Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

# nueve


El aire soplaba con fuerza, hacía que su capucha se cayera y le despeinaba el cabello. Entraba por las largas mangas de su campera veraniega y chocaba con la blanca piel de sus piernas.

Sentía frío pero era lo que menos le importaba.

Con las manos en los bolsillos observaba la ciudad, parecía que estaba bajo sus pies. Tal vez se debía a que se encontraba en un lugar bastante más alto que de costumbre. Las montañas. Siempre que necesitaba distraerse subía, era como su lugar seguro. El tercero. Y solo recurría allí cuando los otros dos no se encontraban disponibles.

Veía destellos brillantes moverse y sabía que eran autos que gracias a los suaves rayos de sol parecían faros de luz andantes.

Su celular no dejaba de vibrar en su bolsillo, cada cierto tiempo se quedaba sereno pero no duraba la tranquilidad. Sabía quiénes eran y no quería, de verdad no quería ver esos nombres por el momento.

Pero al mismo tiempo estaba desesperado por leer los mensajes; de hecho sufría al intentar ignorarlos.

Ignoró el chat de su madre porque no decía nada interesante. "Estoy en casa de una amiga". Comenzaba a ser sospechoso pero decidió restarle importancia.

Aunque no quiso, aunque odió hacerlo, abrió el chat de quien era su primer lugar seguro.

Khao minovio  ❤

└ Firfir,  no tengo nada que confesarte esta vez.
19:24

└  Creo que lo que siento ya lo sabes, lo dije miles de veces.
19:24

└ Me duele tanto que no estés a mi lado, y no sabes lo mal que siento, porque sé que es todo mi culpa
19:25

└  ¿Pero cómo te hago entender que mi cabeza solo piensa en tí?
19:25

└ Me muero de ganas de tenerte a mi lado como cada mañana
19:25

- Sé que no quieres hablar.
19:30

└  Pero solo dime cómo te sientes, por favor
19:30

Estoy bien. ┘
19:41

Apagó su celular y lo guardó nuevamente. No tenía siquiera el valor para cambiarle el nombre a su contacto, mucho menos de bloquearlo.

Miró sus pies y levantó la cabeza para apreciar el cielo, pero el sol que con el pasar de los minutos se ocultaba hizo que cerrara los ojos.

¿De verdad estoy bien?

¿Estoy bien?

Pero llorar no es signo de sentirse mal, no. Llorar es... librarse de algunas emociones. Y era lo que él necesitaba. Quería olvidar, hacer como si Khaotung no existiera o como si él mismo no lo hiciera. Quería no llorar, no saber lo que significa sentirse triste; quería no existir.

Necesitaba a su madre, que lo envolviera entre sus brazos. Sentirse ese niño pequeño y que lo mimaran. Que le cantaran una canción para dormir calentito entre las colchas.

Pero su madre no estaba nunca, y él ya había crecido. Tenía que comportarse como un adulto y resolver los problemas por su propia cuenta, pero no quería.

Y más que "no querer", era "no poder". Principalmente porque se había vuelto dependiente, y a todos les gustaba consentirlo. Ese había sido un error desde siempre pero él se dejaba hacer, porque le gustaba.

Y ahora que estaba solo no sabía qué hacer.

Cuando empezó a oscurecer decidió regresar a la ciudad, le aterraba el bosque de las montañas cuando la claridad del sol ya no estaba. Pero no frenó en su casa al pasar por el frente, siguió sin detenerse hasta un almacén.

Si iba a llorar posiblemente toda la noche a causa de un par de mensajes, lloraría comiendo golosinas a gusto.

Al salir con un agua saborizada en la mano y con una cantidad considerable de gomitas repletas de azúcar, dispuesto a volver a su casa, se encontró a la persona que su sexto sentido le hacía detestar.

—¿First?—el nombrado intentó ignorarlo, pero le tomó del antebrazo para detenerlo—, ¡Nong, espera un momento! Por favor.

—¿Qué quieres?

No tenía ganas de hablar con nadie, mucho menos con él.

—Han pasado tres semanas desde que ustedes se separaron—suspiró, desviando la vista un segundo—. Y déjame decirte que tu novio se va a volver loco en cualquier momento. Trabaja dieciséis horas de corrido y el resto del día bebe como un idiota. No es que se haga la víctima pero no sabe manejar las cosas de otro modo. No te culpo, de hecho hasta te entiendo, pero aunque es mi amigo se ha vuelto insoportable.

—¿Y eso qué?—le miró con desdén—. No me importa. Que haga con su vida lo que se le venga en ganas.

Bruscamente se soltó del agarre de Mark, le miró con odio. Pero no lo odiaba en realidad, únicamente no lo quería cerca

—First—le miró suplicante—, por favor.

—¡No puedo hacer nada!—levantó la voz, importandole poco que las personas los vieran discutiendo a mitad de la calle—, ¿sa-sabes? No puedo, no puedo.

—Si, si puedes. Claro que puedes, lo entiendes más que incluso su madre. Y no defiendo que te haya hecho mal, pero eres lo que más quiere en la vida—el menor bajó la cabeza y no dijo nada—. Intenta entender el porqué de sus acciones.

—Solo...—vaciló unos cortos segundos—, ¡cállate!—y pegó la media vuelta, malhumorado solo por la presencia del chico.

Mark suspiró viéndole alejarse por la calle a pasos rápidos.

—Cuídate, niño.

©LasVocesDeMi_Cabeza

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro