Se suponía que conocer personas era de lo más simpático, aprendías cosas y entendías nuevas perspectivas, pero aquello no parecía funcionar así en esos momentos. Eliot pensaba que más bien no parecía funcionar así nunca.
Generalmente cuando conoces a alguien es porque al menos tienen algo en común: van juntos al gimnasio, están en la misma escuela, pide lo mismo que tú en la fila de MCDonals. Pero para el castaño, nunca funcionaría si intentaban imponértelo a la fuerza obligándote a socializar y mucho menos cuando la persona en cuestión pasaba una hora eterna de camino en autobús criticándote por lo sucia que esta tu aura. Lo que fuera que significara eso.

Por aquella razón cuando finalmente llegaron al campamento, lo primero que hizo fue intentar alejarse del rubio y de Tom, (Que al parecer había encontrado una nueva manera de ver el mundo en esa misma hora que Eliot había intentado desconectarse las orejas del cerebro), pero su plan fracaso por completo cuando se encontraron a Zack, Scott y Sawer en la entrada.

Los muchachos los habían saludado de inmediato, e intrigados por el extraño, los invitaron a sentarse con ellos sobre la parte trasera de la camioneta de Dean. A decir verdad el castaño había aceptado solo  al ver que Oliver y Tom lo hicieron sin pensarselo dos veces. Visto así podría decirse que era más obligación social que ganas de presentar al desconocido con sus amigos.

Una vez ahí Scott le dejo un espacio libre para que se sentara. Aquel gesto que, si bien era extraño, no sorprendió demasiado al castaño, pues por más raro que pareciera desde hacía unas semanas su relación había parecido mejorar considerablemente.

-Que cool tus piedras, parecen jabones. Casi me dieron ganas de morder una. – Exclamo Zack una vez que todos se sentaron, estaba mirando los colgantes del desconocido quizá con demasiado entusiasmo.

- Son cuarzos- Corrigió Oliver arrastrando las palabras. – Me ayudan a atraer buenas energías, así que no los puedes morder.

-Los jabones tampoco- Sentencio Sawer.

Zack se limito a encogerse de hombros distraído, Eliot no pudo evitar pensar que probablemente seguía fantaseando con morder aquellas coloridas piedras.

-¿Qué clase de buenas energías atraen?- Scott de pronto parecía interesado, cosa que hizo sonreír a Oliver.

-¿Cuál?- Pregunto el rubio señalando los montones que le colgaban por el cuello. -Cada una ayuda en algo distinto. Son como té espiritual.

Scott pareció dudarlo un poco, como si no se esperara aquella explicación, pero finalmente había señalado uno pequeño y rosa que parece hecho de algodón de azúcar solidificado.

En ese momento Oliver se saco el collar del cuello y tomándolo de la cadena con el dedo pulgar e índice, lo puso delante de los muchachos. Eliot admitió para sus adentros que, visto así, con la luz dándole de fondo y unos cuantos centímetros más lejos de su dueño, el collar parecía muy bonito. Y al parecer Scott pensaba lo mismo porque había intentado tocarlo, seguramente pensando que por eso era que Oliver se lo había acercado tanto, pero apenas el rubio se percató de aquello, aparto la piedra lo más lejos que pudo. -No puedes tocarlo, es para las buenas energías en el amor. Si lo tocas lo contaminas con tu suerte y no me quiero arriesgar.

-Pues haces bien, porque la vida amorosa de Scott es una Joyita. -Al momento que Sawer dijo aquello Tom rio. De ser otro momento (unos días atrás) Eliot también hubiera reído, pero de pronto, los chistes contra Scott ya no parecían tan graciosos.

- Me sentiría mal si el que me lo dijera no acabara de ser rechazado para una cita en la fiesta de hoy. ¿Qué fue lo que te dijo Mika exactamente, Sawer?

El aludido soltó un bufido después de que Scott preguntara aquello, pero finalmente (Y con la voz muy bajita) cedió. -Estaba ocupada este día, ¿Okey?

-Si, yendo a la fiesta sin ti- Comento un malévolo Zack, asegurándose de hacer aún más evidente lo que todos ya sabían. Era obligatorio ir a la fiesta. De pronto Sawer decidió que era mejor si se quedaba cayado, y tenía razón.

Por su parte Oliver alejo aún más su collar del amor de aquellos chicos, como si de pronto hubiera detectado el más autentico peligro en sus dedos.

-Bueno, ¿Y esa cosa si funciona? - Quiso saber Eliot. Solo porque si, no porque lo necesitara, claro está.

Casi al momento de preguntar eso Tom asintió energéticamente. Había pasado todo el viaje de autobús platicando con el hippie, y ahora, parecía estar tan inmiscuido en el tema que se sentía en posición de defender la idea a muerte, aún a pesar de que hacia apenas una hora que no tenia ni idea de que era un chakra fuera de lo que mostraban en Naruto. – Si, te lo pones y lo atraes. Es como un magneto, ¿Verdad?

Oliver asintió al cuestionamiento del muchacho con una obviedad marcada, como si la pregunta hubiera sido si el agua era líquida. -Por supuesto, mírame a mí. Yo estoy con Maggie gracias a eso.

- ¿Qué no Maggie era tu novia, Tom? - Pregunto Sawer integrándose de nuevo a la conversación. El resto de los presentes asintió en claro acuerdo.

-Pensaba lo mismo- Se unió Scott.

- ¿Por qué creerían eso? -El muchacho parecía confundido. -Maggie es mi mejor amiga.

Por un momento todos se quedaron en silencio asimilando la información. Eso hasta que Zack hablo.

-No se ustedes, pero yo pienso que es efecto de la piedra. -Acuso mirando el collar con sospecha, de repente ya no parecía ni poquito antojado de morderla.

Oliver iba a replicar cuando apareció Parker desviando toda la atención de la situación a sí mismo. Llevaba un lustroso traje negro, como si ya estuviera en la boda. Y fuera el novio.

Apenas el recién llegado vio al nuevo acompañante de sus (también nuevos) amigos frunció el ceño. -Les dije que cerraran la puerta. -Y dirigiéndose a Oliver añadió. -No tenemos monedas, gracias.

-¡Parker!- Riñó una molesta Maggie caminando apurada detrás de él, tenía el cabello vuelto en rizos castaños que bailaban de un lugar a otro a medida que avanzaba cada paso. – ¡Ya te dije desde acá que no es un vagabundo!

Eliot se preguntó de donde habían salido, pero lo dejo pasar justificando que había estado demasiado ocupado viendo piedras como para haberse dado cuenta en un primer lugar. Luego, quizás más pronto de lo que le hubiera gustado, pensó en Kat. Si Maggie estaba ahí era por que ella también.

En ese momento su corazón comenzó a comportarse raro, pero supuso que Zack tenía razón. Todo debía ser culpa del collar.

Por su parte la castaña ya había corrido a abrazar a su novio, y luego de despotricar contra un muy ceñudo Parker se unió a ellos sin soltar a su novio, mientras que los demás siguieron hablando unos minutos más hasta que todos se despidieron para irse a cambiar.

Y contra todo pronóstico, Eliot también se dirigió a la cabaña a hacer lo mismo, quizá porque esperaba encontrar a Kat ahí o tal vez solo porque su primo había puesto la expectativa de ropa por los cielos. El punto es que lo hizo. No sin antes pasar con Eli a que le cortara el cabello, aun recordaba a Oliver confundiéndolo con Maggie y aquello no te gustaba para nada.