Visita
-¿Que...?-mi voz salió muy baja.
-Hace tres días me llamó Jesse y me contó que mientras estaba en casa de Daniel, unas personas vestidas de negro con mascaras los golpearon, mas que todo a Daniel, él quedo inconsciente tres días y en observación otros tres días mas. Los padres de él junto a Jesse y Paul, fueron también golpeados pero no con tanta intensidad...
-¿Hace cuanto?-interrumpo el discurso de Emma.
-Tres días-responde.
-¡¿Y ahora me dices Emma?!-le reclamo, destapándome.
No sentía muy bien mis piernas pero así me levante pero casi de inmediato mis rodillas se pusieron débiles, doblándose. De no ser porque mi padre estaba cerca caigo de bruces al suelo.
-Michie-lo miro preocupada-Llevas dormida casi una semana-dice serio.
Frunzo el ceño.
-¿Como dices?-pregunto atontada.
Me recuesta en la cama de nuevo.
-Tu cuerpo estuvo en un estado como vegetal-habla el Doctor, lo observo interesada-No sabría como explicar tu inconsciencia. Respirabas y te movías con incomodidad, ansiosa. Te llamábamos pero no respondías. Decías "Daniel" con llamado de urgencia y necesidad. Intentamos muchas formas para que volvieras a estar consciente, no reaccionabas-suspiro desviando la mirada-Hasta que busque el resucitador...
-Michie...-giro a ver a mi tía/abuela Zoe-¿Como te dientes? ¿Estas bien?-pregunta preocupada, tocando mi brazo con sus ya arrugados dedos.
Niego con la cabeza.
-Me siento débil...-susurro.
-Es normal-miro al Doctor-Estas deshidratada, no has comido ni bebido más estos días-dice.
Suspiro y los miro a todos. Estaban todos, y todos me miraban preocupados.
-Niñas ¿me ayudan a hacer algo de comer, por favor?-pide Zoe a Taylor, Sarah y Emma.
Después de eso poco a poco todos se fueron despidiendo, dejándome sola con mi padre, el cual pidió explicaciones.
*** Al día siguiente...
Me sentía mejor, ya no estaba tan débil. Ingerí la suficiente comida y bebida para mantenerme en pie, hice un poco de ejercicio para no sentir tanta debilidad en mis extremidades. Esta bien, gracias a la Diosa.
Hice mis pendientes de la manada, lo que ocurrió y lo que no para poder tener hoy libre e ir a donde quiero. A que Daniel.
Ahora mismo terminaba de ducharme y me vestía con un simple short de jean celeste con blanco, una blusa de encaje manga larga blanca y unas vans celestes con blanco.
Me puse labial, tome mi teléfono, el cual casi no utilizaba, y salí del cuarto encontrando a mi padre subiendo las escaleras.
-¿A donde vas?-pregunta curioso.
-Iré a ver a Daniel, papá-contesto acercándome.
-Hija tienes...-lo interrumpo.
-Papá, necesitó verlo. Llevo un mes sin saber de él, no contesto ni siquiera sus mensajes-digo seria.
Suspira resignado.
-Esta bien. ¿Te llevo?-pregunta.
-No. Me iré en el jeep, además Emma ira conmigo-digo bajando.
-Esta bien
Me acompaña a la puerta, y escuchamos un claxon.
-Me voy-volteo hacia mi padre.
-Cuidate-besa mi frente, asiento.
Me acerco mas a la puerta y la abro.
-Te quiero
-Y yo te amo
Sonreímos y salgo.
***
-¿Me llevas o me lo llevo?-pregunta Emma refiriéndose al jeep.
-Llevame a que Daniel y te quedas con el auto, tengo planeado pasar la noche con él-susurro mirando los mensajes en mi teléfono.
-Mm
Giro a verla; tenia una sonrisa picara pintada en su rostro.
-¡No de ese modo!-reclamo indignada, se ríe escandalosamente.
-Si, ya, ok-murmura entre risas.
Dejo de prestarle atención cuando noto que ya estamos por llegar.
Emma estaciono frente a la acera.
-Nos vemos después-digo.
-Bye
Besamos nuestras mejillas y bajo. Me acerco a la puerta y cuando toco el timbre escucho el auto arrancar, volteo verificando pero giro de nuevo al oír la puerta abrirse.
Un hombre de cabellos castaños, ojos mieles, uno de ellos estaba levemente morado, y tez pálida.
-Ahm... Buenos días señor-digo suave y con delicadeza.
-Buenos días señorita-responde-¿Que se te ofrece?-pregunta.
-Daniel ¿esta?-pregunto nerviosa.
Podía sentir el aroma a menta de él, dentro de la casa.
-Si. ¿Quien lo busca?-pregunta cauteloso.
-Michelle
Frunze el ceño y sus ojos me recorren por completo.
-Pasa-dice haciéndose a un lado.
Un poco confusa y nerviosa camino adentrandome.
-Sam ¿quien es?-pregunta una voz femenina.
Llego a la sala encontrando a una mujer castaña, ojos marrones y piel blanca, con un rasguño en el mentón.
A pesar de ser una loba y bruja, me era muy incomodo estar en presencia de mis futuros suegros.
-¿Tu quien eres querida?-pregunta suavemente al verme.
Sonrío un poco.
-Soy Michelle, amiga de Daniel. Me entere de lo sucedido y vine a ver como se encontraba-dije.
-Oh. Él esta en su cuarto, descansando-dijo sonriendo un poco.
Giro un poco sobre mi hombro y miro al nombre antes de volver a mirar a la mujer.
-¿Puedo ir?-pregunto tímida.
-Si, claro. Te acompaño
Se acerca a mi.
Volteo al señor.
-Un gusto-le estiro mi mano.
-El gusto es mio-me la estrecha.
Sonrío y giro a la mujer.
Comienza a caminar y la sigo. Subimos las escaleras y recorremos un pasillo pequeño hasta una puerta, la cual toca.
-Adelante
Mi corazón se aceleró al escuchar su voz ronca.
La madre de mi amado abre la puerta dejando escondida tras su espalda.
-Cariño, alguien vino a verte
Pude escuchar el corazón de Daniel acelerarse.
-¿Quien?-pregunta esperanzado.
La mujer se hace a un lado dejándome al descubierto.
-Hola-sonrio.
-Michelle...-susurra.
Y pude verlo por completo.
Su labio inferior esta partido en un lado, ya cicatrizado, su ceja también, sus ojos tenían un color marrón claro, tenia marcas oscuras en el cuello, su brazos estaban vendados sobre todo sus muñecas, no pide ver sus piernas por estar cubiertas pero supuse que tendrían alguna marca. Frunci el ceño preocupada.
-Mamá ¿puedes dejarnos solos, por favor?
-Ah, si
Se gira, me sonríe y se va.
Entro cerrando la puerta y me acerco sentándome a su lado en la cama, sin mirarlo.
-Perdón...-hablo.
-¿Porque?-pregunta confundido.
Suspiro y lo miro.
-Por no haberte llamado ni nada y no haberte podido ayudar a...
-Oye, tranquila-me interrumpe tomando mi mano.
Sentí una corriente eléctrica atravesarnos.
-No tienes nada que ver en esto...-pude notar la duda en sus ojos, pero fue leve-Ni siquiera debes decir que podías ayudarme, no podíamos hacer nada-agrega.
Inhalo, exhalo.
-Igual, pero por no con estar tus llamadas ni mensajes-susurro.
-¿Porque no lo hiciste?-pregunta.
-Yo trabajo y me da mucho que hacer-respondo.
-Ahm...-hace un mohín con los labios.
-¿Como te sientes?-le pregunto acariciando el dorso de su mano.
-Estoy bien. Ya los golpes están sanando, mi costilla es la que tardara mas-contesta.
-¿Estas cómodo? ¿Ya tomaste medicamentos? ¿Tienes hambre? ¿Quieres que te...?-su una risa encantadora sale de sus labios-¿Que?-pregunto malhumorada.
-Estoy bien preciosa-dice sonriendo.
Sonrío.
-Ok
-¿Como estas tu? Te veo muy pálida y con ojeras-dice mirándome con detenimiento el rostro.
-Ahm... No es nada. Trabajo, ya sabes-le digo riendo suave, frunce el ceño inconforme.
-¿Has estado comiendo?-pregunta preocupado.
Asiento. Estiro mi libre y acaricio su mejilla. Su piel era suave. Cerró los ojos y suspiro.
Sin poderlo evitar me acerque a su rostro.
De repente sentí su mano en mi nuca y nuestras bocas unirse.
Abrí mi boca dejando entrar su lengua, la cual empezó una guerra con la mía. Convirtió en jn beso voraz, hambrientos por comerse mutuamente. Se movían en sincronía, con pasión, tanto que sentí la temperatura subir con aquel beso. Mordí su labio inferior y él mordió mi labio superior, los estiramos soltando un gemido y volví a chocarlos dándome paso a su boca, la cual domine a mi antojo.
De un momento a otro ya estaba encima de él con sus manos en mi trasero apretándolo, aun con nuestras bocas unidas.
Hice chocar mi intimidad con la de Daniel y a pesar de las telas pude sentir su erección.
Gemimos.
Nos excitamos.
Chupe su labio estirándolo y soltó un gemido, pero de dolor.
Entonces caí en cuenta.
Estaba herido.
Y me aleje, haciendo un sonido excitante al separar nuestros labios rosados e hinchados; me senté sobre él sin dejarle mucho peso.
Me miro desconcertado y con sus mejillas rosada.
Sonríe con inocencia.
-¿Porque paraste?-jadea.
-Estas herido-contesto tocando su pecho, que estaba al descubierto.
-Si pero no de AHÍ-dice quejoso.
Me encojo de hombros.
-Igual, además están tus padres-digo riendo un poco.
Suspira hundiendo su cabeza en la almohada mientras cierra los ojos.
Me inclino y beso castamente sus labios antes de acostarme a su lado boca abajo, sosteniéndome con mi codo izquierdo mientras con mi mano derecha toco su mejilla.
Abre los ojos y me mira.
-Me gustas...-murmura bajo.
-No mas que tu a mi...-susurro suavemente.
Sonreímos de lado.
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¿Les gustó el cap?
¿Les gustó ese momento intimido entre Michelle y Daniel? A mi si.
Nos leemos en el siguiente cap. Chaito.
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