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Capítulo 51. "Las fotos finales"

El ultimo día en el campamento se sintió como cualquier otro, para cargo de conciencia de todos.

Apenas despertó, Kat advirtió que era tarde, probablemente pasaba de las once y los niños ya no estaban dentro de la cabaña, ni siquiera Parker o Eliot. La chica pensó tal vez estos últimos se habían despertado temprano para ayudar a los pequeños a hacer sus maletas, sabía que Parker adoraba organizar y empacar lo que la llevo a suponer que Eliot había cometido el error de despertar temprano por mera casualidad y su primo habría tomado aquello como una oportunidad para ponerlo a cargar maletas y doblar ropa. Eliot odiaba doblar ropa.

Como si pudiera comprobarlo Kat volvió la cabeza hacia la desorganizada cama del castaño, su pijama estaba echa bolas en las sabanas en un pobre intento por despejar el colchón, que estaba siendo ocupado por una austera maleta negra medio vacía que yacía desparramada, como negándose a la idea de ser utilizada después de haber pasado tantas semanas cómodamente guardada.

La chica se desperezo recordándose a sí misma que ella también tenía que comenzar a empacar y la idea le pareció demasiado triste como para hacerlo de buena gana, por lo que en un silencioso intento de rebelión se aseguró de que el primer pie que tocara el piso fuera el izquierdo, después de todo pensó que el día no podía ir peor de lo que estaba. Y se arrepintió de ese pensamiento casi al instante, cuando por la ventana pudo divisar a una veintena de niños llorando abrazados al cuerpo de un delgado muchacho de cabello rizado.

Parker tenía una cara que era mezcla de pena y fastidio mientras Matt y Jonás se sonaban la nariz en su camisa de vestir blanca, pero se mantuvo milagrosamente en silencio mientras la escena seguía su curso. Frente a él, Eliot los estaba fotografiando con su celular dando señas a los niños y su primo como si estuviera en medio de una sesión profesional. Kat no escuchaba nada de lo que decían afuera de la cabaña, pero cuando vio a Parker ponerse rojo luego de una instrucción de Eliot supo que no venía nada bueno.

Y sin meditarlo tanto como para arrepentirse salió de la cabaña rápidamente, con los pies descalzos y el pijama de peluche ondeando en su cuerpo demasiado grande como para pasar por ropa de vestir. Cuando puso un pie fuera del calor que le proporcionaba el techo sus dedos se congelaron. La noche anterior había estado lloviendo por lo que la mañana estaba húmeda y fresca.

Al verla Eliot la saludo con una sonrisa, segundos antes de apuntar la cámara de su celular hacia ella y sacarle una foto donde Kat estaba segura de que tendría una cara terrible, casi podía imaginar el rímel corrido bajo sus ojos sin siquiera haber tenido un avistamiento de su reflejo ese día, pues la noche anterior habían llegado tan tarde que apenas había tenido tiempo de cambiarse. En ese momento el rojo se apodero de su nariz y mejillas como si su cabello se hubiera derretido sobre su cara y el comentario que siguió por parte de improvisado fotógrafo no hizo más que empeorar el hecho.

-¡Preciosa!- Grito Eliot ignorando completamente la cara de enfado de su rojiza novia y su primo, que seguía intentando que Matt no se sonara la nariz en su camisa de diseño.

-Tengo media hora parado aquí siendo pañuelo personal pecas y Martín y en ningún momento me has dicho que salgo precioso- Reclamo Parker ofendido. A sus costados los niños mencionados soltaron la camisa del muchacho como si recién repararan en lo mucho que lo molestaba aquella acción.

- Quizá si no sonrieras como si estuvieras maldiciendo entre dientes las cosas serían diferentes. -Contesto Eliot con la vista fija en la pantalla de su celular.

Parker bufó. La verdad era que, si estaba maldiciendo entre dientes, pero confesarlo sería darle la razón a su primo y la idea le parecía ridícula, entonces volvió a reparar en Kat y sonrió. – Katania, que bueno que ya despertaste. Nosotros nos despertamos más temprano, claro, somos responsables. No digo que tu no lo seas, solo lo insinuó pero eso es obviamente, más educado.

-Es lo mismo. -Apremio Eliot sin levantar la vista de su celular. La pelirroja vio aún a la distancia como su novio le agrandaba la nariz a su primo en Photoshop cuando este no veía.

- Como sea, seguro ahora que despertaste estás ansiosa de tomar mi lugar y fotografiarte con los niños que han estado bajo tu cuidado tanto tiempo, ¿O me equivoco?

Kat sabía que Parker solo quería usarla para salir de aquella situación, pero a decir verdad no le importaba remplazarlo, ella tenía tantas ganas de fotografiarse con esos chiquillos que sus pies se movieron sin consultárselo en dirección al tumulto. El suelo estaba húmedo y ella muy segura de que tendría lodo entre los dedos, pero no le importo.

Eliot le sonrió nuevamente cuando se aproximó a su lado y frente a ellos Parker se alejó de los niños hasta alcanzarlos recibiendo protestas de pecas en respuesta, que de alguna manera se había abrazado al pie del muchacho únicamente con los brazos mientras su cuerpecito yacía en el piso de panza. Con todo esto la expresión de pecas era inmutable. Parker comenzó a sacudirlo como pudo, pero el niño se mantuvo firme. – Voy a contar hasta tres, entonces caminare y tu camiseta se ensuciará tanto que la mancha traspasará tu piel y tendrá que sacarte lodo del ombligo los próximos cinco años... Uno...

Mientras Parker contaba Eliot le dirigió una mirada de disculpa a Kat. -Te aseguro que no todos en la familia estamos tan zafados.

La muchacha rio. -No sé, hasta ahora ninguno me ha demostrado lo contrario.

En respuesta a eso Eliot levanto la cámara y le tomo otra foto en desprovisto a Kat, que lanzo un chillido cuando el innecesario flash le cegó. A sus espaldas Parker ya iba por el numero veinticuatro, había alertado a Pecas con anterioridad que ahora iba en serio y el ultimo número que diría antes de arrastrarlo por el piso sería el treina pero ni uno más.

Kat sabía que si Parker no avanzaba era porque en serio estaba preocupado por el niño, entonces cayo en cuenta de lo unido que había estado a todos esos últimos días y como secretamente sonreía para sí mismo quizá pensando en que era la primera vez que alguien estaba dispuesto a tirarse en el suelo para no dejarlo marcharse.

Finalmente, a la cuenta del número sesenta, Parker subió a pecas sobre sus hombros, muy a su pesar y Kat rio recordando la vez que él mismo los había amenazado a todos por intentar hacer lo que el niño hacia tranquilamente en ese instante. -Muy bien, solo porque no puedo ir muy lejos con este niño haciéndome peso en los hombros y columna les tomare la foto yo, pero no se acostumbren. -Añadió apresuradamente Parker. - No hago esta clase de trabajos sociables habitualmente.

Eliot rodo los ojos a su primo, pero le paso la cámara, él si quería tener al menos una foto con Kat y los niños, y ella no tan secretamente quería lo mismo. Finalmente, todos se abrazaron formando una media Luna. Matt había abrazado fuertemente a Eliot procurando no llorar mientras a su vez era abrazado por otro de los niños de manera que todos parecían una cadenita de abrazos. La pelirroja había dejado de considerarlos niños demonio desde que descubrió que lo único maligno en ellos era la rivalidad que ella misma había sembrado junto con Eliot, pero se alegraba de que las cosas hubieran mejorado, tal vez tarde, pero lo hicieron que era lo que contaba.

La pelirroja les sonrió a todos, a ella también la abrazaban las niñas, comenzando con Danielle que se había puesto necia con ser la primera de manera que el resto de las niñas accedieron de mala gana.

Luego Parker tomo una foto preciosa en la que todos sonreían y pasaron el resto de la mañana tomando más, donde incluso él aparecía. Kat ni siquiera reparo en su pijama hasta más tarde, cuando todos juntos estaban viendo las fotos en la computadora de Eliot mientras Parker se quejaba de su enorme nariz. 

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