Con un suspiro Kat entro a la comisaria temerosa. Le había costado demasiado trabajo convencer a Hayley y Eli de que tenía que ir sola a realizar unas compras muy importantes, las chicas se negaban y alegaban querer acompañarla pero luego de tantas suplicas por parte de Kat cedieron.

-¿Por qué diablos hago esto?- Pregunto para sí misma mientras pasaba por las celdas donde unos cuantos hombres depravados le gritaban piropos ridículos. Kat no sabía si reír o llorar.

Si de algo estaba segura era de que eso le costaría mucho a Eliot.

Sin más, siguió avanzando hasta que se topó con uno de los guardias. Era un hombre viejo, seguramente un veterano, tenía las patillas al terminar la mejilla y un curioso bigote. Kat moría de ganas por saber que apodo le había puesto Eliot.

-Disculpe señor- La pelirroja le toco ligeramente el hombro del guardia llamando su atención.

-¿Qué ocurre señorita?- El hombre se notaba cansado y estresado pero aun así se las arregló para brindarle una sonrisa, aún a pesar de que le faltaban los dos dientes delanteros. A Kat eso le recordó cuando Eliot era pequeño y trataba de conseguir de sus dulces fingiendo ser bueno o cuando tenía un diete flojo y Kat le ayudo a quitárselo para que el ratón de los dientes le trajera dinero. Recordaba haber atado un hilo dental a sus dientes de un extremo y del otro a un columpio del parque, luego Kat se había subido al columpio y bueno.... Eliot tuvo que ir al dentista...

-Emmm si, esto... busco un chico.

-Mi hija también, no entiendo a las muchachitas de hoy, cuando es tiempo es tiempo.

-No, no, usted no entiende. Es un chico que está aquí, fue arrestado- Aclaro la pelirroja sonrojada hasta las orejas. El hombre rió.

-¿Y tú lo vas a sacar de este lugar? Niña eres demasiado joven, necesitamos una persona mayor de edad para que el muchacho pueda salir.

-Pero él me llamo.

-Eso no lo comprendo, todos saben que necesitan a alguien mayor de edad y también algo de dinero.

-Tengo el dinero.

-Pero no la edad.

Kat suspiro por décima vez en el día, el guardia tenía toda la razón.- ¿Al menos puedo verlo?

El hombre pareció pensarlo por unos segundos pero finalmente asintió con una media sonrisa, seguramente le recordaba a su hija -¿Nombre del retenido?

-Eliot Carter.

La sonrisa en el rostro del guardia desapareció casi por completo. -¿Carter?

-Sí, es un chico de cabello miel como una cabeza más alto que yo y....

-Se quién es Carter, sabes que, olvida lo que dije antes puedes llevártelo ahora mismo.

- Pero...

- Anda niña, solo necesito que me acompañes a firmar unas cosas, yo me encargo de todo.

- Por...

-Nada, sígueme esta por aquí- Y sin dar oportunidad de pronunciar una sola palabra a la chica el guardia avanzo al interior de la comisaria resonando sus llaves como sonajas. Kat sonrió para sí misma, ese era el Eliot que conocía, uno realmente insoportable.

Minutos después de haber pagado y eso el hombre se detuvo frente a una celda e introdujo la llave dejando libre a un despeinado y notablemente cansado Eliot.

-¿Qué ocurre Pedro? Trajiste más galletas- La pregunta del chico pareció molestar al hombre quien rechino los dientes al instante.

-Eran mis galletas.

-Y estaban deliciosas- Eliot froto su abdomen con una sonrisa de satisfacción.

-Como sea, tu novia ha venido por ti.

-¿Kat?- Pregunto el chico de pronto interesado al momento en que Kat gritaba un audible "No es mi novio".

-Bah- El guardia sacudió la mano con holgazanería dando oportunidad a Eliot de salir – Si me necesitan estaré por allá, no me necesiten- Tras decir aquello, el hombre salió dejando la puerta al exterior abierta para ellos.

-¿Nos vamos? Las chicas ya no tardan en salir y...

-¿Kat?

-¿Qué?

-Gracias- La pelirroja no supo en que momento Eliot se había aproximado tanto, tampoco supo en que momento la había enredado entre sus brazos brindándole un cariñoso abrazo, casi podía sentir su agitado corazón ¿O era el de Eliot?