir dinero a sus padres para un viaje que hará dentro de poco, un director de cine quedó fascinado con su trabajo y la quiere para que sea la protagonista de la historia, ¿no es genial?

Yo siempre orgullosa de mi chica.

—Es asombroso.

—Sí, eso es genial.

—Es bueno, ¿tú pagarás entonces su viaje?

—Sí, no veo cuál es el problema.

—Nunca habías hecho algo similar por ninguna otra chica, o al menos no nos has dicho —nuestro baterista seguía interesado—. ¿Qué sigue? ¿Matrimonio?

—Es tentadora la idea —los chicos se quedaron boquiabiertos.

Y es que, después de darle tantas vueltas, supe que era lo correcto, la quiero a ella, siempre.

—¿Qué? —su voz sonó un poco más aguda de lo normal—. Yo quiero ser dama de honor, es que, es impresionante, el gran Adam Stone sentando cabeza, ¿se imaginan? —la idea pareció emocionarle.

—Y con su ego seguro que querrá solo lo mejor.

—Es que merezco solo lo mejor —aclaré.

—Yo quiero tocar en la boda, la novia querrá entrar seguro con una melodía perfecta de piano, ¿quién mejor que yo?

—Yo insisto en que quiero ser dama de honor.

—Te prometo que el día que te vea de traje y de pie en el altar lloraré, y te puedo garantizar un buen regalo.

—Chicos...

—Y el baile, nada más romántico que el baile.

—La mejor parte será la luna de miel —aseguré.

—Deja de pensar en sexo, Adam, solo imagina lo lindo que es construir una familia con la persona que amas —suspiró.

Muy ruda y todo, pero siempre ha sido una chica que le gustan este tipo de cosas, tiene altas expectativas, le encantan las películas de romance.

—Solo dije que la idea es tentadora, tampoco es como que le vaya a pedir matrimonio el día de hoy, relájense.

—No vayas a joder nada con Juls, Stone o te prometo que te arrepentirás

—No lo haré, Chloe.

—¿Lo dices en serio? —Dono me miró atentamente.

—No sé por qué creen que quiero arruinar las cosas con mi novia.

—Se refiere al matrimonio —interviene Johnny.

—No me veo con nadie más. Estar con Juls el resto de mi vida es, por mucho, lo que más deseo.

—Aww —me miró con ternura—. Yo quiero algo así.

—Ahora, dejemos de pensar en matrimonio, porque seguro que falta tiempo para que eso suceda, vamos a tocar.

—Sí, señor —respondieron a una sola voz dando un saludo militar.

Seguimos ensayando y esta vez Chloe estaba más nerviosa, pero entró en el tono que era y sin perder el tiempo, sin mencionar cuanto sentimiento puso en la canción, no entendía como Marcus podía pedirles que no tuvieran tanto protagonismo ¡Solo mírenlos! Todos tienen el talento suficiente como para sobresalir, se los pida o no.

No porque tú lo ordenes una estrella dejará de brillar.

Trevor no tardó tanto en regresar y empezamos a grabar un par de canciones, Juls tampoco aparecía, estaba tardando más de lo que pensé, quizá había demasiada fila en el banco. Tardamos alrededor de dos horas más ahí, después Trevor nos aclaró que ya no teníamos nada más que hacer así que solo nos quedaba prepararnos para el concierto, tocaríamos a las 9:00 de la noche, las preventas de los boletos fueron hace poco y se agotaron en cuestión de minutos, a veces me era difícil creer que esto en verdad estuviera pasando, había cumplido mi sueño y con personas increíbles a mi lado. Terminamos de recoger un par de cosas y los chicos empezaron a irse para alistar todo lo que necesitaban.

—Oye, Adam.

Chloe esperó hasta que todos estuvieran fuera de la cabina, debieron entender que necesitábamos privacidad.

—¿Qué pasa? No me digas que los nervios te harán vomitar porque seremos el hazme reír en el concierto —río un poco.

—No, tonto, no es eso.

—¿Y entonces?

—Es de lo que hablamos ayer sobre Donovan y mi conflicto por querer a dos chicos, lo pensé bien y —frunció el ceño analizando quizá lo que quería decir—. Y sé que quiero solo a un chico, porque siempre ha sido así y con él me siento menos rara, menos rota, tú me entiendes.

—Supongo que ese chico no es Trevor.

—Pues supones bien, quiero intentarlo con Donovan.

Me sentía como chica emocionada que quería gritar y abrazarla por la emoción que tenía.

—Me alegro mucho por ti, seguro que funcionará, ¿cuándo piensas decirle?

—Hoy, después del concierto, quizá vayamos a cenar a algún lado, estoy nerviosa por la respuesta que pueda darme.

—Chloe, está tan enamorado de ti desde el día que te vio por primera vez, dudo mucho que quiera desaprovechar una oportunidad como esta, me alegra que se arriesguen a intentarlo.

—Puede que ya no esté interesado en mí, no después de cómo lo traté.

—A veces puedes ser un verdadero dolor de cabeza —bromeé.

—Que reconfortante.

—Pero eres una chica especial, y cualquiera daría todo por tenerte en su vida, me enorgullece que estés tomando el riesgo y te lances al precipicio sin pensarlo demasiado —río un poco.

—De eso se trata la vida, ¿no es así?

—Por supuesto.

Le externé lo feliz que estaba por ella y después se fue, me dijo que si no quería que me llevara al apartamento, pero me negué, preferí mandarle un mensaje a Juls de que estaría un rato en un parque, no tenía nada que preparar porque a diferencia del resto de los chicos, yo tenía mis cosas listas con uno o dos días de anticipación, ja, novatos.


Dicen que los muertos, muertos están, pero siempre me ha gustado que mis personajes "vean" de nuevo a aquellos que perdieron, la vida real es así, los recuerdas, los sueñas o crees verlos. Lo cierto es que, una persona nunca se va del todo.

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