N/A Sé que muchos se confundieron con los supuestos capítulos del martes pero la verdad no eran capítulos, era un aviso y hubo un error con el así que no hay capítulos perdidos ni nada, únicamente fue un fallo.

Un suspiro escapo de los labios de Eliot conforme avanzaba hacia la sonriente pelirroja que jugaba con las niñas de su cabaña. Estaba finalmente decidido a revelarle su reciente descubrimiento, su corazón estaba a mil al igual que su cabeza maquinando cientos de propuestas para la chica.

Estaba nervioso, cosa que raramente sucedía, sin contar sus mejillas sonrosadas y ojos iluminados. Faltaban unos pasos para que llegara hacía la chica cuando Scott se acercó a ella con un balón de fútbol bajo el brazo. Eliot gruño internamente.

-Katania, ¿Te puedo preguntar algo?- El chico estaba sudando (Seguramente por estar jugando un partido con los niños) y su voz sonaba segura.

-Bien

-Esto... ¿Quieres salir esta tarde conmigo?- Las mejillas de la chica adquirieron color. Eliot se sentía ¿Eran celos? ¡Si! ¡Estaba celoso! ¿Cómo era eso posible?

-¡Kat!- El castaño se acercó a la pareja dando zancadas para segundos después sujetar a la chica del brazo. –Ella no ira, tiene que ir conmigo a... a bañar a mi gato.

-Tú no tienes un gato - Protesto la pelirroja.

-conseguiré uno.

-Eso no va- Eliot sonrió ante las palabras de Kat.

-Tu tampoco.

-¿Quién diablos te crees?

Para ese punto Scott ya no sabía que hacer o decir. La discusiones entre Kat y Eliot eran comunes pero hasta él sabía que lo mejor era no interrumpió o podría resultar sumamente catastrófico.

-Eliot Carter, Un gusto- El castaño extendió su mano en dirección a Kat. Ella estaba más que molesta así que sin dudarlo la rechazo y avanzo hasta Scott quien estaba unos cuantos metros más atrás.

-Pasa por mí mañana a las ocho- Y sin decir más, la pelirroja salió de ahí a pasos largos.

Sin duda alguna el hecho de saber que Kat saldría con Scott carcomía la cabeza de Eliot, no tenía una idea clara de que iba a hacer, una parte de él pedía que respetara lo que hiciera feliz a Kat pero la otra solo lo incitaba a arruinar su cita. Era horrible para él imaginarse a Kat con Scott, pero tenía que admitir que el no podía sabotear nada porque ella ya había tomado su decisión, aún así quizá si podía alterar un poco las reglas del juego a su beneficio. El castaño sonrió, tenía un plan.