16|Un año (III)
Au moderno
Parte 3 de 3
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Astrid abrió sus ojos despacio al escuchar leves quejidos cerca de ella, antes de que pudiera moverse para tratar de levantarse sintió que la abrazaban por la cintura desde atrás.
—Hipo.. —le habló adormilada
—Yo voy mi lady, aquí quédate. —le dijo adormilado igualmente, dejando un beso en el cuello de la rubia antes de levantarse para ir con su niña, que soltó una risa suave al ver a su padre —Hola, mi niña. —le sonrió con dulzura y la cargó con cuidado —Buenos días.
La rubia lo vio con una sonrisa al ver todo el cariño con el que le hablaba a su hija, su pequeña Zephyr. El castaño le cambió el pañal y la llevó a la cama para dejarla en brazos de su madre.
—Buenos días, mi pequeña valkiria. —Zephyr balbuceó y soltó una risita al sentir los besos que le daba su madre
—Despertó de buen humor. —comentó el castaño con una sonrisa, sentándose a su lado
—Eso es bueno. —dijo la rubia con una sonrisa y acunó a la pequeña en sus brazos mientras destapaba su seno para darle de comer
—Iré a preparar el desayuno. —Hipo se acercó a darle un beso y acarició su mejilla con suavidad —¿Quieres que te lo traiga a la cama, mi lady? —preguntó en bajo, sonriendo con cariño
—Me gustaría. —asintió con la cabeza y se acercó para volver a besarlo
—No tardaré, mis preciosas valkirias. —murmuró sin separarse mucho de sus labios, besándola una vez más antes de separarse para ir a preparar el desayuno
Astrid sonrió al verlo salir de la habitación y regresó la atención a su niña, tarareando una canción suave mientras la veía comer con aparente calma.
Los minutos pasaron, Hipo volvió a la habitación con una mesita especial para comer en la cama, en esta estaba la comida y una pequeña cajita de madera donde había puesto un regalo para su esposa. Sonrió con ternura al ver que jugaba con su pequeña y la hacía reír a carcajadas.
—El desayuno está listo, preciosa. —se acercó para dejar la bandeja en la cama, en cuanto su niña lo escuchó estiró los brazos a él sin dejar de reír —Oh, pero que hermosa, mi niña. —se acercó para dejar un beso en su frente y ella agarró el rostro de su padre
—Muchas gracias, babe. —Astrid le sonrió con cariño al ver que cargaba a su niña para hacerla reír un poco más
—Lo mejor para mi reina. —le dijo con cariño
—Anda, tú también debes comer. —se acomodó mejor en la cama y él hizo lo mismo, teniendo cuidado con su hija
—Pero tú eres quien irá a trabajar, mi lady. —regresó la mirada a su niña, que los observaba con atención mientras comenzaba a chupar su mano, estando entretenida en ello
—Bueno, serán ocho horas de no hacer nada. —hizo una mueca y tomó el vaso de jugo que le había llevado
—Cariño, descuida. Ya casi podrás volver por completo. —le animó el castaño
—Me desespera no poder hacer más que conducir o recibir las llamadas. —se quejó, viendo en ese momento la caja de regalo que había en la bandeja, recordando que día era —Oh, babe..
—Feliz aniversario, mi lady. —le dijo con una sonrisa, acercándose a dejar un beso en su mejilla, que sonrojada por haber olvidado su aniversario
—Babe, perdona.. yo..
