Capítulo 28: "Floreciendo"
Hoy era un excelente día para morir.
Yo, Camus, un brillante e inteligente alumno que debería estar arreglando mi vida para entrar a la NASA se encuentra jugando a los quemados... Ese violento juego que me tiene con los pelos de punta.
¡Alguien que me ayude!
Aunque no lo llamaría tanto como "jugar" más bien lo llamaría como morir anticipadamente, y si llego a morir solo pido que mi lápida digan algo como... «Recuerden por siempre a Camus Aquarius, uno de los mejores alumnos que murió por un pelotazo en el estómago.»
—¡Jugador número trece expulsado! —gritan desde la cancha.
Doy una rápida mirada al chico que se retorcía en el suelo casi sin poder respirar. Otra camarada era eliminada gracias al juego. Este violento y salvaje juego donde mientras más fuerza se aplica, más oportunidad hay de ganarse un viaje pagado y todo incluido al hospital más cercano.
Odio con todo mi ser este tipo de juegos. Los mayores siempre ganaban ventaja sobre los más flacos y nerds, y no me las doy de modelo pero un pelotazo de ese grado y veo la luz brillante al final del túnel.
Esto era todos contra todos, no había un lado ganador, no había un equipo, nadie que cuidara la espalda de otros, solo un deseo extremo de sacarle el aire a los más indefensos.
—Yo necesito un héroe —lloriqueé.
Lo peor es que el profesor parecía que lo disfrutaba el muy desgraciado.
Muchos chicos arriesgados como Aioria, Milo, o incluso Shura disfrutaban del juego, incluso llegando a cantar con victoria los que eran expulsados. Pero yo era el que más sufría en esta situación junto a Surt, ambos escondidos detrás del estante de pelotas de baloncesto.
—Por tu culpa nos van a pillar, Surt, haste a un lado —lo empujo, tratando de hacer más espacio de mi lado, pero me devuelve el gesto.
—¡Calla, Camus! Si el entrenador nos ve aquí escondidos como niñitas nos sacará a pelotazos, y no quiero salir con moretes en mi hermosa cara, sabes —me responde, frunciendo el ceño.
Rodeo los ojos con fastidio, siempre siendo tan vanidoso. Aunque bueno, al menos se estaba preocupando por si estética, yo me preocuparía por no sé, no salir en una camilla de hospital.
—¡Oigan, ustedes! —escucho que nos gritan.
Listo, estamos muertos, no sacaran a punta de pelotazos y quedaremos noqueados en medio de la cancha. Puedo ver tragedia en mi mente y un Camus inconsciente en el piso.
Somos descubiertos cuando el estante de pelotas de baloncesto se hace a una lado y el rostro del profesor molesto no se hace esperar, mirándonos en desaprobación.
—Ustedes tendrán un castigo, esto va contra las reglas —muestra el balón en su mano y desde ya siento dolor en mi rostro.
—¡A la cara no, la cara no! —grita Surt a mi lado, cubriéndose de todas las maneras posibles su rostro.
Yo suelto una carcajada y me levanto del suelo mientras veo al profesor con un rostro suplicante.
—Profesor... Por favor, este juego es muy rudo para ambos. Está bien si nos quiere descalificar, pero... ¿No podría darnos otro tipo de juego?
El profesor lo miró de arriba abajo y sonrió.
—Si estás dispuesto a ponerte un tutú y zapatillas tal vez el ballet puede ser para ti —deja salir una risa, y escucho como Surt explota en carcajadas detrás mío.
¡En lugar de apoyarme está riéndose de mis desgracias! Aunque bueno, no sería mi mejor amigo después de todo sino hiciera eso.
—Eso también va para ti, pelirrojo —menciona el profesor, señalando a Surt. Este para de reír y esta vez soy yo el que empieza a burlarse—. No lo quiero ver aquí escondidos sino quieren que les baje cinco puntos menos, y es una pena para usted joven Aquarius, porque su nota en deporte es una vergüenza para sus calificaciones.
Yo bajé la mirada y asentí. Tenía razón, esta clase era un asco para mí, además de que arruinaba mis calificaciones perfectas en mi boleta de calificaciones. No podría aspirar a entrar a la universidad de mis sueños con calificación cero en deportes. Demasiado patético.
—Ugh, de acuerdo. Haré lo posible —resoplé con fastidio y tomé un balón del estante.
Surt me siguió esta vez y nos fuimos a la cancha de una vez por todas ante la vista de todos. Para nuestra buena suerte seríamos los blancos y pronto nos expulsarían del juego, claro, no sin antes llevarnos un pelotazo en el rostro o en el estómago.
—¿Es esto una buena idea? —preguntó Surt temeroso detrás de mí.
—No, pero al menos saldremos rápido de esto —suelto un suspiro dramático y veo que quedan pocos jugadores en la cancha. Entre ellos Milo, quien se le veía feliz jugando y golpeando a todos como si fuera un videojuego violento.
Río para mis adentros y lo veo encantando. Llevaba su cabello recogido en una coleta baja y los pocos mechones que no encajaban en su peinado, caían por su flequillo rebeldemente. Dios... Es tan precioso.
¿Por qué no me mandas uno así, señor? Yo me conformo con lo que sea que me mandes... siempre y cuando sea Milo.
—¡Camus cuidado! —y todo pasó en cámara lenta, Surt se puso enfrente de mí y el balón que venía hacia mí, lo golpeó directamente, cayendo al suelo.
—¡Surt! ¡Resiste, amigo! —me preocupé cuando lo vi tendido en el suelo y me agache a su altura. Este estaba tosiendo débilmente mientras ponía una mano en su pecho.
—Huye... Huye lejos, Camus, y no regreses... Te heredo todas mis pertenencias, dile a mamá que la amo...
—Amigo por favor resiste —dramatizé, tratando de alzar su cabeza para dejarlo en mis regazos, como buenos actores.
—No me queda mucho tiempo. Puedo ver la luz blanca al final del túnel —alzó su brazo al techo y yo no pude evitar esa carcajada que salió con sentimiento de mi garganta.
—¿Qué se supone que están haciendo? —una voz conocida se colocó a mi lado y yo paré de reír, mirando hacia arriba. Era Milo.
¡Oh Dios, era Milo!
Sin querer solté la cabeza de Surt de mis piernas y esta rebotó en el suelo, escuchando una queja de inmediata.
Ups, eso me había dolido hasta a mí.
—¡Con un demonio, Camus! Mi cabeza no es de plastilina —se quejó sobando su cabeza y con una mueca de dolor en su cara.
Pero yo ni siquiera le pude prestar atención, me levanté rápidamente y quedé a la altura de Milo, sonriendo nervioso. Su presencia todavía me hacía sentir un revoltijo de mariposas en el estómago y no las podía controlar.
—¿No lo piensas ayudar? —pregunta Milo con una sonrisita de medio lado.
—Está bien, ¿No es cierto Surt?
—Si claro, muy bien. Tan bien que tendré que ir a enfermería por hielo para bajar el chichón que me saldrá en la cabeza por tu culpa. Tras de que recibí un pelotazo por ti, me arriesgué por ti, y así me pagas —murmura con rencor, levantándose del suelo.
Surt me miró pero yo estaba enfocado en darle toda mi atención a Milo que estaba delante de mí. Surt pareció notarlo porque resopló con fastidio y puso una mano en mi hombro.
—Te veo en el almuerzo, los dejo solo para que se pierdan en su mundo mágico de enamorados —rodea sus ojos sarcástico y luego se marcha.
Milo ríe y se dirige a mí esta vez.
—¿Qué haces acá? —me pregunta. Él tenía el balón en uno de su brazos, por lo que me hace pensar que no ha sido eliminado aún.
—Espero lentamente mi muerte —dramatizo, mirando su rostro de total diversión—. Bueno, dejando de lado el drama, deporte es la única materia que me va mal y ni siquiera sé como voy a aprobar. Por otro lado, el profesor me pilló junto a Surt escondido detrás del estante y ahora estoy aquí, esperando pacientemente que un pelotazo me mande a enfermería.
Milo soltó una carcajada, y me mostró el balón de baloncesto.
—¿Y que tan si yo te elimino? Es decir, podría solo tocarte con el balón y ya estás fuera. Así —veo como acerca el balón a mi pecho y me da un leve empujoncito con él.
Su dulce manera de decirme que me apoyaba, -o que quizá no quería verme en el piso-, me hace sentir querido, me hace pensar que quizá se preocupa por mí y que nosotros podríamos...
¡Agh! Ya basta. No, Camus. Eso ni en esta vida ni en otra va a pasar...
Sonrió al ver su mirada divertida, y con un gesto alzó mi mano para llamar la atención del profesor.
—¡Profesor, profesor! Milo me expulsó del juego, ¿Puedo irme ya? —doy una carita de perrito regañado y veo como él enarca una ceja, no creyéndose que de verdad había sido expulsado del juego.
—¡Es cierto! —me apoya Milo.
Veo como el profesor suspira, y asiente derrotado. Quizá sabía que no había sido de una manera limpia, pero tampoco podía oponerse, él estaba consciente de mi miedo por este juego así que tendría que aceptarlo.
—¡Ahh, genial! ¡Me salvaste! —digo con alegría, abrazándolo desprevenido.
Siento como se sorprende por el abrazo, él da un paso hacia atrás y se queda con los brazos en el aire sin saber dónde ponerlos.
Y con toda la razón de estar sorprendido, yo lo estaba abrazando de aquella manera tan unida, algo que si me lo preguntan, ni yo sabía como había dejado mi cobardía. Y aún sin verlo directamente, su risa me da cosquillas en mi oído, y mis piernas tambalean cuando siento su mano en mi cintura, acercándome a él.
¡Llamada de emergencia 9-1-1! ¡No respiro, me desmayo!
—No puedo dejar que vayas a enfermería por un pelotazo —me dice, y yo sonrío.
—Eso es considerado de tu parte —me aparto.
No habían pasado ni dos segundos cuando vi un balón venir hacia nosotros.
Bueno, fue bonito mientras duró. Este sería nuestro fin.
—¡Milo, cuidado! —le aviso al ver que el balón agarró una curva peligrosa en el aire y ahora se dirigía a él.
¡Noooo! ¡Su carita hermosa y preciosa la iban a destruir!
Milo se voltea justamente cuando el balón se acerca a su rostro, y antes de que pueda reaccionar, es golpeado por esté, dejándolo un poco aturdido y tambaleante en el piso.
—¡Jajaja! ¡ESTÁS FUERA! —gritan desde el otro lado de la cancha. Giro para ver de quien se trataba y era Aioria brincando de alegría—. ¡No te distraigas, Romeo!
Veo como Milo se sostiene la nariz y da una mueca de dolor a la vez. Aioria se acerca junto a Shura donde estamos y juega con el balón en un dedo.
—Hola Camus —me saluda—. Joder, que sólo ha sido un golpecito, no seas tan dramático.
Milo frunce el ceño y se acerca hacia él.
—¡Eres un idiota! ¡Casi me rompes la nariz, Aioria! Auch, auch —cierra los ojos con expresión de dolor y yo me compadezco. Dios, ese golpe fue demasiado duro.
—Milo, ¿Estás bien? —me acerco a él y pongo una mano en su hombro—. Aioria eso fue muy salvaje —le regaño.
Este solo infla sus mofletes y voltea su mirada.
—Yo no quería darle en la cara, era en su pecho pero justo en ese momento se volteó.
—Ten más cuidado, casi me lo dejas sin nariz —comento, sacando un pañuelo de mi bolsillo cuando veo unas gotas de sangre caer al piso—. Milo, usa esto. Estás sangrando —le digo con preocupación, dándole el pañuelo.
Él lo tomó en sus manos y me mira con diversión. Aún en momentos así... No pierde su coquetería.
—Auch... ¿Eres un angel?
Sin evitarlo, sonrío por su comentario y los chicos también.
—Jaja tonto, no soy un ángel, soy Camus.
—¿Cúal es la diferencia?
Y... Ahí quedé. Mi cerebro solo dijo bye, nos vamos, nos fuimos y se desconectó de todo.
Excepto mi corazón, este comenzó a latir fuertemente y pronto la sangre bombeo todo mi rostro hasta verme como un tomate. Mis palabras simplemente se habían ido, y con este el idioma.
—Tú... Yo... Qué... —murmuro aún sorprendido.
Aioria y Shura se miran cómplices y veo como sueltan una carcajada.
—Ya a ese paso dile que le gustas —se dirigen a Milo. Veo como este se sonroja pero no dice nada más, creando un ambiente algo tenso de nuestro lado. Aioria nota esto e inmediatamente nos abraza a ambos—. Vamos, solo jugaba. ¿Qué tal si vamos a almorzar? Ya casi es hora.
—Sí, sí yo creo que sería lo mejor —sonrío, aun apenado.
Sé que sólo fue una broma, pero por un momento lo sentía tan real... Sentí que... Era verdad.
[ ° ° ° ]
La hora del almuerzo había llegado y ya casi todos los lugares de la cafetería estaba a reventar, como todos los días. Eso no era un misterio.
Sin embargo, esta vez Surt y yo pudimos escoger una mesa bonita afuera de la cafetería con sombra. Y aunque solo habíamos planeando estar solo nosotros, pronto se unió Aioria, luego Shura, Milo y hasta Afrodita llegó ahí.
Era un ambiente... Tranquilo, todos reíamos y conversábamos. Nunca había compartido con tantas personas, y eso... No se me hizo tan desagradable como desde un inicio.
—Oigan, ¿Y cómo les fue con la presentación del sábado? ¿Los llamaron? ¿Qué les dijeron? —pregunta Surt, mientras mordía su hamburguesa con pleno deseo hambriento.
Yo asiento dándole la razón, dándole un sorbo a mi bebida de fresa.
—Cierto... ¿Qué pasó? —pregunto curioso.
—Aun están en negociaciones —me responde Aioria, clavando el tenedor en su comida, a lo que parecía ser un puré puesto que el tenedor no cayó—. Le dije a los chicos que no se preocuparan porque aún había tiempo, pero ya perdieron la esperanza.
—No es perder la esperanza —Milo que estaba apoyado en la mesa mientras masticaba con pereza su manzana, se unió a la conversación. Lo miré atento, puesto que estaba sentado a mi lado—, es ser realista. Si realmente les hubiera gustado la presentación ya nos habrían llamado.
Su rostro... Mostraba decepción y tristeza. Podría comprenderlo, ese contrato era muy importante.
—Ustedes se esforzaron e hicieron todo a la perfección. Estoy seguro que pronto tendrán noticias —sonrío para reconfortarlos.
Esa presentación en aquel bar restaurant había sido espectacular, para no decir que la mejor. Pero aún temía que eso no fuera lo suficientemente buena para los productores que les estaban dando la oportunidad de crear una verdadera banda con buena música.
Milo se le veía emocionado con ese contrato, pero ahora estaba más decaído.
—Camus tiene razón, ustedes lo hicieron genial. Los buenos músicos tardaron en ser descubiertos, y si esos productores no creyeron en su potencial, otros mejores lo harán —alienta Afrodita, quien se encontraba sentado en el filo de la mesa.
—Pero no continuemos hablando de eso que me voy a poner a llorar —bromea Shura.
—¡Milo! —justo en ese momento se escuchó una voz femenina detrás de nosotros.
La mayoría volteó por inercia, y yo también lo hice, encontrándome con el rostro de Shaina. Vaya, ¿No había desaparecido ya?
Pues... Aunque odiara admitirlo, Shaina seguía siendo novia de Milo. Y estos acercamientos que hemos tenido siento que... No han estado correctos.
—Ah, hola, Shaina —saluda Milo una vez que la chica se acerca, inmediatamente toma asiento entre ambos, alejándome de Milo.
Sin evitarlo bajé la mirada, sintiéndome incómodo. Lo que me menos quería era llamar la atención, sin embargo, Surt y Aioria inmediatamente me lanzaron una mirada preocupante.
Pensé que no era tan obvio pero... Agh.
—Milo, cariño, ¿Podríamos ir dentro de la cafetería?
—Hola para ti también, Shaina —Shura rodó los ojos al percatarse que ella ni siquiera se había tomada la molestia de saludarnos.
—Ah, hola —saluda—. ¿Vamos? —insiste, tomando a Milo del brazo.
—Shaina de verdad... Ahora estoy con ellos, estoy terminando mi almuerzo. ¿Puede ser más tarde?
