Explicación - Discoteca
Viernes, por fin.
Me levante a la hora de siempre, me bañe y vestí con pantalón claro rasgado y con parches, una camisa manga larga negra con unas letras en el pecho y unos zapatos blancos.
S
alí de mi cuarto y fui a la cocina encontrando una desagradable sorpresa.
-Daniel...-me llama mi madre así que la miro con el ceño fruncido-Tu padre quiso venir a buscarte-dijo mirándome comprensiva.
-No necesito que me vengas a buscar-le digo groseramente al hombre sentado en la mesa del comedor.
-Solo quería hablar contigo. ¿Puedo llevarte al instituto y luego buscarte para hablar?-pregunta esperanzado.
Antes de decir palabra alguna, asiento, tal vez debería ser menos insensible.
Sus ojos brillan con emoción igual los de mi madre.
Desayunamos en silencio y cuando terminamos salimos de casa, después de despedirnos de mi madre. Nos subimos a su auto y arranca.
-De verdad necesito hablar contigo Daniel, aclarar las cosas-habla mirando al frente.
-Esta bien-digo suspirando.
En minutos llegamos a la universidad, abro la puerta.
-Nos vemos papá-digo antes de bajar, sin darle crédito a decir nada.
Camino por los pasillos hasta encontrar a quien buscaba.
-Hey, amigo ¿donde estabas? Fui a buscarte pero tu madre me dijo que tu padre te traería-dice cuando llego a él.
-Si, así fue-me mira intrigado-Hablare con el después de clases-digo al final.
-¿De que?
-De lo que me tenga que decir-contesto.
-Ya, esta bien-cierra su casillero-¿Vamos a clases?
Asiento y juntos caminamos.
***
La taza de café con leche que había pedido se poso frente a mi junto al café que mi padre pidió, la joven que trabajaba en aquella cafetería se fue, después de haberle agradecido.
Ambos tomamos un sorbo de nuestras bebidas calientes.
-Primero que todo....-comenzó a hablar, lo mire-De verdad lamento mucho, de todo corazón, el haberme ido así como si nada, dejándolos solos y a su suerte...
-¿Porque lo hiciste?-pregunte tenso.
Suspiró y su mirada se volvió tormentosa.
-Cuando conocí a tu madre no andaba en buenos pasos-frunci el ceño-Era un ladrón Daniel-me quede paralizado-Cuando vi a tu madre, fue en una joyería que robaría. Sus ojos cafés me hipnotizaron por completo y lo único que hice fue acosarla hasta que me atreví a hablarle un día, desde ese día nos fuimos conociendo, pero nunca me atreví a decirle a que me dedicaba. Para ese tiempo eramos jóvenes, nos hicimos novios, pero un día un hombre fue a donde vivía; no vivía solo estaba con otros colegas que hacían lo mismo, trabajamos juntos en eso, bueno... Aquel hombre era un mafioso-me puse rígido, no hacia ni decía nada-Nos obligo a trabajar para él, tu madre siempre la mantuve en secreto, entre engaños, promesas y excusas, quería cuidarla, protegerla-sus ojos se humedecieron-Estuve trabajando con ese hombre unos cuantos años, en los cuales fui miserable pero también feliz gracias a tu madre. Ella un día me llamó, me preocupe porque la oí llorar y fui con ella... Me dio la noticia mas feliz de mi vida...-dejo de hablar y bajo la mirada, restriegue mi nariz cuando empezó a picar-Estaba embarazada... Quise dejar la mala vida y hacer el bien, pero no puede. La mafia es algo del que entra y no sales a menos muerto. No se como, pero un día tu madre me reclamó todo en lo que andaba, se enfureció tanto conmigo que casi tuvo un aborto, por gracia divina todo salio bien y no fue nada. Pregunte como sabia todo y solo me mostró una carta y evidencias que le enviaron, de inmediato supe que fueron aquellos para quienes trabajaba...
-¿Como mi madre pudo seguir contigo?-pregunte.
Sonrío.
-El amor lo puede todo Daniel. Prometí que me saldría y viviríamos felices pero se me haría difícil y lo fue. Los meses pasaban y el vientre de tu madre creía, se veía hermosa con el, pero empecé a tener problemas con mi jefe por no cumplir mis deberes como debía, me amenazo con matarlos y tuve que cumplir, por suerte no me perdí tu nacimiento porque no me lo hubiera perdonado. Haberte visto y tomado en brazos fue lo mas bello que pude hacer, ese día solo éramos nosotros, mis padres habían muerto y los de ella no aceptaban nuestra relación así que solo eramos nosotros tres, mi familia eran ustedes y siempre lo serán-alego con ojos brillosos.
-Aun no entiendo el porque te fuiste-cuestiono con un nudo en la garganta.
-A eso voy-suspira-Los años pasaron entre desagradables y felices momentos. Mi trabajo me exigía mucho, no sabia que hacer para salirme de ahí, tu madre siempre me reclamaba por estar mucho tiempo ausente ya creía que estaba con otra-ríe un poco-Pero un día fue el detonante de todo-trago saliva-Tu madre me llamo para avisarme que tenía visita, estaba de camino a casa y cuando llegue fue lo peor... Mi jefe le apuntaba a la frente mientras a tu estabas dormido y custodiado, eras pequeño en aquel tiempo y tenias el sueño pesado, me amenazó con matarlos si no hacia el trabajo que me había pedido hacer...
-¿Y ese era...?
-Asesinar a una familia...-gemí a lo bajo-Acepte en ese momento por la desesperación, ellos se fueron y abrace a tu madre con fuerza, lloramos hasta que me suplico que dejara todo eso y decidí hacer algo que me carcomía el corazón. Vivíamos en Italia e hice que tu y tu madre tomaran un vuelo aquí a New York, nosotros solo fuimos cónyuges y fue fácil transportarlos, les prometí que iría pronto, tu no te querías separar de mi y te pusiste a llorar, se fueron y yo me quede...
-¿Como lograste llegar hasta aquí?-pregunte curioso.
-Con un gran plan. Llame a la policía y denuncie...
-Pero... pe-pero estabas...
-Si, estaba con ellos en todo así que me llevaron también, pague diez años de cárcel solo por haber robado, fue poco a comparación de lo que me iban a dar de no haber dado información. Después de que salí, salí con un titulo de administración, pude estudiar en la cárcel, busque trabajo y reanude mi vida nueva. Hace dos años decidí buscarlos pero me encontré con la sorpresa de que ninguno quería saber de mi. Así que tuve que insistir... De verdad siento mucho no haber estado ahí para ti Daniel-dijo arrepentido.
Suspire y baje la mirada a mi taza, mi cerebro analizaba la información y pensaba los contra y los pro pero después a mi mente llego la sonrisa de mi madre y su voz diciéndome una frase de ella.
-Te perdonó-digo levantando la cabeza, se asombra.
-¿Que?
-Entiendo todo papá, creo que hubiera hecho lo mismo
-¿En serio?
-Si-contesto sonriendo-Todos merecemos una segunda oportunidad-acoto, ríe.
-Tu madre dice eso ¿verdad?
-Aja-reímos.
-¿Que tal si mañana salimos los tres? Claro si gustas y tu madre quiere-sugiere dudoso.
-Hablare con ella-contesto dejándolo tranquilo.
-Esta bien
Después de ese reconcilió comenzamos una charla tranquila y amena.
***
Salí del baño con una toalla alrededor de mi cintura y otra mas pequeña con la cual secaba mi cabello, deje esta en el respaldar de una silla y comencé a vestirme. Un jean negro con aberturas en las rodillas, una camisa manga larga negra y unos zapatos negros, dentro de poco vendrían Jesse por mi para irnos a la disco. Tome mi teléfono y algo de dinero, lo guarde y baje. En la cocina estaba mi madre limpiándola distraída, así que la abrace asustandola. Reí fuerte.
-¡Daniel!-riño molesta-No vuelvas hacerlo-me reprocha.
-Perdón mamá-beso su frente y la miro, sonríe feliz.
-Me alegra que te hayas reconciliado con tu padre bebé-me dice cariñosa.
-Yo también-contesto.
En ese momento escuchamos una bocina.
-Bueno, me voy-beso su mejilla.
-Cuidate cariño-sale detrás de mi-¡De en serio te cuidas, no quiero ser abuela aun!-grita desde la puerta.
-¡Mamá!-gruño avergonzando, la veo reír cuando la veo sobre mi hombro.
Me subo al auto de mi amigo.
-¿Listo camarada?-pregunta mirándome a través de sus lentes negros, pongo los ojos en blanco.
Vestía un pantalón negro con aberturas en las rodillas, unas zapatillas negras, una camisa de mangas largas blanca y una gorra plana blanco y negro.
-Si camarada-contesto divertido.
Arranca el auto sonriendo victorioso.
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