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Capítulo 49. "Antes de la fiesta, después de la amistad"

Todos los últimos días siempre eran especiales de una u otra manera y Kat no esperaba menos para el del campamento. La fiesta de despedida se iba a celebrar en el comedor que era el sitio con techo más grande de ahí, cosa imprescindible si tenían en cuenta que ese día había estado lloviendo muchísimo desde la mañana, de hecho, si Kat y Maggie no hubieran encontrado esa nueva tienda de accesorios para fiestas cerca de la central de autobuses, la pelirroja estaba segura de que no hubieran tenido tiempo de hacer nada, al contrario, probablemente se quedarían atascadas en la ciudad como Tom y Eliot, que por fortuna para ese momento ya habían llegado. Kat lo sabía porque había visto a Maggie salir corriendo de la cabaña en la que se estaban arreglando con las chicas, por un segundo había considerado acompañarla para ver a Eliot pero luego pensó en que hacia unas horas lo acababa de ver y que seguramente a Mickaela no le gustaría nada que se fuera sin que ella terminara de hacerle el maquillaje, porque eso era otra cosa, todos se habían tomado muy en serio la parte de la fiesta. Y no era para menos.

Kat se dio cuenta del esfuerzo que habían puesto los directivos aún sin haber entrado al lugar. Había luces por todas partes iniciando por la entrada que se cernía como un caminito dorado que terminaba en el muy bien iluminado comedor, por fuera Kat podía ver desde los grandes ventanales a los niños sentados en las mesas sonriendo y platicando animados, ellos habían llegado antes, desde las cinco y para ese momento ya eran las siete. El plan era que se quedaran hasta las nueve siendo supervisados por los directores y luego los asesores tendrían el resto del tiempo para ellos.

Aquello había sido idea de Hayley, la rubia estaba convencida de que todos habían puesto mucho empeño en el primer año de activo del campamento, por lo que pensó que sería bueno recompensarlos y a todos los demás les pareció una excelente idea, sobre todo por la parte de fiesta para adolescentes sin supervisión.

A su lado, Mikaela se quejó. Amanda la había pisado.

-¿Quieres dejar de moverte tanto? Me estas desconcentrando, a este paso ya parezco estrella de rock de los noventa.

Micka había decidido de último minuto (justo al llegar) que quería usar delineador, pero cada vez que Amanda se movía ella se distraía y la línea se enchuecaba, entonces lo rellenaba y rellenaba una y otra vez. Amanda se volvió hacia su amiga con una mirada de disculpa. - Estoy intentando amoldar mis zapatos, lo tengo que seguir haciendo hasta que mis pies no se sientan como embutidos dentro, ¿okey?

Mikaela soltó un suspiró derrotada y guardo el delineador en su bolso. -Pues a ver como haces que crezcan cinco centímetros en treinta minutos.

-No me conoces, cielo. - Profirió la muchacha volviendo a pisotear.

Kat rio por lo bajo al tiempo que ella y Micka se sentaban en una de las mesas que había en la entrada. Tenían que esperar a que los demás llegaran para pasar un rato con los niños y luego, bueno, lo demás. Después de un par de minutos Amanda se rindió y se sentó con ellas sin quitarse sus minúsculos e incomodos tacones negros, la pelirroja descubrió la razón apenas unos segundos después cuando vio aproximarse a Tyler con una botella de refresco.

Cuando paso cerca de ellas las saludo con una sonrisa antes de desaparecer tras la puerta. Amanda suspiro enrollándose un mechón de cabello azabache en el dedo. - ¿Pueden ver lo que yo veo?

-Si, ¿Creen que todos los refrescos serán de naranja? Porque son malísimos- Micka arrugo la nariz ante su propia pregunta, pero la pelinegra negó casi de inmediato.

-Hablo de lo lindo que es, quiero volverme Hayley un día de mi vida ¿Se imaginan las posibilidades? ¿Creen que me presentaría a sus padres?

Kat miró a su amiga con una ceja enarcada, ¿De qué estaba hablando? -No creo que Tyler quisiera presentarle a sus padres a una chica de dieciséis años.

Amanda frunció el ceño. -Dije imaginen si fuera Hayley, dah.

-Eso no suena menos raro- Se unió Micka.

La pelinegra iba a volver a renegar, pero se detuvo. Decidió que no valía la pena seguir discutiendo con ellas, no entendían nada. Afortunadamente a los pocos minutos llegaron los demás, Maggie que iba con su novio, y Sawer. Kat los saludo a todos con una sonrisa y luego, cuando se pusieron a hablar todos del clima, la lluvia y como eso afectaba a la energía humana, se alejó excusando que había olvidado algo en su cabaña, cosa que era cierta, no tenía ni idea de donde estaba Eliot.

