11 | Ahora tiene sentido
—Se están tomando las medidas legales necesarias para esto —aclara mientras le muestra a mi amigo los documentos, él los examina.
Trevor, Jonathan y yo hemos estado todo el día hablando con uno de los abogados de la disquera, el Señor Miller ha puesto todo su empeño para que su hijo no recupere el dinero, este hombre está siendo un verdadero dolor de cabeza, podrá intentar todo lo que esté en sus manos para arruinar a Johnny, pero mientras me tenga a mí eso no sucederá.
—Está tardando más de lo que esperábamos —comento con frustración al notar que la mirada de Johnny está perdida.
—Señor Stone estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance.
—No es suficiente —interviene Trevor.
Agradezco demasiado que nos esté apoyando, no es su deber, bien pudo dejarnos resolverlo con el abogado y así no interferir, sin embargo, se volvió parte de este grupo de inadaptados convirtiéndose en un integrante más, quizá aún no fortalecemos tanto esos lazos, pero está al pie del cañón conmigo para apoyar a Johnny, eso me dice mucho de él.
—Caballeros, el Señor Miller es un hombre con poder.
—Poder no es sinónimo de inmunidad —me cruzo de brazos.
—En este caso, sí, estamos resolviéndolo como podemos, se aferra a no devolverle el dinero a su hijo.
—Nos dice lo obvio, abogad, ¿puede arreglar esto sí o no? —enarco una ceja esperando su respuesta.
Está acabando con mi paciencia.
—Sí, pero tomará un poco más de tiempo.
Tiempo, no disponemos de él y mientras él abogado pierde el tiempo en su despacho mi amigo vive con la preocupación de lo que sucederá.
—¿Tiene contacto con él? —miramos sorprendidos a Jonathan.
No había pronunciado nada desde que entramos a la oficina, prácticamente éramos Trevor y yo los que estábamos viendo cómo resolver este desastre. El hombre asiente no muy seguro de a qué viene el comentario.
—Pregúntele cuál es el precio, tiene poder, sí, pero sigue siendo un hombre de negocios, algo debe querer a cambio, solo pregúntele qué es y después veremos si podemos seguir sus términos.
Este tío ha perdido la cabeza.
Ya suenas como Chloe.
Cierto, me hace daño estar con ella.
—Me comunicaré con él lo antes posible —responde levantándose y abrochando el botón de su saco—. Los mantendré informados.
El silencio invade el lugar, Trevor aclara su garganta y nos dice que nos verá pronto ya que tiene asuntos que arreglar, mientras que yo me quedo con Johnny, de nuevo su mirada está perdida, no puedo imaginar lo que se siente lidiar con esto y tampoco debe ser agradable negociar con su padre, sabrá Dios qué pedirá a cambio.
—Si es necesario negociaremos con él, el dinero te lo devolverá tenlo por seguro.
Me encuentro hablando para aligerar el ambiente, me sonríe de lado, detesto verlo así, Jonathan siempre ha sido un chico contento, ha cambiado demasiado, ya no es agresivo ni impulsivo, cualquiera que vea a ese chico de piel morena y cabello chino pensaría «no mata ni una mosca» si supieran de todo lo que es capaz, odio que su chispa se esté apagando solo porque el idiota de su padre está encaprichado con la idea de que tiene que ser contador ¡Ese no es sueño!
Las personas no tendrían porqué vivir de algo que claramente no le apasiona.
—No es el dinero lo que me preocupa, Adam.
—¿Y entonces?
—Si vamos a negociar con él su precio será alto, sé bien lo que quiere.
—¿Y qué es? —sus ojos se cristalizaron al mirarme.
—A mí.
—¿De qué hablas?
—Si quiero el dinero de vuelta me pedirá que regrese a casa, no puedo hacerlo, regresar a las peleas, los gritos y el maltrato, no... no quiero Adam —comentó asustado—. Estoy a salvo porque mi madre se encargó de eso, darle la satisfacción de regresar a casa sería como tirar a la basura todo el sacrificio que ella hizo por mí.
—Si el dinero no es lo que te preocupa, ¿qué hacemos aquí?
—Estoy aquí por Sandra —fue la primera vez en todo el día que sonrió de manera autentica—. Ella insistió en que tenía que recuperar lo que era mío y demostrarle a mi padre que realmente quiero luchar por esto, el adelanto que nos dieron por firmar el contrato fue muy bueno, la siguiente paga podría ser dentro de poco, pero si dejo pasar esto entonces también perderé el dinero que me den, mi padre se encargará de eso, de que no vuelva a tener un solo centavo, pero esta lucha también es por mi vida con Sandra.
—¿Te preocupa no tener gasolina para irla a ver? —ríe un poco.
Aunque entiendo bien a lo que se refiere.
—No exactamente, hablo de que ha pasado tiempo, en algún momento sé qué haremos esto más formal.
—¿Insinúas matrimonio?
—Puede ser, ¿tú no lo has considerado?
No exactamente, pero desde que Juls se ha estado quedando conmigo, no sé, la idea no suena tan mal, claro que implica un gran, gran compromiso, pero te arriesgas a todo por la persona que amas.
Tal vez, Juls y yo en un futuro...
—¿Adam? —corta el hilo de mis pensamientos.
—Me alegra que te veas a futuro con Sandra, tuviste suerte de encontrar a alguien como ella.
—Es la chica perfecta para mí, siento que he tenido que lidiar con toda esta mierda para que al final pudiéramos encontrarnos, no cambiaría eso por nada, por eso me arriesgo a tanto, porque también estoy luchando por un futuro a su lado.
—Es lo que veo, seguro que tu madre la adora.
—Ni que lo digas, ella está encantada de que sea mi novia.
Es buena para teclitas, hay que admitirlo.
—Dijiste que apenas la viste, ¿cómo sucedió eso? Creí que tu papá desde hace tiempo le había pedido que no mantuviera contacto contigo.
—Y así fue —trató de contener la risa—. Sandra la contactó y le contó sobre el concierto que daríamos, ella quiso felicitarme porque, oficialmente soy el pianista de la banda.
—¿Fue al concierto?
Eso no lo vi venir.
—Sí, pero tuvo que irse rápido según ella tenía asuntos que arreglar.
—¿Y tu padre?
—Afortunadamente, lejos de aquí, tuvo que arreglar problemas de la empresa así que regresó a Los Ángeles.
—No puedo creer que hayas estado con tu mamá —en serio estaba feliz por él, esa mujer siempre ha sido uno de sus pilares más importantes—. Tiempo de calidad en familia, me imagino que debió ser lindo.
—No te imaginas cuánto —sonrió de lado—. Aún recuerdo que la noche en que me ayudó a escapar de casa me dijo «No importa si es el piano, la guitarra, el ukulele o el triángulo» no dejes de perseguir tus sueños.
Johnny siempre se burlaba de sí mismo diciendo que su historia era como la de muchos otros músicos y quizá lo era, teniendo todo al principio y nada cuando se fue de casa, siendo maltratado por su padre y fingiendo ante los demás estar en la familia perfecta cuando no lo era en lo absoluto, entre nosotros nos molestábamos diciendo que eran muy cliché nuestras historias, pero al ser tan cercana con la persona, supongo que le das otro enfoque, más importancia quizá.
