Jimin no es un chico perezoso.

Solo es un chico al que le gusta dormir un poco más por la mañana, tratando de evitar que el sueño acumulado que tenía por no haber dormido las dos noches antepasadas se diera a conocer en medio de las clases.

Pero admitamoslo, las cosas que uno quiere no siempre saldrán como esperamos. Lo descubrió en el mismo momento que su teléfono celular comenzó a sonar y su madre abrió la puerta de su habitación para despertarlo.

—¡Jimin! ¡Levanta tu trasero de esa cama! —exclamó la mujer de rubios cabellos, con una bella sonrisa en sus labios mostrando su blanca dentadura— ¡Es hora de ir a la preparatoria!

Encendió la luz  para después caminar hasta su cama y jalar de la sábana con la que Jimin se mantenía tapado. El rubio se removió y colocó su brazo sobre su cabeza para que la luz no le pegara en los ojos. 

Su madre volvió a insistir pero esta vez jalando de sus piernas, ocasionando que Jimin cayera al frío suelo.

—¡Mamá! —grito molesto, tallando uno de sus ojos aún estando soñoliento—¿Por qué has hecho eso?

La mujer soltó una carcajada, mirando a su hijo de 16 años tirado en el suelo con sus cabellos todos despeinados por su causa. No era extraño para nadie que tuviera una buena comunicación con su hijo, ya que al ser ellos solos se adaptaron de inmediato a las circunstancias.

Él la entendía a ella y ella a él.

—¡Por qué no despiertas cuando te hablo! ¡¿Acaso has visto la hora que es!?

Jimin al escuchar decir esas palabras se levantó de inmediato del suelo, dirigiéndose  a su mesita de noche que quedaba solo a unos centímetros para tomar su celular y ver la hora. Aunque se sorprendió al ver que tenía cinco llamadas perdidas y tres mensajes de su mejor amigo sin importarle la hora.

Tete dormilón🐻

¡Oye! ¿No vas a venir?
6:30 a.m

¡Oye! ¡El maestro está por llegar!
6:55 a.m

¡Jimin! ¡Recuerda que hoy es día de exámen!
7:00 a.m

Al leer el último mensaje se apresuró a tomar su ropa: la cual consistía en una camiseta ajustada de manga corta de color oscura con un pantalón de tiro alto color azul roto de las piernas y unas zapatillas converse.  Corrió al baño y allí comenzó a vestirse, se colocó primero la camisa, después el pantalón y por último los calcetines junto a las  zapatillas. Se arregló el cabello, se lavó los dientes y se miró en el espejo para ver si veía bien, ya después de que verificó que sí estaba guapo se  salió del baño dispuesto a irse.

Tomó su mochila y se la colgó en el hombro saliendo de su habitación para bajar a la planta baja dónde la señora Park se encontraba con el almuerzo preparado y guardado para que su hijo se lo llevara a la escuela. 

Jimin al llegar la miro con una sonrisa, tomando su almuerzo y dándole un beso en la mejilla como despedida. Camino hacia la puerta, abriendola con suma tranquilidad desesperando a su madre, quien lo miraba tras su espalda con los brazos en jarra.

¡Valla que Jimin si era un lío!

El rubio por fin logró abrir la puerta y salió lo más rápido que sus piernas se lo permitieron, miró el reloj que mantenía en su muñeca, eran las 7:18 a.m y faltaban 12 minutos para que cerrarán la puerta de la preparatoria. Por lo que se dispuso a correr, la prepa quedaba a cinco cuadras de su hogar. 

—Quiero que cuando salgas de la escuela te vayas directo a casa —le dijo su padre a un joven omega después de que se estacionó enfrente de la escuela. El joven miró hacia la ventana sin prestarle atención a su padre y se dispuso a acomodar sus cosas para bajarse del carro— ¿Me estás escuchando?

YoonGi le volteó a ver y le rodó los ojos. 

—Olvídate de eso papá, no voy a estar ahí para conocer al idiota de tu nuevo Alfa. —gruño enojado y se bajó del carro sin despedirse.

El señor Min negó con la cabeza y maldijo por el malcreado comportamiento de su hijo. Después arrancó el motor del carro y se fue.

YoonGi caminó animadamente hacia las puertas de la preparatoria para comenzar con su primer día de clases, tarareando una canción que escuchaba a través de sus audífonos.

Se sentía triste y por unos minutos se quedó parado, pensando en lo que había sucedido con su padre en la mañana. No podía aceptar el hecho de que su padre ya había encontrado a su pareja predestinada y que era hora de que su madre quedará en el olvido. Sin embargo, no le quiso dar más importancia y volvió a retomar su camino.

Estaba por llegar a las puertas, solo faltaban unos míseros centímetros para llegar a la puerta y salvarse del castigo que podría ganarse por haber llegado unos minutos tarde, pero como tenía mala suerte, el peso de un cuerpo ajeno se abalanzó sobre él ocasionando que cayera al suelo.

Jimin se le había abalanzado en cuanto el aroma del omega llegó a sus fosas nasales.

—¡Ay! —exclamó adolorido, con una pierna enredada en el otro cuerpo mientras el otro joven se mantenía encima de él— ¡Por qué no te fijas por dónde vas!

Sintió la respiración tranquila sobre su pecho, abriendo los ojos al instante y encontrando unos bonitos ojos almendrados observando a los suyos con un brillo peculiar en sus pupilas.

Jimin no podía apartar los ojos del omega, sintiendo a su lobo inquietó mientras intentaba buscar con su nariz el dulce aroma que removió sus más profundos instintos.

¡Es el!

¡Es nuestro omega!

Saltaba de un lado a otro el lobo interior de Jimin, moviendo su colita con entusiasmo y rogando para que le permitiera salir. Jimin le dio el permiso y de inmediato el lobo tomó total posesión de su cuerpo.

—¡Tú aroma es encantador! —sus ojos eran destellantes al momento de decirlo, mostrando un intenso dorado con motas azules— ¿Puedo oler desde tu cuello? 

Pidió permiso para hacerlo y al no recibir respuesta inmediata por parte del joven pálido decidió hacerlo. Jimin hundió su nariz directamente en la glándula de su aroma y YoonGi le dio acceso mostrando su cuello en forma de sumisión mientras se encontraba confundido y enojado.

¿Quién era este tonto alfa?

Publicado:
29/Oct/2023.

Espero les guste, dulces algodoncitos.  😙❣️