Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: "Doble crush"

Muy bien, aquí vamos de nuevo, Milo acaba de enviarme un mensaje para que nos veamos en su casa. Y si me lo llegan a preguntar, ya he ido unas cuantas veces, pero sigue poniéndome nervioso como la primera vez.

Yo no solía ser un chico muy interesante como otros, nunca pasé por una etapa rebelde y dudo que lo haga. Mientras él me contaba sobre sus experiencias, yo solo reía y le comentaba lo más cercano a peligro que tuve en algún momento de mi aburrida vida; mientras él me decía cómo escapar del instituto y que nadie se diera cuenta, yo solía darle tips para que pasara los exámenes sin problemas, aclarando que no había la necesidad de copiar.

En todo ese tiempo me hizo pensar, ¿Qué hacía yo a la par de un chico cómo él? Cuando estábamos juntos estudiando me hacía ver lo diferente que éramos, no él. Sino yo, y mis complejos.

Milo era muy sociable con todos, tanto así que las veces que fui a su casa, cada vez tomaba la confianza que yo tendría con no sé... alguien que conozco por años.

La primera vez que fui ya estarán pensando si me dio un paro cardíaco, pues déjenme decirles qué... Sí y no. Morí y volví a revivir al instante. Empezando porque me sentía extraño y nervioso, temía hacer una estupidez frente a él y su familia. Pero no fue así, al menos el primer día, por dicha no había nadie en casa y solo estaba él. Al principio fue raro e incómodo para mí, mientras que él estaba completamente relajado. ¿Cómo podía ser así? Evité morir cuando me sonrió.

Pero, como siempre, la vida me demuestra una vez más que me odia y me hace ver lo patético que soy. Después de unos días de darle unas cuantas tutorías de matemática, tuvo que pasarme la desgracia de todo el tiempo. Hacer el ridículo en frente suyo.

Las gradas de su casa, no sé con qué carajos la habían limpiado pero estaban resbaladizas. Caí sentado al dar el último paso. Por supuesto que me vio y explotó en carcajadas.

No lo tomé a mal, porque la verdad, es que ya debería haberme acostumbrado.

«Te debo unos discos en mi casa, ¿Quedamos?»

Y con ese simple mensaje no tardé mucho en responder. Ya me encontraba frente a su jardín, esperando a que me abrieran los portones eléctricos que tenían. Su casa era bastante lujosa, ni decir que era el triple de la mía, podía decir que si quisieran podrían vivir hasta 2 familias extensas. Pero no era para menos, Milo me había comentado un poco de su estatus social.

Su padre y su tío eran dueños de una empresa, y su madre era actriz, por lo que casi no se hallaba en casa. ¿Podía decir que eran la familia perfecta? Pues en realidad no, sus lindos ojos color cielo no se veían expresivos mientras me lo decía. No tenía que ser adivino para saber que en parte se sentía solo por no tener la compañía de una madre.

Al menos él la tenía viva.

Me adentré a su jardín una vez que me dieron el pase. Milo ya se encontraba en la entrada, esperándome.

-No tardaste mucho- Dijo.

Me encogí de hombros.

-Todo sea por la buena música que me espera- reí discretamente al ver su rostro de confusión. Entendió a los segundos y asintió.

-No has tenido la oportunidad de conocer a mi padre ¿Verdad?- negué. Siempre que venía nunca había nadie, exceptuando a las mucamas y las cocineras, quienes me sonreían y me saludaban alegremente cuando llegaba-. Bueno, hoy después de mucho, se encuentra aquí.

Me detuve en seco.

¿É-Él estaba aquí?

Inconscientemente miré mi atuendo. No quería darle mala impresión o algo que le hiciera ver que yo era un chico de la calle. A pesar de estar rodeado de lujos, Milo nunca se creía más que todos por eso, incluso me llegó a pedir que mantuviera en secreto un poco de su vida. Los únicos que conocían más allá de todo eso, eran sus verdaderos sus amigos. Supongo que no quería que los demás se le acercaran por mero interés. Pero dejando de lado todo eso, Milo era muy humilde. ¿Pero qué me garantiza que su padre va a ser igual? ¿Y si es presumido? ¿O me tira a la calle por no vestir correctamente? ¿Mi ropa estaba bien?

Dios mío.

-¿Sucede algo?- se giró a mí al ver que no le seguía los pasos- ¿Camus?

Desperté de mi ensueño.

-¿Me veo bien?- me miró confuso. Me observó por segundos y sonrió.