Yo no podía imaginarlo llorando en un rincón y siendo golpeado hasta el cansancio, seguía sin creerme que su madre no hubiera puesto una demanda o hubiera hecho algo para alejarse, mi amigo me explicó los motivos, su madre quería ayudar a sus abuelos, les enviaba dinero, por suerte se habían mudado a una mejor parte de la India y eran felices, al menos eso decían.
Nuestras historias podrán ser las más clichés del mundo, pero no puedes llamar al dolor cliché, y es justo por lo que todos pasamos: dolor. 2035, sin duda el peor año de nuestras vidas.
Me alegraba que al menos Johnny estuviera consiguiendo su final feliz, había problemas, sí, pero cada vez estaba más cerca de conseguirlo.
—Lo lograste, perseguiste tus sueños y hasta el día de hoy sigues siendo un músico excelente.
—Sin ti no existiría Hidden.
—Lo sé —reí.
Había que darme crédito por eso.
—Pero ustedes se encargaron de hacerlo especial, es bueno que haya personas como Sandra en tu vida que están molestando todo el tiempo para que hagas las cosas bien.
—O una Jules —asentí sonriendo—. Sandra es todo lo que me importa.
—Veo que en serio la quieres.
—De no ser por ella no estaría aquí, y claro que por mi madre, pero Sandra estuvo para mí en todo momento, aun cuando intenté alejarla —al menos estaba más tranquilo—. Tengo hambre, vamos a comer.
—Hasta que se te ocurre algo bueno.
Salimos de la oficina y fuimos por nuestras cosas al estudio lo último que queríamos era encontrarnos con el drama de Chloe, al parecer ella y Trevor estaban discutiendo, después de todo sí había problemas en el paraíso, quién lo diría.
—¡No puedes pretender que somos algo formal y después alegar que es solo sexo!
—¿Estás de coña? ¡Tú dejaste en claro que no sería nada formal! ¡Que un buen rato no le hacía mal a nadie! ¡Y ahora me sales con esto! ¿Tú de qué vas?
—¡Y ahora finges que no te importa! ¡Lo que dije seguro lo tomaste a la ligera!
—¿Te crees que me lo tomé a la ligera? Bravo, entonces no soy la novia del año.
—¡Chloe no puedo creer que no te tomes esto en serio!
—Debes entender que yo soy así, no esperes que te diga que también te amo cuando no puedo hacerlo.
—¿No puedes hacerlo o es que no lo sientes, Chloe?
Johnny y yo intercambiamos miradas y nos quedamos detrás de la puerta de la cabina escuchándolos, el asunto era grave y seguramente privado, pero chismosos hasta el final, no dejamos de escuchar la conversación.
Chloe estaba más calmada e imaginaba que se había regañado mentalmente por usar su acento, así que a partir de ahora trataría de cambiarlo.
—No empieces, Trevor, sabes que me esforcé.
—Sí, pero no fue suficiente, realmente creí que sentías algo por mí.
—Y yo también pensé lo mismo, pero todo ha sido tan complicado, han pasado cosas y solo sé que si seguimos juntos de esta manera terminaremos matándonos, te aprecio mucho como para arruinar por completo nuestra convivencia.
—Me aprecias, pero no me amas —dio un respingo, estaba harto eso es seguro—. ¿Hay alguien más de eso se trata? Pensé que habíamos congeniado bien.
—Que tengamos cosas en común y nos llevemos bien no significa que debamos enamorarnos.
—Hay alguien más —concluyó.
—No es eso, sino que
—¡Solo dilo!
—¡Me besé con Donovan!
Silencio absoluto.
Trevor no fue al único al que le tomó por sorpresa esa noticia, no podíamos verlos, pero estábamos seguros de que el pobre chico estaba pensando en cientos de cosas en ese momento, Johnny se llevó una mano a su boca para evitar hacer ruido.
¿Es por eso que Donovan actuaba tan extraño estando junto a ella? Creo que ahora las cosas tenían más sentido.
—Quién lo diría, sí tiene corazón después de todo —susurró Johnny.
—Ni siquiera sé porque no me sorprende, Chloe, tal vez esa química que tienen entre ustedes siempre ha estado presente y yo solo me negaba a verlo —guardó silencio como si estuviera pensando cuidadosamente en sus palabras.
—No quería que te enteraras de esta forma.
—Tampoco creo que estuvieras pensando en decirme.
—Quería, pero no encontré el momento.
—Si hubieras querido, lo hubieras hecho desde el día en que pasó. ¿Hace cuánto de esto? —no respondió —. Dime, vamos.
—Un par de semanas.
—¿Sabes? Creo que tienes razón.
—¿La tengo?
—Sí, quizá nos habríamos matado si seguíamos con esto, supongo que solo se trataba de atracción.
Todos sabíamos que era más que eso por parte de Trevor, solo que no le haría ver a Chloe cuan enamorado estaba de ella.
Le dijo te amo, eso ya es demasiado.
Buen punto.
—Así que es mejor cortar ahora por lo sano y evitar futuros problemas, si no te sientes incomoda creo que podemos seguir siendo amigos, es mejor a que nos odiemos, después de todo soy el productor de la banda.
—Espero que esto no afecte tu relación con nuestro baterista.
Es claro que se verá afectada, ahora Trevor verá a Donovan como el chico que corrió con suerte y se quedó con la chica.
—Para nada, no lo culpo por sentir algo por ti, ¿quién no lo haría? yo solo quiero que seas feliz, y para que estés más tranquila, no le comentaré nada de esto a Dono, descuida, solo sabrá que terminamos, el motivo sale sobrando.
—Gracias, en serio, Trevor, tampoco quería que esto sucediera así, pero aprecio que lo entiendas.
—Un placer, no hay más que hablar, así que me voy.
Escuchamos pasos y salimos corriendo del lugar, nos quedamos a mitad del pasillo hablando como si no hubiéramos escuchado esa conversación, Trevor pasó a nuestro lado y nos sonrió de lado, no dijo nada, solo pasó de largo, en cuanto nos aseguramos de que ya no estaba cerca corrimos a la cabina y encontramos a Chloe sentada en el sofá llorando.
Prefería mil veces que estuviera insultándome a verla llorar.
—¿Chloe? —cerré la puerta detrás de nosotros.
—Chicos —limpió sus lágrimas—. Estaba practicando una canción, no quiero equivocarme en nada.
—No tienes que fingir con nosotros —comentó teclitas.
Eso solo causó que se soltara a llorar de nuevo.
—Lo jodí todo, me... me dijo que... que me amaba y yo... yo —limpiaba sus lágrimas con frecuencia—. Ni siquiera pude responderle de la misma manera.
—Hey, tranquila, fuiste sincera con él —Johnny se sentó a su lado—. No debes sentirte culpable por no amar a alguien, el amor es algo que bajo ninguna circunstancia debemos forzar, no importa que tan buena persona sea, si no sientes nada por él no tiene caso seguir con esto.
—Pero lo quería
—Querer no es amar —aclaré—. Hay una gran diferencia entre ambas palabras.
—Soy un asco —me hinqué frente a ella.
—Hey, no digas eso.
—Lo lastimé tanto como lo hicieron conmigo —me miró con sus ojos llorosos—. Prometí que no lastimaría a nadie de la misma manera.
—Y no lo hiciste —Johnny pasó su brazo por sus hombros y la acercó a él—. una cosa es lo que te hizo el idiota de Charlie y otra muy diferente a lo que pasó con Trevor, le dijiste la verdad, que no podías decirle lo mismo.
—¿Escucharon mi conversación?
No entendimos por qué, pero solo lloró con más ganas.
—Ahora deben saber que soy una terrible persona.
—Ruidosa, no digas eso.
Podría jurar que incluso sentía más fría la cabina, sus sollozos eran lo único que podía escucharse, Johnny me miró, ambos estábamos tratando de pensar rápido, debíamos distraerla de alguna manera, hacer que se sintiera bien, odiábamos verla así.
Y pensé en lo único que podría gustarle, comer y beber, ¿qué mejor combinación que ambas cosas?
—Deberíamos ir a celebrar —me miró como si estuviera loco.
—¿Qué debo celebrar? ¿Qué soy muy estúpida como para alejar a un buen chico o qué le rompí el corazón?
Afortunadamente Jonathan intervino.
—Tú con frecuencia nos dices que siempre es un buen momento para celebrar.
—Y os repito, chicos, ¿qué debo celebrar?
—Que fuiste valiente al decirle le verdad, no cualquiera se atreve a hacerlo.
—Habrá cervezas y hamburguesas —añadí.
—Hubieras empezado por ahí.
Al menos había dejado de llorar eso ya era un gran avance, subimos a mi auto y conduje hasta el bar de Zach, de quedarnos cerca la gente notaría que está mal y no faltaría algún estúpido paparazzi que intentara sacar provecho de la situación, cuando llegamos no hizo falta decir mucho, Zach se acercó para abrazar a Chloe diciéndole que todo estaría bien.
¿La desventaja del asunto? Había reporteros en ese lugar que sintieron un gran interés en cuanto nos vieron llegar y más por el estado en el que la ruidosa se encontraba, Zach nos pidió que nos fuéramos al sótano, al menos allí nadie nos molestaría; no pasó mucho tiempo cuando Zach volvió a bajar dejando frente a nosotros unas hamburguesas —las cuales por cierto eran la especialidad del lugar —y nuestras cervezas.
Los primeros minutos nos limitamos a comer en silencio, estábamos tranquilos, entendíamos que quizá necesitaba espacio, pero no queríamos dejarla sola ¿Por qué estar solo cuando estás triste? Se supone que es cuando más cerca quieres tener a la gente, quieres recibir un poco de consuelo o al menos desahogarte con alguien.
—¿Quieres hablar de lo qué pasó? Adam y yo seremos todo oídos
Ella jugaba con su papá frita sin prestar mucha atención a nuestra presencia, no respondió sino hasta algunos segundos después.
—Lo arruiné todo, no hay mucho que explicar.
—Chloe
—Adam, tú mejor que nadie sabes porqué duele.
—Lo sé.
Hace algunos años que asiste como cliente frecuente de este bar, me la topé muchas veces, nos molestábamos con frecuencia, el día que decidí que quería que ella estuviera en la banda nos quedamos hasta tarde en el bar, platicando precisamente en este sótano, me contó su historia, ella había amado a un chico, el idiota la engañó y causó muchas inseguridades en ella, fue extraño que ambos hayamos pasado por lo mismo, desde entonces cambió y dejo de interesarse en el amor, les dejaba claro a los chicos que solo eran sexo y jamás llegarían a ser más que eso, si algo temía era lastimar a alguien de la misma manera en que la hirieron a ella, por eso jamás había tenido nada serio y por esa misma razón le aterraba sentir algo fuerte por otra persona.
—Conocemos tu historia, Chloe —Johnny rompió el silencio—. Sabemos que no es fácil, todos tuvimos que lidiar con problemas, entre nosotros sabemos qué fue lo que nos pasó, deja de pensar que lo lastimaste de la misma forma en la que aquel idiota te dejó, no fue así.
—Estaba molesto, Johnny, todo lo que Trevor quería de mí era que dijera dos simples palabras, cinco estúpidas letras y no pude hacerlo —colocó sus codos sobre sus rodillas y sostuvo su cabeza con frustración—. No sé qué pasa conmigo, jamás podré tener algo mutuo.
Puede que no sea el mejor momento para sacar el tema, pero si necesita aclarar lo que siente es mejor que se descargue con nosotros a que lo haga en público y alguien la vea, me atreví a hablar sabiendo que me mataría después.
—Escuchamos una parte de la conversación, una donde seguro no estabas muy consciente de lo que decías.
Creí que la frase se quedaría en el aire, Johnny se tensó al igual que Chloe.
—¿Qué?
—Sabemos que te besaste con Donovan.
—Ay, mierda —cubrió su cara con sus manos
—¿Sientes algo por él?
—No.
—Chloe —advirtió.
—No lo sé, sabemos bien que eso de que haya parejas dentro de la banda nunca acaba bien.
—¿En qué te basas para decir eso? —cuestioné.
—Películas.
—Claro, porque las películas de Hollywood son el argumento perfecto para tu respuesta.
—Adam —sonrió de lado—. No seas sarcástico en estos momentos estoy triste.
—Y pareces un mapache —agregó mi amigo—. Entiendo porque alejas a los chicos.
—¡Jonathan! —rio un poco.
Zach entró y nos examinó, dejó tres platos de helado en la pequeña mesa de madera que se encontraba al centro de los viejos sillones.
—Escuché que se estaba riendo un poco y creí que era buen momento para traer el postre, ya saben las penas con helado son menos.
—¿Qué no era con pan? —preguntó divertida.
—Ay, vamos no arruines el momento de mi frase. ¿Estás mejor? —guardó silencio—. Por favor dime que no estás pensando en que aventarme a la cara.
—Te quiero mucho como para aventarte algo, Zach.
—¡Oye! —exclamamos mi amigo y yo al mismo tiempo.
Recordé todas esas veces que Chloe nos lanzó algo, cualquier cosa para ella servía, limones, plumillas, bolas de papel, lapiceros, comida, por suerte nunca había tenido rocas a la mano. ¿Se imaginan que un día se enfade y tenga un ladrillo a la mano? Ni de chiste, soy muy apuesto como para que me golpeen en la cara.
—Estoy mejor, Zach, de no ser por estos chicos —nos abrazó—. Quizá estaría en mi departamento ahogándome en mi propio llanto —nos miró—. Gracias por todo.
—Es lo que hace la familia —respondo.
—Tengo una familia un poco disfuncional.
—Nos adoras, Adam y yo podremos molestarte, pero nos amas en el fondo.
—Saben que sí, hablando de eso, creo que sería bueno que llame a papá antes de que vea las noticias y eso —se levantó más animada—. Amo tu comida, Zach ¿cuánto te debo?
—Chloe no me ofendas con esa pregunta y ve a llamar a tu papá, yo te llevaré a casa después, supongo que los chicos tienen cosas que arreglar.
Cierto, problemas legales que resolver, cómo olvidarlo.
—Gracias, Zach —él le sonrió.
Cuando salimos del bar varios de los reporteros que estaban ahí se acercaron a nosotros pregúntanos qué había sucedido y qué pasaba con Chloe, la voz de que Johnny estaba involucrado en un problema legal había corrido y las preguntas sobre que veía en Juls habían surgido, los ignoramos y de milagro llegamos hasta mi auto.
