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22| Todavía

Ambientada tiempo después de la tercera película.

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Hiccup avanzó de vuelta a su cabaña con pasos tranquilos, suspirando y estirándose para tratar de despejar su cansancio. En cuanto entró al que era su hogar desde hacía unos meses, sonrió. Sintiendo el delicioso aroma a comida recién hecha que, por supuesto, no había hecho su amada esposa.

Sabía que cocinar no era uno de sus múltiples talentos y se preguntaba si algún día lo sería o debía comenzar a tomar clases él para encargarse de la comida cuando fuera necesario.

-Babe, que bueno que llegaste. La cena está casi lista. -su cansancio pareció esfumarse al ver a su querida Astrid acercarse a él, con esa radiante sonrisa y su vientre al descubierto, dejando ver su avanzado embarazo

-Huele delicioso. -se acercó a ella para besarla y abrazarla con cuidado -¿Cómo estás hoy, cariño? -preguntó con calma mientras acariciaba el vientre de la rubia

-Estoy bien, babe. Heather me cuida mucho. -le dio otro beso antes de abrazarlo nuevamente, queriendo estar cerca de él

-Hola, jefe. Espero que tengas ganas de estofado de cordero, porque eso es lo que el bebé pidió. -le dijo con una sonrisa desde la cocina improvisada que había hecho para esos días que Astrid debía descansar

-Yo no tengo problema, gracias Heather. -le agradeció, enfocando después su atención en la rubia, que trataba de quitarle la gruesa capa de piel que estaba enganchada a sus hombros y cubría su espalda -¿Astrid? -le sonrió con cariño al verla tan concentrada en su tarea para después verla sonreír con orgullo cuando logró soltarla y esta cayó al suelo

-Es algo estorbosa. -explicó, sonriéndole -¿Te ayudo con esto también? -jaló el cinturón del castaño y señaló el chaleco de cuero debajo de este, él soltó una risa suave

-Me encantaría, pero tardaríamos demasiado. -tomó el rostro de la rubia entre sus manos y la acercó para besarla con dulzura -Iré a la habitación un momento, ahora vuelvo. ¿Está bien? -preguntó en bajo una vez se separó del beso

-Está bien. -asintió con la cabeza, sonriéndole con cariño

El castaño dejo otro beso en sus labios y tomó la capa en el suelo para llevarla consigo a la habitación, se cambió rápidamente, usando una túnica roja de manga larga y pantalones más cómodos. Cuando volvió, las chicas ya estaban en el comedor, esperando por él para cenar.

-¿Qué tal tu día, babe? -preguntó la rubia una vez estaban comiendo

-Bastante bien, todo parece estarse acomodando al fin. -le sonrió, contándole sobre su día, omitiendo algunos detalles que pudieran hacerla enojar o alterarse, pues no era recomendable según palabras de su madre y de Gothi

La rubia lo escuchó atentamente, sabiendo que le ocultaba cosas. Y no lo sabía solo por conocerlo como la palma de su mano, si no que había dejado a los gemelos encargados de decirle todo lo que pasara en la isla. Sabía que ellos le dirían hasta lo que no debería saber y serían cuidadosos en cuanto a cómo se lo decían, al menos la mayoría de las veces.

-Me alegro de que todo esté bien, babe. -le sonrió, tomando su mano

-¿Qué tal tú? ¿Cómo estuvo su día? -preguntó, tomando la mano de la rubia y acercándola a sus labios para dejar un eso en ella

-Bastante tranquilo, en realidad. -le sonrió -Heather se quedó conmigo aquí, simplemente hablando.

-Entonces.. ¿las marcas de hachas en los árboles junto a la casa no los causaron ustedes? -cuestionó suavemente, haciéndola sonrojar ligeramente mientras Heather reía en bajo

-Te dije que se daría cuenta. -dijo la pelinegra con una sonrisa

-Babe.. no podía quedarme todo el día encerrada. -se quejó la rubia, frunciendo su ceño -No puedes obligarme a estar todo el día sentada mientras tú te encargas de todo ahí afuera. Además.. me ayuda a relajarme. -hizo una mueca, él sonrió con cariño y dejó otro beso sobre su mano

-Si eso te hace feliz, está bien. -comentó con calma -Solo ten cuidado, ¿si? Por el bebé. -le pidió de manera suave, sonriéndole con cariño

-Tendré cuidado, lo prometo. -aseguró con una sonrisa

Después de la cena, Heather se despidió de la pareja para ir hacia la cabaña donde había estado quedándose los últimos dos días y que seguiría usando de manera indefinida hasta el parto de Astrid, pues quería poder ayudar a su mejor amiga ahora que estaba por dar a luz.

Astrid estaba sentada en la cama, esperando por el castaño, que terminaba de limpiar la cocina. Suspiró y acarició su vientre, hizo una mueca de dolor sin poder evitarlo al sentir los movimientos de su niña.

-¿Está todo bien? -preguntó el castaño entrando a la habitación y acercándose a ella enseguida

-Está inquieto. -se quejó en bajo

-¿Duele mucho? -se arrodilló frente a ella al verla asentir con la cabeza y acarició su vientre con cuidado, sintiendo a su bebé -Hey, hola bebé. -le habló con dulzura -Sabes que amo que te muevas y poder sentirte, pero necesitas calmar tus movimientos, ¿si? Lastimas a mamá. -le pidió con calma, la rubia suspiró y acarició el cabello del castaño

-Me sorprende.. lo obediente que es cuando le hablas. -dijo con calma, al tiempo que los movimientos en su vientre se calmaban

Él sonrió, dejando un beso en el vientre de su esposa y siguió acariciándolo un poco más, disfrutando de las caricias que ella dejaba en su cabello.

-¿Todo bien? -preguntó suavemente al verlo perdido en su cabeza

-Si.. solo pensaba en papá. -admitió en un murmullo -Lo extraño..

-Lo sé, babe. -le sonrió comprensiva

-Todavía me duele que no esté.. que no podrá conocer a este hermoso bebé. -dejó otro beso en el vientre de la rubia -Que no lo va a cargar ni regalarle su primera hacha.

-Seguramente festejará desde el Valhalla cuando nazca el bebé. -dijo ella, tomando las mejillas del castaño para hacerlo levantar la mirada hacia ella -Y estará orgulloso de verte ser un gran padre, como él lo fue. -le sonrió con cariño

-¿De verdad crees que seré un buen padre? -preguntó en bajo

-Estoy segura. -asintió con la cabeza -Después de todo.. Pudiste entrenar un furia nocturna, no creo que sea tan complicado para ti tratar con un bebé. -él soltó una risa, se levantó para acercarse y poder besarla con dulzura

-Te amo, mucho. -murmuró, acunando el rostro de la rubia y viéndola con cariño -Gracias por siempre hacerme sentir mejor.

- Es mi trabajo. -dijo con gracia y lo atrajo para besarlo nuevamente, él le siguió el beso, riendo en bajo al sentir que la rubia jalaba su túnica para meter una de sus manos debajo de ella para acariciarlo

-Astrid. -la detuvo, ella se quejó

-Por favor.. -hizo un puchero

-Cariño, no podemos. -le recordó con suavidad, ella volvió a quejarse y frunció su ceño mientras hacía una mueca -Descuida, cielo. Ya se podrá.. no estarás embarazada por siempre. -dijo con gracia, acercándose a besarla

Astrid se resistió al beso un momento, para después ceder y atraerlo más hacia ella, disfrutando del beso.

-En ese caso.. espero que nazca pronto. -dijo jadeando suavemente para recuperar aire, él volvió a reír suavemente, dejando varios besos sobre su rostro

-Vamos a dormir, babe. -sugirió con calma, sonriendo y ayudándole a acomodarse para poder descansar

La abrazó con suavidad y hablaron un poco hasta quedarse dormidos. Aunque sus horas de sueño se vieron interrumpidas por un evento inesperado.

-Hiccup. -el castaño abrió sus ojos enseguida, sentándose con cuidado y prestando atención a su esposa, que se quejó mientras tocaba su vientre

-Babe...

-Ve por Gothi. -le pidió en un murmullo -Creo que me escuchó... -volvió a quejarse adolorida, el castaño tomó su mano sin entender del todo a qué se refería -Ya va a nacer.. ve por Gothi.. -dijo penas, soltando su mano

-Vuelvo enseguida, mi lady. -dejó un beso en su frente y salió de la casa con un cuerno que su madre le había dado en caso de alguna emergencia como esa

Sonó el cuerno tres veces, viendo a Heather salir de su cabaña al igual que a su madre. Les gritó que fueran por Gothi y volvió al interior de la casa, corrió a su habitación al escucharla gritar su nombre y se acercó enseguida.

-Aquí estoy, cariño. No tarda en venir la ayuda. -la besó suavemente y tomó su mano, queriendo darle algún tipo de apoyo en ese momento

-Quédate conmigo. -le pidió en un murmullo

-Esperaré contigo hasta que Gothi..

-¡No! -gritó sin poder evitarlo, aferrándose a la mano del castaño al sentir dolor, él hizo una mueca adolorida por el fuerte agarre más no se quejó -No te.. no te vayas.. -negó con la cabeza, tratando de respirar con normalidad para disminuir el dolor

-Astrid..

-No quiero que me dejes sola. Por favor. -murmuró, comenzando a llorar -No te atrevas a dejarme sola..

-Está bien, está bien.. me quedaré contigo. -le sonrió, sintiéndose nervioso -Me quedaré.. -aseguró, dejando un beso en su frente y volviendo a hacer una mueca cuando ella apretó su mano ante una nueva contracción -Son muy seguidas. -murmuró para sí mismo

-Qui.. quítame esto.. -le pidió entre jadeos adoloridos mientras trataba de jalar su pantalón hacia abajo

-Ya lo hago, cielo. -soltó su mano, retiró la manta con la que se cobijaban y comenzó a quitarle el pantalón junto con la ropa interior, teniendo cuidado -Dioses..

-¿Qué? -preguntó la rubia angustiada al ver el aparente shock del castaño -Hiccup... ¡Hiccup!

El castaño pareció despertar de su transe, se apresuró a tomar una de sus capas de piel que estaba cerca, poniéndola bajo las piernas de la rubia y ella las abrió al sentir mucha presión en el vientre bajo.

-Cariño, no creo que quiera esperar a que lleguen Gothi o sus abuelas. -murmuró, subiendo las mangas de su túnica hasta los codos

-¿Qué quieres decir? -preguntó adolorida

-Quiero decir, que puedo ver su cabeza. -explicó con suavidad, ella jadeó asustada y aferró sus manos a la cama bajo de ella -Descuida, cielo. Estoy contigo. -se acercó a darle un beso y le sonrió para tranquilizarla, sin importar que él estaba más nervioso que nunca

Cuando Heather llegó hasta la habitación junto a Gothi, se sorprendió de ver al castaño cargando al bebé mientras lo cubría con la capa de piel y lo acercaba a la rubia, que lloraba y reía con alivio.

-Creo que llegamos tarde. -murmuró con una sonrisa, haciéndose a un lado para que la mayor se pudiera acercar a la pareja para revisar al bebé

-Es una niña. -anunció Astrid con felicidad, dejando que revisaran a su hija -Es una niña hermosa.

Hiccup cubrió sus piernas con una manta, sonriendo ampliamente y viendo con ternura a su pequeña hija, que se quejaba y lloriqueaba en bajo cuando Gothi la revisaba. Valka y la madre de la rubia llegaron un momento después, sonriendo con cariño al escuchar a su nieta llorar.

-Tiene buenos pulmones. -comentó la castaña, acercándose a su hijo -Felicidades, hijo. -murmuró, acariciando su espalda mientras se movían para darle espacio a la madre de Astrid de que pudiera acercarse a su hija

Hiccup había podido cargar a su niña mientras Heather y su suegra le ayudaban a Astrid a darse una ducha. Gothi preparó una infusión especial para ayudarle con los posibles dolores después del parto y Valka le ayudó al castaño a limpiar por completo a su niña.

Un par de horas después, la pareja estaban solos nuevamente en la habitación. Sus respectivas madres habían decidido quedarse en la sala de la casa para ayudar en lo que fuera necesario, dándoles tiempo y privacidad a los nuevos padres.

-Es hermosa.. -murmuró el castaño, sin poder apartar su mirada de su pequeña hija, que estaba dormida en sus brazos mientras él estaba sentado en la cama y tenía su espalda recargada en la cabecera

-¿Todavía tienes dudas, babe? -preguntó la rubia en bajo, estando recostada a su lado

-¿Sobre qué? -preguntó desconcertado, girando a verla

-Sobre ser un buen padre. -explicó, él soltó una risa baja y regresó la mirada a su niña -Digo.. la ayudaste a salir de mi. No todos los padres lo hacen. -le sonrió con cariño

-Fue aterrador. No sabía que se debía hacer. -admitió -Pero.. volvería a hacerlo de ser necesario. -le aseguró, ella soltó una risa baja, haciendo una pequeña mueca después mientras acariciaba su vientre

-Y.. Aún te parezco atractiva después de...

-Eres la mujer más sexi que existe. -le interrumpió, sonriéndole con cariño -Nunca dejaré de verte atractiva. Te lo aseguro. -dejó con cuidado el peso de su hija en uno de sus brazos y tomó la mano de su esposa

-Te amo. -le sonrió con cariño, apretando su mano

-Y yo a ti, mi lady. Te amo mucho.

Ella suspiró y cerró sus ojos un momento, queriendo descansar, terminando por quedarse dormida minutos después. Hiccup se encargó de cuidar de ella y su hija, estando pendiente en caso de cualquier situación.

Todavía tenía dudas, muchas dudas respecto a ser un buen padre.
Pero sabía que contaba con Astrid, como siempre. Juntos podrían educar a su hija, cuidarla, llenarla de amor y hacerla la Valkiria más fuerte y valiente que el archipiélago hubiera conocido nunca, más incluso que su madre, que dormía plácidamente después de tan arduo trabajo de parto.

Suspiró, sonriendo ante la idea y viendo con amor a su pequeña.

-Aún no puedo creer que estés aquí. -murmuró a la pequeña -Mi preciosa Zephyr. -suspiró sonriendo ahora con tristeza -Tu abuelo debe estar festejando en el Valhalla. -dejó un beso sobre su cabeza -Él te amaría tanto.. aunque.. no más de lo que yo te amo. -sonrió al verla moverse y la reacomodó con cuidado para que estuviera cómoda -¿Cómo es que salió algo tan hermoso de mi? -preguntó sin poder evitarlo, sintiendo ternura al verla bostezar

-Es que la hice yo.. por nueve largos meses.. -contestó una adormilada Astrid, sonriendo divertida

-¿No estabas dormida? -sonrió igualmente divertido

-Estaba.. -soltó una risita, quejándose de dolor enseguida y llevando una de sus manos al vientre

-¿Quieres que le llame a tu madre? -cuestionó suavemente al verla adolorida, ella negó con la cabeza

-Quiero que te recuestes y me dejes ver a Zephyr. -palmeó la cama con cuidado -Anda, recuesta a la pequeña aquí. Necesitas descansar también.

Él soltó una risa suave y obedeció, recostando a la niña con cuidado junto a Astrid para después acomodarse él.

-Descansa, mi lady. -murmuró una vez estaban ambos acostados

-Descansa, Babe. -le sonrió con cansancio y suspiró, cerrando sus ojos para tratar de conciliar el sueño nuevamente, estando feliz de tener a su hija a su lado.

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