¿Estás bien, Meg?
—Matt.

¿Por qué no lo estaría?
—Megan.

Chica hipster...
—Matt.

Si te refieres a que Kendall le dijo a toda la escuela que tengo una enfermedad de transmisión sexual, sí, estoy bien.
—Megan.

¿Por qué lo hizo?
—Matt.

Es decir, no me sorprende, es un imbécil.
—Matt.

El otro día me habló.
—Megan.

¿En serio? ¿Qué te dijo?
—Matt.

Que debía volver con él.
—Megan.

¿Lo harás?
—Matt.

No soy ciega, Matthew, ¡por Dios!
—Megan.

Está bien, lo siento...
—Matt.

¿Te dijo algo más?
—Matt.

No.
—Megan.

¿Qué es esa cara, Megan Ryder?
—Matt.

Vamos, dime.
—Matt.

Uf, me dijo que era una ridícula por pasar tiempo contigo y lo mandé a la mierda.
—Megan.

Oh.
—Matt.

Pues sí, Matt. No iba a dejarte que ese cerdo diga cosas de ti.
—Megan.

Pero se vengó al esparcir ese rumor.
—Matt.

Mientas tú no lo creas, no me importa. Lo que la gente estúpida piense no es mi problema. Solo me importa la gente que quiero.
—Megan.