Tuvimos que regresar al estudio para ver si ya había alguna novedad, este bebé corría tan rápido que en un dos por tres ya estábamos frente al estudio, entramos a una de las oficinas y el abogado nos comentó que ya había podido comunicarse con el Señor Miller.
—No quiere negociar conmigo.
—Pero usted es el abogado.
—Quiere verlo a usted personalmente para poder llegar a algún acuerdo, me comenta que está de acuerdo en devolver el dinero en tanto puedan verse esta noche en un restaurante.
—¿Irá su esposa? —si ella iba al menos las cosas se controlarían, tenía que saberlo.
—No, quiere que solo sean él y su hijo.
—Iré.
Debí parecer el exorcista por la forma tan brusca con la que me giré a verlo, en definitiva, se ha vuelto loco.
—¿Has perdido la cabeza?
—Quiere verme, Adam.
—Sí ya sé, es justo lo que el abogado nos acaba de decir, lo que me preocupa es que vayas solo, al menos agradece que es un lugar público.
—Tampoco es como que vaya a matarme a sangre fría en el restaurante.
—A estas alturas lo creo capaz de todo.
El abogado nos miró un poco preocupado, seguramente no quería tener en su consciencia la muerte del pobre Johnny.
—Joven Miller —aclaró su garganta—. Si este hombre es tan agresivo como comentan, sería bueno que hubiera una persona que lo acompañe.
—Perfecto, yo te acompañaré.
—Señor Stone, no creo que sea buena idea.
—Créame —habla Johnny—. Si Adam se pone como loco y empieza a golpear a las personas habrá problemas, este chico aparte de agresivo es muy buen peleador, funcionaría mejor que cualquier guardaespaldas
—Aunque no lo dudo —me examinó—. Creo que sería mejor llevar a un profesional.
—Pero yo
—El abogado tiene razón, seguro que Marcus no tendrá problema, nos ha ofrecido cientos de veces guardaespaldas.
—Podría aceptar que alguien de ellos vaya conmigo.
—Perfecto —el hombre se levantó de su lugar estrechando nuestras manos—. Le informaré al señor Miller de su decisión y hablaré con el Señor Marcus para acordar lo del guardaespaldas.
Sí, buena suerte contactando a Marcus, está más desaparecido que mi padre y eso ya es decir mucho.
Estuvimos recabando información y encontramos algunas cosas interesantes, el resto de la tarde se basó en buscar algo para que no pudieran manipular a Johnny, entre tantas cosas encontramos la dirección de su abuela, ambos pensamos que podríamos sacar algo de información con ella.
—¿Nos dará tiempo de regresar a tiempo al restaurante? Es más, de una hora en auto para llegar a su casa.
—Y aunque se nos hiciera tarde, teclitas, seguro que el importante empresario Miller puede esperarte un par de minutos.
—O sea que sí iremos.
—Siempre he querido comprar cosas allá, y ligar, pero tengo a Juls ahora, supongo que solo me limitaré a comprar algo.
—No estoy muy seguro de que
—¡Yo conduzco!
Lo llevé a rastras hasta el auto y después de insistir subió, puse a mi bebé en marcha y para alivianar el ambiente veníamos escuchando Set It Off, Plastic Promises, una muy buena canción, es que esta banda solo tiene arte por canciones.
—Venga, Johnny sé que te la sabes —me sonrió y juntos empezamos a cantarla.
Just give me a chance, she said as I packed my thing
Solo dame una oportunidad, ella dijo mientras empacaba mis cosas.
But I already did four times, don't you remember?
Pero ya lo hice cuatro veces. ¿No te acuerdas?
I won't blow it again, she said with her fingers crossed
«No lo estropearé de nuevo» dijo con los dedos cruzados
But she forgot about the mirror behind her
Pero se olvidó del espejo detrás de ella
I'm donde with plastic promises
Terminé con las promesas plásticas
—Deberías dedicarle esta canción a una de tus ex, está describiendo tu vida.
Me detuve a pensarlo un momento, le presté más atención a letra, sí que tenía razón.
—Nadie es digna de que le dedique una canción de Set It Off.
—No estés llorando cuando Jules esté haciendo las maletas y se vaya solo porque no le dedicaste una canción de tu grupo favorito —solté una carcajada.
—Sí, claro, como si Juls fuera a dejarme de la misma manera, hay que reconocer que al fin encontramos a la indicada.
—Me gusta ese optimismo.
—Juls saca lo mejor de mí —repetí el coro de la canción—. ¡Canta más fuerte!
Please don't tell me that we're fine, I got too much on my mind
Por favor no me digas que estamos bien, tengo demasiado en mi mente
Isn't this too plain to see? Maybe
¿No es esto demasiado claro para ver? Quizás.
Y como si nada más nos importara seguimos cantando la canción a todo pulmón, no era un secreto que era uno de nuestros grupos favoritos así que el resto del camino seguimos poniendo sus canciones, la mejor tarde que he tenido sin duda.
—Ya estamos por llegar —señalo el letrero frente a nosotros
"Bienvenidos a Forest Coast" Se lee en él.
—El lugar es precioso —comenta mi amigo.
Yo lo veo como cualquier otra ciudad, pero sí, tiene lo suyo, además tiene unos bosques preciosos.
—¿Exactamente qué comprarás aquí?
—Boletos —respondí manteniendo mi vista al frente.
Chico precavido y que sabe manejar vale por dos.
—¿Boletos?
—Sí, habrá un evento dentro de unos meses, quiero apartar los boletos, escuché que hoy saldrían las preventas, haré mi registro aprovechando que ya estoy aquí.
—¿Qué clase de evento? ¿Una película o algo así?
—Mucho mejor, se presenta la OFFC con temas inéditos, a Juls le encantará.
—Escuché el nombre, Sandra está trabajando para ellos, les hará publicidad, pero en realidad no sé qué significan las siglas.
—Orquesta Filarmónica de Forest Coast, me sorprende que no los conozcas, su fama es mundial y es de lo mejor que hay actualmente.
—Veo que no vienes a coquetear —negué.
—Ni de chiste, mi novia me mataría —pareció divertirle el comentario —tengo ganas de hacer algo con ella, alejarnos un rato de la ciudad, creo que esto es bueno y dudo que pueda resistirse cuando le diga que es la OFFC y que le diga que ya compré los boletos.
Estoy seguro que esta sorpresa le gustará más que las demás.
—Buena estrategia.
—Igual podría comprar boletos para ti y para Sandra, solo si quieres, recuerdo que también le gusta este tipo de música.
—Aprecio el gesto, pero también planeé algo con ella.
—Uy, ¿de qué se trata?
—Su pianista favorito dará un concierto, creo que está haciendo sus últimas presentaciones, ya es un poco viejo.
—¿Qué pianista es?
—Ludovico Einaudi.
—¿La llevarás a Italia? Pero que romántico, Johnny.
—Menos mal que ella domina el idioma.
Fue complicado, pero al cabo de un rato por fin dimos con la casa de su abuela, me estacioné y el ambiente se volvió tenso, aunque no hubiéramos dicho ni una palabra. Mi amigo se veía nervioso, las manos le sudaban, ni siquiera se le veían intenciones del bajar del auto, es como si se hubiera quedado en blanco.
—¿Qué pasa?
—Vengo por respuestas, para eso tendré que explicarle a mi abuela que su hijo no es tan perfecto como ella cree, seguro que eso la destrozará.
