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13|Bajo la mirada

Au moderno.

Inclusión de personajes de otras franquicias.

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Astrid estaba nerviosa, veía a través del espejo frente a ella a sus amigas, terminando de arreglarla y arreglarse ellas mismas. Se observó a si misma y le costaba creer que ese era su reflejo.

—¿Todo está bien? —preguntó Elsa con una sonrisa mientras se acercaba por el tocado que Astrid usaría

—No lo sé. —admitió —Es que..

—¿Nerviosa? —preguntó una muy emocionada Rapunzel, quien terminaba de acomodarse el tocado en su cabello

—Bastante. —admitió en bajo

—Oh, Astrid. Eres la novia más hermosa que pueda existir. —le dijo la rubia de ojos verdes con una sonrisa, mientras la abrazaba por los hombros

—Bueno, eso al menos hasta que yo me case. —comentó Brutilda saliendo del baño de la habitación mientras acomodaba su vestido —Quiero decir, mírame. —se señaló con orgullo

—Por supuesto, la más hermosa de todas. —comentó Mérida con una sonrisa, divertida

—Oh, solo me tienes envidia. —comentó acomodando su cabello mientras la pelirroja reía suavemente, al tiempo que acomodaba un moño de broche en su camisa, pues a diferencia de ellas llevaba un traje a la medida

Elsa sonrió mientras volvía a Astrid para acomodar con cuidado el tocado con delicadas flores rosas, se escuchó en ese momento que llamaron a la puerta con suavidad, siendo abierta por Rapunzel al ser ella la más cercana a la puerta.

—Oh, Hipo. ¿Pasa algo?—le sonrió al castaño

—Rapunzel.. ¿puedo pasar? —pregunto con evidente nerviosismo

—Oh, bueno.. —vio a las chicas y estas asintieron —Pasa, pasa. —asintió abriendo la puerta para dejarlo pasar

—Por todos los dioses.. Se ven hermosas. —halagó, haciendo reír ligeramente a las chicas, quienes le agradecieron

—Tú te vez muy guapo con traje. —comentó Elsa con una sonrisa, siendo secundada por Astrid que le silbó

—Muchas gracias. —les sonrió de vuelta, sonrojándose ligeramente por sus halagos

—¿Qué pasa, Hipo? —preguntó Astrid con una sonrisa —¿Querías ver a la novia antes que el resto? —bromeó, haciendo reír a las chicas

—Claro, tenía que asegurarme que estuvieras tan hermosa como siempre. Aunque no es así.. Estás más hermosa que nunca. —aseguró con una sonrisa cariñosa, haciéndola sonrojar

—Que cursi eres. —se quejaron Mérida y Brutilda haciendo una mueca

—Oh, cállense. Es mi día, no el suyo. —les reclamó Astrid con una sonrisa divertida

—Ya, ya.. está bien. —la pelirroja resopló, dejándose caer en el sofá junto a ella mientras Rapunzel reía por su acción y las muecas graciosas de Tilda

—Hablando enserio, ¿Que hace un caballero tan lindo por acá? —Astrid regresó la mirada al castaño, hablándole con cariño

—Hay un pequeño problemita. —comentó el castaño con toda la calma que tenía en ese momento —Tus padres no han llegado y probablemente tarden bastante. —la rubia se levantó enseguida, dispuesta a salir de la habitación para ver que hacer al respecto —Espera, espera.. —la detuvo por la cintura —Heather y Anna se están encargando de convencer al licenciado de esperarlos y Dagur se ofreció a ir por ellos.

—¿Están en el tráfico? —preguntó Mérida, viendo al castaño asentir con la cabeza —Será mejor si lo acompaño, para traerlos a ambos. —se levantó y tomó su saco, donde estaban las llaves de su motocicleta

—Le ayudaré a las chicas a convencer al juez. —comentó Brutilda, saliendo de la habitación con la pelirroja

Astrid suspiró con pesadez y el castaño la acompañó a que volviera a sentarse para que se calmara.

—Deberíamos ayudarles afuera. —comentó Elsa al ver a la pareja, llevándose con ella a Rapunzel

—Realmente te ves hermosa. —comentó el castaño con cariño una vez estaban solos

—Tú te ves muy guapo. —le sonrió de vuelta

—¿Estas nerviosa? —preguntó mientras se sentaba en una silla a su lado

—Demasiado. —asintió —Siento que esto es un sueño, ¿sabes? Como si en algún momento fuera a despertar y.. todo esto se esfumaría. —soltó una risa suave, el castaño le sonrió con cariño y acarició su mejilla con suavidad, haciendo que lo viera

—No es un sueño, te lo aseguro. —se acercó para dejar un beso en su frente, haciéndola suspirar, asintió con la cabeza suavemente y lo observó con una sonrisa

—Si algo sale mal.. estarás conmigo, ¿cierto? —preguntó nerviosa

—Hasta que la muerte nos separe. —aseguró con una sonrisa acercándose a abrazarla para calmar su nerviosismo, ella le devolvió el abrazo con cariño mientras reía suavemente por su comentario

—Te amo mucho, Hipo. —murmuró realmente feliz de tenerlo en su vida

—Y yo a ti, Astrid. Muchísimo. —comentó con calma

Los minutos pasaron, Elsa volvió a la habitación para avisarles que los padres de la rubia habían llegado. El castaño la acompañó hasta donde estaban sus padres y la abrazó una última vez antes de dejar un beso en su frente y avanzar hacia su lugar.

