Capítulo 50. -"Parásitos y novios".
A pesar de lo ocurrido, el resto de la fiesta transcurrió normal. A las nueve todos se encontraron en las puertas de la cafetería, los niños habían salido a una última dinámica de despedida en la que todos habían terminado por darse el abrazo grupal más grande de la historia, o ñoño a opinión de Sawer (de él cual Kat estuvo segura de que solo quería guardar las apariencias delante de los pequeños cuando le vio los ojos llorosos tras las gafas de pasta negra), a las diez (un poco más tarde de lo planeado) los campistas se fueron a las cabañas luego de presenciar un emotivo discurso por parte de los directivos, quienes les deseaban lo mejor y les pedían que organizadamente recogieran una constancia y un pequeño cuadro con una foto de todos sonriendo al tiempo que los pequeños (y no tan pequeños) lloraban a moco saltón. A las diez y veinte minutos Dan prendió el karaoke debutando con una impresionante interpretación de Paquita la del barrio en rata de dos patas, a las diez y veintitrés Eli le apago el micrófono. Pero las cosas se pusieron peor después de las doce: La mayoría estaba bailando o cantando, a excepción de algunos como Maggie, quien buscaba a Oliver a paso apresurado. Al parecer la castaña quería pasar tiempo extra con él antes de regresar a su casa que quedaba a cuatro horas de distancia, pues sin importar cuantas veces lo sugiriera su novio, ella estaba segura de que los viajes astrales no eran una opción de convivencia, mientras tanto él estaba escondido bajo una mesa tomándose el gel desinfectante de Parker, quien por cierto entro en pánico luego de perder su segunda botella y decidió salirse de la fiesta a respirar, Zack lo acompaño.
Para las doce y media Kat estaba sentada junto a Eliot entrelazando las manos bajo la mesa. Estar ahí era extraño justamente porque no se sentía de esa forma, pero si se veía así, sobre todo porque nunca habían estado tan cerca públicamente. Eliot por su parte se mantenía en silencio dirigiendo una mirada divertida a la pista de baile donde Ann y Dean habían comenzado a hacer una interpretación de hip hop en el karaoke nunca esperada, de vez en cuando giraba hacia la chica a la que le tomaba la mano, se sonrojaba y regresaba la vista al frente. Luego de quince minutos Kat se cansó y subió las manos de ambos aun entrelazadas a la mesa, peso que el castaño iba a reclamar por no avisarle, pero esté no dijo nada, solo le sonrió y apretó su agarre. Media hora después todos se habían enterado de que eran novios, quizás por sus manos entrelazadas o porque luego de un rato Kat se había recostado sobre el hombro de Eliot y le había dado un beso en la mejilla. De cualquier forma, la noticia fue bien recibida y esperada, sobre todo esperada.
Ambos se habían molestado en un principio cuando nadie se sorprendió, pero finalmente se rindieron cuando les recordaron que días atrás se habían besado delante de todos, entonces ninguno dijo nada.
Cuando dio la una de la mañana Maggie pasó hecha una furia delante de ellos. Tenia el cabello alborotado y se había quitado los zapatos. Por un segundo Eliot pensó en hacerse el dormido, pero supo que no podría cuando vio que a su lado, Tom parecía estar pensando exactamente lo mismo, un chico dormido en una fiesta: bien. Que hubiera dos solo los haría evidenciarse.
Pero de pronto era tarde para pensar cualquier cosa, ella ya estaba delante.
- ¿Seguros de que no lo han visto? - Pregunto a penas llegar. Se retorcía las manos, llevaba al menos media hora buscando a su novio en todo lo que comprendía el interior del comedor y los alrededores.
Tom se encogió de hombros. -Quizá este meditando o algo así.
A juzgar por la cara de Maggie, esa no había sido la mejor respuesta.
-¿Con quién?- Se alarmó la castaña. - Con Amanda, ¿verdad? Sabia que no se había puesto esos ridículos tacones de edificio por nada.
Pocos segundos después se escuchó un suspiro de indignación tras ella, que sonó más parecido a un globo aspirado que otra cosa. Casualmente la pelinegra acababa de aparecer justo al ser nombrada. - Pues sí, pero te aseguro que no fue por tu chaman alcohólico. Él se está atascando de desinfectante olor a naranja en la mesa de allá – Señalo a una de las mesas del fondo con fastidio.
Tras ello Maggie se giro hacia donde apuntaba el dedo de Amanda con una cara de sorpresa digna de foto descriptiva en libro de inglés.
-¿Tú como sabes eso?- Preguntó Kat aun recargada en el castaño. En ese momento pudo sentir como el cuerpo del muchacho se sacudía en una risa para nada discreta.
Amanda se mordió los labios con nerviosismo, pero no dijo nada, más bien se sentó junto a Tom y comenzó a desabrocharse los zapatos mientras Maggie salía corriendo hacia la mesa, no sin antes lanzarles una mirada acusadora a todos.
Luego de unos minutos en completo silencio, la recién llegada se decidió hablar, era como si hubiera estado esperando a que el tema anterior caducara para pasar a uno nuevo y al parecer había funcionado. -Les juro que no me acostumbro, o sea si sabia que estaban juntos y así, tipo, ¿Me entienden?
Kat se enderezo en su silla para verse cara a cara con Eliot, él le devolvió la mirada de inmediato.
-No estábamos juntos- aclararon al mismo tiempo, como si sus yo del pasado fueran personas completamente diferentes y desagradables. Amanda entorno los ojos en su dirección percibiendo el engaño, pero antes de que pudiera decir algo Eliot hablo.
-Quiero decir, no porque sea malo. Solo no estábamos juntos y ya, ahora sí pero antes no.
-Bueno, es que a lo mejor me confundí cuando los vi besándose- sonrió la pelinegra, tal vez más maliciosa de lo que hubiera querido.
La pareja asintió como quien no quiere la cosa.
-Quizá- Se unió Tom ahogando una risa.
Amanda tomo aquella intromisión del chico como una invitación a continuar. -Quiero decir, yo no beso a gente que no es mi pareja, ¿Saben? Una vez me dieron una clase de parasitología, si uno tiene algún bicho en la panza y besa a alguien más se los pasa, como los piojos. Yo por eso siempre les pregunto a todos mis novios cuantas veces al año se desparasitan. – Soltó viéndose las uñas, como si fuera de lo más cotidiano. Tom se abstuvo de preguntar cuántos habían pasado esa prueba cuando recordó que la pelinegra no había tenido un solo novio desde que la conoció.
- ¿No crees que deberías estarle dando esta conversación a Maggie? Oliver me contó que no usa jabón porque cree que daña el medio ambiente, quizá ella debería saber esto. -Señalo Eliot, intentando no dejarse llevar por su amigo y su novia, quienes se estaba riendo sin disimulo uno a cada lado de él.
Pero al parecer la pelinegra había notado la renuencia de los chicos porque a esas alturas ya tenía una clara cara de indignación. -Yo creo que los parásitos son algo que nos concierne a todos, ¿Okey?
Y tras decir aquello se levantó de la mesa con los zapatos aun en mano para dirigirse a la mesa de los directivos, seguramente a preguntarle a Tyler cuantas veces al año se desparasitaba. Kat supo que no estaba muy errada en sus suposiciones cuando vio la cara de confusión del castaño aun a tres metros de distancia. Estuvo a punto de ir por ella para sacarla de esa situación tan incomoda cuando sintió la mano se Eliot sobre sus hombros, en ese momento un pequeño escalofrío se apodero de su cuerpo y decidió quedarse.
-Si te preocupa mucho podemos desparasitarnos al llegar a casa.
A casa.
Kat se alegró mucho de vivir en el mismo vecindario que aquel molesto castaño por primera vez en su vida. Viendo a su alrededor se dio cuenta de que no todos corrían con esa misma suerte. Vivir tan cerca o si quiera en la misma ciudad era importante.
Ambos rieron, la pelirroja no sabia en qué momento se habían acercado tanto, pero podía ver las betas en los ojos del muchacho, sus pupilas estaban dilatadas y en el centro estaba su propia cara como si estuviera enmarcada en el cuadro más bonito del mundo. Kat se preguntó cuantas veces se había reflejado ella misma en esos ojos de aquella forma, y si él estaba viendo lo mismo que ella.
Al verlo acercarse más, pensó que quizá sí.
Tom gesticulo incómodamente en su silla y ambos voltearon sobresaltados, se habían olvidado de él. -No, ustedes continúen. Ni siquiera estoy viéndolos, solo... me atragante con él refresco, no me gusta el de naranja.
El chico sacudió su vaso transparente moviendo el líquido peligrosamente cerca de la orilla de esté como para dar a entender su punto, tras aquello Eliot rió.
-¿Por qué no vas con Zack y Parker afuera?
El muchacho asintió, parecía muy entusiasmado con la idea del castaño. - ¿Saben qué? Si, tengo que contarle a Parker sobre los parásitos.
-No creo que sea buena id...- Kat no pudo terminar porque Tom ya se había ido.
A su lado su novio había intentado convencerla de que no importaba porque igual Parker no se besaba con nadie, pero supieron al instante que escucharon su grito que los pocos días que les quedaban conviviendo con él iban a ser una pesadilla.
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¡Hola! Lamento haber tardado tanto en actualizar, recientemente pase por una perdida familiar y no me sentía de humor para escribir, este capitulo ya lo tenía en borrador entonces solo lo "corregí", pero espero volver a actualizar con regularidad pronto. Gracias por su apoyo.
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