—¿Quieres que entre contigo?
Lo pensó durante un minuto, minuto que yo sentí eterno.
—No, gracias, será mejor que lo haga solo.
—¿Estás seguro?
—Sí, descuida, estaré bien, tu ve a comprar los boletos y después regresa conmigo, si no estoy afuera esperándote entonces entra y sálvame, ¿de acuerdo?
—De acuerdo, si no llego a tiempo te aseguro que tendrás un buen funeral.
—Que detalle, gracias —ironizó y bajó del auto.
Suspiró antes de tocar la puerta y pocos segundos después de que lo hizo, su abuela salió y lo abrazó, si siguió con vida después de que esa mujer cerró la puerta no lo sé, pero esperaba que al menos consiguiera respuestas.
No estaba de acuerdo en que entrara solo, pero entendía que quería hacerlo a su manera, además, creo que ese debía ser un momento familiar, necesitaría privacidad.
Fui en busca de los boletos, a un lado de una importante sala de concierto aquí en Forest Coast, había una pequeña cabina, ahí dentro se encontraba un chico con cara de pocos amigos que atendía a las personas, me acerqué a él.
—Buenas tardes.
—Buenas tardes, ¿en qué lo ayudo? —el chico ni siquiera me miraba, estaba concentrado jugando en su celular.
—Quiero unos boletos.
Sacó de un cajón un anillo y lo dejó en el mostrador, presionó un botón y el holograma se activó mostrando diferentes tipos de eventos disponibles.
—Escoja el evento que sea de su interés —ahora que lo notaba estaba masticando chicle.
Me coloqué el anillo y empecé a buscar el evento que quería, no lo encontré.
—Disculpa, estoy buscando entradas para el concierto de la OFFC.
En ese momento un chico un poco más bajo que yo y con el cabello castaño se puso detrás de mí, genial, solo faltaba que la fila empezara a incrementar.
—Hoy inicia la preventa, pero para conseguirlos necesita —abrió aún más sus ojos cuando me vio, incluso dejó de jugar—. No puedo creerlo ¡Eres Adam Stone! —la persona detrás de mí también se sorprendió—. Lamento mucho haber sido tan descortés, ¿me puedes dar tu autógrafo? —puso una libre en el mostrador.
—Por supuesto —creo que era lo menos que podía hacer, firmé la libreta como me había pedido—. Con cariño, para... —esperaba respuesta.
—Oh, soy Oliver Cook.
Escribí el nombre y se lo entregué.
—Muchas, muchas gracias, no tienes idea de cuánto adoro a la banda, he ido a varios conciertos desde que estaban en ese bar, admiro mucho su trabajo y la música que haces es —suspiró—, increíble.
—Muchas gracias, lo apreciamos, respecto a mis boletos.
—Ah, sí claro, para la OFFC —Oliver se colocó el anillo y empezó a hacer algunos cambios en el holograma—. Aquí está, es la preventa por lo tanto tienen un descuento especial, necesito que introduzca sus datos y los boletos llegarán a su casa en un par de días.
Seguí las indicaciones que me dio y conseguí los mejores asientos para Juls y para mí, seguro que esta sorpresa le encantará.
—¿Efectivo o tarjeta? —terminaba de teclear algunas cosas.
—Tarjeta.
Al terminar de pagar me dijo qué hacer en caso de que no recibiera los boletos y me fui de ahí, a los pocos pasos el chico que estaba detrás de mí me alcanzó.
—¿Adam Stone? No puedo creer que estoy hablando con el vocalista de Hidden —no cabía de la emoción—. ¿Me puedo tomar una foto contigo?
—Claro —sonreí ante la cámara.
—Soy Nicolás Moretti, un gusto —estreché la mano con él.
—Encantado, Nicolás.
—Espero que algún día puedan dar un concierto aquí.
—Es buen lugar —levanté los hombros—. Lo comentaré con los chicos y veremos si la disquera lo aprueba.
—Eso sería asombroso, gracias por la foto.
—No hay de qué.
Se giró, ni siquiera había notado que llevaba un estuche en su espalda, la forma del instrumento fue inconfundible. Nicolás estaba de pie frente a la sala de conciertos, conocía esa mirada, se sentía diminuto ante el inmenso lugar que tenía de frente, negó con su cabeza y empezó a alejarse.
No sé por qué, pero ya me encontraba siguiéndolo, lo detuve antes de que bajara los escalones.
—¡Nicolás! —se giró como el exorcista al reconocer que era yo quien lo estaba llamando.
—¿Es a mí? —preguntó sorprendido.
—Hasta ahora no conozco a otro Nicolás —el chico no sabía ni qué decir—. Veo que tocas —señalé su violín.
—S-sí
—Y también noté que querías entrar a la sala de conciertos y no lo hiciste, ¿por qué?
—Es que —fijó su mirada de nuevo en el edificio—. No soy tan bueno para entrar.
—¿A qué te refieres?
—Ahí dentro, justo en este momento debe haber cientos de chicos escaneando códigos, esos códigos son para llenar una solicitud de presentación, dentro de unos meses la OFFC hará audiciones, quieren un nuevo violinista, alguien que destaque y, por tanto, que esté a la altura de la filarmónica, dijeron que estaban cansados de buscar en los profesionales, que no todos tenían la visión de ellos, se quieren arriesgar con nuevos talentos, aceptar a uno, prepararlo y entonces, será parte de la filarmónica.
Viéndolo de esa manera, sonaba como una oportunidad increíble que no podía perderse. ¿Por qué rayos lo piensa tanto?
—¿Y qué haces aquí? Tienes que entrar.
—No sé si pueda.
—Nicolás, estás loco si no tomas una oportunidad como está, ¿crees que tienes talento?
—Pues para entrar necesitas
—Olvídate de la filarmónica, ¿crees que tienes talento?
Le tomó un par de segundos procesar la pregunta.
—Sí, a menudo me lo dicen y la verdad es que lo creo, seguro mis padres me odiarán si se enteran que estoy haciendo esto.
Oh, no, uno más que tiene problemas con la familia.
—¿No te apoyan en esto? —soltó una risa amarga.
—Para nada, mi papá quiere que estudie medicina en Harvard como él, y mi mamá quiere que estudie cualquier carrera que sea tomada en serio en la misma universidad, mis padres se conocieron ahí.
—Te diré algo, un secreto —obtuve su atención—. Mi mamá creía que jamás podría vivir de la música, me pidió que tomara un curso de contador solo para que ella pudiera quedarse tranquila de que tuviera un plan B, el padre de Jonathan, nuestro pianista, lo obligó a tomar el mismo curso, toda su familia está llena de contadores.
—Y ambos están siendo músicos —me miró con asombroso.
—No fue sencillo, y te puedo garantizar que tendrás miles de problemas en cuanto se enteren sus padres, varios de nosotros nos fuimos de casa solo para seguir nuestros sueños, no es mi mejor consejo, pero si es lo que realmente te apasiona tienes que dedicarte a eso, y si al final del día tus padres te amenazan diciendo que mientras estés bajo su techo debes seguir sus reglas, entonces...
—Debería irme.