-Claro que sí, ¿Por qué lo preguntas?

-No lo sé es que... ¿Y si le caigo mal a tu padre? No quiero que tenga una mala impresión de mí.

-Jum, no lo creo- dio una pose pensativa- Te ves bien, créeme. Él no es de juzgar a mis amigos.

¿Y si solo lo decía para calmarme?

-S-Sí está bien.

Lo acompañé hasta la sala de estar, donde se encontraba su padre en uno de los sofás leyendo una revista.

-Papá, quiero presentarte a un amigo- aquel hombre levantó su mirada de la revista y me miró. Su cabello era de un rojo intenso y de piel blanquecina, sus ojos eran verdes como el pasto. Me sorprendió bastante, pues no era muy común ver un color tan encendido- Él es Camus, un amigo de secundaria. Me está ayudando para los parciales- tragué saliva nervioso, su mirada era demasiado impenetrable como para saber en que estaba pensando, si me estaba juzgando o no. Se quitó los lentes que tenía para leer y cerró la revista.

-Mucho gusto- saludé con notable nerviosismo.

Hubo un gran silencio, tanto así que me puse más ansioso que antes. ¿Qué pasaba?

-Écarlate- salió de sus labios después de breves segundos. ¿Esa fue su forma de presentarse?- Tu madre acaba de llamarme, llega esta noche- esta vez se dirigió a Milo.

Vi como sus ojos se iluminaron y sonrió enormemente.

-¡¿Es en serio, papá?!- lo miré de reojo y me enternecí de más. Parecía un niño que estaba por recibir un regalo sorpresa.

-Sí, pero no te ilusiones mucho.- a diferencia de Milo, su padre era más crudo e indiferente. ¿Acaso no está feliz por su esposa?

Milo asintió rápidamente, aún con la felicidad que se le desbordaba, me daba demasiada ternura, tanto así que no pude evitar sonreír por su entusiasmo.

-¡Ven, ven!- me tomó del brazo casi al instante y me llevó en segundos a su habitación. Me sorprendí un poco, tuve que ingeniar cómo no tratar de tropezar y caer de nuevo en las gradas.

-¿Hace cuánto que no... ves a tu mamá?- me atreví a preguntarle una vez que llegamos a su habitación. Ésta era bastante grande, su armario era muy espacioso así como su cama, tenía muchos posters de algunas bandas reconocidas en la pared. En una de las esquinas había un escritorio y una laptop.

-Uhmm...- pensó- , casi como tres meses- evité sorprenderme. Ahora entendía su emoción, pasar demasiado tiempo sin el calor de una madre tenía que ser difícil, sino díganme a mí.

-Es bastante tiempo- confirmé.

-Ahora imagínate para mí- suspiró-. Perdón si parezco más emocionado de lo que debería, es solo que en verdad la extraño. La última vez que pasamos una navidad juntos fue hace dos años- me senté en el borde de la cama y el fue por la laptop-, suele marcharse en épocas navideñas porque su trabajo aumenta en ellas. Muchas presentaciones y esas cosas- me acompañó-. Deseo que esta navidad sea diferente y que podamos pasarla juntos.

No sabía que responderle, ¿Darle apoyo tal vez? No, no. Nunca fui bueno para dar cariño, mucho menos para dar palabras de apoyo; sé que está mal, y no es que no quiera, es porque no puedo. En situaciones así prefiero guardar silencio y dejar que la otra persona hable, después de todo no puedo consolarlo pero soy excelente escuchando.

¿Cuenta, verdad?

-¿Siempre fue así?- no sé si tuve que haberlo dicho...

-No realmente- encendió la laptop-, el sueño de mamá siempre fue ser una famosa actriz y estuvo apunto de serlo sino fuera porque... Bueno, yo nací muy pronto. Ellos me tuvieron muy jóvenes. Papá tenía veintisiete años y mamá solo diecinueve. La carrera de ella apenas iniciaba y... sé que tuvo que dejar ese sueño atrás para criarme- estuve por decirle que no había sido su culpa pero se adelantó-. Sé que no fue mí culpa, pero aún así quise recompensar de algún modo su sueño, por eso cuando cumplí diez años le dije que retomara su carrera, que no había problema conmigo... Que no le quitaría mucho tiempo...- guardó silencio por segundos- Y bueno, ella también pensó que sería así. Ahora sé que es feliz y yo igual. No importa la distancia porque siempre estaremos aquí para ella- sonrió.

