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Extra de cap. 3 y 23

Au moderno

Continuación de "Primer beso" y "Sorpresa".

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-¡Papi! -Hipo se quejó al sentir el peso de alguien caer sobre él, abrió sus ojos despacio y sonrió al ver a su pequeña hija de casi cuatro años reír por su travesura

-Buenos días, Zephyr. -le sonrió, abrazándola y dejando un beso sobre su cabeza

-¡Feliz cumpleaños! -dijo la pequeña con alegría

-Hoy no es mi cumpleaños, cariño. -le dijo con calma, soltándola y acomodando el cabello de la niña fuera de su rostro

-Mamá dijo que te despertara. Y tiene un pastel. -explicó con calma -Así que es tu cumpleaños. -sonrió, convencida de sus palabras y apresurándose a bajar de la cama de sus padres para correr feliz fuera de la habitación

El castaño sonrió, frunciendo el ceño desconcertado por las palabras del menor. ¿Un pastel? Se sentó con calma en la orilla de la cama, se estiró y sonrió al ver la fotografía de su boda en la pared frente a él y después vio la primera fotografía de su pequeña en el buró junto la cama.

-¡Papi! -giró la mirada a la puerta de la habitación, sonriendo al ver a su hija nuevamente -Vamos, vamos. -se acercó a él, jalando su mano -Es tu cumpleaños, ven. -el mayor soltó una risa suave y se levantó para seguir a su hija hasta la cocina, donde estaba Astrid, sonriendo mientras servía el desayuno

-Mi lady, buenos días. -le saludó

-Buenos días babe. -le sonrió con cariño, acercándose para dejar un beso en sus labios

-¡Feliz cumpleaños! -insistió la menor, riendo y acercándose a la mesa para ver el pequeño pastel de chocolate

-No es cumpleaños de papá. -dijo la rubia con calma

-Pero.. hay un pastel. -señaló el postre -Siempre que hay pastel es un cumpleaños. -hizo una mueca

-No es cumpleaños de papá. -insistió la mayor con calma

-Pero hay un pastel.. -dijo el castaño, abrazando a su esposa por la cintura y señalando el postre igual que su hija había hecho, mientras la más pequeña fruncía su ceño y se cruzaba de brazos, confundida por la situación.

-Hipo...

-Quiero saber qué pasa, es todo. -se encogió de hombros, sonriéndole y atrayéndola para besarla con dulzura para que no se enojara con él

-¿Por qué hay un pastel si no es cumpleaños de papá? -preguntó la menor, irritada con la situación

-¿Por qué hay un pastel, babe? -preguntó el castaño

-Tenía ganas de comer pastel. -se encogió de hombros -Ahora a desayunar o no les daré postre. -advirtió, cargando a la menor para sentarla en su silla, dejando un beso en su frente

-Pero no te enojes, reina. -Hipo la abrazó, dejando un beso sobre sus labios

-Anda, desayuna. -murmuró con una sonrisa

El castaño soltó una risa suave y se sentó a desayunar con calma, sonrió al ver a su pequeña niña comiendo. Era la viva imagen de Astrid, su preciosa esposa. Recordaba la primera vez que pudo verla después de su cirugía..

"-Hola, babe. -le sonrió con cariño, sintiendo lágrimas en sus ojos ante la felicidad que sentía -¿Cómo te sientes?

-Dioses... Eres más hermosa de lo que imaginaba.. -murmuró, sonriendo y tomando la mano de su esposa con cuidado, la rubia se sonrojó ante sus palabras

-Creo que está bien. -dijo Estoico con calma mientras Valka soltaba una risa suave

-Ven aquí, mi amor. Dame un beso. -Hipo sonrió ampliamente, jalando con suavidad a la rubia, que sonrió apenada y se acercó para darle un beso suave -Gracias por convencerme. -murmuró, llevando su mano libre al vientre de la rubia, donde dejó una caricia suave

-Gracias por aceptar. -le murmuró de vuelta, dándole otro beso antes de separarse para que sus suegros se acercaran a él"

-¿Estás bien? -la voz de su esposa lo devolvió a la realidad

-Si.. -murmuró con una sonrisa, tomando la mano de la rubia -Solo recordaba la primera vez que te vi. -admitió, dejando un beso en la mano de su esposa, que le sonrió con cariño

-¿Recuerdas la primera vez que me viste? -preguntó la menor, viendo a su padre con curiosidad

-Por supuesto que si, mi niña. -asintió con la cabeza, acercándose a limpiar una mancha en su mejilla, ella le sonrió -Jamás podré olvidar esa primera vez que te tuve en mis brazos. Eras muy pequeña.