La pelirroja se alejó del grupito a paso rápido, apenas estaba oscureciendo por lo que las tonalidades rojizas del cielo estaban cediendo lugar a las azules, como si se estuvieran despidiendo y en medio del ajetreo algunas se fusionaran dándole matices morados. Por otro lado, aunque no era completamente de noche ya estaban encendidas todas las luces del camino, algunas estaban afuera de las cabañas cubiertas de mosquitos e insectos curiosos, otras puestas aleatoriamente entre los caminos de tierra y Kat se sentía tan tranquila que se puso a contarlas. Iba en la numero nueve cuando lo vio.

Y él le devolvió la mirada. Estaba debajo de una farola en medio del camino entre su cabaña y el comedor donde seria la fiesta con el cabello despeinado y corto. Kat se preguntó en qué momento Eliot había tenido tiempo de cortarse el pelo, o buscar el informal traje que más tarde pensó, seguro era de Parker.

Sin saber muy bien lo que hacía se acercó mientras él hacia lo mismo en su dirección y una vez frente a frente se sonrieron de forma mutua.

-Te ves... Bueno, siempre estás hermosa- Eliot tenía las mejillas sonrosadas y los ojos brillosos. Kat pensó que, si se viera en un espejo, ella más que seguramente estaría igual.

-Tú también... Hermoso, quiero decir. ¿A los hombres les gusta que les digan "hermoso"? Me imagino que sí, si yo fuera hombre...- Eliot la interrumpió riendo.

-A mí me encanta que me digan hermoso.

-Perfecto. - Kat le devolvió la sonrisa.

-Eso también.

-No, me refería a...-La pelirroja vio la mirada divertida en los ojos del muchacho y suspiro rendida. - ¿Sabes qué? Olvídalo. ¿Por qué estás aquí?

Eliot se encogió de hombros y camino hasta la farola nuevamente con Kat detrás de él, antes de sentarse y comenzar a hablar. -Estaba camino a la fiesta, pero me retrase un poco. Dijiste que me fuera a arreglar y vine a ello a la cabaña, Parker me acompaño toda la tarde.

-¿Y dónde está ahora?- Pregunto Kat sentándose a su lado con cuidado de no arruinar su vestido, por suerte estaban afuera de la cabaña de Dan y Eli, una de las pocas pavimentadas de la zona, lo que al menos significaba que no se iban a llenar de lodo y hojas.

-Ocultándose de Oliver, lo vi echar cuatro botellas de gel desinfectante a la bolsa de su traje antes de irse con Zack y Tom hoy.

-¿Y por qué no te fuiste con ellos?

Eliot carraspeo mirando a otro lado. Hasta antes de ese momento no había apartado la mirada de Kat un solo segundo. La muchacha se extrañó de verlo tan... ¿Estaba nervioso?

Ambos se quedaron en total silencio por algunos minutos, quizá pensando o solo ahí, juntos sentados en el piso. De un momento a otro la mano de Eliot se movió hasta la de Kat, rosándola, como si tuviera miedo de que ella se alejara, pero la chica se quedó inmóvil viendo el cielo, que ya había comenzado a ponerse más azul oscuro que morado.

-Estaba nervioso- Admitió el muchacho confirmando las dudas de la pelirroja, luego de lo que había parecido una eternidad. -No había desconfiado nunca de mí hasta que me enamore de ti, ahora tengo miedo de no ser suficiente.

Al escuchar eso Kat aparto la vista de una esponjosa nube para dirigirla a él. Eliot seguía sin mirarla, pero su mano estaba ahí, cerca de ella. Nunca lo había visto así, exponiéndose de esa forma o dudando de lo que era. Siempre había sido el gran Eliot, y ella la persona que rodaba los ojos y se quejaba de su arrogancia, sin embargo, nunca dudo de él y mucho menos pretendía que él lo hiciera.

En ese momento tomo su mano y una sensación calidad y nueva los invadió. Él le dio un ligero apretón y Kat volvió en sí. Volvió a recordar la emoción de las competencias, las conversaciones animadas defendiendo su punto del otro, las tardes de juegos de mesa, las noches que se descubrían el uno al otro con los ojos hinchados alegando que quería pelear para pasar tiempo juntos luego de un mal día. Todo lo encontró en él y él en ella.

-Estoy segura de que tienes todo lo que quiero y necesito. De lo contrario no serías mi novio, ¿no crees? - Tras la pregunta de la chica el castaño se giro hacia ella con los ojos muy abiertos, como si de la nada le hubiera confesado que le iba a entregar superpoderes.

- ¿Lo soy? ¿Lo somos? - Pregunto finalmente un muy sorprendido Eliot.

Kat asintió con las orejas teñidas de rojo. - Si tú quieres, digo. Si.

-¿Tú quieres?- Antes de que Kat respondiera Eliot se puso de pie de un salto sin soltar su mano, cosa que la hizo levantarse también. El chico estaba radiante, desde que se vieron el rojo no había abandonado su cara ni por equivocación, nunca se había sentido así y si bien era terrorífico encontraba una satisfacción terriblemente hipnotizante en estar enamorado. Entonces tomo su otra mano tratando de no perder de vista los ojos verdosos de la muchacha un solo segundo.

-¿Qué haces?- Pregunto ella riendo.

-No me puedo inclinar, creo que eso no se hace en estos momentos y los pantalones de Parker me aprietan muchísimo, no creo que la tela resista entonces estoy buscando otra manera prudente de hacerlo.

-¿Hacer qué?- Se aterró Kat. Estaba a punto de decirle que era muy temprano para casarse cuando el volvió a hablar.

-Pedirte que seas mi novia en regla y forma, claro.

La chica le mostro su mejor cara de confusión mientras él comenzaba a aclararse la garganta como si fuera un cantante a punto de salir al escenario.

-¿Por qué harías eso? Ya te lo he pedido yo.

El castaño paro de pronto sintiéndose desconcertado, pero aquello no duro mucho porque inmediatamente recobro su entusiasta sonrisa. -Entonces mi respuesta es no, ¿Puedo continuar?

-Eliot, no me puedes decir que no quieres ser mi novio para pedírmelo tú, ya lo he hecho yo primero- Alego la muchacha asegurándose de cargar su voz de obviedad.

-Pero yo quiero hacerlo, estoy muy seguro de que lo pensé antes que tú.

-Lo hayas pensado o no, yo lo dije primero, supéralo. Gane.

Ambos estrecharon los ojos en dirección al otro. Ni Eliot ni Kat parecían dispuestos a ceder.

-Pues entonces ya no quiero- Sentencio Eliot.

-Pues ya no quieras, yo tampoco quiero- Se unió Kat soltándole las manos para cruzarlas sobre su pecho. Eliot hizo lo mismo para meter sus manos en algún sitio y no volver a tomar las de ella.

Y volvieron a sumirse en un silencio que solo era interrumpido de forma intermitente por los grillos. De vez en cuando se miraban discretamente pero apenas descubrían que el otro los estaba viendo volteaban la cara y subían la barbilla orgullosos.

Kat pensó que lo mejor era irse ya, estaba contrariada y molesta. Pero antes de que pudiera siquiera mandar a su cuerpo a mover un pie Eliot volvió a hablar.

-¿En serio no quieres ser mi novia?- Tenia los ojos en ella. La cara relajada, no burlona ni molesta, solo era él y ya. Su perdedor de siempre.

Kat se quedó en silencio unos segundos antes de girarse por completo en su dirección. -Si quiero. Pero debes de entender que...

Había sido interrumpida nuevamente por la sonrisa del castaño.

-Entiendo lo que quieras, después de todo eres mi novia.

Fue entonces cuando Kat se dio cuenta de lo que acababa de hacer. -Eres un tramposo, dijiste que ya no querías.

-Pues ahora si quiero y tú quieres, ya está, somos novios.

- ¿Quién dice que sí? - Lo miro desafiante con las manos puestas en jarras sobre la cintura.

Eliot se quedó unos segundos quietos con una mueca en la boca, como si estuviera teniendo una pelea consigo mismo, pero finalmente consiguió relajar la cara y asentir. Y volvió a extender las manos en dirección a la pelirroja. Kat las tomo de mala gana.

-Está bien, pídemelo tú, lo haremos a tu manera si eso hace que te sientas mejor.

Ella sintió sus palabras como un cumplido, era justo lo que quería escuchar. Finalmente soltó un suspiro que fue seguido de cerca por una sonrisa. -No, déjalo así. Ya me lo has pedido tú, es tonto volverlo a repetir todo solo para alimentar un orgullo.

-Qué bueno, porque iba a volver a decirte que no.

Ambos rieron.

Y Eliot la beso.


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¡Hola!

Esta vez fue capitulo largo porque tengo una mala/buena noticia y es que la historia esta por llegar a su fin.

No me queda más que agradecerles por seguirla leyendo y cruzar los dedos para que les vaya gustando lo que hago.

También quería decirles que estas semanas e actualizado tarde tanto aquí como en TMR porque ya regrese a la escuela en línea lo que es horrible. Estoy tomando las clases desde mi cama y me canso más que cuando caminaba cinco cuadras a la escuela, lo más probable es que al graduarme ya no tenga espalda, pero estoy bien, siempre que pueda seguir apagando la cámara ocasionalmente para desayunar en clase porque eso es otra cosa: En la UNI no hay recreos, así que si aun no entran aprovechen, yo me desilusione muchísimo cuando me entere.

Fuera de todo esto les deseo lo mejor de lo mejor siempre

¡Son los mejores!

-Adyka.

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