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Dana

-Entonces cuentame todo-dice Jesse abrazando mis hombros.

Confundido lo miro.

-¿Que diablos te voy a contar?-digo.

-¿Tuvieron sexo?-pregunta directo y con picardía.

Arqueo una ceja incrédulo.

-¡Eso no es de tu incumbencia!-le reclamo alejándome.

-¡Oh, vamos!-se acerca riendo-Con Emma lo he hecho varias veces y debo decirte que...

-¡No me interesa!-interrumpo exasperado, Jesse solo ríe.

-¿Lo han hecho si o no?-pregunta.

Suspiro cansado.

-No

-¿Desde el día de la disco?

-Aja

-Pobre de ti-dice con pena palmeando mi espalda.

-Jodete-murmuro entre dientes.

La campana suena.

-Nos vemos

Jesse se aleja entre la multitud.

Gire al frente y me detuve abruptamente con temor.

David junto a Dean y Sander, estaban a metros de mi con caras de enfado puro.

Giré y eche a correr esquivando a algunos estudiantes, los que no me miraban mal o me decían malas cosas. De reojo pude a los chicos seguirme empujando a los demás. Rápidamente di vuelta en una esquina divisando el salón donde tenía clases. Entre agitado, sin mirar nada y golpeando a alguien.

-¡Ay!-chillaron de forma femenina.

Asustado me detengo mirando al piso.

Una chica de rodillas chillaba molesta.

-¡Imbécil! ¡¿Que acaso no ves?!-reclama enojada levantándose.

Respire acelerado dando medio giro a la puerta para ver como David y sus amigos pasaban de largo. Solté un suspiro de alivio.

-¡Oye imbécil!

Gire a la voz.

Una chica de baja estatura, bonito cuerpo pequeño, tez blanca, ojos cafés, cabello negro y cachetes algo rellenitos, me miraba molesta.

-Yo-yo... Lo siento mucho. Me venían persiguiendo unos idiotas y no vi. De verdad perdón, yo...-hable rápido.

-Ok, ya. Descuida-me interrumpe tranquila pero aun molesta.

-De verdad lo siento-lamento apenado, niega sin interés-¿Estas bien?-le pregunto preocupado.

-Si, solo fue un golpe en las rodillas y manos-contesta.

-Yo...

-Jóvenes-giramos a la voz del profesor-A sus asientos-ordena serio.

Asentimos y nos sentamos en una mesa de dos, juntos, ya que no había mas puestos.

-Soy Daniel-susurro tímido mirándola de reojo.

Escucho un suspiro de su parte.

-Me llamo Dana-susurra tranquila y con voz suave.

Sonrío un poco.

-¿Eres nueva? Nunca te había visto-comento mirando al profesor.

-Si-contesta.

-Te invito algo de tomar a la salida...

-No quiero novio-me interrumpe mirándome ceñuda.

Sonríe divertido.

-Descuida. Yo ya tengo novia, solo era para recompensar el choque-digo tímido.

-Ah. Esta bien. Mi salida es a las dos-dice.

-Salgo un poco antes, pero esperare-digo.

Asiente y ambos préstamos atención a la clase.

***

Me asomo por el umbral del salón vacío mirando a todos lados con cautela. Al ver que no esta el acosador de David, salgo mezclándome con los pocos alumnos que hay. Recorrí los pasillos con nerviosismo de poder encontrar a David y sus amigos y que me dieran una paliza. Salí de la Universidad y me dirigí a la cafetería de enfrente. Tenía media hora antes de volver a clases. Entre y sonaron unas campanas avisando mi llegada, estaba algo lleno pero pude encontrar una mesa cerca de la ventana. Me senté y una chica, trabajadora, se me acerco.

-Buenos días ¿que puedo traerle?-preguntó simpática la chica joven.

-Emm... Un café y unas galletas de avena, por favor-respondo amable.

La veo anotar en su libreta.

-En un momento se lo traigo, permiso-responde antes e irse.

Baje la mirada a la mesa escuchando el poco bullicio de la cafetería pero la levante al sentir movimiento frente a mi.

Un chico casi de mi edad con ropa negra, gafas oscuras y gorro gris, estaba sentando mirándome, creo.

-¿Hola?-dudo inseguro.

-¿Conoces a Michelle CollingWood?-pregunta con voz ronca y seria.

Me recuesto en el respaldo mirándolo inseguro.

-¿Quien lo pregunta?-pregunto serio.

Sonríe mostrando sus dientes blancos. Sonríe de forma malvada.

-Solo eres un niñato humano sin nada especial-susurra con desprecio.

Arrugo mi entre cejo.

-Oye tu quien eres para...

-Disculpen...-interrumpe la chica de antes trayendo mi pedido-Permiso-se aleja.

-Ten cuidado niño-me murmura sobre la mesa divertido, antes de levantarse e irse sin mas.

Sin nada que decir o hacer lo dejo pasar, aun estando confundido.

***

-Para el viernes quiero un informe sobre lo hablado en la clase-informa la profesora cuando suena el timbre de salida.

Recogí mis cosas y me quede sentando hasta que todos se fueron pero no me levante.

-Señor Grayson-llaman, levanto la mirada encontrando a la profesora.

-¿Si, digame?-contesto levantándome.

-Tienes que salir, cerrare el salón-dice.

-Ah si, claro-balbuceo, tomo mi bolso-Nos vemos profesora

-Nos vemos Grayson-responde cortés.

Salgo del salón aun con la mente ida. No he dejado de pensar en aquel chico de la cafetería. No me dio buena espina. Rascando mi nuca salgo de la Universidad y camino hasta una banca cerca del estacionamiento, saco mi teléfono.

-Oye-golpean mi hombro asustándome.

-¡Jesse!-reprocho molesto, él solo ríe divertido.

-¿Te llevo?-pregunta sonriendo.

-No, espero a alguien-respondo con la vista en el teléfono.

-Creí que verías a Michelle hasta mas tarde-cuestiona confuso.

-Si, pero es a alguien de la uni-comento mirando el número de Michelle.

-Michelle es muy celosa y posesiva-comenta serio.

Levanto la vista a un Jesse de brazos cruzados y expresión seria.

-No soy tu-comento brusco pero divertido.

-Yo no he engañado a Emma en el poco tiempo que salimos-cuestiona muy serio.

Levanto las cejas sorprendido.

-Vaya-susurro orgulloso-Que bien-le sonrío-Pero yo no voy a engañar a Michelle ni nada de eso, solo es una salida normal con una conocida y ya-comento serio.

-Bien-suspira-Me cuentas después-dice retrocediendo.

-Esta bien. Adiós-le digo volviendo a mi teléfono.

Escucho sus pasos lejos mas un motor a los segundos arrancar.

Sin mas marco el número.

Piii...

Piii...

Piii...

Piii...

Piii...

-Hola...

-Elle...

-...en estos momentos no puedo responder tu llamada por cosas serias, por favor no llamar, yo le devuelvo la llamada... Piiiii...

Corte la llamada con tristeza. Quería oír su voz dándome ánimos. No he podido estar tranquilo en todo el día, por estar huyendo de David y sus estúpidos amigos.

Suspiro guardando mi teléfono.

Faltaba poco para las dos.

Cerré los ojos un momento.

-¡Hey!

-¡Ah!

Brinque en la banca asustado mirando de inmediato a la persona.

-¡No me asustes así niña!-le reprendí molesto aun con el corazón latiendo.

La pelinegra solo ríe divertida.

-Tengo ganas de un batido ¿vamos?-dice sin mas.

Respiro y lo suelto asintiendo. Me levanto.

Narrador desconocido

-Alfa...

-No-se callan todos en el auto-Creo que habrá un cambio de planes-informo sintiendo la ira recorrer mi cuerpo.

El aroma a fresas se impregna en mi nariz una vez mas.

-Usted dirá-habla uno.

*** Daniel

-¿De que los quieren?-pregunta el chico del mostrador.

-Uno de fresa-responde Dana con simpatía.

-Otro de mora y frambuesa. Por favor-digo yo.

-Son 20 dolares-murmura el chico sin interés.

Saco mi billetera y doy dos billetes. Los toma para guardarlos en la caja registradora y voltea.

-Disfruten-murmura dejando los vasos grandes de cartón en el mesón.

-Gracias-murmuro junto a Dana tomando las bebidas.

Nos alejamos y nos sentamos en una mesa redonda.

-Entonces... cuentame de ti-habla interesada.

-Bueno...

Comenzamos una conversación animada y entretenida de nuestras vidas y anécdotas. Me pude dar cuenta que Dana era una chica divertida y aventurera, pero que cuando se lo proponía alguien muy odiosa. Además de eso era muy simpática y su personalidad me daba ternura, podía decir que hasta podría decirle hermana sin problemas, y así fue. En solo dos horas nos tomamos un gran cariño de hermanos.

-Debo irme, mi novia ira a verme-comento mirando la hora en mi teléfono.

-Si, yo también. Tengo mucha tarea que hacer-murmura algo cansada.

Nos levantamos.

-Cuando quieras me llamas para ayudarte-le digo amable.

-Gracias-sonríe agradecida.

Botamos los vasos y salimos del local.

-¿Te iras sola?-le pregunto.

-Tomaré un taxi-responde tranquila.

-¿No querrías...?

Me callo cuando una camioneta negra de ventanas polarizadas se estaciona con brusquedad a nuestro lado. Esto no pinta bien. Unos hombres de negros se bajan como toros salidos de jaulas y nos apuntan con unas armas.

-¡Abajo todos!-ordena uno a los pocos que están a nuestro alrededor.

Nos agachamos asustados. De reojo vi a Dana temblar.

-Dana...

Uno de los hombres se acerca a nosotros y toma de los brazos a Dana levantándola, ella grita asustada.

-¡Sueltala!-exijo levantándome mirándolo molesto.

Sentí como me tomaban de los brazos.

-¡Daniel!-chilla temerosa mientras la alejan de mi-¡Sueltame animal!-exige firme.

-¡Sueltame!-me removí en los brazos de mi captor.

Pude ver como el hombre tomaba a Dana con mas fuerza mientras ella gritaba y pataleaba queriendo liberarse.

Nadie hacia nada, solo miraban asustados.

-Quieto-habla otro mirándome frente a mi.

Seguí removiéndome.

-¡Sueltame!-grite.

-Callate-gruñó quien me tenía mientras me apretaba mas fuerte.

Levante las cabeza y de inmediato ésta giro a un lado con fuerza, tumbándome y desorientandome.

-¡DANIEL!

-Da-dana...-balbuceo mirando como la meten en la camioneta y se van rápido.

Chasqueo mis dientes enojado y me levanto. Me mareo un poco pero me recupero y me voy de allí a una, espero, solución.

***

Después de hacer una denuncia en la policía, decir a detalle todo lo que paso y ver como se ponían en marcha me fui a casa. Llegue alrededor de las cinco de la tarde, creí que al llegar vería el jeep de Michelle pero no. Cuando entre no había nadie. Me fui a mi cuarto y saque mi teléfono. Estaba preocupado, mucho, tenia impotencia por no poder haber hecho algo para salvar a Dana. Me sentía frustrado y solo una persona me podía tranquilizar.

Marque otra vez el número.

Piii...

Piii...

Piii...

-Elle ¿donde estas? Necesito verte. Paso algo, quiero hablar, quiero...

-Michelle no se encuentra

Contestó una voz ronca y profunda, una voz de un hombre mayor.

-Ahm-trago con nerviosismo-¿Y donde esta?-pregunto ansioso.

-Ella salió por unos asuntos importantes, por el momento no podrá atenderte Daniel- dijo serio el hombre.

-¿Y con quien hablo?

-Soy Maximilian, el padre de Michie-contesta.

-Oh. ¿Podría decirle que la llame y que cuando pueda me llame?-pregunto nervioso pero desilusionado.

-Si claro, yo le digo

-Gracias señor

-No hay de que. Cuidate muchacho

Colgó la llamada.

Me senté en mi cama con miles de emociones y sensaciones dentro de mi.

******************************

Miranda Cosgrove (Dana)

¡Perdón la tardanzas mis amores!

No me siento bien y me tarde en corregir los cap.

Disfruten, besos.

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