—Sí, aunque te recomiendo que no lo hagas, arruinar la relación con tu familia es lo último que querrás hacer, créeme, habla con ellos, déjales en claro que esto es lo que en verdad quieres, si nada funciona, entonces irte es lo más sensato, pero al menos ten un plan y sé más inteligente que nosotros, la vida fuera de casa es complicada, te las debes arreglar tú solo, pero sabrás que cada sacrificio ha valido la pena cuando te encuentres haciendo lo que te apasiona.
—En verdad quiero hacer esto, quiero ser parte de la OFFC, lo he soñado desde que era niño.
—Entonces cumple tu sueño, ¿quieres mi consejo? Todos tenemos sueños, y sin importan cuando difícil sea el camino, deberíamos perseguirlos.
Y entonces tuve una gran idea.
—Creo que tienes razón, debería entrar y llenar la solicitud, tengo que intentarlo.
—De verdad espero que lo logres.
—Muchas gracias, creí que serías como esos famosos que solo se limitan a dar autógrafos y tomarse fotos, nunca creí que tendría esta charla con Adam Stone.
—Después de todo sí tengo corazón, oye, Nicolás, ¿te puedo pedir un favor?
—Sí, claro.
—¿Me das tu número de teléfono? Es que si yo te doy el mío temo que algo suceda y después todos mis fans lo tengan —bromeé.
—¿Mi número?
—Verás, mi novia quiere que alguna de nuestras canciones tenga violines, yo insistí en que eso no pasaría, pero bueno, todo sea por el amor, ¿no? Veremos qué tan bueno eres y te llevaremos al concierto ¿qué dices?
—¿Es en serio? ¿No estás bromeando?
—Lo digo muy en serio, con suerte tus padres ven lo talentoso que eres o la OFFC se da una idea de tu potencial.
—Ni siquiera sabes cómo toco, puedo decir que soy bueno, pero puede que eso no sea cierto.
—Creo que eres un chico inteligente, Nicolás, así que dudo que quieras hacer el ridículo frente a la OFFC, si te vas a presentar es porque en serio eres bueno, sabes que no aceptarán a cualquiera, entonces —saqué mi celular y se lo di—, tu número.
Le temblaban sus manos mientras terminaba de anotarlo.
—Gracias —sonreí y lo registré como «Nicolás Moretti» —será difícil olvidarte, Nicolás, no te aseguro que te llamaré la siguiente semana, pero te prometo que lo haré.
—No me creo que esto esté pasando, en serio muchas gracias, Adam.
—No fue nada, ahora ve y llena la solicitud —se acercó y me abrazó.
Fue una linda sensación, haberlo ayudado creo que fue más benéfico para mí que para él, si algún día llegara a tener un hijo me gustaría que tuviera la confianza de decirme lo que realmente quiere hacer, no quiero ser como mi madre y pedirle que estudie otra cosa, sea lo que sea que él quiera hacer, quiero apoyarlo, pero bueno, eso es pensar, muy, muuuy a futuro, ahora todo lo que me importa es Juls y la banda.
Subí a mi auto y conduje de vuelta a la casa de la abuela de Johnny, aún no salía, supuse que tendría que ir a salvarlo, me acerqué a la puerta y antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió.
—Estás vivo.
—Estoy vivo —sonrió—. Te presento a mi abuela. Abuela él es Adam el chico del que te hable, Adam, mi abuela —estrechamos nuestras manos y la mujer me miró con ternura.
—Sí, el chico Stone, me alegra que mi nieto te tenga en su vida.
—Muchas gracias, señora —me miró fijamente—. ¿Ocurre algo?
—Es que —sonrió de lado—. Te pareces mucho a tu padre.
El comentario me descolocó por completo, no supe ni cómo reaccionar y Johnny estaba tan sorprendido como yo.
—¿Conoce a mi padre?
—Así es, lo conocí cuando vivía en Inglaterra justo unas semanas antes de que se casara con tu madre, fue la mejor plática de mi vida, es un hombre muy interesante y muy amable, se ve que está más que enamorado de tu madre, ¿cómo está?
Me tensé ante la pregunta y lo peor es que teclitas no me rescató porque se había quedado con la boca abierta, no dudo que nuestros cerebros estén haciendo cortocircuito.
—Lamento decepcionarla, pero él no vive con nosotros —era difícil decir esto—. Me abandonó cuando tenía tres años.
—¿Qué? No puedo creerlo, lo vi hace un par de años, estaba con su esposa y en la casa había una fiesta, estaba llevando una cama.
Recuerdo bien ese momento, se lo conté a Landon
—Siempre tuve curiosidad —me metí a la cama y él hizo lo mismo—. ¿Por qué has tenido dos camas todo este tiempo?
—William se lo pidió a mamá —apagué las luces.
—No logro entender cómo tu papá se relaciona con esto.
—Nos mudamos a esta casa exactamente tres años después de llegar a la ciudad, ya nos conocíamos y éramos amigos, mi padre se apareció por aquí y se dio cuenta de nuestra amistad, yo no sabía nada fue mamá quién me contó tiempo después, pero William notó algo especial en nosotros, o al menos eso dijo, mandó dos camas para la casa y dijo que íbamos a pasar mucho tiempo juntos, para no hacerte el cuento largo, mi padre sabía que nuestra amistad sería algo bueno y que pasarías más de una noche en casa, así que la segunda cama siempre ha sido para que tú estés en ella.
—No tenía idea de que tu padre había hecho eso.
—Ni yo hasta hace un par de años.
Alejé esos pensamientos.
—Sí, fue la primera y última vez que se apareció en casa, solo fue a dejar un regalo, como si eso compensara lo demás.
—Lo siento mucho, hijo, no tenía idea.
—Descuide, ya es cosa del pasado.
—Gracias por todo, abuela, prometo visitarte más seguido, hasta ahora sé que vives aquí, papá siempre dijo que estabas en Canadá.
—Ese hombre debe dejar de mentir —negó con la cabeza y besó la mejilla de su nieto—. Espero que se solucione el problema del apartamento.
—Espero lo mismo.
Nos alejamos de la casa y subimos de nuevo al auto, lo puse en marcha.
—¿Estás bien?
—Sí, todo en orden.
—¿Quieres hablar de eso?
—No.
—¿Por qué?
—Porque el hombre del que ella habla está muerto para mí.
Después de algunas horas llegamos al restaurante, sí, había venido con nosotros un guardaespaldas y yo me fui de infiltrado sentándome cerca de su mesa solo para asegurarme de que todo estuviera bien, habían cenado y el Señor Miller intentaba bromear como si todo en esa relación estuviera bien.
—Creo que ya puedes dejarte de rodeo, ¿qué tengo que hacer para que me devuelvas el dinero y me dejes en paz?
—¿Así es como le hablas a tu padre? —se quedó callado—. Bien, la verdad es que quizá no actúe de la mejor manera, quitarte el dinero y bloquear las tarjetas puede que haya sido un poco exagerado.
—¿Un poco?
—Tampoco he dicho que no lo merezcas, te vas de la casa, desprecias tu carrera y ahora quieres vivir de... esto —mencionó con cierto desdén.
—Si no mal recuerdo fuiste tú quien me amenazó para que terminara la carrera, el trato era que si acababa la escuela me dejarías en paz, pero parece que ahora no puedes lidiar con el hecho de que realmente estoy viviendo de algo que me apasiona hacer, que tú no lo hayas podido hacer no es mi problema.
Habíamos descubierto gracias a su abuela que el sueño de su padre nunca había sido ser contador, sino que quería ser doctor, pero su abuelo lo obligó a estudiar contaduría.
