El cielo estaba empañado de nubes grises y pequeñas gotas constantes que rasgaban la ventana de la pelirroja.

Kat alzo la vista del libro que descansaba en su regazo con una sonrisa, se sentía extrañamente contenta con el ambiente. Al otro lado de la habitación Eliot sonrió, esa misma mañana había cambiado sus cosas y las de los niños a la cabaña más grande del campamento al igual que Kat. Era algo precioso estar así, como en un principio debió haber sido.

-Katito- Danielle tiró ligeramente de la fada de Kat para segundos después cruzar sus bracitos sobre su pecho.

-¿Qué ocurre Danielle?

-Matt me cae mal, ¿pueden correrlo?

-¡Danielle!- Recrimino la pelirroja con el ceño fruncido. -Tienes que aprender a llevarte bien con todos, ¿Que hay de Maggie? también te caía mal y ahora son muy buenas amigas.

-Maggie es buena, Matt no, hasta come tierra.

- ¡Solo cuando huele a lluvia! - Grito el pequeño rubio desde el otro extremo.

- ¡A mi siempre me parece que huele a col..

-¡Danielle!

Eliot rio desde su sitio.

-¿Y tú de que te ríes, tonto? Ven a ayudarme con los niños.

-Eso hago.

La verdad era que desde que habían llegado Eliot había pasado la tarde entera contemplando a Kat desde su sitio, su acciones y divertidos comportamientos mientras leía, como insultaba a los personajes que le caían mal, como re-lambia su dedo después de cambiar una página aunque en realidad debería de hacerlo antes y sobre todo su pacifico rostro al estar concentrada. Eliot deseaba que algún día lo llegara a ver así como veía a sus libros.

-¿Qué has hecho inútil?

-Shipearlos, team Damat.

- ¡También se va!

-¡Danielle!

La pequeña pataleo con molestia mientras Matt reía aproximándose a ella.

-Tranquila, Damat es lo máximo, podemos llamarnos así cuando nos toque competir juntos la próxima vez.- afirmo el niño una vez a su lado pasando el brazo por sobre el hombro de la castaña. Danielle lo mordió.

Y sin decir más se fue de ahí en dirección a la litera que compartía con su amiga Mara.

Matt suspiro pasando una mano por su rubio cabello. Para tener seis, Eliot admitía que tenía mucha onda.

-Ella es bonita.

El castaño quien aún estaba lejos de ahí, se aproximó con una sonrisa en el rostro al escuchar eso, para después tomar asiento a un lado de Kat.

-¿Ella te agrada?

-Ella es bonita- Repitió el niño sin despegar sus ojos de Danielle.

-Amigo te diré algo pero pon mucha atención, si ella te agrada díselo ahora y no pierdas tiempo.

-Pero si dice que huelo a mocos.

Kat miro al pequeño dejando el libro por un lado y subiéndolo a su regazo. Matt tenía los ojitos llorosos.

-Cariño, hay ocasiones en que nuestras acciones demuestran cosas contrarias a nuestros verdaderos sentimientos y la verdad es que es intencional, no queremos que nadie sepa que esa persona nos cae muy bien.

-¿Cómo tú y el capitán?

Kat miro a Eliot con una sonrisa en el rostro.

-Sí, exactamente como Eliot y yo.

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Hola!

Los saludare mañana, no puedo ver los comentarios, perdonen.

Los aprecio mucho

¡Son los mejores!