Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

23| Sorpresa

Au moderno

Historia ambientada en una época actual, en una ciudad ficticia.

Segunda parte de "Primer beso"

— — — — — ♡ — — — — —

Hipo se encontraba en la cocina de su casa, picando fruta para desayunar. Sonrió al sentir que su amada novia lo abrazaba por la cintura desde atrás, recargándose en su espalda. Habían pasado 10 años de aquella tarde en que se conocieron, diez años en lo que habían pasado muchas cosas buenas y malas también.

—Buenos días, guapo. —saludó Astrid, aún adormilada

—Buenos días, mi lady. ¿Qué tal dormiste? —acarició el brazo de la rubia un momento, antes de seguir con la fruta

—Bastante bien. —sonrió, separándose para poder acercarse a tomar uno de los cubitos de manzana que ya estaba partida

—Deberías esperar a que termine de cortar todo. —reclamó el castaño con una sonrisa divertida

—Aún me pregunto cómo haces eso. —hizo una mueca, acercándose a dejar un beso en su mejilla

—Detectar las cosas que pasan a mi alrededor, es mi superpoder. Creí que lo sabías. —bromeó terminando de cortar la fruta, ella soltó una risa y le acercó los platos para ponerla

—Claro, claro.. me casé con un superhéroe. —asintió con la cabeza, siguiéndole la broma y sirviendo la fruta en los platos mientras el castaño buscaba la granola en el estante cercano

—No todas tienen ese privilegio. —siguió bromeando, tomando el frasco de granola y volviendo hasta ella, la abrazó por la cintura y dejó un beso sobre su cuello

—Le agradezco a los dioses por tenerte. —sonrió, girando hacia él, jaló la playera del castaño para atraerlo y besarlo con dulzura

—Yo también. —murmuró él una vez se separaron del beso

—Anda, babe. Debemos desayunar. —dejó otro beso sobre sus labios y se separó para ir hacia la sala con los platos de fruta, él sonrió, tomando el yogurt natural y la granola para seguirla con paso tranquilo hasta el sofá, donde desayunarían mientras "veían" una película.

Seguro te preguntarás qué ha pasado en la vida de ellos en esos diez años. En un resumen, se hicieron novios la tarde de aquel primer beso, pasando más tiempo juntos y saliendo a citas en las que ella le hablaba sobre la ciudad y sobre su vida. Él la seguía siempre, contándole también sobre sus planes a futuro mientras estaban en el parque para perros con sus cachorros.

Al entrar en la universidad, se distanciaron, pero de manera regular se visitaban para pasar tiempo juntos. Al terminar sus estudios, Astrid volvió a casa de sus padres, para llevarse la sorpresa de ver a Hipo arrodillado frente a ella, pidiéndole matrimonio.

Han estado viviendo juntos desde entonces.

—¿Estás bien, mi vida? —preguntó el castaño con calma, abrazándola al notar que ella se pegaba a él más de lo usual

—Tengo una sorpresa para ti. —murmuró, sonriendo ampliamente —Pero después del desayuno. —dijo enseguida

—Bien, esperaré entonces. —sonrió, volviendo a comer mientras prestaba atención a lo que decían en la película, la rubia (como siempre) le explicaba algunas cosas para darle algún contexto en caso de necesitarlo

Una vez la película terminó, Astrid se separó del castaño para llevarse los platos a la cocina mientras él esperaba pacientemente en el sofá. Suspiró mientras pensaba en qué podría estar planeando su querida Astrid. Estiró su mano hacia la mesa de centro frente el sofá, tanteando con cuidado hasta que encontró el peluche que su mejor amigo le había dado unos meses antes.

Un peluche para recordar a su preciado Chimuelo, que había fallecido un año antes, seguido unos meses después por Tormenta. Era idéntico a su pequeño amigo de cuatro patas, al menos esto le habían asegurado su madre y su novia cuando lo tuvo en sus manos.

—No es nada malo. —le dijo Astrid con calma al verlo abrazar su peluche, como hacía cada que estaba nervioso

—De acuerdo. —le sonrió

—Estira tu mano. —él obedeció y ella dejó un sobre en su mano, sonriendo ampliamente al verlo confundido —Tendrás que abrirlo, babe. —explicó suavemente

Él soltó una risa baja y dejó el peluche en sus piernas para poder abrir el sobre con cuidado, la rubia se sentó a su lado, emocionada.

—Estás demasiado sospechosa. ¿Es una broma acaso? —preguntó mientras sacaba del sobre una tarjeta, la cual inspeccionó, notando que tenía su nombre escrito en braille

—No bromearía con esto jamás, babe. —le aseguró, él abrió la tarjeta y comenzó a leer lo que decía, sonriendo ampliamente, desconcertado al descubrir el mensaje

"¿Estás listo para ver otra vez?"

—¿Qué? ¿Pero..? —ella tomó sus manos con emoción

—Hablé con el médico y tienes una cita en dos días. Si el chequeo es tan bueno como esperamos..

—¿Van a operarme? —preguntó en bajo aún sin poder creer la noticia

—Bueno.. esa es la idea, babe. —asintió con la cabeza —Volverás a ver.

—Oh, cariño.. —la atrajo para abrazarla —Te amo. Te amo mucho.

—Yo te amo a tí, babe. Muchísimo. —le aseguró, devolviéndole el abrazo

—¿Qué pasó con el dinero.? —murmuró él de repente, apretando el abrazo un momento antes de separarse, frunciendo su ceño desconcertado —Teníamos solo la mitad de lo que..

—Tus padres me ayudaron, mis padres ayudaron.. nuestros amigos, tus alumnos incluso.. —le interrumpió, explicándole con calma

—Astrid..

—Sé que no querías recibir dinero de nadie, conozco lo orgulloso que eres. —tomó su rostro con calma —Pero ellos insistieron en ayudar.. especialmente los pequeños.

—¿Hablas en serio? —cuestionó con enojo, separando las manos de la rubia de su rostro —Astrid, son niños. No creo que sea correcto pedirles dinero para..

—No fue una donación, no les pedí dinero, no es caridad. —negó ella enseguida —Las madres y padres están realmente felices contigo como profesor de sus hijos, los niños te adoran. Ellos hicieron una venta de jardín para recaudar un poco de dinero y..

—¿Eso no es una donación? —preguntó disgustado

—Es un regalo. Por ser un excelente ser humano que siempre los escucha, les ayuda.. —explicó, tratando de mantener la calma —Ellos te adoran.

—Pero yo no quería que..

—Hipo..

—No. No debiste aceptar ese dinero. —le interrumpió, ella guardó silencio unos segundos, separándose más de él

—Entonces te daré el dinero a ti. Y mañana podrás devolverles a los niños la cantidad que te dieron. —dijo con seriedad

—¿A los niños? —preguntó desconcertado 

—Ellos fueron los que organizaron todo. Quienes dirigieron la venta, quienes juntaron el dinero y quienes me lo dieron.

—Si lo dices para que cambie de opinión..

—Lo digo, porque es verdad. —interrumpió, igualmente enojada —Ellos lo hacen para ayudarte, porque te quieren. Igual que el resto de nosotros. —aclaró, refiriéndose a sus familiares y amigos —Así que te tocará a ti devolverles el dinero, porque yo no estoy dispuesta a lidiar con ellos al ser rechazados por alguien a quien consideran su héroe. —se levantó del sofá, dirigiéndose a la habitación para quitar su pijama y poder iniciar su día

El castaño se quedó en el sofá, pensando en las palabras de su novia. Abrazó el peluche de Chimuelo y simplemente analizó lo que debía hacer ahora.

—¿Te quedarás ahí todo el día? —preguntó la rubia con calma una vez volvió a la sala varios minutos después, él no respondió, no sabía qué decir de todos modos —Hipo.. —se acercó para volver a sentarse a su lado —Sólo quieren ayudarte.

—¿Por qué se siente tan mal rechazarlo? —preguntó en bajo

—Porque en el fondo, sabes que lo hacen con todo su cariño. —le sonrió comprensiva y se acercó a tomar su mano para tratar de calmarlo —Todos ellos saben que tu más grande sueño es volver a ver. Y ahora que hay una oportunidad..

—Siento que nunca podré devolver este favor. —murmuró, apretando la mano de la chica, quien le sonrió con cariño

—Es un regalo, babe. —dijo con suavidad —Están devolviéndote un poco de lo que tú haces por ellos. 

—Pero no hago las cosas para obtener algo a cambio. —negó con la cabeza

—Lo sé, cariño mío. —le sonrió, acercándose más a él —Es por eso que te amamos tanto. —tomó su rostro para besarlo con dulzura

—Babe..

—Tienes un corazón tan puro y bueno que te mereces todo lo bueno del mundo. —aseguró con una sonrisa

—Creo que exageras. —sonrió apenado

—No, no.. te aseguro que no estoy exagerando. —negó con la cabeza, levantándose y acercándose para sentarse a horcajadas en sus piernas —Tienes un enorme corazón. —acarició su pecho con suavidad

—Te encanta jugar con mis sentimientos. —murmuró, sonrojándose al pasar sus manos por las piernas de la rubia y dándose cuenta que estaban desnudas bajo una delgada bata de seda

—Un poco, si.. —admitió, inclinándose para besarlo con calma —Entonces... ¿Te harás la operación? —preguntó con una sonrisa, acariciando el cabello del castaño con suavidad

—¿Estás tratando de convencerme o de seducirme? —cerró sus ojos, disfrutando de las caricias en su cabello y dejó sus manos en los muslos de la rubia, después de hacer a un lado el peluche para no aplastarlo

—Tal vez ambas cosas. —soltó una risa suave y lo besó, él correspondió el beso enseguida, sonriendo, pasando sus manos con caricias suaves hacia la cintura de la rubia, por debajo de la bata

—Déjame pensarlo, ¿si? —le pidió en bajo, sintiendo ahora sus besos en el cuello —Te.. te diré.. mañana.. —soltó un gemido sin poder evitarlo ante los besos de la rubia, ella sonrió complacida al escucharlo y paró sus besos

—Entonces, hasta mañana seguimos con..

—No, no.. ni se te ocurra. —negó con la cabeza, aferrando sus manos a la cadera de la chica al sentir que quería levantarse —No te irás. —le sonrió, llevando una de sus manos al rostro de la chica para atraerla y besarla, ella soltó una risa y le siguió el beso

Hipo le quitó la bata con cuidado y dejó besos en su cuello, haciéndola suspirar.

—¿Sabes lo que más anhelo ver? —preguntó en bajo mientras se separaba un poco de ella

—¿A mi? —preguntó con gracia mientras le ayudaba a quitarse su playera de pijama, él sonrió ampliamente y asintió con la cabeza, pasando sus manos nuevamente por el cuerpo de su novia

—A ti. —concordó —Mis manos conocen perfectamente cada centímetro de tu cuerpo. —ella jadeó al sentir que desabrochaba su sujetador con un movimiento rápido y se sonrojó ligeramente mientras sonreía —Pero quiero poder verte. —volvió a dejar besos en su cuello con suavidad mientras acariciaba su pecho —Anhelo verte, mi amada valkiria.

—¿Eso es un si? —preguntó con un gemido, disfrutando de sus atenciones

—Es un si, mi amor. —asintió con la cabeza —Por supuesto que si. —separó una de sus manos de la rubia para desocupar el sofá, tirando al suelo los cojines e incluso el peluche de Chimuelo para poder recostarla ahí y seguir llenándola de caricias

Ella soltó una risa suave cuando la recostó en el sofá y sonrió al verlo quitar su pantalón de pijama con cuidado.

—Me alegra saber que aún tengo esa influencia en ti. —dijo de manera coqueta, él le sonrió y se acomodó sobre ella con cuidado

—¿Te gusta verme a tu merced, mi lady? —preguntó con suavidad, inclinándose para dejar besos en su cuello y hombro 

—Me encanta. —gimió, sintiendo las caricias y besos del castaño, que sonrió ampliamente al escucharla

—A mi me encantó tu sorpresa. —murmuró

—Me doy cuenta de eso. —sonrió, abrazando la cadera del chico con sus piernas, haciéndolo gemir en bajo por el roce que eso causó en sus intimidades —Hoy soy toda tuya, babe..—comentó de manera sugerente, acariciándolo con suavidad

—¿Solo hoy? —preguntó con una sonrisa divertida

—Mañana no sé si lo siga siendo. —soltó una risa suave y un gemido en bajo al sentir los besos que el castaño dejaba en su pecho

—Haré que mañana quieras más. —amenazó de manera coqueta mientras bajaba una de sus manos hasta su intimidad, para acariciar ese punto dulce que tanto le gustaba

Ella arqueó la espalda ante las caricias y besos del castaño, dejó salir su gemidos suaves al tiempo el que lo acariciaba de vuelta.

—————

—Daría lo que sea... por poder verte justo ahora.. —murmuró el castaño cerca de su oído, tratando de recuperar un buen ritmo en su respiración al igual que ella

—Pronto, babe.. pronto.. —pudo murmurar la rubia, sonriendo satisfecha después de su orgasmo

—Y... ¿podemos escribirle a la cigüeña después de la cirugía? —preguntó con calma, dejando un par de besos en el hombro de la rubia antes de enderezarse para no aplastarla debajo suyo

—¿Quieres que venga la cigüeña? —preguntó con cariño, acariciando su rostro con cuidado, él sonrió ante el contacto

—Me encantaría. —admitió enseguida —¿A tí te gustaría que..?

No pudo terminar la pregunta, pues ella lo jaló para besarlo con calma, simplemente disfrutando de la boca del contrario. Hipo respondió el beso enseguida, asegurándose de no recargar tanto peso en ella para no hacerle daño.

—Cariño.. si por mi fuera.. le habríamos escrito hace varios años. Lo sabes.. —murmuró contra sus labios una vez el beso terminó (más por necesitar oxígeno que por querer romper el beso)

—Lo sé, lo sé. —le sonrió, dejando un beso rápido en sus labios —Entonces... ¿Le escribiremos? —volvió a preguntar en bajo, queriendo estar seguro de que ella realmente estaba de acuerdo con eso

—Deberíamos empezar de una vez.. dicen que tardan en llegarle las cartas a la cigüeña y no quiero esperar más tiempo. —dijo con decisión, acariciando el cabello del chico con calma

—¿Quieres más? —preguntó divertido, volviendo a sentir las piernas de la rubia rodear su cadera

—Si se trata de ti.. siempre. —murmuró de manera seductora, volviendo a atraerlo en un beso apasionado que él respondió de la misma forma

Lo que ellos no sabían, es que había una sorpresa más. Una pequeña vida que ya estaba formándose dentro de la rubia desde hacía unas semanas. Una pequeña hija que llenaría sus días de luz y alegría.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro