2|Cartas
Notas:
Historia ambientada en una época actual, en una ciudad ficticia.
Parte 2 de 2 historias conectadas.
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Las semanas avanzaban de manera rápida para Hipo, trabajar en "El mundo oculto" era lo que más disfrutaba hacer en el verano, ahora lo disfrutaba más por poder tener a sus amigos cerca de él. Había cambiado la mayoría de sus descansos para pasar tiempo con ellos, excepto con Astrid que parecía estar evitándolo a toda costa. La había notado extraña los últimos días, desde la pregunta de aquella chica se habían distanciado.
Podía intuir que se había sentido incómoda con la situación, después de todo unos años antes él le había expresado sus sentimientos hacia ella a través de cartas y no habían sido correspondidos.
Suspiró mientras avanzaba hacia la salida y revolvió su cabello queriendo despejar sus pensamientos. No se molestó en sonreír a los visitantes que encontraba en su camino ni a los compañeros que encontró en los casilleros.
No dejaba de pensar en la rubia, tratando de encontrar una manera de acercarse a ella sin volver a tener esos odiosos silencios incómodos que habían tenido los últimos días. Salió del complejo dirigiéndose a una banca para esperar a su padre y poder ir juntos a casa, se sentó en una que estaba cerca de un árbol, el cual impedía que los últimos rayos de sol le dieran directo en la cara. Estaba en silencio escuchando música con sus audífonos, sacó su teléfono de su mochila y se percató de que un sobre estaba en el fondo. Lo tomó con suavidad y lo observó frunciendo su ceño.
Abrió el sobre encontrando dentro un dibujo:
Al darle la vuelta se dió cuenta que tenía algo escrito.
"Te he notado distraído, yo también lo he estado. Hacer esto me ayudó a mejorar mi día, espero pueda ayudar a mejorar el tuyo también. Con cariño, Astrid."
Sonrió ampliamente volviendo a ver el dibujo, admiró cada detalle sin perder la sonrisa. De pronto sintió que quitaban uno de sus audífonos y giró la vista para ver de quien se trataba.
—¿Te gustó? —preguntó Astrid tomando asiento junto a él y señalando el dibujo
—Te quedó precioso —le sonrió mientras retiraba su otro audífono y giraba ligeramente su cuerpo para prestarle atención —No recordaba que tuvieras tanto talento para dibujar
—Aprendí del mejor —le guió un ojo y sonrió ampliamente para después ver las hojas del árbol que les daba sombre siendo movido por el aire, el soltó una risa mientras guardaba con delicadeza el dibujo en su sobre y después en la mochila
—Oye, sobre el otro día.. —la rubia lo vio con atención —Quiero decir, el comentario que Alex hizo..
—No pasa nada —sonrió a medias y bajó su mirada a sus manos
—Lamento si te hizo sentir incómoda, no quiero volver a tener esos momentos de silencios eternos contigo. —tomó una de sus manos para hacerla levantar la mirada —¿Estamos bien?
—Quiero mostrarte algo —murmuró después de unos segundos en silencio, sacó con mucho cuidado una pequeña caja de madera de la mochila que estaba sobre sus piernas, el castaño la observó con curiosidad —esta caja es muy importante para mi. —habló con suavidad separando su mano del castaño para acercarle la caja —Es algo así como mi caja de tesoros —sonrió —y quiero mostrarte las cosas más valiosas para mi.. —Hipo abrió la caja despacio y se sorprendió de ver el interior
—¿Las guardaste? —preguntó en bajo al notar que eran las cartas que él le había escrito años antes —Pero, creí que.. Pensé que te desharías de ellas.. —murmuró viéndola, ella suspiró desviando su mirada del chico —¿Todo bien? —cuestionó con una sonrisa queriendo aligerar el ambiente
—No. —aquel murmullo lo desconcertó haciéndolo borrar su sonrisa, se acercó a ella tomando su mentón con delicadeza para verla
—¿Qué pasa? ¿Te incomoda tenerlas?
—No.. no es eso.. —murmuró sintiéndose avergonzada de aquella situación
—¿Entonces que pasa? —la mirada consternada del castaño la hizo sonreír mientras lo veía con ternura
—No podría deshacerme de ellas —negó con la cabeza suavemente y tomó la mano que el chico tenía sobre su mentón —En cada carta hay un pedazo de tu corazón, así que jamás podría hacerles ningún daño. —eso lo sorprendió
—Astrid.. —ella puso su dedo delicadamente sobre los labios del castaño interrumpiendo lo que fuera a decir
—Escuchame, ¿si? —pidió con suavidad, él asintió —Hace tres años.. me dejaste muy claro que sentías por mi más que una amistad. Y te pedí que dejáramos eso de lado para seguir siendo amigos. —el castaño asintió —Perdoname. No debí hacerlo. —Hipo frunció su ceño —No debí pedirte algo así.
—¿Estás terminando nuestra amistad? —cuestionó en un susurró
—No, no.. no quise decir.. Eso no es lo que quería decir. —corrigió —quiero decir... —lo pensó un momento, ¿a dónde iba con todo eso?
—Quieres decir..—repitió para incitarla a continuar
—No sé a donde iba. —se sinceró resoplando —Sólo quería disculparme, no pensé en tus sentimientos, solo pensé en lo que yo sentía. Pensé que ocultarlo iba a ser la solución, pero no pensé en ti. Y lo siento mucho. —él le sonrió a medias
—Dejaste las cosas claras desde un inicio, no sentías lo mismo que yo. Que me dejaras seguir siendo tu amigo fue lo mejor que pudo haberme pasado, no sé que hubiera hecho si cortabas nuestra amistad por algo así. Mi vida habría perdido color si te hubiera perdido a ti. —tomó las manos de la rubia
—¿Aún sientes lo mismo por mi? —cuestionó en un susurro, sintiendo lágrimas acumularse en sus ojos imaginando que diría que no
—Te quiero, eso no va a cambiar. —afirmó el agarre de sus manos —Pero no te preocupes, no haré esto otra vez si eso te incomoda. —señaló la caja con las cartas
—¿Y si yo lo hiciera? —susurró dejando salir la primera lágrima
—¿De que hablas? ¿Que tienes? —limpió su lágrima
—Me gustas —murmuró, él la vio en shock ante sus palabras —Ahora puedo entender lo que sentiste hace tres años —soltó una risa desganada y limpió sus ojos
—No exactamente —ella lo vio —Yo no te rechazaría nunca —soltó una risa baja mientras se acercaba para abrazarla al ver sus nuevas lágrimas escurrir a sus mejillas
—Esto es probablemente lo más estúpido que hagamos —murmuró devolviendole el abrazo —, no quiero perderte por esto. ¿Podemos hacer esto despacio?
—No me iré. —sonrió —Y si, tomaremos todo el tiempo que quieras. Tengo cinco años enamorado de ti y llamándote solo mi amiga, puedo esperar un poco más. —ella soltó una risa
—No sé como lo haces, yo me di cuenta hace unas semanas y ya no podía esconderlo.
—Bueno, es que no lo escondía. Todo mundo podría darse cuenta lo mucho que me gustas.
Ella suspiró y sonrió ampliamente. Le asustaba el rumbo que su relación podría tomar, pero estaba segura que pasara lo que pasara Hipo siempre estaría con ella.
Él por su lado, sentía que la alegría volvía a su vida, después de esos últimos días alejados ahora podía finalmente estar cerca de ella. Y vaya de que manera.
—Te quiero —habló Astrid haciéndolo sonreír más, si es que eso era posible
—También te quiero, mucho —reafirmó suspirando complacido con tener aquel momento después de tanto tiempo.
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