Hola, Meg. ¿Cómo estás?
—Matt.

Odiando este día.
—Megan.

Es horrible, horroroso, repugnante. Una abominación.
—Megan.

Hoy es el día de San Valentín.
—Megan.

Lo sé. ¿Por qué no te gusta?
—Matt.

Debes de tener muchos pretendientes.
—Matt.

Normalmente se alejan cuando ven como soy en realidad.
—Megan.

Supongo que sí importa lo del interior.
—Megan.

Pero a mí me gusta tu interior, chica hipster.
—Matt.

Debes de tener buenas tripas y eso.
—Matt.

Gracias, Matthew. Pero no me reconforta.
—Megan.

Tengo un poema para ti.
—Matt.

¿Para mí?
—Megan.

Sí, pensé en posibilidad de que odies que este día exista, así que para que te sientas mejor, tengo un poema para ti.
—Matt.

No sé qué decir, Matt.
—Megan.

No digas nada :)
—Matt.

Espero que te guste y no me golpees.
—Matt.

Cuando separas una partícula entrelazada,
Y mantines lejos ambas partes, una de la otra,
Si alteras o efectas una,
La otra será afectada o alterada de manera idéntica,
Hasta en extremos de distintos universos.
No quiero separarme de ti, quiero ser tu partícula entrelazada.
Por el resto de la desconocida eternidad.
—Matt.

Es muy lindo, Matthew. No entiendo mucho de química y esas cosas pero me encantó.
—Megan.

Es original :)
—Megan.

Sé que a los hipster solo les gusta lo original.
—Matt.

Pero yo no soy hipster.
—Megan.

Ajá.
—Matt.