—Descuida, sé que has estado agobiada estos días. —le sonrió con cariño
—Eso no es excusa, Babe. —negó con la cabeza, haciendo una mueca y regresó la mirada a la pequeña caja de madera
—Mi lady, entiendo que has pasado por mucho este año. Desde el embarazo, el trabajo, el posparto.. han sido muchos cambios. —le recordó viendo a su niña, que se movió en sus brazos por lo que la acomodó mejor —Yo solo te acompañé, pero tú.. eres toda una valkiria. —sonrió, regresando la mirada a su esposa, que sonreía con ternura al ver el regalo
—Oh, Hipo.. Es hermoso.. —giró a verlo y se acercó para abrazarlo con cuidado para no lastimar a su niña, quien se quejó al sentirse apachurrada —Perdón bebecita. —se separó y se inclinó a su pequeña para dejar un beso sobre su frente
—Me alegra que te guste. —comentó el castaño con suavidad, sonriendo al ver reír suavemente a su pequeña por los besos de su madre
—Me encanta. Eres muy dulce. —dejó un beso en su mejilla —No habría podido con todos estos cambios sin ti. —le dijo con suavidad —Definitivamente los dioses me han bendecido con el mejor esposo que pudiera tener.
—Babe, tenerte conmigo. Tenerlas, conmigo. —se corrigió enseguida —Es el mejor regalo. —dejó el peso de su niña en uno de sus brazos, estiró el otro hacia la rubia para acariciar su mejilla y la acercó para besarla con calma
—Bueno, en ese caso no esperes regalos de navidad o de cumpleaños o de aniversario por los siguientes dos o tres años. —bromeó una vez el beso terminó, haciendo reír al castaño
—De acuerdo, lo tendré en mente. —le siguió la broma y volvió a besarla con dulzura —Anda, cariño, come algo.
—Quisiera comerte a ti. —el tono coqueto de la rubia lo hizo sonrojar con intensidad
—Astrid. —le regañó frunciendo su ceño levemente al verla reír por su sonrojo
—Oh, te amo mucho. —se acercó y lo besó de manera rápida antes de iniciar a comer, volviendo a admirar el brazalete plateado que el castaño le había regalado, con la fecha de su boda grabada en ella
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—Babe, ¿has visto mis llaves? —preguntó la rubia mientras buscaba por la sala con prisa, pues se le haría tarde
—Las dejaste en el mueble junto a la cuna. —se las mostró, mientras se acercaba a ella, con su niña en brazos
—Oh.. —suspiró aliviada y se acercó a él —¿Qué haría sin ti? —preguntó con una sonrisa cariñosa, dejando un beso en su mejilla y tomando sus llaves
—¿Llevas todo? —preguntó con calma, ella llenó a su niña de besos y mimos mientras asentía con la cabeza
—Llevo todo, descuida. —le aseguró con una sonrisa —Te aviso cuando llegue y te mando mensaje cuando sea mi almuerzo. —se acercó a darle un beso suave
—Ve con cuidado. —tomó su cintura con su mano libre y la atrajo para besarla con calma —Te vemos en unas horas.
—Los veo en unas horas. —sonrió, dejando un beso en la frente de su niña
Se despidió de sus cachorros y tomó sus cosas para salir del apartamento e ir a su trabajo. Hipo dejó a su pequeña en su porta bebés unos minutos después al escuchar que llamaban a la puerta, dejándola junto con sus cachorros, que jugaban entre ellos y la cuidaban.
—Buenos días. —le saludó Heather una vez abrió la puerta
—Buenos días, Heather. —le sonrió, haciéndose a un lado para dejarla pasar —¿Y Dagur?
—Está trayendo unas cosas del auto, ahora viene. —el castaño asintió con la cabeza, esperando por el pelirrojo mientras ella avanzó a saludar a los perro y su sobrina, que le sonrió al verla
Hipo sonrió al notar que su niña estaba feliz con los mimos de la pelinegra y vio a Tormenta permanecer atenta a su lado. Chimuelo, por otro lado, corrió a la puerta al ver al pelirrojo.
—Hermano, buenos días. —saludó al castaño y después al cachorro —Hey, hola a ti también. —lo saludó con emoción, dejando las bolsas con cosas en manos de Hipo para darle su completa atención al pequeño, que estaba igualmente emocionado de verlo de nuevo
—Me da gusto verte de nuevo. —dijo el castaño con ironía por ser ignorado en esos momentos y avanzó a la cocina con las cosas que habían llevado los Berserker
Heather soltó una risa al ver la interacción de los chicos y acarició a Tormenta, pidiéndole en bajo que cuide de Zephyr. La cachorra ladró en bajo y se acercó a olfatear a la pequeña castaña, ella soltó una risita al sentirla cerca.
—¿Con qué empezamos? —le dijo al castaño acercándose a la cocina
—Creo que sería bueno iniciar con el pay de manzana. —le dijo con una sonrisa, acercándose al arco que le permitía ver de ahí hacia la sala al escuchar a su niña quejarse, Tormenta gruñó en bajo y le ladró al castaño, retrocediendo unos pasos mientras estornudaba
—¿Qué pasa? —preguntó angustiada la pelinegra al verlo salir enseguida de la cocina para acercarse a su niña
—Descuida, debe necesitar un cambio de pañal. —le sonrió, acercándose a cargar a la pequeña, Chimuelo la escuchó lloriquear y enseguida corrió a ver qué pasaba —Oh, mi pequeña, ya te cambio. —le dijo con cariño
Tormenta se acercó por la pañalera mientras que Chimuelo corría por una manta que el castaño usaba para cubrir el sillón cuando la cambiaba ahí. Dagur se quedó cerca de la entrada de la cocina mientras que Heather se acercó para tratar de ayudar, quedándose unos pasos alejada al notar que el chico lo tenía bajo control. Los cachorros se quedaron a su lado, simplemente viendo a la pequeña.
—Vaya.. tienes todo bajo control. —le sonrió el pelirrojo
—Bueno, han sido seis meses de aprendizaje intenso. —sonrió, terminando de cambiar a la pequeña, que estiró sus brazos a los cachorros, ellos se acercaron y ella los acarició mientras balbuceaba y reía suavemente
—Eres un gran padre. —le dijo Heather con cariño
—Espero serlo siempre. —le devolvió la sonrisa
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—Y aquí, pequeña, está la primera foto con tus padres. A que están preciosos, ¿verdad? —la pequeña castaña trataba de ver el marco en la pared mientras frotaba sus ojos despacio y no estaba prestando mucha atención a su tío en realidad
—¿Qué haces? —preguntó Hipo en la puerta de la habitación, sonriendo con gracia al ver a Dagur con su niña casi dormida
—Sólo le muestro a la pequeña Zephyr las fotos de la familia. —le explicó al castaño, la pequeña balbuceó y estiró sus brazos hacia su padre
—Es un lindo gesto, pero no creo que te haga mucho caso ahora. —le sonrió, acercándose para cargar a su pequeña —Es la hora de su siesta. —le sonrió cariño a la pequeña, que bostezó mientras se recargaba en su padre, cerrando sus ojos
—Claro, claro.. debe dormir. —sonrió el pelirrojo al ver a su sobrina adormilada
—Seguro cuando despierte pueda admirar las fotos. —comentó con una sonrisa, viendo la pared decorada con aquellas fotos de momentos especiales junto con su familia, pared que había sido decorada por sus amigos como regalo sorpresa por su boda y le habían ido agregando fotografías desde entonces
—¿Que tal va la comida? —le preguntó Dagur son una sonrisa, notando que el castaño arrullaba a su niña con ternura
—Ya casi acabamos, solo falta terminar la carne. —le respondió con calma
—¿Quieres que te ayude con algo más?
—¿Podrías ayudarme con los cachorros? Necesitan salir a caminar un poco. —le pidió con media sonrisa, apenado
—Claro, yo los llevo al parque. —asintió con la cabeza y salió a buscar a los cachorros
Hipo sonrió con ternura al ver a su niña dormida. La llevó a la sala para acomodarla en su portabebé, cubriéndola con una manta y dejando junto a ella el peluche que Astrid le había hecho semanas antes de tenerla.
—¿Ya está dormida? —preguntó Heather con suavidad al verlo regresar
—Está dormida. —asintió con la cabeza —Terminemos antes de que despierte
Se pusieron a cocinar lo que hacía falta, terminando justo a tiempo cuando Dagur volvió con los cachorros, quienes se acercaron enseguida a la pequeña castaña al verla despertando. Hipo le dio de comer a los perros mientras el pelirrojo y Heather le dieron una papilla de manzana a la castaña, que comía feliz por las atenciones de ambos hermanos.
Cuando llegaron las cinco de la tarde, Astrid salió de su trabajo, avanzando con cansancio hacia el auto que compartía con Hipo. Suspiró y metió sus cosas en los asientos traseros, se estiró para tratar de relajar su espalda y entró al auto con pereza. Sonrió al ver el brazalete en su muñeca y encendió el vehículo para volver a casa.
El camino de regreso fue más pesado de lo que normalmente era, había pensado ir a comprar algún postre para compartir con su esposo en ese día tan especial y no había encontrado alguno de su agrado. Después, quiso pasar a comprar las hamburguesas favoritas del castaño, sin embargo había mucha fila y tardaría demasiado.
Suspiró con cansancio una vez llegó al edificio donde vivían y se estacionó, bajando sus cosas sintiéndose derrotada por no haber conseguido algo para compartir con su querido castaño para celebrar ese primer año juntos.
Hipo sonrió ampliamente al ver a su querida Astrid entrar a casa, disminuyendo su sonrisa al notar el semblante de la rubia. Se acercó enseguida a ella, queriendo asegurarse que todo estuviera bien.
—Cariño.. —ella levantó la mirada y sonrió con tristeza al ver que el chico tenía en sus manos un ramo con sus flores favoritas —¿Qué pasa? —preguntó angustiado, ella soltó sus cosas y se acercó para abrazarlo —Mi lady...
—Perdón.. no conseguí algo para cenar, ni tu postre favorito.. no tengo un regalo para ti. —se disculpó, apretando un poco el abrazo
—Oh, Astrid..
—Tenemos un año como esposos.. es el primer aniversario.. y lo olvidé.. Lo siento. —volvió a disculparse
—Mi lady.. Está bien. —acarició su espalda con calma
—No está bien. —negó con la cabeza sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas el castaño dejó un beso sobre su cabeza y antes de que pudiera decir algo, la risa de su niña llamó la atención de ambos
—¡Mamá! —Astrid se separó del castaño y vio enseguida a su niña, que estiró sus brazos hacia ella, sonriéndole ampliamente
—¿Acaba de..?
—¡Mamá! —volvió a llamarle, moviendo sus brazos para tratar de atraerla
—Oh, por Thor.. —murmuró con felicidad, acercándose a su pequeña para cargarla con cuidado —Mi preciosa valkiria. —le dio un beso en la frente, haciéndola reír
Hipo se acercó y las abrazó con cariño, dejando un beso sobre la frente de su esposa. Tormenta y Chimuelo permanecieron sentados cerca, esperando con paciencia a que la rubia pudiera saludarles.
—Ve a cambiarte, para que estés cómoda. —sugirió el castaño con calma
—No quiero soltarla. —negó con la cabeza —Me dijo mamá. —le sonrió con cariño
—Lo sé, cariño.. deberías llevarla contigo a la habitación. —dejó otro beso en la cabeza de su esposa y después en la frente de su hija, que se acurrucó en brazos de su madre
—De acuerdo, ahora venimos entonces. —lo besó con calma y avanzó con su pequeña a la habitación, siendo seguidas por Tormenta mientras Chimuelo se acercaba al castaño, olfateando las flores con curiosidad
—Vaya sorpresa, ¿verdad amigo? —preguntó al cachorro acariciando su cabeza al sentirlo cerca, Chimuelo ladró en bajo y se acercó más a él para que siguiera acariciándolo —Crece demasiado rápido.. —sonrió con cierta tristeza y un momento después se dirigió a la cocina para buscar un jarrón donde poner las flores de su amada
Cuando Astrid volvió, arrullando a su niña y seguida por Tormenta, Hipo llevaba la comida a la mesa mientras Chimuelo esperaba en su camita, mordiendo uno de sus juguetes de plástico. Tormenta corrió hacia él para jugar y ambos comenzaron a correr hacia la habitación de juegos.