Pero no, no era así.

No tenía que ser adivino para saber lo obvio. Le dolía, a Milo le dolía ese vacío que su madre había dejado en él, nunca fue su culpa. Y era feliz al ver que su madre, después de bastantes años, estaba cumpliendo su sueño, pero... No podía mentir, también le dolía no tenerla cerca, pasar días, incluso meses, sin verla.

-A veces dice que vendrá pero se le complican las cosas y... Desiste- explicó-. En fin, ya es algo común para mí. ¿Qué decías?

-Ehm... Nada- respondí un poco aturdido-. Creo que le caí mal a tu papá.

-¿Por qué crees eso?

-Bueno es que... Su expresión...

Milo soltó la risa y yo callé, esperando su respuesta.

-Papá es así con todos. Lo fue alguna vez con todos mis amigos, incluso actualmente parece que se lleva mejor él con ellos, que conmigo- dijo-. Es solo que... Al tener... Bueno... Estas comodidades por así decirlo, cree que muchos se juntan conmigo por puro interés. Pero al pasar un tiempo ve que no es así y toma la confianza suficiente, no te preocupes. Le caíste bien solo que está esperando un poco.

-Oh vaya...- fue lo único que dije.

Como que se me hacía bastante extraño, pero tiene razón. Me imagino que en el pasado muchos se acercaron a Milo por interés, quizá por eso quiere pasar desapercibido.

-¿Qué quieres escuchar?- me preguntó.

-Uhm... No sé, ¿Que tienes ahí?

-Pues en mi laptop, solo tengo clásicos y alguna que otra banda pesada que me gusta- pensó-, pero si quieres podemos escuchar música de YouTube.

-¿Qué tienes de clásicos?

Él sonrió.

-Clásicos de clásicos. Queen, Led Zeppelin, Foreigner, Extreme, The Turtles, y...- vi que sonrió y bajó las mirada. Oh por...-Las Wilson Phillips

Abrí mis ojos.

-... ¿Qué?

-¡No te rías!- demasiado tarde, no pude evitar soltar una risa escandalosa vulgar, pero la verdad es que me tomó por sorpresa. No me imaginé que un chico con esos gustos, tuviera uno en especial.

Me miró con una sonrisa diferente, no sé qué era. Pero probablemente fue por mi risa, porque yo no solía soltar una carcajada así de la nada o por un chiste.

Seguramente después me recordaría lo escandaloso que fui.

-Ves, creo que debo quitar ese gusto de mi lista. Siempre que lo confieso se burlan de mí-hizo un tierno puchero que me hizo sentir culpable.

-Dime que no te gusta ABBA al menos...

-Son lindas...

-Oh por...- evité volver a reír. Tapé mis labios con una mano, sabía que estaba haciendo mal. Pero no me estaba burlando de sus gustos, al contrario. Me daba demasiada ternura, estaba consciente que me miraba profundamente, ¿Se había molestado? -. No me malentiendas, no me burlo de tus gustos es que... Me parece algo... Lindo- confesé con un ligero rubor en mis mejillas. Me observó sorprendido por segundos pero luego rió.

-Lo sé, tengo gustos de chica- articuló-, pero para equilibrar mi ser, algunas bandas pesadas que me gustan son, Death, Dio, Alice Cooper y Manowar.

-Vaya... Eso sí es saber cómo equilibrar los gustos- sonreí ladino.

-Perfectamente equilibrado, como debe estar- yo reí.

Al final colocó una canción que reconocería a kilómetros: Bohemian Rhapsody. El calmado pero melancólico inicio del piano, provocó que dejara caer mis párpados para hacerme uno mismo con la letra que entonaba Mercury. Disfrutar la música requería olvidarse del entorno a veces.

-¡Oh por Dios! ¡Me contestó!- el repentino cambio de actitud me sobresaltó, pues creía que Milo estaba haciendo lo mismo que yo.

Él tomó su laptop y la acomodó entre sus piernas. Tecleó un poco en la computadora sin dejar de lado esa sonrisa.

Me removí incómodo. ¿Le pregunto? No debería pero...

-¿Es... Es importante?- pregunté inseguro.

-¡Lo mejor que me ha pasado!- volvió a hablar entusiasmado. Le miré inquisitivo, ¿Que podía ponerlo de ese modo?- ¡Beta Aquarii me contestó!

Ah claro, lo comprendo en su totalidad así me sentí yo cuando él... Eh... ¿Qué?

Esperen, esperen.