—Así es —habló después de dejarlo callado unos segundos—. Lo sé todo, la abuela me dijo que querías ser doctor.
—Y estoy agradecido con mi padre por no dejarme arruinar mi vida con semejante estupidez, si hubiera sido doctor no habría tenido todo el poder que tengo ahora.
—No, pero hubieras sido feliz y eso es mucho más importante que todo el poder del mundo.
Estaba siendo una buena jugada, ya empezábamos a creer que esto funcionaría, que lo dejaría ir y le devolvería el dinero, pero esto solo era parte de su plan, no estábamos ni cerca de ganar. Alguien estaba enviándome mensajes, pero estaba centrado en esto.
—Si quieres usar eso en mi contra lamento decirte que no servirá de nada, es tu palabra contra la mía y dudo que quieran hacerle caso a una anciana de setenta años, solo quiero una cosa de ti, hijo, dejaré que sigas en esa absurda banda si es lo que tanto quieres, de una forma u otra terminarás dándote cuenta que es una pérdida de tiempo y que no te dejará ningún beneficio.
—¿A cambió de qué?
—Quiero que regreses a casa con nosotros.
—De ninguna manera.
—Jonathan —pronunció con tranquilidad.
—¡Dije que no!
Algunos de los camareros y personas que se encontraban ahí los miraban de reojo, susurrando, estaban montando toda una escena en el restaurante era claro que no pasaría desapercibidos.
—A tu madre la harías muy feliz.
—Lo dudo.
Yo también, después de todo ella fue quién lo ayudó a escapar, el teléfono del Señor Miller comenzó a sonar, tuvo que levantarse y alejarse un poco para atender, era mi momento así que me acerqué a él asegurándome de que su padre no me viera.
—Hey —susurré—. Tengo que irme, Juls está en el apartamento.
—Descuida, ve con ella, te cuento cuando llegue a casa.
—Si no sobrevives, ¿me puedo quedar con tu teclado?
—Qué gran apoyo, Adam —sonrió, al menos se había relajado—. Vete antes de que tu chica te mate.
* * *
—Juls si no dejas de caminar me vas a marear, ya te dije que todo estará bien.
—No puedo, debe ser fácil para ti decirlo.
—¿A qué te refieres con que es fácil?
—Ahora eres famoso, la gente te adora y eres el centro de atención, un par de llamadas y seguro resuelves cualquier problema, si yo no consigo este papel estoy acabada, yo no puedo hacer nada para cambiar eso.
—Primero que nada, creo que exageras, además de que no creo que tenga que recordarte que la pasé mal veintiún años para poder llegar hasta donde estoy ahora, segundo, tu familia se baña en dinero, por el amor de Dios tu padre es el dueño de un hospital y una persona demasiado reconocida y ni qué decir de tu madre.
—No quiero pagarles para que me acepten, ya sé que tengo dinero, pero no quiero comprar el papel protagónico, si me aceptan quiero que sea porque lo hice bien, porque en verdad tengo talento —seguía revisando su celular y caminando de un lado a otro.
Yo permanecía sentado en el sofá, en serio que esta mujer estaba mareándome y había sido bastante negativa durante todo el tiempo que llevábamos en el apartamento, esta era una excelente oportunidad para hacer despegar su carrera, se había estado preparando demasiado, no sé qué iba a pasar si no entraba.
—Si ellos no te aceptan se lo habrán perdido, habrá otra audición, otro director que ponga los ojos en ti.
—He querido esto desde que soy una niña —al fin se sentó a mi lado—. Me siento, no lo sé, me siento más libre cuando estoy en el escenario, cuando dejo de ser la simple Juliette y me meto en la piel de algún personaje, siento que como actriz tengo cientos de vidas, sé que sonará absurdo
—Nada de lo que digas podría sonar absurdo —pasé mi brazo detrás de ella y la acerqué un poco más a mí.
—Esta oportunidad en serio lo es todo, no sé cuánto tiempo más tendré que esperar para encontrar algo así de bueno.
—Podemos decirle a Marcus que nos ayude a buscar algo.
—Tampoco quiero que los contactos de mi novio me consigan trabajo.
—De acuerdo, de todas maneras, sé que lo lograrás por tu cuenta, ¿aún no se actualiza la página? —niega sin despegar su mirada del móvil.
El mío comienza a sonar, genial, mamá me está llamando, temo que si dejo sola a Juls incendie el apartamento.
—Deberías responder.
Bueno, está tan concentrada que si la dejo un par de minutos sola quizá no pase nada malo, me levanto del sofá y respondo el teléfono caminando hacia el pasillo.
—Mamá, estoy algo ocupado.
—¡Es importante! —grita del otro lado de la línea.
Hay demasiado ruido, música, gritos de personas y sonidos de ¿disparos?
—Mamá, ¿dónde diablos estás?
—Tranquilo estoy bien, estoy en una parte de ¿dónde estamos cariño? —escucho que le pregunta a alguien—. Ah, sí, estamos en Texas.
—¿Con quién estás?
—Se llama Nathan, estoy saliendo con él.
Que novedad, un chico nuevo y para el colmo está ebria.
—Quería pedirte algo hijo.
Dinero no por favor, sé una buena madre y solo dime que quieres que te acompañe a Texas, si quieres dime que te vas a casar y que quieres que vaya a la boda, pero que no sea lo que estoy pensando.
—Sí, dime.
—Es un poco vergonzoso, pero necesito un poco de dinero.
La madre del año.
—¿Cuánto quieres?
Seguía siendo mi madre, no la iba a dejar ahí como si nada sin ayudarla.
—Veinte mil, queremos irnos después a Las Vegas y rentaré algo por allá.
—No te daré veinte mil sabiendo que podrías apostarlo todo en una noche de casino.
—No apostaré los veinte mil —habló ofendida—. Diablos ¿por quién me tomas, hijo? A lo mucho serán mil y eso solo para que no me miren feo, podría ganar algo bueno.
—Mamá, no te daré el dinero ¿no tienes donde quedarte? La casa está vacía, puedes quedarte ahí y encontrar un trabajo como una persona civilizada, no todo se trata de dinero, sexo y viajes.
—Eres un aburrido —me colgó.
Así, sin más, sin decirme un adiós hijo gracias por escucharme, nada, solo me colgó.
Entendía que la habían despedido, que tenía problemas económicos, que todo este tiempo ligando con cuántos hombres pudo solo fue un intento desesperado por olvidar al imbécil de mi padre y aún con años y años de intentos sé que no lo logró, es lo que más me confunde, que podría haber jurado que papá amaba a mamá.
Éramos una familia feliz, las imágenes en mi cabeza son borrosas, no puedo recordar a la perfección los primeros cuatro años de mi vida, creí que las cosas mejorarían, había escuchado que algunas familias pasan por este tipo de problemas y después de un tiempo el padre o madre regresan, lo esperé para mi fiesta de seis años, para la fiesta de ocho, para la de diez, y nunca llegó así que dejé de tener esperanza, siempre bromeaba con Landon diciéndole que tenía la teoría de que se había ido en busca de cigarros, tenía una marca preferida, quizá sigue en busca de ellos.
Salí de la habitación para encontrarme con Juls de pie sosteniendo su teléfono, la mano le temblaba.
