Contengo la risa al ver a James intentando decirle con mímica la película que le tocó a Set que no entiende las escenas que está haciendo el castaño. Desde hace un par de meses que venimos siendo buenos amigos, las pesadillas rara vez las tengo y mis consultas con la psicóloga comenzaban a rendir frutos. Poco a poco comenzaba a recuperar mi vida por decirlo de alguna manera, trataba de vivir por mí y por Dylan. Eso me ayudó a salir un poco de la tristeza en la que me estaba sumergiendo, en terapia me di cuenta de que la vida sigue y si yo sigo adelante por Dylan que no puede lo dejaré finalmente descansar en paz. Mis amigos están felices de verme animada, respetan que tenga momentos en donde esté más triste porque una pérdida no se supera del todo, pero me apoyan en especial James.

—EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA —grita Set finalmente dándose cuenta de que película se trataba, el mayor de los Sullivan le da la razón y ambos chocan puños. Si perdemos la siguiente ronda con Alan, su hermano y el novio de Cassie serían los ganadores y podrán decidir qué comeremos esta noche.

Me pongo en pie y meto la mano dentro de la fuente de vidrio donde dejamos muchos nombres de películas, desde las más viejas hasta las más modernas. Sacó un papel que desdobló leyendo el nombre de la película que a más de uno lo hizo llorar, a otros les dio igual, pero todos reconoceremos su banda sonora. Para que Alan se diera cuenta de la escena que quería mostrar tuve que usar a mi amiga Agustina como ayuda, me pare atrás suyo y extendiendo sus brazos hacia los costados y le tomé las manos.

—El Titanic —dice el castaño y yo pego un grito emocionado, lo abrazó de manera fraternal comenzando a festejar cenaremos comida italiana esta noche.

—Prepárense para la mejor comida italiana de esta ciudad —hablo tomando mi celular para ir a la cocina por el folleto del restaurante de comida italiano. Llamé al local haciendo un pedido con todo los que me pidieron para cenar y pedí de postre tiramisú, mi nona preparaba unos postres de tiramisú que te hacían agua la boca. Aun recuerdo cuando era pequeña y viajaba con mis padres a Italia el país natal de mi padre y donde gran parte de mi familia vive, mi abuela tuvo muchos hijos y a su vez estos muchos hijos por lo que las reuniones familiares son muy ruidosas. Algo que siempre tengo presente en mi memoria es como toda la familia se ponía a cocinar, es uno de los recuerdos más bonitos que me quede de cuando mi nona estaba viva. —Lista la orden, pedí de postre tiramisú no es tan bueno como los que hacía mi nona, pero se le acerca —exclamó dejándose caer en el sillón junto a James y Cassandra que está un tanto distraída, desde que aceptó ser la novia de Set la noto contenta, pero actúa un poco raro. Más rara de lo que es habitualmente, pero no quiero indagar porque sé que si le digo algo se cerrará y no me va a contar nada.

—¿Tu nona? —cuestiona Set acomodándose en su lugar posando sus ojos azules en mí, no conocía mucho al gato callejero, pero desde que Cassie le dio el sí comenzó a juntarse mucho con nosotros. Pero no habíamos tenido la oportunidad de charlar tan a fondo como para que él sepa que no soy americana, que no solo hablo dos idiomas o que Agus tiene descendencia Rusa.

—Mi nona era mi abuela por parte de mi papá soy media italiana por él y mexicana de nacimiento como mi mamá —respondo encogiéndome de hombros, siempre me sentí orgullosa de la mezcla de distintas culturas que recorren mis venas.

—Puede decirnos algo en español, escucharte hablar italiano es muy divertido, pero no te he visto hablar español —James se giró a verme con una sonrisa que hace que yo me contagie, tiene una sonrisa muy bonita y no negaré que últimamente su compañía se está volviendo un gran apoyo.

—¿Qué les gustaría que dijera? Hablo español e italiano, mis dos padres prefieren que hable cualquiera de esos dos idiomas en la casa para no perder la fluidez —llevando mi cabello hacia atrás miró a James y a los demás que estaban esperando a que hablara en mi idioma materno.

—Di una frase de mi película favorita Clouds en español —ríe Agus mirándome con sus ojos brillantes, no puedo evitar sonreír y pensar en alguna línea de la película que se había vuelto en una obsesión para Agustina. Pero admito que Cassandra y yo nos volvimos también grandes seguidoras del filme que Agustina nos mostró.

—"No necesitas descubrir que estás muriendo para comenzar a vivir" —pronunció en español con todas las miradas sobre mí. Esa línea que es dicha por el protagonista Zach algo que en verdad me marco y en este punto de mi vida luego de haber pasado tanto dolor las tome para poder continuar mi camino. Les traduje la frase y Agustina chillo de emoción en verdad es una fanática de las películas de Disney, pero debo aceptar que esta película es muy bonita y deja un mensaje del cual todos deberíamos aprender.