La boda sería en un espacio abierto, había sillas blancas para los invitados, una alfombra blanca con algunos pétalos en el pasillo por donde iba a entrar la novia, había flores blancas en pequeños ramos para adornar igualmente el pasillo y en el altar había un arco decorado con flores y una cortina con pétalos.

—¿Todo en orden? —preguntó Patapez viéndolo llegar hasta el altar

—Todo en orden, vienen para acá. —asintió el castaño con una sonrisa

El rubio asintió con la cabeza, las damas de honor y los padrinos que habían elegido para acompañar a la pareja se colocaron en su lugares, para un momento después iniciar con la música.

Los invitados enseguida giraron la mirada al inicio del pasillo, para ver a Astrid con su vestido de novia y acompañada de ambos padres. Bajo la mirada de Hipo, no había nadie más hermosa que esa bella rubia que avanzaba al altar con una radiante sonrisa. Las delicadas flores en su cabeza y los toques dorados en su vestido la hacían lucir mucho más hermosa de lo que ya era. No podía creer que los dioses le dieran la oportunidad de verla así, era algo que agradecería el resto de su vida.

Ella lo vio con cariño, agradecida por verlo junto al altar, su mejor amigo, el único a quien podía contarle absolutamente todo de su vida y que estaría con ella a pesar de todo, quien estaría siempre junto a ella para apoyarla en todo, incluso en ese día tan importante. Estaba agradecida con los dioses por ponerlo en su vida.

Suspiró comenzando a relajarse al ver la sonrisa dulce del castaño, que no podía dejar de verla con evidente cariño.

Astrid giró la mirada ahora a Heather, su mejor amiga, su confidente, la mujer de su vida..

Sonrió ampliamente al ver a la pelinegra con un bonito traje negro con detalles plateados, quien limpiaba un par de lagrimas que habían escurrido de sus ojos al ver a su hermosa novia avanzar hacia ella.

Hipo sintió su corazón apachurrarse al notar la manera en que Astrid veía a Heather, con tanto amor, con tanta dulzura. Daría lo que fuera por ser él quien recibiera esa mirada, por ser quien recibiera todo ese amor que la rubia tenía por ofrecer. Pero no era así. 

Para Astrid él era su mejor amigo, su hermano.. y no podía ser más que eso. Mientras que Heather era su amada novia, la mujer de su vida.

Ya lo había aceptado, ya había lidiado con la desgarradora idea de no ser más que eso, de verla ser feliz con alguien más, de saber que quien ella quería era a la pelinegra.

No podía enojarse con ella, con ninguna de las dos en realidad. Entendía que a veces la vida no es como se planea y que el amor es difícil de predecir. Ahora solo le quedaba sonreír y apoyar a la pareja pues, aunque le doliera verlas juntas, la rubia era su mejor amiga y solo deseaba que fuera feliz..

Y lo era... con ella.. 

Una vez que Astrid llegó al altar, la ceremonia comenzó.En el momento que el juez preguntó si había alguien que se opusiera, el castaño sintió la mano de Patán en su hombro, al girar a verlo este le sonrió a medias sabiendo que ese momento estaba siendo difícil para él. Le regresó la sonrisa y suspiró en bajo mientras volvía aprestar atención a la ceremonia.

Hipo firmó como testigo de la rubia y no pudo evitar girar la  mirada en cuanto las ahora esposas se dieron un beso que sellaba su matrimonio.

—¿Estás bien? —preguntó Elsa, quien había sido otra testigo de Astrid, acercándose a él y fingiendo arreglar su traje para disimular que no quería verlas

—He estado mejor. —murmuró sonriendo a medias

—Lo entiendo. —le sonrió un poco y ambos volvieron a ver a la pareja, que eran abrazados por los padres de la rubia y Dagur

—¿Llegué para el banquete?—le dijo Jack acercándose a él con una sonrisa

—¿Dónde estabas? —le preguntó Hipo al chico de cabello blanco con curiosidad

—Alguien tenía que traer el auto de los Hofferson, no podían solo dejarlo en el tráfico. —se encogió de hombros y abrazó a Elsa por los hombros, quien le sonrió a medias

—Hipo. —el castaño giró la mirada y le sonrió a Astrid que extendió su mano hacia él, llamándolo para que les tomaran una foto juntos, con los hermanos Berserker —Anda, ven..

—Anda, no hagas esperar a las novias. —Jack lo empujó suavemente y el castaño se acercó riendo suavemente, abrazando a las chicas como felicitación y posó para la fotografía sin apartarse mucho de la rubia, su amada rubia..










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Holi, ha pasado mucho desde la última vez que estuve por acá :') 

Les traje una historia corta esta vez. Antes que nada, perdón si los hace llorar :( 

Segundo, esta historia será mejor desarrollada. Estoy trabajando en ello. 

Y por último, la canción de abajo fue la inspiración para realizar esta historia. (opcional escucharla) 

https://youtu.be/W0-QfA4whTk

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