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Mingyu inmediatamente envolvió sus manos en los muslos de su profesor de literatura, sentándolo en el escritorio detrás de ellos y abrió sus piernas, metiéndose entre ellas mientras su boca repartía besos húmedos en la tersa piel del hombre y este acariciaba la ancha y fornida espalda del estudiante.
Su lengua rozaba la manzana de Adán del mayor, mientras sus manos desabotonaban la perfecta camisa blanca, dejando ver un lechoso pecho y sus botones rosados. Inmediatamente babeó, por instinto su boca tomó el botón derecho, aprisionándolo entre sus labios, dejando paso a su lengua y posteriormente a sus dientes con los que tiró de el, sin llegar a lastimarlo.
ㅡMgh~ㅡ ronroneó en respuesta, sus manos jugaban con los cabellos oscuros de Mingyu, mientras este acariciaba sus piernas y su cintura.
Era tanto, que no sabía donde tocar.
Mingyu creía que iba a volverse loco.
Hasta que sus dedos desbrocharon en un movimiento hábil los pantalones de Jeonghan, los bajó, y entre más tela fuera, y más piel expuesta, Mingyu sentía su cabeza explotar.
Sus piernas, eran lechosas, tonificadas, sin ninguna imperfección, dignas de ser contempladas. Y ansioso tocó, eran suaves, eso lo alentó a continuar con su objetivo. Su boca desesperadamente quería dejar sus huellas allí y así lo hizo, las separó y admiro los bellos muslos de aquel ángel, sus labios hicieron contacto con esa bella piel, y sus dientes marcando territorio.
Se podían apreciar los bellos gemidos que el hombre soltaba, eran agudos, suaves, sin llegar a ser chillones y escapaban sin cesar de esos labios, hinchados y rojizos de los besos previos. Porque sí, Mingyu le había deborado la boca. Además, Mingyu notó la erección que se asomaba por el boxer negro de su profesor, no pasaba desapercibido, y desesperado sacó el pedazo de tela oscura, para apreciar la desnudez del ángel y volvió a su labor.
ㅡMingyu~ㅡ gimió, y tiró levemente de sus cabellos para hacerle entender que se aleje por un momento. Mingyu levantó su mirada y vió, podría jurar que era la imagen más erótica y caliente que jamás haya visto en su vida. Su profesor de literatura, con las piernas abiertas solo para él, soltando gemidos suaves, acalorado, con su cabello revuelto y su respiración agitadaㅡ. No es justo que solo yo esté desnudo, ¿no lo crees?
Sonrió coquetamente, y se enderezó, sus manos fueron directamente al ruedo de su camiseta, la cual era parte del uniforme escolar, la sacó de un tirón, desesperado por ver el fornido cuerpo de su alumno. Y contempló, su piel acanelada, sus pectorales bien formados, sus hombros anchos, abdomen plano y se podían apreciar sus abdominales levemente marcados, además de unos bíceps para morirse. Según Jeonghan, era sexy y era el tipo de hombre que alguna vez soñó de tener como pareja.
Entusiasmado se bajó del escritorio, se arrodilló frente a él, buscando desabrochar el pantalón del uniforme en un intento desesperado, notando la erección que cada vez crecía más y más. Hasta que lo logró, dejando de lado toda tela a su paso, tomando en su pequeña mano el falo de su compañero y llevarlo a su boca sin dudar ni un segundo. Mingyu gimió encantado.
La boca de su profesor era tibia, sus labios eran suaves, su lengua sedosa y la textura de su paladar lo volvía loco. Era erótico, y mientras más profundo en su boca lo tomaba, más caliente se volvía, con una mirada inocente y al mismo tiempo pícara. Su lengua llegó a la cabeza del órgano genital, envolviéndolo y rozando el orificio, lo volvió a meter en su boca, ahuecando sus mejillas y rozando de vez en cuando sus dientes, haciendo más satisfactorio el proceso.
ㅡJoder, ángel, eres tan buenoㅡ gruñó encantado, su voz más profunda y ronca que en un comienzo, su mano tomó los cabellos castaños de mayor, tomando las riendas de la situación y comenzando a embestir la boca de su profesor lentamente.
Su mente estaba desconectada de la realidad, su concentración y su placer se centró en donde su miembro danzaba junto con la boca de su profesor. Sintió un leve cosquilleo en el abdomen, no quería correrse, no todavía. Alejó a su profesor de su erección, quien gimió disconforme, bajó su mirada y con su pulgar acarició el labio inferior de Jeonghan. Y de repente, coló dos dedos en la tibia boca, obviamente el ángel los recibió gustoso, lamiendo con entusiasmo y al mismo tiempo provocando a Mingyu con la mirada.
Se preparó mentalmente para lo que se venía a continuación.
Lo levantó, tomándolo de las anchas caderas y juntando sus labios por milésima vez en el día, pero es que Mingyu podía jurar que nunca se cansaría de sentir esos labios tan suaves y dulces, nunca. Sus erecciones rozaron, mientras que sus lenguas danzaban juntas, sintiéndose una con la otra y degustando de ello. Subió a Jeonghan otra vez en el escritorio, separando sus piernas en un movimiento brusco, obligándolo a que las abriera lo máximo posible y entonces, coló esos mismos dos dedos en la entrada del mayor.
Gimió, pues fue una estocada brusca y no estaba preparado para ello. Intentó juntar su boca con la de Mingyu pero este se lo impedía, jugando con él y haciéndolo gemir, de frustración y por los ágiles movimientos de su alumno. Los dedos del menor acariciaban con parsimonía las paredes de su entrada, curvándolos, intentando llegar más profundo en su interior.
Y así lo hizo, rozando su próstata en un movimiento débil, hasta que se dedicó a tocar una y otra vez aquella glándula, sintiéndolo con las yemas de sus dedos y escuchando los ruidosos gemidos de su profesor. Jeonghan se estaba volviendo loco con todas las sensaciones que su alumno le provocaba.
Sintió un agarre fuerte en su cintura, y de repente los suaves movimientos de los dedos de Mingyu, se convirtieron en embestidas bruscas, chocando su próstata sin cesar, haciéndole volar la cabeza de tanto placer.
ㅡMingyu~ㅡ gimió fuerte, clavando sus uñas en los bíceps del menorㅡ. N-no los muevas tan rápido~.
ㅡ¿Por qué?ㅡ Mingyu sabía perfectamente que se estaba por correr, se notaba en su erección, la cabeza se encontraba roja y parecía a punto de explotar. Pero el muchacho quería jugar con su paciencia.
ㅡM-me correré~ㅡ sus ojos se aguaronㅡ Mingyu~ㅡ intentó tomar la muñeca de su alumno para intentar detenerlo, fallando claramenteㅡ. D-detente.
ㅡPuedes correrte tranquilo, ángelㅡ sonrió el muchacho, y procedió a besar su cuello apasionadamente.
Hasta que a sus oídos llegó un agudo grito, las paredes que estaba acariciando se apretaron fuertemente, envolviendo sus dedos y su mano fue ensuciada con una sustancia blanca. Jeonghan se había corrido, y le sorprendió lo rápido que lo hizo.
El mayor estaba agitado, claramente por el reciente orgasmo, con el cabello revuelto, sonrojado y a medio vestir, Mingyu juraba que aquella imagen lo calentaba. Sus largos dedos abandonaron la estrecha entrada que acababa de estimular, recorriendo su pelvis hasta el abdomen plano y poco marcado del mayor, donde se encontraba la señal de su orgasmo, tomó la sustancia entre las yemas de sus dedos y automáticamente se lo llevó a la boca, mirando a su profesor a los ojos desgustando su sabor extraño, un sabor que nunca antes haya probado.
ㅡSabes delicioso, ángel.
ㅡ¿Te gusta?
ㅡMe encanta.
Jeonghan sonrió.
Mingyu terminó de sacarse la ropa, y se acercó al cuerpo encima del mueble. Jeonghan por inercia abrió sus piernas, porque quería recibirlo. Quería a Mingyu dentro de él cuanto antes. El alto sonrió y acarició levemente sus muslos, mientras el mayor envolvía sus brazos detrás del cuello del menor, y a continuación tomó su miembro con la izquierda, rozando y jugando con la cabeza en la entrada adversa.
ㅡ¿Estás listo, ángel?
ㅡSiempre estaré listo para tí, Mingyu.
ㅡ¿Lo quieres?
ㅡLo necesito.