-Sigues siendo pequeña. -dijo la rubia con cariño, levantándose con calma para retirar los platos y tomar los que usarían para el pastel -Pero eras más pequeña. -la menor soltó una risa suave al sentir que su madre dejó un beso en su frente

-¿Qué tan pequeña? -preguntó con una sonrisa

-Muy pequeña, tan chiquita que a penas y cabías en mis manos. -la castaña volvió a reír, viendo a su padre unir sus manos como si estuviera cargando algo

-¿Tan chiquita era? -preguntó feliz

-Muy chiquita. -asintió con la cabeza -Eras y serás siempre la niña más hermosa que pueda haber en este mundo. -le aseguró con cariño

-¿De verdad? -sonrió con ilusión

-De verdad mi niña. -se acercó a dejar un beso en su mejilla y ella estiró sus brazos a él para que la cargara, cosa que hizo

-Te quiero, papi. -le dijo con calma mientras lo abrazaba una vez estaba entre sus brazos

-Te quiero mucho, mi pequeña valkiria. -la acurrucó con cariño en sus brazos

Astrid sonrió al verlos, dejando los pequeños platos en la mesa antes de partir el pastel de chocolate con calma.

-¡Yo quiero! -dijo la menor con emoción al ver que su madre partía el pastel

-Queremos pastel, mi lady. -dijo el castaño con una sonrisa

-Ya les sirvo. -les dijo con cariño

Hipo dejó a su hija nuevamente en su silla con cuidado mientras esta tarareaba suave en espera de recibir su rebanada de pastel. La mayor le dio una rebanada pequeña y después sirvió la del castaño.

-Gracias, cielo. -le agradeció

-Disfruta tu postre, babe. -dejó un beso en sus labios antes de servir su rebanada para sentarse en su lugar y comer con calma

El castaño la observó con cariño, notando que algo parecía diferente en ella esa mañana. Se veía más feliz de lo normal, más radiante, inexplicablemente más hermosa.

-¿Qué? -preguntó la rubia, desconcertada por su insistente mirada

-Hoy estás muy hermosa. -admitió

-Y tú estás actuando raro. -dijo ella con una sonrisa, desviando la mirada mientras se sonrojaba ligeramente

-¿Qué estás escondiendo? -preguntó con curiosidad

-Nada. -negó la rubia enseguida

-Babe, te conozco. -le dijo con calma, ella suspiró y regresó la mirada hacia él

-Tus padres vendrán a cenar hoy. -dijo al fin

-¿Vendrá el abuelo Estoico? -preguntó la menor con emoción, pues le gustaba pasar tiempo con su abuelo

-Si, mi niña. -asintió la rubia

-¡Si es un cumpleaños! -celebró alzando sus brazos

-No es un cumpleaños, bebé. -negó la rubia con calma, viendo después al castaño -Tienen una sorpresa para ti. Bueno.. para ustedes dos. -vio a su niña, que la veía desconcertada

-¿Es mi cumpleaños? -preguntó confundida

-No, cielo. -volvió a negar, sonriendo con dulzura a su pequeña -Las sorpresas pueden llegar cualquier día, no solo en tu cumpleaños. -le explicó con calma

-¿Entonces cómo voy a saber cuándo es mi cumpleaños? -frunció su ceño

-Yo me encargaré de decírtelo, mi niña. -le dijo el castaño con una sonrisa cariñosa

Astrid sonrió al verlo levantarse para cargar a la pequeña, que lo abrazó enseguida mientras él le hablaba con cariño y la hacía reír. De manera instintiva llevó su mano a su vientre, deseando que nada cambiara con la noticia que les daría esa noche.

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Hipo sonrió con cariño al ver a su pequeña hija convivir con uno de sus alumnos. El castaño era profesor de braille en una escuela para niños. Los sábados por la mañana daba algunas clases extra para personas adultas o niños mayores, esto inició a hacerlo después de su cirugía.

Ese día, sábado, Zephyr había insistido en acompañarlo y él no se había negado. Astrid le preparó un pequeño refrigerio y en ese momento, al termino de la clase, lo compartía con un hombre mayor que le agradeció con una sonrisa.

El hombre comió el pedazo de fruta que la menor le había dado y la escuchó atentamente mientras esta le contaba emocionada sobre el pastel que habían comido esa mañana. En algún momento levantó la mirada al castaño y le sonrió a medias al verlo acercarse, sonrisa que él le devolvió.

-¿Cuándo es tu cumpleaños? -preguntó la pequeña al hombre con curiosidad

-El 8 de junio.* -dijo el hombre con calma

-Uh.. ¿Falta mucho, papi? -vio a su padre con atención

-Algunos meses, cielo. -le sonrió con cariño

-¿Te gustaría que te de un pastel? -preguntó nuevamente hacia su inesperado nuevo amigo, que soltó una risa suave ante el entusiasmo de la pequeña

-Sería un gran regalo, sin duda. -le dijo con calma -Me gustaría. -asintió, la pequeña sonrió aún más

-Te traeré un pastel, el más rico de todos. -le aseguró, dándose cuenta que el auto de su madre ya había llegado y en cuanto la vio se levantó de la banca donde estaba sentada -¡Mami, tenemos que hacer un pastel! -le gritó feliz mientras corría a ella

-Con cuidado. -le dijo Hipo, viéndola hasta que estuvo en brazos de la rubia -Me alegro que volvieras a las clases. -le dijo al mayor con calma, volviendo a verlo y sonriendo a medias -Zephyr preguntó mucho por ti.

-Es una niña encantadora. -comentó el mayor, viendo a la niña con ternura -Es una mezcla perfecta entre ustedes, querido Hipo. -sonrió, regresando la mirada al castaño

-Si.. creo que si. -asintió con la cabeza -¿Ryker vendrá por ti? -preguntó con calma

-Se supone que si. -soltó una risa baja -Ha sido difícil acoplarnos después de la última cirugía. -admitió

-¿Está bien si te acompañamos hasta que venga? -sonrió comprensivo, acercándose a cerrar la lonchera de su hija

-Sería un honor para mi. -le sonrió, Hipo le hizo una seña a Astrid y ella se acercó con calma, cargando a la pequeña.

-Hola, Viggo. -saludó al mayor una vez estuvo lo suficientemente cerca

-Un gusto verte de nuevo, Astrid. -le saludó de regreso

Viggo había sido estudiante de braille desde hacía un año después de perder la vista en un ojo debido a un accidente. Había tenido algunos problemas de salud que le habían impedido asistir a todas las clases y había faltado los últimos cuatro meses hasta ese momento.

Su vista se había ido deteriorando con los meses, por lo cual el castaño le ofreció un poco más de ayuda. Debido a esas ayudas extras fue que la pequeña Zephyr comenzó a acercarse al mayor.

Mientras esperaban por la llegada de Ryker, hablaban con calma, siendo la más pequeña quien iniciaba los temas de conversación. Cuando Viggo recibió un mensaje de su hermano, lo acompañaron al estacionamiento para que no tuviera problemas por su falta de visión.

-Nos vemos. -se despidió la pequeña con alegría

-Hasta luego. -se despidió el mayor con una sonrisa

-Viggo te cae muy bien, ¿verdad? -preguntó Astrid, avanzando junto a Hipo, que cargaba a su hija

-Es gracioso. -dijo con una sonrisa -Y siempre me escucha. Además... le gusta la fruta. -dijo feliz, tomando otro trozo de fruta de su lonchera -La fruta es muy rica. -comentó antes de comerla

-Muy rica, sin duda. -asintió el castaño con la cabeza

Astrid sonrió, guardando silencio durante el trayecto a casa.

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La noche se hizo presente, Zephyr estaba tomando una siesta cuando los padres de Astrid llegaron para cenar, lo cual desconcertó a Hipo. Sin embargo, no se quejó de absolutamente nada.

Zephyr salió de su habitación adormilada, frotando sus ojos con cuidado y tambaleándose un poco.

-Mi niña, ten cuidado. -la voz de su abuela materna la hizo sonreír, se acercó a ella y la abrazó -Oh, preciosa. -dejó un beso sobre su frente y el padre de Astrid se acercó a saludar a su nieta mientras Hipo iba a la cocina para ayudar con la cena

-¿Qué me ocultas? -preguntó con curiosidad, abrazándola por la cintura y dejando un beso sobre su cuello

-¿Por qué crees que..?

-Te conozco. -le interrumpió -¿Qué pasa? ¿Estás bien? -la giró para verla con atención, notando que parecía estar a punto de llorar -¿Qué pasa? -insistió

-Babe..

-¡Abuelito! -la voz de su hija los interrumpió, escuchándose después la voz de Estoico y Valka

-Vamos, ayúdame a llevar la cena. -murmuró la rubia, limpiando sus lágrimas

-Me preocupas. -admitió él en bajo, dejando un beso sobre su frente

-Estoy bien, descuida. -aseguró -Ya te diré lo que pasa. -dejó un beso en su mejilla y se separó para poder llevar la cena a la mesa

En cuanto salieron, notaron que Valka bajaba una caja hacia su nieta con cuidado. La pequeña se acercó con curiosidad y sonrió ampliamente al ver a una cachorra asomarse de manera tímida.

-Oh.. que bonito.. -murmuró, acercándose con cuidado para ver mejor al perrito

-Es una cachorrita, para que te acompañe. -le dijo Estoico con calma, cargando a la cachorrita con cuidado para acercarla a su nieta

Hipo sonrió al ver a la cachorrita, tan parecida a su querido chimuelo.

