Narrador omnipresente

Tomaron un taxi, que de casualidad pasaba por ahí, Daniel dio una dirección y él conductor hasta allí los llevo. Bajaron frente a un hotel, Passion, entraron y con desesperación pidieron una habitación que Daniel pago. Se metieron al ascensor y Michie lo empujó a la pared para pegar sus labios y morderlos sensualmente para luego unirse en un beso demandante por parte de ambos cuerpos que a medida que pasaban los segundos aumentaba el deseo de follarse. Se separaron cuando escucharon las puertas abrirse, salieron y buscaron la habitación 567. Al encontrarla, entraron a tropezones gracias al beso voraz que se deban, cerraron la puerta y Daniel la pego a ella para empezar a besar su cuello. Michie suspiro al sentir tales placeres, sintió como succionaba su piel, lo malo es que no dejaría marca, después sintió humedad y un fuerte mordisco que la hizo gemir. Lo empujo un poco, separándolo, lo siguió empujando hasta sentarlo en la cama y poder sentarse en sus piernas para besarle el cuello donde aspiró el olor a menta e imagino que ahí estaría su marca, que marcaba que era de su propiedad. Daniel suspiro estremeciéndose ante las sensaciones que provocaba aquella chica misteriosa. Apretó sus caderas acercadonla a su miembro erecto. Bajo las manos y acaricio sus suaves muslos, subiendo a su trasero donde apretó, Michie no pudo evitar morderle el labio inferior soltando un gruñido. La rubia bajo sus manos al borde de la camisa y la subió lentamente hasta quitársela, se miraron y se besaron con ternura, queriendo que el tiempo se detuviera para hacer durar ese momento.

Michie paso sus manos por el pecho de Daniel haciéndolo estremecer. Sus manos fueron al cierre del vestido y lo bajo lentamente, se lo bajo por los hombros mientras pasaba su boca por el cuello de ella, solo con roces tentadores, le dejo el torso descubierto pero no la vio hasta que ella se levanto y se lo quito dejándola con una lencería completa color negra.

Michie se acercó a él con sensualidad y monto su pierna entre medio de las piernas de Daniel. Daniel subió su mano para rozarle el tobillo, subiendo por la rodilla hasta su muslo donde trazo dibujos cerca de su intimidad.

Michie abrió su boca echando su cabeza hacia atrás.

Daniel le bajo la pierna y se levantó para tomarla de las caderas y levantarla haciéndola enredar sus piernas en su cadera, así la beso con salvajismo, sintiendo su deseo mutuo. Las manos de ella recorrían su espalda enterrándole las uñas excitándolo; él con una mano le recorrió la espalda a través de la ropa trasparente.

Se volteo y la tiro a la cama sin mucha fuerza.

Desabrochó su pantalón mirándola, no podía creer que estuviera por hacer eso cuando el no solo tenía sexo por necesidad, pero algo le atraía de ella, algo inexplicable. Se arrodilló entre los muslo de ella y subió hasta su cuello donde mordió queriéndola marcar como suya, la loba gimió tomándole del cabello y la espalda pegándole mas a ella. La rubia le bajo el pantalón con los pies, ambos ya estaban con ropas interiores, las cuales ya estorbaban.

Daniel beso su clavícula y bajo los tirante de la lencería, llego al centro de los pechos donde lamió uno y Michie se retorció de placer, mordió el otro haciéndola jadear por la sorpresa; le bajo la parte de arriba dejándola descubierta, le saco los brazos de las tiras y siguió tirando hasta llegar a las caderas donde las bajo con lentitud, torturándola, eso la desespero y la hizo gruñir, Daniel no le hizo caso y siguió hasta dejarle descubierto su intimidad, le paso la lencería por las piernas acariciándolas a propósito. Subió sobre ella y la beso con suavidad, ella lo siguió rodeándole la cintura, pudo sentir algo contra su feminidad así que bajo sus manos por su espalda hasta llegar al elástico del bóxer, sin evitarlo apretó recibiendo un mordisco en su labio inferior.

-Ah...-gimió cuando sin previo aviso sintió algo tocar su intimidad.

Movió los dedo sobre ella, acariciándola, haciéndola gemir fuerte.

-De-deja... Ah...

-No lo creo... Estas muy humedad...-le susurró pícaro.

-De... ¡Ah!-gritó al sentir dos dedos dentro.

-Hay algo...-susurro moviendo los dedos, ella gimió abriéndose mas-No me has dicho... Tu nombre...

-Mm... Ah... Mich-michelle...-gimió enloquecida por sus dedos maestros.

Daniel hundió mas sus dedos y con su pulgar dio círculos en su clítoris, haciéndola gritar, volvió a sacar sus dedos y los volvió a hundir, así sucesivamente hasta que noto que estaba por llegar y los sacó escuchándola gruñir molesta, fruncio el ceño ante el sonido animal, pero quedo desconcertado al verse encima de la cama con ella arriba mirándolo con victoria. Se inclinó y beso castamente sus labios pero Daniel quería mas así que se sentó y la toma de la nuca para pegar sus bocas. Daniel se deleito con ella, tanto que no noto que le quería bajar su bóxer, levantó un poco la cadera para se lo pidiera sacar y la toma del trasero, separándose para tomar aire pero con sus rostros cerca.

Michie podía sentirlo, tan duro y deseoso de ella. No aguanto mas y levantó la cadera para enterrarselo.

Gimieron.

Sus paredes se estiraron y lo apretaron, haciéndolos gemir.

-Muevete...-ordenó.

Su cadera subió sacándolo y bajo hundiéndolo, gimió con placer, siguió con el movimiento, enloqueciendolos. Daniel la tomo de las caderas apretándola, moviéndola mas rápido, su miembro estaban tan erecto que creyó que la partiría en dos cuando lo escucho gritar.

-Oh Luna...

Daniel fruncio el ceño y gruño.

-Ah... Ah... ¡Ah!

Lo tomo de los hombros para empujarlo a la cama para poder moverse mas rápido. Su cadera se movía en círculos, volviéndolo loco.

Ambos gemían de tanto placer, que se volverían adictos entre ellos mismo, aunque ya se volvieron adictos sin quererlo.

-Mas...-quiso Daniel.

-Oh...

Le araño el pecho gruñendo con los ojos cerrados.

-¡AH!-gritó cuando su espalda choco con el colchón-¡A-ah!-jadeo cuando lo sintió mas adentro y con fuerza.

-A-ah...

-Mas...

Daniel movió la caderas saliendo y entrando sucesivamente, con fuerza pero sin lastimarla, haciéndolos gemir como locos, oculto su rostro en el cuello de ella y de pronto los ojos de Michie se volvieron amarillos con matices moradas, los cerros con fuerza y le araño la espalda haciéndolo gruñir e incitándolo a moverse mas, lo que hizo. En minutos de tanto ajetreo placentero sintieron aquel cosquilleo que avisaba un orgasmo, el cual llego provocando sus gemidos altos, llegaron juntos.

Se abrazaron, razón que él no pudo explicar, solo tuvo la necesidad.

Salio de ella y se recostó a su lado, Michie se recostó en u pecho y Daniel la abrazo.

-Soy Daniel...-susurró cansado.

-Lindo nombre-murmuró cansada igual.

A los segundos se durmieron, esperanzados en quedarse así por siempre... Pero siempre la vida nos trae disgustos.

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