QUÉ.

Casi dejó caer mi mandíbula al suelo si no fuese porque estaba con él, a la par suya, y observando su actitud.

O sea sí, yo le había respondido un par de veces, incluso mantuvimos una conversación estable hace poco, pero nunca me imaginé que tuviese esa reacción y leyera el mensaje justo ahora.

-Ah... Tú... T-Tú hablas de ese chico extraño del internet-. Mantuve mi compostura como debía ser, no quería dar una pista estúpida que pondría en riesgo mi vida.

-¿Extraño? ¡Es uno de los mejores! ¿No has visto sus blogs?- me miró con una sonrisa. Yo tragué saliva

-Algunos... No es tan bueno en realidad.

¡Yo mismo me estoy despreciando!

-Es lo suficientemente bueno para mí- Me quedé sin aire- Es demasiado genial, hace unos días mencionó nuestro grupo y... ¡Casi exploto de la alegría!- dejó la laptop a un lado y se tiró sobre las suaves sábanas de la cama como una estrella.- En verdad lo admiro bastante.

Basta. Tuve que evitar sonrojarme. Sé que no era para mí directamente, pero seguía siendo increíble.

Estaba hablando de mí con esa sonrisa tan carismática, y esos suspiros que podían derretir a cualquiera que tuviera la oportunidad de hablarle. ¿Qué hago? ¿Debo insultarme para sacarle más información? ¡Dios, ayúdame!

-Ah... Pues, eh... Ugh, yo...- no pude decir nada y me sentí estúpido, como siempre. Él rió.

-No creo que te hayas dado cuenta, al parecer no sueles estar pendiente de esos blogs, ¿Verdad?

Ja. Si en verdad supiera que el chico a quien está alardeando está frente a él.

-No... La verdad es que no.- mentí- Y...- comencé- ¿Ya has hablado mucho con él?

¿Que estoy haciendo por mi vida?

-Bueno no realmente, pensé que el último mensaje no me lo contestaría porque apenas pude sobrellevar el chat. Es demasiado popular como para que lo haga, pero veo que me equivoqué- se reincorporó- Es genial, es como mi crush cibernético.

Abrí los ojos con sorpresa y respiré profundamente. Cosa que no tuve que haber hecho porque desgraciadamente me atraganté con mi propia saliva.

Tosí con fuerza para recuperar el aire en mis pulmones. Nunca me había pasado algo parecido.

-¿Estás bien?- se alarmó.

Golpeé un poco mi pecho y asentí.

-Sí, solo que me tomó por sorpresa-referí con la voz un poco ronca.

-¿Te parece demasiado raro?- cuestionó.

-No no-negué al instante- Es que... ¿No sé supone que tienes novia?

-¿Y eso qué?- sonrió- Es solo un crush, no es como que pueda pasar algo a futuro, después de todo.

-Pero... Ni si quiera lo conoces.

-Dirás que no lo conozco físicamente y que nunca lo he tenido en presencia frente a mí-corrigió Milo sin apartar la mirada de la pantalla-, pero yo sé que la persona que se oculta detrás de Betta Aquarii es alguien con quien definitivamente perdería la cabeza-confesó.

Milo encogió los hombros con timidez y vergüenza por lo último que dijo, en verdad no había pensado antes de abrir la boca, pero vamos, él era impulsivo por naturaleza. Siempre le ocurría, era como mi torpeza.

No pude evitar abrir ligeramente mis ojos con sorpresa. Ahogué un grito que quiso salir de mi garganta. Definitivamente tenía que estar soñando, completamente. ¿Cómo era posible?

Sé que no hablaba de mí como tal, pero técnicamente me estaba diciendo que el que se ocultaba detrás de la pantalla era perfecto para él.

Solté el aire acumulado en mis pulmones y me atreví a preguntarle.

-¿Estás seguro? ¿Y sí es un maleante el que está detrás de la pantalla?-. Formulé sin pensar.

Oh vaya... ¿En serio, Camus? De nada te sirve ser el chico mas listo si Milo puede cambiar eso en segundos...

Milo me miró extrañado por algunos segundos antes de soltar unas carcajadas por tal suposición.

¿Betta Aquarii un maleante? Eso era estúpido hasta para mí.

-Eres un paranoico-balbuceó a puras penas entre la risa-, y se nota que jamás has leído sus blogs porque te darías cuenta al instante que él no es esa clase de persona ¡Tan solo basta con ver cómo piensa y escribe!