—¿Son los resultados? —asintió lentamente—. ¿Y bien?
—No quedé.
Guardé silencio unos segundos, tenía que ser una broma.
—Esta es la parte en donde dices que estás bromeando, brincas de emoción y me dices que tienes el protagónico.
—Adam —habló en un hilo de voz y sus ojos se cristalizaron, me acerqué de inmediato a ella.
—No, no, no, no —se aferró con fuerza a mi camisa—. Lo siento tanto, Juls
No hablaba, no me miraba, ni siquiera sentía que respirara.
—No lo contengas, amor.
—No quiero llorar —sentí como su labio inferior temblaba en mi pecho.
—Suéltalo, llora todo lo que tengas que llorar, no me iré a ningún lado.
Lo último pareció ser el detonante, comenzó a llorar, tengo que admitir que me asusté, no sabía qué hacer con exactitud, una cosa era darle comida a Chloe y otra muy diferente consolar a mi novia, irónico, siempre soy yo el que da los consejos para tratar a las chicas.
Acaricié su cabello con delicadeza, no dejaba de llorar y lamentarse diciendo que quizá debió prepararse más o que tal vez no tenía talento, quise interrumpirla todas y cada una de las veces en que dijo que no era suficiente, pero sabía que tenía que desahogarse, tenía que sacarlo y si la interrumpía y le decía algo lindo solo lo empeoraría, en momentos como estos es bueno dejar que lo saque todo. No sé cuánto tiempo habrá pasado, pero poco a poco su respiración comenzaba a regularse, me miró mientras se limpiaba las lágrimas.
—¿Ya puedo desahogarme yo insultándolos?
—Será interesante escucharte.
Estando más calmada la llevé al cuarto, necesitaba estar cómoda, nos acostamos y miramos el techo como si tuviera algo increíble que decirnos, cumplí lo que dije y estuve un buen rato insultando a los que fueron jueces en su audición, le dejé muy en claro lo valiosa que era y el talento que tenía, ante varios de mis comentarios se reía un poco, ah, música para mis oídos.
—Si realmente vale la pena luchar por algo no será fácil.
—Perdí esta oportunidad
—Y el mundo no se acaba por eso, si se trata de cumplir tus sueños, tienes que luchar.
—Y darlo todo hasta al final, palabras del gran Adam Stone.
Sonreí al notar que había recordado eso, se lo dije hace tres años cuando fui a su casa y me enseñó el lugar donde practicaba sus diálogos.
—¿Tocas algo para mí?
Su pregunta me tomó por sorpresa, pero no dejé que lo pensará demasiado, muchas veces me había dicho que se moriría de vergüenza el día que le tocara una canción, me levanté de la cama y tomé mi guitarra acústica que estaba en un rincón de la habitación, saqué mi plumilla de la suerte y eso causó que ella sonriera.
—Ahora que lo mencionas —me senté en la cama, ella se había incorporado un poco para verme mejor—. Hay una canción que me hace pensar demasiado en ti, ahora todo tiene sentido, ¿estás lista?
Con una sonrisa de oreja a oreja me dijo que sí.
Empecé a rasgar las cuerdas, su atención estaba puesta en mí, en cada movimiento que hacía, en la manera en la que respiraba, sin dejar de mirarla a los ojos empecé a tocar, sabía que reconocía la canción.
Breathe Deep, breath clear
Respira profundo, respira claro
Know that I'm here, know that I'm here, waiting
Sabes que estoy aquí, sabes que estoy aquí esperando.
Stay strong, stay gold
Mantente fuerte, mantente brillando.
You don't have to fear, you dont't have to fear, I'm waiting
No tienes que temer, no tienes que temer, estoy esperando.
Continúo cantando, me dejo llevar por todo lo que estoy sintiendo, jamás me había sentido tan identificado con una canción, no miento al decir que todo con Juls ha sido nuevo, que me ha hecho creer que alguien como yo tiene esperanza, que alguien puede amarme con las mismas fuerzas con las que yo puedo amar e incluso más, he estado esperando por ella, solo sé que no quiero nada si no es a su lado.
Hold fast hope, all your love is all I've ever known.
Aférrate a la esperanza, todo tu amor es todo lo que he conocido
How could a heart like yours ever love a heart like mine?
¿Cómo podría un corazón como el tuyo amar un corazón como el mío?
How could I live before?
¿Cómo pude vivir antes?
How could I have been so blind?
¿Cómo pude ser tan ciego?
You opened up my eyes, you opened up my eyes
Abriste mis ojos, abriste mis ojos.
Termino de tocar y dejo la guitarra a mi lado.
—No entiendo cómo puedes amarme, con los mil y un defectos que tengo, con los problemas que me siguen, soy un desastre y aun así me amas.
—Y puedo asegurarte que no dejaré de hacerlo, no importa tu pasado ni lo que hayas hecho, te lo dije, seas el Adam alegre o el roto, te sigo amando igual
—Si en algún momento te cansas de esto, puedes
—Ni se te ocurra pedirme que me vaya, te aseguro que es lo último que quiero.
—Bueno, al menos estás más calmada —trato de cambiar el tema.
—Tú mismo lo dijiste, ya habrá otras oportunidades.
—¿Y así de fácil me creíste? Esperaba más resistencia de tu parte, Juls —bromeé.
—Digamos que en ocasiones puedes llegar a ser persuasivo —mi sonrisa se ensancha al escucharla.
¡Es ahora o nunca!
Tengo que alejar estos pensamientos.
¡Solo díselo!
No.
¡Será tarde! Deja de ser un cobarde y hazlo.
—Hay algo que quiero decirte —me encuentro hablando—. Proponerte más bien.
—Uy, estoy interesada, ¿de qué se trata?
No, no puedo.
¡Sí, sí puedes, hazlo!
—Sé qué hace unas semanas tus padres regresaron a casa y Trevor me comentó que has estado buscando apartamentos para tener más privacidad y no tener que lidiar con las reglas de mamá y papá.
—Sí...
—Y bueno, he estado pensando que, para facilitar las cosas, no lo sé, podríamos —me sigue mirando esperando a que continúe.
¡Carajo, sin filtros, suéltalo!
—Prácticamente ya duermes aquí, ¿quieres mudarte conmigo?
—¿Estás hablando en serio?
—Te juro que jamás había hablado tan en serio, solo es cuestión de traer el resto de tus cosas, si es que quieres claro, no estás obligada y entiendo si crees que es demasiado pronto —hablaba rápido.
—Sí quiero.
¿Escuché bien? ¿Acaba de decirme que sí?
—Juls no juegues con mis sentimientos.
—Quiero mudarme contigo, espero que a Jonathan no le moleste.
—Descuida, estará encantado y, sino que se joda —me sonríe divertida.
—No pareces muy sorprendido con la respuesta.
—En el fondo mantenía las esperanzas —me acercó a ella para que la besara.
Juro que ese beso solo me hizo más feliz.
—No puedo olvidar que me llamaste «amor»
—¿Eh? —pregunté cómo idiota mirándola.
—Hace rato me llamaste amor.
—Ah, ¿sí? No lo recuerdo.
—¿Te refresco la memoria? —sonrió a pocos centímetros de mis labios.
—Por favor, amor.
Si pueden escuchar la canción que Adam cantó para Juls sería genial, es muy linda en verdad y no se le dedica a cualquiera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro