|PAIN–OFF|
CAPÍTULO 12.
“TONTERÍAS”

—–Nee, tío Tadaomi, ¿por qué tardas tanto? Ya es hora de ir...—la joven Kira se interrumpió a sí misma, al ver en la sala de maestros al mismo ser que detestaba con toda su alma, siendo su primer pecado haber tenido como hijo a un acosador.

Bueno, tal vez no así, pero de todas formas, era un acosador y sociópata de mierda.

Anteriormente en el salón, Kira ya había terminado de limpiar junto con sus demás compañeros, por lo que poco a poco cada uno fue abandonando el salón. Kira era la única que seguía ahí, aparte de Nagisa y Kayano. A diferencia de todos, ella debía esperar a que su tío saliera de la sala de maestros para irse. Tenía prácticas en el estudio de danza y no podía llegar tarde, de lo contrario, no podría competir para obtener ese solo en la competencia regional de la próxima semana. En vista de que su tío aún no salía, ella decidió ir a buscarlo por su cuenta, preguntando en voz alta por él y encontrándose con una figura oscura. El director Asano.

De forma inconsciente, los puños de Kira se cerraron en realidad con mucha fuerza. Clavaba sus uñas en sus palmas, en busca de aminorar las ganas que tenía de golpearlo. ¿Porqué? Es muy simple: por ser un hombre que es igual que su madre. Discrimina, rechaza, insulta. Claro que eso a Kira, viniendo de un ser que para ella es inútil, le da igual, pero, no siempre fue así. Ella aprendió a tener cabeza fría, pero, por más que lo oculte, aveces las palabras y la lástima de otros logra herirla.

Él hablaba de hormigas, de un cubo o de quien sabe qué carajos hablaba él. A Kira no le importaba en lo más mínimo volver a oír esa profunda y áspera voz que hacía que sus oídos la molestaran. Ahora no tenía tiempo para esperar a que su tío terminara de escuchar.

La violeta solamente sacó su teléfono y le envió un mensaje a su tío, diciendo que ella se iría por su cuenta y tomaría el metro para llegar al estudio de danza, de lo contrario, llegaría tarde y recibirá un regaño del entrenador. Kira levantó la mirada del teléfono para ver que reacción tendría su tío con respecto a su mensaje, pero lo único que vio fue a él guardando su teléfono. Ésto logró que Issei se fastidiara.

Se giró sobre sus talones e ignoró por completo los susurros de Nagisa que le pedían que esperara un poco, y sin más comenzó a caminar en dirección a la salida. Pasó por el bosque, hasta llegar al casco urbano. No había otra cosa que hacer, llegaría temprano si tomaba un taxi o el metro. Por lo que siguió con su caminata hasta la estación, donde se encontró con el pelirrojo a una leve distancia de ella. Kira no le prestó atención, realmente no le importaba. Ella prefirió observar las vías, fijarse en ellas, pasar su mirada por ahí una y otra vez. Sería una muerte rápida e indolora, sin sufrimiento. Ni siquiera le daría tiempo para reflexionar sobre sus pecados o su pasado. Podría acabar finalmente con su miseria, dejando atrás muchas cosas...

Cosas de las que quizás se arrepentirá, cosas que ella preferiría cambiar, cosas que ella preferiría dejar atrás. Su enfermedad, su dolor, su vida.

No se dio cuenta que, con lentitud, dejándose llevar por sus piernas, las cuales se movían solas. Ahora ella no tenía ningún control sobre su cuerpo, era como una señal, deseaba más que nada eso. Su cuerpo ahora era consciente de que tampoco quería seguir respirando, no más. ¿Que había de bueno? Quizás estaba siendo desagradecida. Tenía dinero, nada le faltaba, tenía una mascota de la que debía cuidar, tenía un tío al que quería mucho. ¿Dejaría todo, nada más por su deseo egoísta de morir? Pero, al menos así no sería una carga para sí tío.

Ella lo ha visto, lo ha escuchado. Él está cansado. Con ella, el esfuerzo que debe hacer por mantener a flote su trabajo y su oficio es enorme. Tal vez él no lo demuestre, pero ella se ha dado cuenta de esas noches en las que él no puede dormir por el temor de que el sistema respiratorio de su querida sobrina colapse, y no pueda volver a despertar jamás. Aunque Tadaomi no lo muestre, Kira sabe que él sufre más que ella, porque el dolor que ella no puede sentir, es pasado al pobre del joven adulto.

Sigue caminando Kira, te falta poco. Escuchas los gritos de las personas alertandote, pero no sientes nada, no sientes. No quieres escucharlas, no quieres hacerles caso. Al fin y al cabo, siempre haces lo que se te place. Tus piernas siguen moviéndose, ahí viene el tren, listo para arrollarte, sus ruedas desean tener partes de ti enredadas en ellas, es casi como pudieras escuchar esas voces diciendo “Sólo hazlo”

Sólo hazlo. Libra a todos los que te rodean de una carga como lo eres tú. Por eso, tu madre te considera inútil, tu padre prefiere más a su sensual esposa que a su pobre hija, y tus amigos sienten lástima por ti. Todo porque no eres como ellos.

Sólo porque eres diferente.

—–Bye...

—–¡Cuidado! ~

¿Qué acaba de pasar?

Kira sintió como una fuerte mano, seguramente de un hombre, la tomaba a ella de el suéter del uniforme, evitando que ella diera el último paso para finalmente acabar con sus miserias. El aire que dejó el tren pasar logró mover las largas trenzas moradas de Issei, mientras su mirada se encontraba perpleja observando irse a su oportunidad de desaparecer, de liberar a todos con su presencia. De reojo, la violeta pudo ver como unos ojos carmesí se asomaban, y la atraían hacia él ahora tomándola de la cintura, para asegurarse de que se alejara del peligro de esas violentas vías.

Akabane Karma, eres un héroe sin capa.

Cuando Kira se giró, aún con ojos abiertos de par en par, se encontró entonces con esa mirada roja que en un principio le desagradó. Pero que ahora, era la mirada del tipo que la salvó y evitó su muerte.

—–¿Por qué hiciste eso?

Aún así, ella no estaba feliz. No tenía porque evitarlo sin su permiso, ella no lo deseaba. Pero, ¿y si era el destino? ¡A lo mejor era eso!

¿Porqué darles el gusto a esas otras personas de desaparecer? Molestarlas es más divertido.

—–¿Tú porqué ibas a hacer eso?—preguntó, ladeando un poco la cabeza con curiosidad.—–Es obvio que no quieres morir aún.

—–¿Eh?

—–Tu rostro. Tus ojos... —sintió como sus cálidas manos tocaban sus mejillas, limpiando aquel líquido que baja de manera rebelde de sus ojos.—–Lloran...

Él tenía completa razón.

Sus ojos lloraban.

Su alma lloraba.

Había tantas cosas que ella deseaba con su vida gritar al mundo, sin embargo, no podía. Era como si estuviera ahogándose, no podía decir nada. Sus mayores deseos estaban por el caño.

—–Y tiemblas.—notó Karma, ahora sosteniendo a Kira de los brazos.—–Será mejor que no vuelvas a hacer eso, ¿si entiendes que dejarás detrás lo que más amas?

Kira lo observó, luego bajó la mirada. Tenía razón. El sufrimiento de su tío no se iría con ella, solamente aumentaría si ella se fuera. Entonces ¿porqué hacerlo, Kira? No vivirás tanto como él resto de la gente y tal vez mueras a los treinta años, ya llegará tu día. ¿Porqué mejor no disfrutas del corto tiempo que tienes en la tierra? Mejor esfuérzate para que el sufrimiento de tu querido tío sea menor. Toma tus medicinas sola, entiende que él también está ocupado, distraete con videojuegos o libros. Vive.

—–Creí que...

—Son tonterías.—interrumpió Karma, ahora palmeando la cabeza de Kira un poco. Eso causó que ella lo mirara sin entender nada.—–Vamos. Te acompañaré a donde quieras ir.

¿Acompañarla? ¿Hablaba solamente por el momento? ¿O era a largo plazo? Sólo el tiempo será capaz de responder esa respuesta.

Ahora, mi querida Kira, sólo enfócate en vivir un poco más ¿sí? Sé una guerrera y aguanta todo lo que necesites aguantar, sé que les cerrarás la boca a muchos.

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀ೋ

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀ೋ

Dentro del metro, Karma le cedió un puesto libre a Kira, mientras que él se quedaba de pie, observando cada uno de sus pequeños movimientos. Notaba cómo ella temblaba levemente, movía sus dedos a un lado y clavaba en su otra mano las uñas en sus palmas. Sin dudas parecía un caso de estrés o ansiedad severa.

—–¿Dónde necesitas bajarte?—preguntó, causando qué ella se distrahera y dejara sus movimientos frenéticos.

—–En el centro... Voy a un estudio de Danza.

—–Lo supuse.—admitió él, sonriendo un poco. Nuevamente el metro se detuvo, dejando a otras personas mientras que otras entraban al mismo.

Karma no es tonto. Él aprovechó para sentarse finalmente en el puesto libre, justo al lado de Kira, quien no dijo o hizo algo al respecto. Solamente se quedaba ahí observando sus manos, ahora magulladas.

—–¿Sufres de ansiedad?

Ella escuchó su pregunta, para la cuál la respuesta era más que obvia. Se giró a verlo, y escuchó que el soltó una tenue risa disculpándose, después de todo era obvio.

—–¿Sabes? Mascar chicle sirve para la ansiedad. También, puedes practicar con la respiración o dibujar un poco, eso podría calmarte. También, la meditación es buena.

—–¿Como sabes tanto de eso?—preguntó Kira esta vez curiosa.

—–Mi nombre no es sólo por casualidad.—respondió simple, dándole a entender a Kira el origen de su ascendencia y las costumbres.

¿Que? Kira no es tonta amigos.

—–Tomaré en cuenta tu consejo.—murmuró, viendo cómo el metro volvía a detenerse. Está vez era su parada.—–Gracias, por...

—–Ni lo creas.—le cerró la boca, levantándose junto con ella.—–Te acompañaré allá, de todas formas no hay nadie esperándome en casa.

Tal vez ellos eran un poco iguales. O quizás, muy diferentes pero con pocas semejanzas.

Tal vez, su presencia no era tan molesta después de todo. Las llamadas perdidas de su tío lo demostraban. Si había gente que se preocupaba por ella.

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀ೋ

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀ೋ

No pasó mucho, Kira llegó al estudio de danza, entrando como si nada mientras que Karma esperaba a que ella desapareciera de su vista para poder retirarse. Sucedido ésto, el pelirrojo se giró sobre sus talones encontrándose con un chico casi igual a él, que buscaba lo mismo que él, sólo que tenía cabello naranja, ojos violeta y una personalidad frágil que aparentaba ser fuerte. El pelirrojo le sacó la lengua, indicando que él ya había ganado, mientras que el pelo naranja lo único que había recibido era un golpe en los huevos.

—–Ya déjate de tonterías.—sonrió Karma.—–Y deja a Issei en paz.

—–Eso lo veremos. Issei será mía, ni siquiera te interesa.—contrarresta Asano, con un puño cerrado.

La cólera en él era evidente. No podía soportar que se llevaran a su querida Issei. Ella era perfecta para él y sólo para él. Estaría dispuesto a todo. Si ella no quiere, algún día se cansará y él la obligará. Así como un bebé puede aprender a hablar, ella podría aprender a amar. A quererlo, a amarlo.

Tengo miedo.

—–Mejor búscate una vida y deja la de Kira-chan en paz.

—–¿Por qué haces ésto si ella no te interesa?

—–Me gusta molestarte.—el más alto pasó por un lado, golpeandolo con el hombro.—–Y además, nunca dije que ella no me interesara...

Le gustaba su forma misteriosa y apática de ver la vida. Además de su ternura al mostrarse vulnerable.

Ay Dios, Kira. Ahora tienes a dos.

Dejaré este cap aquí y me iré lentamente

XD

Espero les haya gustado Y COMENTEN MUSHO

Gracias :3