Hey, mejor amigo.

Recuerdo que en primer año de secundaria siempre llegabas antes que yo a la escuela y aún así esperabas en la entrada a que yo llegara porque siempre me perdía en los pasillos.

Sé que soy algo torpe, pero tu nunca te has burlado de ello.

Pero aún así ayer fue diferente, porque cuando llegué tu no estabas.

En el almuerzo me dijiste que habías llegado con tus nuevos amigos y que lo habías olvidado.

Me pediste disculpas y prometiste que al día siguiente me esperarías como siempre lo has hecho, pero hoy he vuelto a tener un retardo por haberme perdido.

En el receso volviste a disculparte.

No me molesta que olvides esperarme, pero duele que te olvides de mi.

Atentamente, tu mejor amigo.