—Estamos listas. —dijo Astrid con una sonrisa
—Están hermosas. —comentó tranquilla, dejando un beso en su mejilla —Anda, toma asiento mi reina. La cena está lista. —le sonrió con cariño
—Se ve delicioso. —se sentó y vio la cena con una sonrisa, Zephyr balbuceó y jaló la blusa de la rubia mientras se quejaba
—Concuerdo contigo, mi niña.. eso también se ve delicioso. —murmuró al ver que su niña quería comer, riendo suavemente al sentir un golpe en el brazo por parte de la rubia —Ya, ya.. perdón.. —le sonrió —Vamos a comer.
Ella le devolvió la sonrisa y asintió con la cabeza, destapó su seno para darle de comer a su hija y una ve estaba acomodada y comiendo se dispuso a probar la cena que el castaño había hecho.
—Recuérdame agradecerle a Heather por las clases de cocina. —murmuró
—Yo te recuerdo. —le sonrió con gracia, pues cada vez que él hacía un platillo nuevo se lo decía
—Iba a traer un postre. Pero no tenían algo que nos gustara. —comentó con calma
—Descuida, también hicimos postre.
—¿Hicimos? —preguntó con curiosidad
Hipo se ruborizó ligeramente y sonrió apenado, comenzando a contarle lo que había pasado ese día. Le contó como habían ido los Berserker a ayudar, que había pedido el día en el trabajo para dedicarse a hacer los platillos y ordenar mejor la casa, confesando que tenía días planeando aquel día.
—Eres el mejor esposo que pudiera pedir cualquier ser vivo en esta tierra. —le dijo con cariño, haciéndolo sonrojar más
—Basta.. —desvió su mirada
—Es la verdad. —aseguró, tomando su mano —Te amo.
—Te amo también. —le sonrió, apenado
—Anda, dame un besito y después un poco de postre ¿si? —le sonrió
—Te daré lo que quieras. —murmuró, levantándose y acercándose para darle un beso
Se llevó los platos que habían usado y fue por el pay de manzana. La rubia, por su lado, separó a su niña de su seno y la acomodó para hacerla eructar. Cuando el castaño volvió, notó que su hija comenzaba a quedarse dormida. Sonrió con cariño y acomodó las cosas en la mesa en silencio.
Astrid le contó sobre su día en voz baja y él la escuchó en todo momento con atención. Comieron juntos el pay mientras hablaban con calma, disfrutando del postre. Al terminar, Hipo limpió la mesa mientras la rubia iba a acomodar a su niña en la cuna.
Limpiaron juntos la cocina, bromeando y riendo en bajo, dándose besos repentinos y disfrutando de su compañía. Una vez estaba todo en orden y se aseguraron que sus cachorros estuvieran bien, fueron a dormir.
—Gracias por todo lo que haces por mí. —murmuró la rubia una ve estaban en la cama, él sonrió y la abrazó para acurrucarla como solía hacer siempre
—Te mereces el mundo entero, mi lady. —dejó un beso sobre su frente —Te amo mucho. —ella sonrió, abrazándolo y suspiró
—También te amo mucho. —murmuró, con felicidad
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✨Feliz inicio de año para tod@s✨
✨Les deseo que este año que empieza esté lleno de alegría, salud, amor y prosperidad.✨✨Que cumplan sus metas y que cada meta cumplida les permita estar más cerca de cumplir sus sueños ✨✨Les mando un abrazo, mi amor y muchos brillitos ✨
He tenido algunos problemas con la plataforma. Sin embargo, haré lo posible por traer al menos cada sábado un nuevo capítulo de estos bonitos One-shots.
Gracias por leer, espero sea de su agrado y nos vemos en la siguiente historia 💕
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