El muchacho asintió, y se hundió lentamente en la estrecha entrada, que estaba obligada a recibirlo, estirándose y dejando paso al interior del mayor. Era cálido, apretado, suave, lo envolvía de una manera exquisita que la cabeza de Mingyu quedó en blanco. Estaba sumido en ese placer. Gimió gustoso. Ambos gimieron gustosos al sentirse.
ㅡMirame, ángel, quiero ver tus expresionesㅡ Mingyu tomó la barbilla marcada de su profesor, quien hizo caso y lo miró. Sus ojos estaban acuosos y su boca abierta, gimiendo de satisfacción.
En cambio, los ojos de Mingyu estaban tan oscuros pero a la vez brillaban de la lujuria. Y es que, no todos se atreven a encarar al profesor Jeonghan, aquel caliente profesor de literatura. Era atrevido, erótico y caliente, pero al mismo tiempo tenía ese toque de inocencia en su mirada, que se podía definir como una bomba de sensualidad.
Se atrevió a dar una fuerte embestida, importándole poco si Jeonghan se había acostumbrado a su tamaño o no. El ángel gritó, más bien de placer que de dolor y Mingyu disfrutó de las sensaciones que el mayor le provocaba, escuchar su melodiosa voz que para él era el canto del ese mismísimo ángel. Jeonghan apretó sus ojos, el miembro de Mingyu tocó fondo y, maldición, se sentía en el paraíso.
ㅡProfesor Jeonghan...ㅡ murmuró en el cuello del mayor, ya que hundió su rostro allí y morder la piel expuesta, intentando calmar su excitación, su deseo de follarlo tan fuerte hasta que no sienta sus piernas.
ㅡMingyu~ㅡ gimióㅡ No me digas asíㅡ el hombre mordió su lóbuloㅡ. No soy tu profesor, soy tu amante ahora.
ㅡAsi que somos amantes ¿eh?ㅡ embistió otra vez, apretando con sus yemas el muslo derecho del mayor y con la otra su cintura, seguramente dejaría hematomas pero no lo importó, Jeonghan esta vez gimió fuerte.
ㅡSi, Mgh~ㅡ soltó un quejido, disconforme, pues el menor no tenía intenciones de moverse todavía, solo le había dado una embestidaㅡ Gyu, muéveteㅡ sus anchas caderas se movieron de un lado hacia el otro, incitando al otro a que lo embistaㅡ Por favor, sé un buen chico y fóllame.
ㅡ¿Te encanta provocarme, verdad?ㅡ mordió el hombro del mayor, ya con su camisa afuera y hundió su extensión lo máximo posible, comenzando a embestir demasiado lento para el gusto de Jeonghan, su miembro iba y venía, siendo prisionero en aquellas cálidas paredes.
ㅡOh, Jesúsㅡ gimió el ángel, clavando sus uñas en los anchos hombros del muchachoㅡ Mingyu~ㅡ su delicada mano acarició su propio vientre bajo, abriendo sus ojos, llevándose la sorpresa de sentir la dura extensión de su alumno sobresaliendo de su vientreㅡ Estás tan profundo~ㅡ tomó una de las grandes manos adversas para llevarla a su vientre y sentir.
Mingyu bajó su mirada y observó, ese vientre plano lo volvía loco y más al ver como había un bulto causado por él, acarició la zona del abdomen sutilmente, pasando sus dedos entre los abdominales poco marcados, lo sentía tan suave y aterciopelado debajo de las yemas de sus dedos, se quedó quieto y rozó el bulto, haciendo a Jeonghan gemir fuerte, y entonces lo tomó de la cintura para retomar sus embestidas lentas.
ㅡ¿Te gusta ángel?
Jeonghan prácticamente no escuchó lo que decía el moreno al estar tan sumido y concentrado en el placer que le brindaba su alumno, su sentido auditivo había quedado paralizado. Mingyu, al no obtener respuesta, se inclinó hacia delante juntando sus bocas desesperadamente, el sabor de la boca de Jeonghan ya se le hacía familiar, y en eso comenzó a mover sus caderas rápidamente, embistiendo de manera brusca, haciendo que ángel se separe de aquel beso para gemir fuerte contra su boca.
Sus gemidos. Joder, los gemidos de su profesor eran la gloria y la música más bonita que Mingyu jamás había escuchado, ni siquiera quería beberlos con sus labios sino que prefería derrocharlos para complacer sus oídos.
