21. Sorpresa.
Capítulo 21.
—Skyler pásame la ensalada.— habló Ellen interrumpiendo mis pensamientos.
No podía dejar de pensar en Ojos grises y eso me molestaba. No lo comprendía.
—Skyler.— parpadee y le alcancé la ensalada.
¿Qué es lo que me pasa? Hace días que no lo veo por mi departamento y cada vez que quería pensar en otra cosa, no podía. Quería saber si estaba bien o como estaba.
—¿Qué ocurre?—
—No pasa nada Ellen. ¿Sabes algo de tu hijo?— cambié de tema rápidamente para no decirle sobre Ojos grises.
—Lo llamé hace unas noches para decirle que quería saber de mi nieto. No quiero perderme de nada.—
—Estoy de acuerdo. Si tú quieres también lo puedes ver y cuidar o traerlo aquí para que lo cuidemos juntas. El único problemas es que no te pida más dinero. Creo que puede juntarlo por sí solo.—
—Me encantaría que me ayudes a cuidarlo. Debo comprarle algo de ropita para su cuerpito y algunos juguetes.— sonrió emocionada.
Me gustaba verla así a Ellen aun que su hijo sea un desgraciado, la verdad espero que se vaya al infierno sí es que existe.
—¿Y tú? ¿Cómo te ha ido en la escuela?—
—Supongo que bien.—
—¿Cómo esta Dylan? Lo he extrañado mucho por aquí. ¿No son nada más que amigos?— me dio una mirada picara y me detuve a pensar.
—¿Qué dijiste?— susurre extrañada por su pregunta y mas por su comentario sobre Ojos grises.
—Skyler te conozco. Cuéntame, sabes que soy prácticamente tu madre.— me observo a los ojos, dejándome ver que si sabia de lo que hablaba y no estaba jugando conmigo pero... ¿Cómo se entero?
—No ocurre nada Ellen. Ahora necesito hacer un llamada, luego hablamos.— me retiré de allí sintiendo su mirada.
¿Él la hipnotizó? ¿Le hace creer que es mi amigo cuando no es así? ¿Por qué mierda hace esto?
Caminé hacia mi habitación y busque mi teléfono. Me importa mierda si Noah esta enfadado conmigo pero necesito respuestas. Lo llamé pero no me atendía. Maldito.
Intenté por tercera vez y este se digno a atenderme.
—Noah necesito hablar contigo de algo importante.—
—Sky, Noah no quiere hablarte.—
¿Jean?
—¿Tiene cinco años? Ponlo en el teléfono en este instante.— gruñí en su oído.
—Ella dice...—
—No me importa.— habló enfadado Noah.
—Toma el maldito teléfono idiota. ¿No ves que no estoy muerto? Deja tu orgullo y atiéndela.— no escuché nada durante segundos pero luego una respiración tomó su lugar.
—¿Qué quieres?— arrastró las palabras.
—¿Sabes dónde esta él? Necesito hablar con él y contigo.—
—¿Hablas de Dylan?—
—Si y Noah tenemos que terminar lo que empezamos. No puedo seguir con esta intriga. Algo me dice que necesito saber cosas importantes sobre mi vida. Y Ellen habló de él como si fuera un amigo mío, lo que no es. Tengo miedo que salga lastimada por los que quieren asesinarme y tengo miedo de quedar completamente sola. Si Ellen se va, yo no podré... no podré sin ella ¿Entiendes? Necesito respuestas. ¿Puedes venir?— sentí que suspiró.
—Primero cálmate y respira, no te gustará lo que te diré.— mi respiración trataba de tranquilizarse pero no podía. —Dylan fue a pelear por ti. Alguien quiere que seas su esclava por los incompetentes que fueron tus padres. Y para que eso no suceda, él fue a luchar por ti.—
No estaba calmada, algo en mi se sentía vacío. Esas personas había arruinado mi vida completamente. Ni siquiera sé sí están vivas pero espero que estén muertas porque no quiero saber nada sobre ellos. No están en mi vida pero la complican con su existencia.
—¿Dónde esta?— agarré mi buzo y salí de la habitación. No puedo dejar que pelee con alguien más fuerte. Quizás podía vencerlo pero es un riesgo.
—No irás a buscarlo. Quédate ahí que yo iré por ti y luego te quedarás en mi casa.— sentí el ruido de las llaves y supe que estaría saliendo para buscarme.
—Él no tiene por qué hacer esto. ¿Y tú lo sabías? ¿No pensabas decirme nada?— Ellen me observa y le sonrío forzada.
—Es una compañera de la escuela, no quiso decirme sobre un trabajo que nos obliga a realizar un profesor.— mordí mi labio. Me había olvidado que ella estaba aquí.
—Me iré a llamar a John que debe estar preocupado por sus papeles.- sonrió triste ya que no le gustaba hacer ese tipo de cosas. Vi como se alejó hasta perderse en su habitación y me giré hacia la puerta.
—Noah ¿Por dónde andas?— la abrí cuidadosamente y bajé las escaleras. No tenía tiempo para un ascensor.
—May no tardará en llegar. Yo no estoy muy cerca.— me quedé helada. ¿Había dicho May?
—¿Qué es lo que...?—
—No hay tiempo para explicaciones y deja tu orgullo de lado porque necesitas protección. May te la puede brindar hasta que yo llegue.—
—¿En que momento la llamaste?—
—Jean la llamó.— maldito traidor.
Suspire duro en cuanto la vi en la puerta. Llevaba puesto unas calzas negras y un buzo negro con zapatillas blancas.
—Ven rápido.— corté la llamada y May se da vuelta.
—Hola Sky.— sonrió triste y regresó su mirada a las calles.
—Que te quede claro que yo a ti no te llamé, fue Jean quién lo hizo.— me crucé de brazos.
—Lo sé perfectamente.— un sonido se escuchó por detrás de unos autos. —Quédate detrás de mi.— me arrimé a la esquina del edificio en cuanto esa cosa saltó. Era un chico de nuestra edad.
—Oh mi diablo, preparaste un banquete muy delicioso.— pasó su lengua por sus labios y miró deseoso a May.
—Lástima que no podrás probarlo.— sonrió engreída y vi como sus manos se transformaban en garras, en sus ojos pude ver que cambiaban de color y había colmillos en lugar de dientes.
De acuerdo creo que tendré un ataque.
El chico se abalanzó hacia May agarrándole el brazo derecho pero ella rasgo su ropa y también su piel. Enfureció más a ese vampiro y dobló su brazo derecho, May lanzó un grito de dolor pero no pasó ni un segundo que después le estaba mordiendo el cuello al vampiro. Este gritaba tratando de rasguñar su cuerpo pero no había ningún afecto.
Mordió más profundo y escuché el sonido de su cuello. Lo había asesinado.
Se apartó del cuerpo, pude ver como había quedado el vampiro y, lamentablemente, no había señales de su anterior cuello. May lo había destrozado por completo.
Las luces de una camioneta apuntaron hacia nosotras y luego se apagaron. May estaba bañada en sangre y agarrando su brazo mientras que yo me había quedado ciega por la luz.
—¿Están bien?— observó a May mientras camina hacia mi.
—Llévatela.— susurró.
—Nos vamos los tres.— tomó mi brazo y la cintura de May. Subí en el asiento trasero y May de acompañante. —¿Duele mucho?— le preguntó comenzando a manejar.
—Sólo un poco. Maneja rápido.— murmuró y apoyó su cabeza en su respaldar.
—¿A dónde iremos?— pregunté.
No pienso perder tiempo.
—A mi casa. May debe recuperarse y tú no puedes salir por mucho tiempo ¿Desde cuando estás encerrada en tu departamento?—
—Desde que Jean me trajo aquí, no quiero salir. Y quedarme sola con todo cerrado me hace sentir más segura que ir a la escuela.— murmuré viendo la ventana. —Pero debemos ir a buscarlo. May se regenera ¿No?— miré su brazo y ya no estaba rojizo, sino que estaba a su tono de piel. —Noah, por favor.— miré sus ojos por el espejo y él también.
—Te juro que si te ocurre algo por tu incompetencia, me darás servicio gratis en mi casa durante una semana ¿Oíste?—
—Si estoy lastimada no podré hacerte el servicio.— me miró mal. —De todos modos no sucederá porque todos saldremos ilesos de ese lugar en donde esta...— sentí hielo en mi pecho y las voces lejanas, mis ojos estaban nublados pero al instante vi un cuarto oscuro y sucio. Con varias sillas de madera a mi alrededor o eso creo.
Escuché un grito desgarrador que provenía de mi lugar pero yo no había gritado nada. Miré mis manos y no eran mías. Eran de... ¿Ojos grises?
—Skyler vuelve.— susurraron y mi vista se perdió.
En cuanto abrí los ojos, estaba igual que antes, sólo que May me miraba preocupada.
—Esta en un cuarto, atado y sufriendo.— podía sentir los sentimientos que trasmitía. No sé lo que acababa de pasar pero de algo estoy segura. Él era Ojos grises.
—Sólo hay un lugar donde MK puede estar y llevar a sus esclavos.— giró el manubrio y tomó la ruta para un puerto.
—¿Lo tienen de esclavo?—
—Sí no venció a MK, entonces si. Y sus hombres te buscan.— mi corazón palpito fuerte.
—¿MK? ¿Quién es?—
—Uno de los lideres de clanes de cazadores vampiros. Quiere la libertad de hacer desastre y como tu existes, hay una posibilidad de que tu mandato lo obligue a retirarse de su negocio.—
—Por eso me quiere de esclava.— asintió girando y ya estábamos en medio de un pueblito chiquito. —¿Dónde estamos?— miré por las ventanas y habían niños jugando depresivos a la pelota. Madres lavando la ropa mientras los maridos estaban con sus respectivos autos. Casas abandonadas y varios perros en la calle.
—Winston.— miró a May y estaba había cerrado los ojos para recomponerse.
—¿Cuánto falta?— me coloqué el buzo ya que estaba oscureciendo.
—No mucho.— giró una vez más y ahí estaba. Un edificio gigante con varias ventanas pero una sola puerta. Ya estaba viejo y habían camiones de pesca viejos y manchados. Salimos de la camioneta. —Skyler no te separes de mi hasta encontrar a Dylan. Sí algo sale mal, prendes la camioneta y te vas.— Noah me entregó las llaves y negué.
—Saldremos bien. Confía en mi.— la desesperación me había dominado. Necesitaba a Ojos grises y no sabía el por qué. —Vamos a buscarlo.— agarré su mano y me dispuse a entrar a ese lugar.
Habría vampiros, lobos, brujas y no sé si también hadas pero debía estar firme con todo lo que pase. Noah me ayudará y también May. No estoy sola.
May abrió la puerta dejando sonar un chillido. La miramos mal y se encogió de hombros. Entró primero y luego Noah conmigo detrás.
Estaba todo oscuro y abandonado, había olor a pescado por todas partes y eso odiaba.
Caminamos por el pasillo largo y me detuve, sentí el mismo olor delicioso de la sangre de... él. Me giré y vi una puerta mal cerrada. Sí él estaba adentro ¿Dónde están los que me quieren asesinar?
—Noah...creo que es ahí.— señale la puerta murmurando y me mira. —Su sangre.— en cuanto lo dije, él cerró los ojos.
—Maldición.— se abrió paso hacia la puerta y esperé a que haga algo pero de repente los rociadores para incendios comenzaron a funcionar. Lo que liberaba no era agua sino acónito y eso daña a los hombres lobo porque lo había leído.
Noah estaba gritando y quemándose con ese liquido al igual que May. ¿Qué mierda hago?
Abrí la puerta donde esta Ojos grises y si. Él estaba allí, rodeado de sillas con sus manos atadas y la cabeza agachada.
Me giré a Noah y tomé su camisa o lo que quedaba para arrastrarlo adentro de ese cuarto al igual que a May.
Estos largaban humo de sus pieles y me da impresión ver como se regeneraba así que observe a Ojos grises.
—Oye, despierta.— moví su cabeza hacia arriba pero no respondía. —Despierta ahora.— miré sus brazos y estaban bañados en sangre pero su piel estaba normal. —Ya despierta idiota.— le pegué una bofetada y vi como lentamente abría los ojos.
—Estaba esperando un beso.— murmuró ronco y pesado.
—Seguirás esperando.— miré sus sogas y no tenía nada para cortarlas. ¿No puedo ser más inútil? —Noah necesito tu ayuda.— lo miré y estaba acostado adolorido al igual que May. Joder.
—Sky ven aquí.— habló Ojos grises, me acerqué para observarlo. —Necesito sangre.— lo miré sin entender.
—¿Quieres que te haga una transfusión de sangre aquí...?—
—Necesito beber tu sangre, Sky. Sólo así seré lo suficientemente fuerte y podré sacarlos de aquí.— observó mi cuello.
Sabia que una parte de mi trataba de no creerlo o quería no creerlo pero tenia que llegar a este punto para que la realidad me golpeara fuertemente. En el fondo sabia que era verdad pero siempre trate de no pensarlo. Imaginar a una persona de otra manera se me era difícil pero que Ojos grises mintiera sobre quien era ante mi, una y otra vez, se me hizo aun mas difícil de procesar.
—Eres... eres un vampiro.— sonrió observándome con esos ojos grises brillosos.
—Sorpresa.—
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