-Es hija de Helga. -le informó Astrid en bajo, lo que lo hizo sonreír más y se acercó a su padre una vez dejó las cosas que llevaba en la mesa

Helga era una cachorra que sus padres habían adoptado, ella era hija de Chimuelo, su preciado cachorro. Por eso el parecido. La rubia sonrió al ver a su hija acariciar con cuidado a la cachorrita.

-Traigo lo que me pediste. -murmuró su madre, sonriendo feliz y ayudándole con lo que hacía falta

-Gracias, ma. -murmuró, sonriendo nerviosa por lo que podría pasar

Durante la cena, la pequeña eligió el nombre para su cachorra, Dart.

Hipo observaba en momentos a su esposa, queriendo descubrir por qué es que estaba tan misteriosa. Cuando fue hora del postre, la madre de Astrid se disculpó un momento para ponerse de pie e ir a buscar unas pequeñas cajitas que había llevado consigo.

-Bueno, también tenemos una sorpresa más. -dijo con una sonrisa, repartiendo las cajas con ayuda de su esposo

-Me gustan las sorpresas. -dijo la más pequeña de la familia con una sonrisa, teniendo a su cachorra a su lado en la silla, siendo cuidadas ambas por Estoico

El castaño agradeció a su suegro por la caja y observó con curiosidad a Astrid, quien sonreía a medias. Le pidió que abriera la caja y este así lo hizo.

-Dioses... -Hipo vio los cupcakes en la caja, entendiendo en ese momento el comportamiento raro de su esposa los últimos días

-Por todos los dioses.. -Valka sonrió emocionada al ver el contenido de la caja (cupcakes similares con la frase "Felicidades, serás abuela.") -Oh, hija.. -se levantó enseguida para acercarse y abrazarla

-¿Qué? ¿Qué pasó? -preguntó Zephyr desconcertada, queriendo ver la caja de su abuela sin entender por qué había reaccionado así

-Vas a tener un hermanito o hermanita. -le explicó Estoico con calma, sonriendo ampliamente por la noticia

-¿Un hermano? -vio hacia sus padres confundida

-Vas a tener un hermano. -confirmó Hipo con una sonrisa, para después ver a su esposa, que había iniciado a llorar por la emoción -Mi amor..

-Sorpresa. -le dijo en bajo

-Oh, cariño. -se levantó y se acercó para abrazarla enseguida -Te amo mucho. -murmuró

-¡Tendré un hermano! -celebró Zephyr, levantándose en su silla, Dart ladró un poco y movió la colita feliz al verla bailar en su lugar

-Cuidado, mi niña. -Estoico se acercó más a ella para cuidar que no cayera ninguna de las dos

-Por eso estabas tan rara. -dedujo Hipo, separándose para darle un beso y limpiar su rostro de las lágrimas que seguían escurriendo por sus mejillas

-No sé de que hablas. -negó con la cabeza, sabiendo perfecto de qué hablaba

-Lo sabes. -le acusó, acercándose a darle otro beso para después girar la mirada a su hija que bailaba feliz junto a sus abuelas por la noticia

El castaño sonrió, feliz de tener la oportunidad de ver aquello. Su hija reír junto a su madre y su suegra, su suegro grabando y su padre cargando a la nueva cachorra de la familia. Era una imagen que quería atesorar en sus recuerdos para siempre.

Regresó la mirada a su esposa, su amada Astrid. La mujer más hermosa que hubiera podido ver nunca. La mujer a la que ha amado desde hace tantos años, sin importar nada más.

-Te amo. -repitió

-Te amo. -respondió ella, acercándose a besarlo con dulzura antes de levantarse y unirse al baile con su hija a la que cargó y llenó de besos para hacerla reír aún más

Hipo sonrió, sintiéndose plenamente feliz de estar con su familia.












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*Elegí esa fecha (08/06) para el cumpleaños porque es en el capítulo 8 de la sexta temporada donde vemos a Viggo por última vez.*

Quise agregarlo en el capítulo porque me parece un gran personaje, el mejor antagonista/villano de las series (para mi). Tengo un increíble amor/odio por él :)

Además, canónicamente perdió la vista en un ojo por la quemadura en el volcán (?) así que tendría sentido agregarlo como estudiante de Hipo..

(si, solo estoy tratando de justificar su aparición :D Gracias por leer ❤️)

"Cuando Johann y Krogan me dieron por muerto, una pesadilla monstruosa me salvó. Pasé toda mi vida cazando dragones, matándolos. Y ahora los respeto como iguales. Tú me enseñaste eso, Hipo. Esa es la ironía final, supongo. „

~ La redención de Viggo.

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