Milo alzó los brazos sobresaltando la grandeza del misterioso chico de los blogs. Y sin querer, como hacía con todos, me agitó ligeramente de los hombros.

-¡PIENSA COMO YO! Es... exactamente igual a mí en el fondo, y no sabes lo mucho que él me ha ayudado sin siquiera conocerle-su tono de voz se fue apagando a medida que diversos recuerdos (quizá malos) llegaban a su mente-, ni mis propios amigos han logrado levantarme cuando me sentí solo y vacío. Pero sus párrafos llenos de verdad me animaron tanto que literalmente le debo mi felicidad. ¿Cómo no sentirme atraído?

El entusiasmado chico retiró las manos de mi cuerpo ido (detalle que no notó), y suspiró... una sola vez. Desfogando así una cálida sensación que solo aquella mente brillante de su ídolo podía provocarle. Suspiraba por él.

Ante su confesión, traté de no gritar de más. Pueden decirme lo que quieran, pero este chico es perfecto. No solo en la manera en la que habla de Betta Aquarii, sino su forma en decirlo. Sé que no me estaba mintiendo, porque también soy así cuando algo me emociona y pude sentirlo, porque él estaba diciendo la verdad y yo... No podía formular una sola pregunta que tuviera sentido.

¡Soy crush cibernético de mi crush!

-Tienes razón...- comencé- no es como que esté muy pendiente de sus blogs, pero... Puedo asegurarte que donde sea que esté, él siente lo mismo- pensé un poco. Eso había sonado mal- E-Es decir, al fin y al cabo ¿Conoce tu banda no? Eso quiere decir que también te conoce y...- ¿En qué diablos estoy pensando? Nada de lo que digo tiene sentido- Bueno... Tú sabes.

-Sería el ser más feliz de la tierra si tan solo él me diera una señal de que yo le importo siquiera un poco...-sus labios formaron una sonrisa triste y de nuevo suspiró, esta vez con dolor-, pero yo solo soy uno de sus cientos de fans ¿Qué podría encontrar él de interesante en mí? Solo estoy en el montón, Camus... nunca pasará nada y eso lo he comprendido desde hace mucho. Por eso sigo con mi vida "normal". Con la banda, con mis compañeros, con el colegio, con mi novia....

Él empezó a nombrar infinidad de características que conformaban la vida del popular Milo Scorpio, cada una más sencilla que la otra, salvo por un pequeño detalle... la ausencia de la emoción.

Su vida era monótona y, estaría en blanco y negro si no fuera por Betta Aquarii.

-Sería muy loco que un día pudiera encontrarlo. Pero si eso llegara a ocurrir, definitivamente, lo primero que pasaría es un importante cambio en mi vida, un giro de 360 grados. Se vale soñar, Camus. Igual estoy tranquilo... nunca pasará.

-¡Eso no es cierto!- sin pensarlo dos veces me levanté de la cama y lo encaré- Estás loco, mírate. Tienes una banda, amigos que te apoyan por sobre todas las cosas, una novia que te ama, padres que te aman, familia, todo.- enumeré- Sé que... Los blogs de ese chico pueden levantarte de donde sea, pero ¿Por qué dices que no pasará? Nada en esta vida es imposible. Nada...

¡No lo soporté, no me iba a desilusionar así!

Y quería callarlo, porque me frustraba escucharlo hablar de esa forma, porque quería decirle que yo era Betta Aquarii, que yo era su fuente de inspiración, que yo... También lo quería, que me gustaba desde hacia mucho tiempo.

Pero no podía. Al menos no todavía.

-Yo te ayudaré.

[• Milo's POV •]

Abrí los ojos con notable asombro. Hasta ahora no me había tocado ver una faceta tan decidida de Camus, el chico tranquilo y serio del colegio. Era extrañísimo ver euforia en él y menos aún por mi motivo...un amor imposible. Realmente imposible.

-Betta Aquarii nunca se dará a conocer, y yo jamás mis sentimientos hacia su persona-dije con esa horrible sensación de impotencia en cada palabra. Cada vez que hablaba de él me sentía así: impotente, porque tendría que callar por siempre.

Nadie sabe de mi amor por Betta Aquarii, Camus es el primero en saberlo y espero contar con su silencio ya que acaba de ofrecerme su ayuda.

-Ayúdame con mantener esto en secreto por favor-pedí siendo sincero, y mirándolo de forma profunda para que entendiera que esto era en serio.

No hacía bromas ahora.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro