46. No.
Skyler.
Miré cómo llevaban el cuerpo de Dylan hacia arriba mientras yo corría la vista.
Maldito vampiro.
Merece más que la muerte. Merece que lo torture junto a mí padre y Derek.
No tironee más mis cadenas ya que mis muñecas estaban rojas por el daño que causaba.
—¿Estas feliz?— preguntó May mientras cerraba la puerta donde Dylan salió con Noah y Zoe.
—Creo que no.— se acercó.
—No sabes nada, May.— arrastré las palabras.
—Pues, sé que no quieres asesinarlo porque es tu alma gemela. Eso no se puede hacer.— me mantuve sería, ideando mí plan de salir de aquí.
—No sé qué ocurrió en la aldea de tu padre pero tu lugar es estar con Dylan para la eternidad. Nada más que eso.— cerré mis ojos y sonreí por dentro. Ya sabía que hacer.
—Es que... mí padre no lo permite.— susurré con la voz rota.
—Quiere que me aleje de Dylan y no puedo contradecirlo porque sino lo matará.— comencé a mentir esperando que me crea.
—No lo hará, Skyler.— se acercó a mí mirándome fijamente.
—No sé qué más hacer. Dylan cree que soy maldita pero no puedo controlarme. Mí padre me manipula y no puedo decirle la verdad a Dylan.— asintió.
—No puedo contarle esto que te estoy contando a ti, May.—
—¿Por qué no?—
—No lo sé. Cada vez que quiero decirle la verdad hay algo en mí mente que me obliga a mentirle y decirle cosas hirientes. Ya no puedo soportarlo.— me quejé cuando mí muñeca tocó otra vez la cadena de plata.
—¿Quién me puso esto?—
—La bruja.— sentí la ira dentro de mí.
—¿Zoe?—
—No, no. Su madre. Sasha.— levanté una ceja. Así que la madre está viva.
—¿May puedes acercarte? ¿Me das un poco de sangre?— frunció el ceño.
—Ellas no saben cómo me dejaron y si no recibo algo de sangre, aún que sea una gota, no podré abrir más mis ojos.— comenzó a considerarlo.
Manipularla de esta manera me era muy útil. Se supone que fue mí mejor amiga, debe tener compasión por mí. Aún que lo que ella no sabe es que al recibir aunque sea una gota de sangre, mis sentidos vuelven a ser los de siempre.
—Solo unas gotas. No quiero que te seques.— sonreí interiormente pero por fuera le di una mirada de agradecimiento.
Se acercó más y colocó su muñeca en mí boca. Al tener contacto, saqué mis colmillos y comencé a beber gran cantidad que seguramente ella sentía pero podía beber tan rápido que no se daría cuenta de nada.
Sentí mí cuerpo llenarse de energía y fuerza. Unos segundos después ella se separó.
—No más.— susurró y cubrió su herida. Sonreí tierna hacia ella.
—Gracias.— sujeté mis cadenas y las baje con mí fuerza haciendo que se partan. Me liberé las manos bajo su mirada de impotencia. Sabía que había hecho un error.
—Siempre serás una ridícula, May.— me levanté y me tiré sobre ella para morder su cuello. Aun que tenía mis fuerzas, necesitaba más.
[*]
Dylan.
—¿Qué es eso Sasha?— miré el humo que salía de ese caldo y ví que lo manejaba como un polvo.
—Revierte lo que le hizo Ponths a Skyler.—
—¿La bruja?— susurré con pocas energías.
—Si. Esa vieja bruja es la misma que manipuló el embarazo. La que te hablé hace años.— asentí un poco perdido.
—Estas muy mal Dylan y no sé qué carajo hacer contigo.— sonreí como pude.
—No me pasará nada. Skyler volverá a ser como era antes y me salvará.— dudaba de mis propias palabras pero quería que fueran ciertas.
Hace unos minutos desperté y encontré a Sasha preparando ese hechizo y Jean se había ido con Noah a custodiar la zona. May y Zoe no sabía dónde se encontraban.
Escuchamos un grito y ambos nos observamos.
—Quedate aquí.— me ordenó pero igualmente me levanté y la seguí a paso lento. En cuanto íbamos a bajar las escaleras, Zoe las subía con rapidez y lloraba a más no poder.
—Es May... está... no lo sé. Parece muerta. Tiene el pulso débil, mamá e hice lo que pude.— Sasha la sostuvo y me observó.
—Se liberó.— solo una cosa significaba. Si estaba libre, me buscaría a mí. Y me mataría.
Con poca movilidad fui en busca del teléfono para llamar a Noah.
—Ve por el hechizo Sasha. ¡Ahora!— le grité y con Zoe, fueron hacia la habitación.
Sabía que aún seguía aquí. Lo sentía pero debía ser valiente en cuanto se me tiré arriba.
—¿Seguirás protegiéndolos?— murmuró desde la oscuridad. Miré a cada lado buscándola pero no veía nada.
—Proteges cuando quieres hacerlo. Para tu conveniencia.— reprochó.
—¿Dónde estoy Dylan?— susurró en mí oído pero sabía que ella no estaba detrás de mí.
Rendido, comencé a marcar el teléfono de Noah para que regrese pero un golpe en mí espalda hace que caiga al suelo, golpeándome la cabeza.
—¿Qué haces?— preguntó con voz de amarga y me giré para observarla. Tenía los ojos rojos y sus colmillos afuera.
Se sentó arriba de mí y se acercó.
—¿Ultimas palabras?— acarició mí mejilla mientras miraba mis ojos.
Podía ver qué me odiaba y eso me dolía. Dolía pensar que la persona a quien amas te odia con lo más profundo de su ser. Dolía que la manipulen. Dolía que ya no me ame. Después de todo lo que hicimos, dolía que no reconociera mí amor hacia ella o que recuerde por lo menos una pisca de lo que hicimos juntos o de lo que vivimos juntos.
Tragué saliva pensando en que de verdad lo haría. En serio quería asesinarme. Lo iba a hacer.
—Te amo.— susurré sintiendo otra vez el ardor en mí cuerpo. No podía mover mis piernas y mis brazos estaban cada vez más pesados.
Mí amor por ella no iba a cambiar de un día para otro. Sin embargo, la poca esperanza de que cambiará su parecer al escuchar mis palabras, se esfumó cuando me respondió.
—Que banal eres.— rió y cerré los ojos para lo que se venía. Sentí su mano undirse en mí pecho y buscar mí corazón. Gemi de dolor. No tenía como curarme después de eso.
—Mirame, desgraciado.— susurró frente a mí y abrí mis ojos chocando con los suyos que transmitían venganza, ira y furia.
—Asi asesinaste a...— se quedó muda. Sus ojos se agrandaron y su rostro comenzó a volverse rojo mientras soltaba un jadeo de dolor.
Saco su mano de mí pecho y se levantó con dificultad.
Miré a mí izquierda y estaba Sasha murmurando el hechizo junto a Zoe, sujetadas de la mano.
Skyler comenzó a gritar fuerte y sujetó su cabeza mientras caía al suelo a unos metros de mí.
Yo sentia mí cuerpo perder sangre y mis brazos ya no tenían movilidad.
—¡Basta!— gritó hacia Sasha que al mismo tiempo vi cómo quiso ir contra Zoe pero Jean apareció y la sujetó de los hombros al igual que Noah pero de su cuello.
Todos trataban de poner sus recuerdos en orden mientras yo perdía mí conocimiento. Era lo último que ví.
Sasha terminando de decir las palabras y dejando el polvo que cocinó minutos antes, en la cabeza de Skyler.
Mí vista se perdió y no sentí más nada, solo una pisca de felicidad que mí alma gemela ya estaba bien, tenía sus recuerdos.
[*]
Skyler.
Mí cabeza se partía. El dolor que siento en ella no era comparado al que sentía en mí pecho y eso me molestaba.
La vista se me nublaba y de a poco comencé a levantar mí cabeza. Estaba arrodillada, sostenida por mis manos y frente a mí estaba esa mujer al lado de Zoe.
Comencé a respirar agitado, me dolía el pecho y me faltaba el aire. Me senté mirando a mí alrededor. Jean me miraba asustado y Noah tenía en brazos a May.
Un poco desconcentrada, pensé en Dylan.
Al no verlo allí, comencé a buscar del otro lado y al verlo mí corazón se estrujó tan fuerte que hizo que suelte un jadeo. Allí estaba. Acostado en el suelo. Inmobil. Pensé lo peor. Sentí el dolor en mí pecho cada vez más fuerte y fue imposible que retuviera mis lágrimas.
—No... no... no...— murmuré y fui gateando hacia él con mí vista nublada.
—No.— me negaba a pensar que él estaba muerto. No podía.
Mordí mí muñeca y la puse en su horrible y grande herida.
La mantuve unos segundos y ví que mí herida, no ocurría nada. Me mordí otra vez y la puse allí. Lo repetí tantas veces que ahora sacaba trosos de mí piel para que no sane. Necesitaba que se cure su herida pero no funcionaba.
—Ni se te ocurra.— susurré y tomé su cabeza para dejarla en mí regaso.
Mordí mí muñeca otra vez y la puse en su boca. Estaba más pálido de lo normal y no respondía. No hacía nada. No abría sus hermosos ojos.
—Abre los ojos.& le ordené sintiendo mí corazón partirse.
—¡Que abras tus malditos ojos grises Dylan!-—grité llenándome de dolor la garganta.
Mis sollozos estaban descontrolados. No podía con tanto dolor.
La vida no podía ser así de maldita. No habíamos hecho nada malo para que nos separe. Él es todo para mí. Hizo de todo por mí. No tiene que irse sin mí. Si él muere, yo también.
Lo atraje hacia mí y apoyé su cabeza sobre mí pecho.
—Por favor, mí amor.— murmuré en su oído sintiendo mí corazón irse de mí vida.
Al momento sentí un ligero movimiento en mí muñeca y me aparté al instante de su cuello. Miré su rostro para ver si algo cambiaba o se movía. Pero no ocurría nada hasta que después sentí presión en sus labios, queriendo tomar. Beber mí sangre. Parpadee incrédula. Por favor que no sea un sueño.
Sentí que bebía y su mano sujetó mí muñeca para que no me separe.
Limpié mis lágrimas y largué un suspiro de alivio.
Está bien. Está bebiendo de mí.
Dejé que quedará satisfecho. No me importaba que me debilite, quería que estuviera bien.
Tomó varios largos sorbos de mí sangre y se separó. Abrió sus ojos dejándome ver su tan hermoso color.
No esperé más tiempo y ni siquiera medi mis fuerzas. Solo lo abracé y lo estruje en mis brazos. Casi lo pierdo y todo por mí culpa.
—Lo siento. Lo siento tanto, Dylan. No pude controlar nada.— solloce acariciando su cabello.
Casi lo asesino. Cerré mis ojos. Era una maldita.
—Tranquila.— negué. No iba a soltarme de él.
—Casi... casi te asesino... a ti.— murmuré temblando.
—No estaré tranquila.— hablé enojada y arrepentida.
—Lo que hice, lo que dije no fue verdad. Si te amo, Dylan. Lo sabes.—
—Si lo sé, Sky.— murmuró y se separó de mí.
—Estas bien ahora. Estamos a salvo.— negué.
—Soy una maldita. Soy un peligro para ustedes. Quizás pueda...— me quedé sin habla cuando recordé a May.
—¿May está...?— susurré y me giré a las personas que no me hablaron hasta ahora.
Me levanté con las fuerzas que me quedaban y fui por ella. Noah estaba serio y sostenía su mano en el pecho.
La observé y ví que estaba muy pálida y fría. La había drenado mucho.
—No sirve mí mordida. No puedo curar su herida. Ya está muerta.— murmuró con dolor Noah y lo miré con los ojos abiertos.
—No.— negué. —Hoy no.— mordí mí muñeca y esparcí mí sangre sobre mí mordida y en su boca. La herida se cerró pero continuaba inconsciente.
—No está muerta.— murmuró Sasha y se acercó.
—No regenera sangre y eso la matará. Hay que darle sangre. No cualquiera—- hizo una conclusión y me aparté. Su sangre era Noah.
—Ven, Noah. Rápido.— fueron a una habitación y se encerraron allí.
Zoe se quedó con Jean que me miraba confundido.
Mierda. Tantas miradas por lo que hice. Yo debía estar en riesgo de vida, no May.
Sentí sus brazos rodearme la cintura y me giré a él.
Soy un peligro para estas personas. Debo irme.
—Te amo.— susurré para él. Sonrió mostrando algo de felicidad al verme allí.
—Yo...— giré su cuello antes de que continué.
—¡Skyler!— gritó Zoe.
Lo dejé en el sillón inconsciente y besé su cabeza.
—Luego me lo dices.— le susurré en el oído y me largué de allí.
Yo misma mataría a James. Por todo lo que nos hizo. Por todo lo que me hizo pensar.
Deberé matarlo aún que sea mí padre.
[*]
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