—Te amo Bella —tirándose encima de mi Agus pasa por encima de James que salta ante la repentina actitud de mi amiga. La rubia me aplasta haciendo que yo baya de lleno contra Cassie que intenta escapar, pero Agustina no la deja. —También te amo Cassie —tomándola del brazo la rubia da un tirón de ella para acercarla a nuestro abrazo que aunque estuvo reticente terminó cediendo haciendo que se vuelva algo grupal. Entre risas las tres nos abrazamos, no me arrepiento de haberlas conocido, de todo lo que pasamos juntas y disfruto de cada momento con ellas. Se volvieron más que mis amigas, son mi familia, amo verlas felices y me siento bien con la manera en que ellas me ayudan a poder salir adelante.

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Observó como la habitación de Dylan es ocupada por alguien más, noto como se llena de pertenencias de otro chico y es un tanto duro de aceptar. Pero lo estoy llevando bien, mi psicóloga ya me había dicho que iba avanzando muy bien, pero que esto es un proceso largo por lo que es completamente normal que en ocasiones me sienta triste y no es un paso hacia atrás, sino que es parte del camino. James apoya sus manos en mis hombros sacándome de mi trance al ver al chico ir y venir con sus cosas a la habitación que antes le pertenecía a mi novio.

—Es mejor que vayamos a comer algo a la cocina ¿te gustaría? —alude el castaño apretando apenas un poco mis hombros, asiento comenzando a caminar con James aun con sus manos sobre mis hombros. Estaba en la casa de los Alpha con James porque veníamos de ver una película, pero como tenía algo de frío él se ofreció a darme uno de sus canguros y fue cuando vi a ese chico mudándose a la habitación que era de Dylan.

—Hola, hermosa —me saluda Logan guiñándome un ojo apenas me ve entrar en la cocina, el rubio está preparándose unos nachos con extra queso.

—Hola, rubio oxigenado —bromeó caminando hacia donde se encuentra el chico colocando los nachos en el tazón lleno de queso fundido. Le robo una de esas delicias antes de que él aleje el tazón de mí y se vaya por la puerta alegando que su rubio es natural.

Con el mayor de los Sullivan nos reímos de los comentarios de Logan y me siento en uno de los bancos de la isla viendo como el chico busca los ingredientes para preparar algo. Tomando un cuchillo me pongo a pelar vegetales siguiendo las órdenes de James que sabe lo que está haciendo y sin rechistar le sigo. El aroma a la comida atrajo a Joy y Brice que se dispusieron a ayudarnos para también sacar su cena, pero fue divertido cocinar los cuatro. Terminamos cenando algo fideos con una salsa de queso y carne asada que en verdad sabía a gloria, hacía mucho tiempo que no comía carne y en gran parte es para apoyar a Agustina porque es vegetariana.

—Fue una cena estupenda James —veo al castaño lavando los platos luego de haber perdido al sacar la pajita más corta entre los cuatro. Los otros dos ya se fueron y nos quedamos solos en la cocina, en la casa no hay muchas personas porque en su mayoría estaban fuera de parranda porque el fin de semana permite despertarse tarde.

—Gracias, pero no todo es mérito mío tú también pusiste de tu parte —contesta colocando los platos limpios sobre la mesada para luego seguir lavando los cubiertos. Me acerco y con un paño seco y limpio le quito el exceso de agua a los platos y los guardó en su respectivo lugar. Con todo la cocina ordenada solo restaba con que yo me fuera a casa, después de todo siempre nuestras reuniones terminaban conmigo regresando a mi departamento con las chicas.

—¿Puedo enseñarte algo antes de que te vayas? —cuestionó el castaño acercándose a mí sin dejar de verme con sus ojos azules. Reteniendo una sonrisa pienso en una respuesta ingeniosa para darle cierto humor al asunto porque su cercanía me estaba poniendo un tanto nerviosa.

—Mientras no tenga que ayudarte a esconder un cadáver puedes enseñarme lo que quieras —bromeó tomando sus brazos que estaba cada vez más cerca de mí, ya no me sentía reacia a alejarlo de mí y muy por el contrario muchas veces era yo misma la que se acercaba a James.

—No es ningún cadáver, acompáñame —tomando mi mano me llevó por la casa hasta que llegamos a su habitación donde me soltó la mano y metiéndose dentro de su cuarto tardo unos cuantos minutos hasta que salió. En sus manos traía un sobre que me entrego con una enorme sonrisa, lo tome y bajo su mirada azul lo abrí sacando lo que parecían ser dos entradas. Tuve que sostenerme del marco de la puerta del cuarto de James o me caería al suelo, mis ojos no daban crédito a lo que estaba leyendo y aún sin creérmelo mire a James.

—¿Es una broma? —tragando saliva con dificultad volví a leer lo que me decían las entradas, no me lo estaba terminando de creer es casi imposible conseguir entradas para este tipo de eventos. Son tan grandes y tan, pero tan conocidos que solo los más reconocidos o más famosos en el ámbito de la moda tienen el privilegio de obtener una invitación como esta.

—No bromeo preciosa, son reales —contesta con su voz ronca, gritó en su cara para luego tirarme a su cuello y darle un beso. Iría a la semana de la moda en New York con James.

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Hola, nuvole ¿Cómo están? ¿Qué les pareció el capítulo? A mi en lo personal me encanto, es de mis favoritos y amo la amistad de las chicas.

"Clouds" película dirigida por Justin Baldoni basada en la novela literaria "Vuela un poco más alto: Cómo Dios respondió a la pequeña oración de una madre a lo grande" escrita por la autora Laura Sobiech.