Los minutos pasaban, y ellos todavía seguían dentro del aula vacía. Tenía puesto el seguro de puerta, pero se escuchaba claramente como los gemidos agudos de Jeonghan contrastaban con los graves de Mingyu más el sonido de sus pieles chocando, retumbaba en aquellas cuatro paredes, siendo testigo de su pasión.
ㅡMingyu~ㅡ gimió el profesor, hechando su cabeza para atrás, mientras sus uñas comenzaron a resbalar por la fornida espalda del muchacho, ya que había aumentado la velocidad de sus embestidas aún másㅡ. ¿Cómo es que p-puedes ser mejor q-que mi esposo? Joder~.
ㅡ¿Mejor que tu esposo?ㅡ las yemas de sus dedos apretaron los muslos del hombre, los cuales estaban abiertos a más no poder, y parecía que su cadera tenía vida propia ya que sus embestidas eran violentasㅡ. Dime, tu jodido esposo no te complace lo suficiente, ¿verdad?ㅡ el moreno levantó la vista, frenando abruptamente sus movimientos, y pudo apreciar a su profesor, con su cuello brillante del sudor y su pecho subía y baja por lo agitado que estaba, gimoteandoㅡ. Por eso quieres que te folle duro, como tu esposo jamás lo podrá hacer.
Los ojos miel de Jeonghan conectaron con los de Mingyu por un momento.
ㅡDime cuánto te gusta que te folle.
ㅡMe encanta.
ㅡDilo correctamente, ángel, si no lo haces no me moveré.
ㅡAmo que me folles, Mingyu.
ㅡ¿Mejor que tu esposo?
ㅡMucho mejorㅡ el ángel sacó su lengua para delinear el labio inferior de Mingyu.
ㅡAsí me gusta, ángel, ahora apoya tus manos en la mesa y levanta tus caderas, prepárate, porque no seré dulce.
Jeonghan inmediatamente apoyó sus palmas en la madera para levantar sus caderas como lo indicó el chico, aún dentro de él, haciendo que soltara un quejido ya que Mingyu lo había tomado de la cadera fuertemente, a estas alturas no le importaba si dejaba hematomas allí también, solo quería follar a su profesor de una buena vez.
El ángel gimió fuerte al sentir que casi inmediatamente el muchacho comenzó a embestir otra vez, y tal y como lo dijo, no fue dulce. Sus caderas se movían rápido, fuerte, atrayendo las de Jeonghan a las suyas una y otra vez, volviéndose loco por esas anchas caderas, esas bellas piernas abiertas, y los gemidos más hermosos que alguna vez escuchó. ¿Y lo mejor?, era suyo, era para él.
ㅡ¡Oh, Mingyu~!ㅡ gritó el ángel, echando su cabeza hacia atrásㅡ. Eres tan buenoㅡ deliró, bajo su mirada hacia su vientre y efectivamente, el miembro de su compañero aún sobresalía de este cada vez que ingresaba a su interior, miró un poco más, como sus piernas estaban tan abiertas y como el abdomen bajo de Mingyu golpeaba bruscamente contra sus caderasㅡ. Mmh, estás tan duro, maldición~ㅡ y no mentía.
Jeonghan podía sentir la dureza del miembro de su alumno en su interior y como cada una de sus venas acariciaba su rugosa y caliente entrada. Sentía todo, desde los rozes en su interior, hasta como los testículos del alto golpeaban sus glúteos de una manera fascinante, sumando los gruñidos tan profundos y tan fuertes que salían de la garganta del muchacho.
ㅡ¿Te sientes bien, Mingyu? ¿Mgh~?ㅡ preguntó con una sonrisa coqueta en su rostro, queriendo acariciar esos hermosos abdominales del muchacho que lo hacían babear. Podía apreciar como se marcaban las venas de sus brazos, las de su cuello y como su cabello se movía al compás de sus embestidas.
¿Cómo no iba a babear?
ㅡ Aprietas de maravilla, ángelㅡ el profesor sonrió encantado al escuchar la voz del alto tan profunda y excitadaㅡ. Ven aquíㅡ detuvo sus embestidas y tomó las bellas manos de su profesor y ponerlas en su cuelloㅡ. Sostente, ángel.
Acto seguido alzó a su profesor entre sus brazos, sin cerrar sus piernas. Jeonghan se aferró fuerte al cuello del muchacho mientras este lo tomaba de las caderas otra vez, el mayor sentia como le dolía un poco la zona por el fuerte agarre de Mingyu en ellas.
Retomó el ritmo de sus embestidas, sin piedad, ingresaba violentamente, de manera animal. Jeonghan gritó, la extensión llegó demasiado profundo llevándolo al éxtasis ya que chocó con su punto más nervioso y sensible. Su próstata.
ㅡ¡Ah!ㅡ gimió el profesorㅡ. ¡Oh, Mingyu!ㅡ se aferró fuertemente al cuello del muchachoㅡ. ¡Tan profundo~!
Jeonghan cerró y apretó sus ojos, gimiendo fuerte contra la boca de Mingyu, que de vez en cuando lo besaba para tragar una parte de sus gemidos, y otras veces tiraba su cabeza hacia atrás por tanta estimulación. Y es que aún no se había corrido pero Jeonghan sentía como su interior dolía y su entrada también, estaba estirada pero la estimulación y los golpes lo volvían loco.
ㅡMingyu~ㅡ susurró contra su boca, sin verlo a los ojosㅡ. Lo haces tan f-fuerte~ㅡ gimoteó.
El muchacho sentía como la voz del hombre ya estaba destruida y entrecortada, tan aguda, y sonrió al notar lo que causaba en su profesor. Jeonghan sentía que quedaría afónico de tanto gemir.
Ni con Seungcheol sintió tanto.
ㅡ¿Duele?ㅡ musitó el joven, sin dejar embestir.
Jeonghan asintió.
ㅡMírame, quiero verte mientras me entierro en tu interiorㅡ Jeonghan gimió, amaba que le hablen tan sucio, la voz ronca de Mingyu lo enloquecía. Hizo contacto visual con su compañero solo unos segundos pero no aguantó demasiado. Enredó sus dedos en las hebras oscuras de Mingyuㅡ. ¿Te gusta?
Asintió otra vez.
ㅡGime mi nombreㅡ musitó ronco, exigiéndole aquello.
ㅡMingyu~ㅡ susurró jadeante.
El muchacho se clavó más profundo en su interior, tocando en diferentes puntos que a Jeonghan lo hacía enloquecer, buscando correrse en esa apretada entrada, se sentía húmeda y caliente como si hubiera estado hecho para eso.
ㅡGimeㅡ mordió su cuelloㅡ. Gime para mí.
ㅡMingyu~ㅡ el mayor clavó sus uñas en la nuca del muchachoㅡ. Oh, mierda, no siento las piernasㅡ susurró, efectivamente sucedió aquello que Mingyu quería lograr, y es que gracias a que las mantenía abiertas por un largo lapso de tiempo se habían dormido; no obstante sentía con el muchacho seguía entrando en su interior con fuerza y como en su vientre aparecía ese particular cosquilleo, dandole a entender que su miembro exigía su merecido orgasmoㅡ. Me correré pronto~ㅡ Lloriqueó.
ㅡ Hazlo, ángel.
Jeonghan gritó entrecortadamente, su voz estaba desgastada y el líquido caliente salió disparado de su miembro, llegando a manchar ambos abdomenes y el pecho de Mingyu. Sin embargo, el joven no detuvo sus movimientos, comenzando a sobreestimular su entrada.
ㅡAprietas demasiadoㅡ gruñó el menorㅡ. Oh, maldición, tu entrada es tan buena, me tomas tan bienㅡ Mingyu tomó entre sus labios los de Jeonghan para intentar calmarlo un poco, y es que el ángel lucia tan perdido, gimiendo roto y con lo que le quedaba de voz.
Mingyu lo llevó otra vez al escritorio, donde lo hicieron en un principio, solo que esta vez el muchacho tomó una de las piernas de su profesor para colocarlo en su hombro y tener mejor acceso y más plenitud al penetrarlo, agradeciendo profundamente lo flexible que era su profesor. Jeonghan se agarró de donde pudo ya que el muchacho reanudó sus embestidas.
ㅡM-mingyu~ㅡ gimió rotoㅡ. M-maldición, ¿cómo t-tienes tanta resistencia?ㅡ acarició el abdomen del muchacho y lloriqueó al recibir tanta estimulaciónㅡ. Es demasiado~ㅡ sus piernas directamente ya ni las sentía, su entrada le dolía y lo único que quería es que su alumno se corra de una vez.
El moreno por su parte se concentró en sus embestidas, eran bruscas, animales. Pero lo único que deseaba era correrse en esa entrada tan húmeda y que lo apretaba tan deliciosamente.
ㅡGyu, mgh, mírame~ㅡ su delicada mano se dirigió a la mandíbula del muchacho y lo miróㅡ. ¿Quieres correrte dentro? ¿Mgh?ㅡ el moreno asintióㅡ. Entonces sé un buen chico y correte dentro.
El muchacho inclinó su cabeza hacia un costado para comenzar a morder la pierna de su profesor para disimular un poco sus gruñidos, que eran fuertes y se podían apreciar con más claridad. El ángel cerró sus ojos y llevó su diestra al hombro del muchacho para apretar allí con las yemas de sus dedos. Lagrimeó, eran demasiadas sensaciones juntas.
ㅡVamos, bebé~ㅡ el mayor prácticamente estaba rogandoㅡ. Mi interior está dispuesto a recibirlo todo.
Si, estaba rogando por corrida. Su cuerpo no daba más, se sentía tan debilitado y estaba cansado. Jeonghan sentía su cuerpo temblar a cada embestida que Mingyu daba, cada embestida era más fuerte que la anterior y eso provocaba que cada célula de su cuerpo tiemble.
ㅡJeonghanㅡ gimió ronco por primera vez el nombre de su profesorㅡ. Maldición, Jeonghanㅡ apretó los muslos del hombre y bajó la pierna que estaba en su hombro abriendolas otra vez, y escondió rápidamente su rostro en el cuello del mayorㅡ. Jeonghanㅡ gimió de nuevo, pero esta vez lo hizo más agudo, su respiración se aceleró y se entrecortó. Se clavó tan profundo.
Y llegó al orgasmo.
Su caliente esencia comenzó a bañar las paredes de la entrada de su profesor, marcando allí su nombre, haciéndolo suyo. Jeonghan gimió agudo y gustoso de recibir tal corrida, su entrada rebalsó de tanto que era, y besó otra vez los labios del muchacho buscando atención y al mismo tiempo para intentar calmarse de tanto placer y de tanta movida.
Luego de unos minutos de quedarse allí besándose, Mingyu volvió a sus cinco sentidos y salió, viendo una imagen que juraba que guardaría para toda su vida. Jeonghan, con las piernas abiertas, chupetones en el cuello, en el pecho, en sus claviculas, en el vientre y los muslos internos, hematomas en sus caderas y cintura, marcas de sus dedos en el resto de sus muslos, botones rosados y erectos, el cabello revuelto, sus labios rojos e hinchados, y por último, en su entrada escurría la corrida, la cual manchaba parte de sus muslos y del escritorio.
Mingyu no pudo evitar colar dos dedos en su interior otra vez, ante tal imagen tan erótica, y ver como la corrida solo no paraba de escurrir de su estirada entrada, que los sacó y palpó el labio inferior de Jeonghan para que abra su boca y que deguste su sabor.
Mingyu sonrió, tuvo sexo con otras personas pero nunca lo hizo con alguien tan caliente como lo era Jeonghan y además podía jurar que se sentía absolutamente satisfecho.
ㅡ¿Estás bien, ángel?ㅡ el joven acarició su mejilla delicadamente, luego de sacar los dedos de su boca, el mayor asintióㅡ. ¿Te gustó?
ㅡFue el mejor sexo que tuve en toda mi vida.
El mayor afirmó.
ㅡ¿Una segunda ronda?
ㅡNo te cansas, ¿verdad?ㅡ el moreno rió.
ㅡNo, es que mírate, si estuvieras en mi lugar querrías una segunda ronda y muchas más.
El mayor soltó una carcajada suave, y envolvió sus brazos en el cuello del muchacho para abrazarlo, quien correspondió gustoso, envolviendo los suyos en la pequeña cintura.
ㅡMingyuㅡ el mayor acarició suavemente la tersa mejilla del morenoㅡ. La próxima será en mi casa ¿está bien? Además puedo preparar algo y platicar un rato.
ㅡ¿Y su esposo?
ㅡÉl trabaja por las tardes así que no será un problema.
ㅡDe acuerdo, profesor Jeonghan.
→♡←
Hola bebés, ¿cómo están?
Vuelvo después de mil años (perdón), con un poco de smut 7u7
Espero que les haya gustado, cuidense, les mando muchos besitos.
No olviden que les amo ♡
ㅡSeel ♡
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