Hola, chico anónimo.

Has logrado levantar mis ánimos. Estuve pensándolo mucho y creo que no pierdo nada contándote sobre lo que sucedió.

Necesito un consejo, porque no sé qué hacer, anónimo.

Caí en el cliché cuando tenía doce años, me enamoré de mi mejor amigo. Lo intenté callar durante mucho tiempo, hasta que el año pasado al fin tuve el valor de declararme.

Me rechazó.

Estuvimos distanciándonos poco a poco, no pudimos volver a ser los grandes amigos que éramos.

Ayer me enteré de que ahora es novio de Kayla.

¿Puedes creerlo?

El chico que me gusta, ahora es novio de mi mejor amiga.

Seguro piensas que es algo tonto. Pero a mí me dolió. Además, fui la última en enterarme de lo que sucedía.

Y... No lo sé, todo es tan extraño. Me siento traicionada aunque sé que no debería.