—Siempre me dices eso. ¿Prefieres a tus amigos en lugar de tu novia? ¿Eso es?
—No. ¿Acaso no puedes escoger otro momento para venir?
Oh oh.
Esto se estaba poniendo tenso.
Y no es que me guste el chisme pero... ¡Claro que me encanta! Tenía entendido que la relación de Milo con ella no iba para nada bien. Aunque no debía interponerme en esa relación, aún quería saber que estaba pasando.
—Eres un idiota. Solo quiero pasar tiempo contigo y así me tratas —Shaina se levanta furiosa, y golpea su hombro antes de salir caminando furiosa por todo el jardín del colegio.
Veo como Milo suelta un suspiro pesado y se recuesta en la mesa.
—Estoy harto.
—Eso fue tan patético —Shura comenta—. ¿No vas a ir atrás de ella?
—¿Por qué debería?
—Porque ya sabes que el drama que va a armar será el triple de peor de todos los que te ha armado. Te aconsejo que la sigas y arregles las cosas.
Milo rodó los ojos y recogió sus platillos, junto a su mochila.
—Esta es la última vez que Shaina me hace una escena. Me cansé —dice, antes de salir detrás de ella.
Y yo... Solo pude guardar silencio. Por un lado me sentía mal por... Todos los problemas que estaban pasando. Pero la idea de que se reconciliaran me tenía con el corazón roto.
Era demasiado tarde, pero tenía que admitir que me había ilusionado. Había caído. Esperaba por Milo, por su amor, esperaba que algún día me correspondiera, y aunque mis pensamientos no eran los correctos, tenía un poco de consciencia al saber que desear que ellos terminaran estaba mal.
Quizá solté un suspiro demasiado fuerte, porque los demás voltearon a verme.
¿Ups?
—¿Saben? Yo no entiendo como Milo puede estar tan ciego como para seguir con Shaina. Ni siquiera la quiere —Afrodita es el primero en comentar—. Me cae mejor Camus para Milo que Shaina.
Inmediatamente sentí mis mejillas arder y negar.
—S-Se equivocan. Milo y yo... Solo somos amigos.
—¿Amigos que se besan? —Aioria ríe al ver mi rostro escandalizado, y Shura lo codea—. Vamos Camus, aquí tooodos hemos visto como se miran, y esos coqueteos "discretos", quizá Milo es demasiado despistado para saberlo, pero es obvio que ustedes se gustan.
—Aioria yo... Por favor no digan eso. No hablen por Milo. Ustedes ya saben de mis sentimientos por él, pero no creo que él les haya contado como se siente, ¿no? —veo que intercambian miradas, pero yo continúo—. Puede que ustedes crean eso pero... Pero quizá no es así, quizá está confundido, y yo demasiado ilusionado.
Juego con mis manos y quiero desaparecer de sus miradas, tal vez les doy lástima, tal vez solo pena, al ver lo ilusionado que estaba con Milo. Pero prefería decirles la verdad, así evitaban involucrarnos en algo juntos.
—Cam, estoy seguro que Milo te corresponde, solo que puede que esté algo confundido. Tienes que entenderlo, aun está en una relación que no lleva futuro.
Bueno... Quizá sea cierto. Pero de no ser así, probablemente terminaría con el corazón roto y en una funeraria.
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Han pasado casi 2 años de hiatus, desde la última vez que publique el capítulo 26 jamás pensé que me tomaría un descanso de 2 años... Vaya, realmente pensé que abandonaría la historia, lo que me llevó a continuarla fueron muchos de sus comentarios <3" y de verdad lo aprecio mucho, para los pocos lectores que llegaron hasta aquí muchas gracias ❤️ por ustedes voy a terminar esta historia.
En estos 2 años pasaron muchas cosas, tantas que quizá fueron el factor de que me fuera a hiatus, entre ellas, la que era mi beta me abandonó en todos los sentidos, ella cambió de fandom y yo también. Supongo que no tenía inspiración para seguir si no había nadie con quien hablar de los puntos de la historia.
Pero en fin, este fic será continuado por mi, perdonen si encuentran faltas ortográficas o incongruencias en la historia, hace tiempo perdí muchos detalles.
MUCHAS GRACIAS!!
❤️
Luz
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