Las personas amontonadas formando un círculo alrededor de la pelea llamaron la atención de todos los superiores, por suerte la forma de cómo separarlos no se hizo esperar. En ese momento nadie sabía cómo el pasillo principal se había vuelto un espectáculo de jóvenes enojados y con varios moretones en su piel, sin embargo la presencia de Lan Wangji en medio de los heridos le quitó el aliento a la mayoría, nadie podía creer que aquel joven tranquilo y pacifico haya sido participe de una riña que de seguro ha de haber empezado por algún tema banal. Los maestros sabían qué tono y forma tratarían a los que rompen las reglas, pero siendo Lan Wangji en este caso, lo único que esperaban era que uno de ellos dé el primer paso para tomar acción, no obstante la espera duro más de diez minutos.

Lan Wangji tenía muy claras las consecuencias que trae el romper las preciadas reglas del colegio. Dio un fuerte suspiro para voltear hacia uno de sus maestros, dio una lenta y larga reverencia como forma de disculpa de todo el complot que se ha formado hace un instante.

—Personalmente iré a la oficina del director para informar el asunto.

Con la cabeza en alto y con una postura solemne, como si nada hubiera pasado, pero con la gran evidencia de un notable tono rojizo en su labio inferior, caminó por el pasillo para dirigirse a su destino. Todos los testigos lo siguieron con la mirada, aun atónitos de lo que habían acabado de ver. Wei Wuxian, quien aún seguía en el suelo, siendo aplastado por dos jóvenes robustos, se mordió la lengua luego de tener su mandíbula caída por la impresión. Tomó fuerzas y logró librarse para empezar a gritar el nombre de su compañero. En ese mismo momento, todos los maestros decidieron darle un fuerte golpe en la cabeza a los chicos que habían estado en la pelea, como respuestas lanzaban gritos de lo doloroso que había sido el impacto. Wei Ying logró evadir los puños de sus superiores, no tenía la intención de quedarse un segundo más, entre forcejeos corrió hacia la misma dirección.

Lan Qiren estaba ocupado con asuntos del colegio, estaba muy concentrado, pero la repentina presencia de su sobrino lo dejó absorto, sobre todo por lo desaliñado, descuidado y lastimado rostro del joven. Se puso de pie abruptamente, con la mente en blanco, creyendo que lo que estaba viendo sus ojos era una tonta ilusión, era imposible que uno de sus sobrinos tenga aquel aspecto tan decadente. Lan Wangji realizó una reverencia para luego caer sobre sus rodillas. La mandíbula de Lan Qiren empezó a temblar debido a que las palabras no podían salir, no sabía cómo expresarse ante una escena inimaginable. Cuando finalmente quiso pronunciar la primera silaba, la torpe aparición de Wei Wuxian lo interrumpió. Este último, al ver a su compañero de rodillas se apresuró a, casi, tirársele encima.

—¿Qué estás haciendo, Lan Zhan? —Preguntó entrecortado, por la agitación de la pelea más el camino que tuvo que correr hasta la oficina del director—. Tú no tienes nada que ver aquí, este no es tu asunto.

Lan WangJi, sin quitar sus ojos del suelo, habló, ignorando por completo al chico que estaba a su lado:

—Rompí las reglas, merezco un castigo.

—¡Lan Zhan!

En medio de la confusión de Lan Qiren, sin darse cuenta, su oficina estaba llena de estudiantes heridos junto con maestros que hablaban al mismo tiempo sobre la riña que se aconteció en uno de los pasillos. Todo se había vuelto una turbulencia difícil de detener.

Wei Wuxian estaba parado frente a una ventana, mirando el horizonte mientras veía como el sol se estaba escondiendo. Lanzó un fuerte suspiro mientras dejaba a un lado la escoba que había sido su fiel acompañante desde que acabó las clases hasta ese mismo momento, que para su alivió, ya había acabado de limpiar el ultimo salón que quedaba.

—Lan Zhan, Lan Zhan —Movió su cabeza de un lado a otro luego de ver como el joven se esforzaba en despegar un pedazo de chicle debajo del escritorio—. Ya deja eso, tampoco hay que ser un poco extremistas en la limpieza.

El joven lo siguió ignorando, siguiendo en su asunto. Wei Ying solo soltó un suspiro, sabía que era imposible convencerlo, después de todo es Lan WangJi, el rey de la limpieza y pulcritud. Con ásperos y pesados pasos se sentó en uno de los escritorios para sacar un cuaderno y pluma. A pesar de que acabó su parte de la limpieza, el castigo aún continuaba. Tenía que repetir diez veces las 3000 reglas una vez al día, esa misma rutina deberá realizarla todos los días en tres meses. Cada vez que recordaba las palabras de Lan Qiren sentenciándolos a ese castigo, le daba un escalofrío y ganas de llorar; pues aquello le quitará mucho tiempo libre, sobre todo por el hecho de también dedicarse a hacer los deberes y proyectos que sus profesores envían. Se sentía presionado y estresado de saber que sus próximos días serán muy ocupados.

—Lan Zhan~... ¿Por qué tu colegio tiene tantas reglas? —Se quejó entre balbuceos—. Esto es una agresión a los derechos humanos, no es justo, ¿Por qué? ¿por qué? ¿Por qué?...

Lan WangJi suspiró descontento, harto de escuchar la voz de aquel irritante muchacho. En su mente no dejaba de desear un hechizo para silenciarlo, sería muy bueno mantenerlo con los labios cerrados para no tener que escucharlo por un largo rato. Pero, para su desgracia, en etese mundo no existe tal cosa maravillosa.

Luego de haber acabado con su parte de la limpieza, también procedió a sentarse para continuar con su castigo. Para el bienestar de su espacio personal, se sentó en un escritorio sumamente lejos del que estaba Wei Wuxian, pero para su sorpresa, su compañero agarró sus cosas, salió de su sitio para apresurarse a sentarse al escritorio que estaba al lado de Lan WangJi. Sus ojos no evitaron entrecerrarse por el coraje que sintió al tenerlo tan cerca.

—Hey, ¿por qué me miras así? Jajajaja

Wei Wuxian disfrutaba esa parte de Lan Wangji, le gustaba verlo enojado e incomodo cada vez que se le acercaba. Para poner la situación mucho más interesante, arrastró la mesa hasta toparla con la que estaba el joven. Lan Wangji apretó sus puños, pero sin quitar ese semblante serio y sin expresión alguna.

—¿Cómo es posible que el joven maestro Lan sea tan inexpresivo con una cara tan bonita? —Sus ojos los mantenía bien abiertos mientras no dejaba de ver el rostro de su compañero. Sus miradas se cruzaron por un instante, Lan WangJi fue el primero en desviarla mientras emitía un gruñido.

—No detengas la escritura.

Wei Wuxian rio por un instante, sin embargo se detuvo al ver una pequeña hinchazón en su labio y mejilla. No evitó tener el sentimiento de culpa al recordar la pelea que tuvieron más temprano. Pensó que Lan WangJi no debería estar ahí, después todo los únicos que estaban peleando era él y esos tipos molestos que se atrevieron a insultar a su amigo.

Sin embargo, para su sorpresa, la riña tomó otro rumbo luego de que Lan WangJi se cruzó al frente suyo para recibir dos puños y una patada en su abdomen. A partir de ese momento, eran dos contra tres.

—Lan Zhan —Aquel llamado sonaba con seriedad, por lo que Lan WangJi volteó a verlo—. Siento mucho por lo que estás pasando, en serio, no creas que todo esto es porque quiero arruinar tu reputación o algo parecido.

—Sé que ese no es el caso.

No evitó sonreír al saber que sus palabras sí las estaba tomando como sinceras.

—Pero también te quiero agradecer —Carcajeó con dificultad—. Llegó un punto en el que me sentí incapaz de pelear contra ellos, pero tú me ayudaste, e incluso recibiste los golpes que iban a ser para mí. Gracias a ti y a tus habilidades estábamos a poco de ganarles. ¡Lan Zhan, eres asombroso!

Alzó sus pulgares con una enorme sonrisa, orgulloso de tener un amigo, que a pesar de que él aun no lo considera como tal, sabe que puede recibir su ayuda en momentos difíciles como una pelea.

Lan Zhan lo miró, sin realizar ningún cambio en su rostro, sin embargo en su interior sintió una gran ola que le golpeó bien fuerte, dejándolo un poco aturdido, aquello es producto de las palabras de aquel chico terco y hablador. Era la primera vez que recibía tal trato de una persona que no era su hermano mayor o personas allegadas. Se sintió raro, por lo que decidió continuar escribiendo y diciendo un "está bien" como respuesta, fue lo primero y único que se le ocurrió decir.

Wei WuXian se le hacía molesto, pero a veces le sorprendía lo obstinado que era al no rendirse y alejarse de él, así como muchos otros lo han hecho anteriormente. No le molestaba que aquellas personas hayan decidido tomar distancia, después de todo era lo ideal para salvar su concentración en la educación. Pero estar cerca de Wei WuXian, de algún modo no se le hacía contraproducente desde una perspectiva, ha sabido sobrellevarlo y, para su mala suerte, si es que se le puede llamas así, se ve obligado a soportarlo por largos tres meses, cada tarde después de clases.

Lanzó un suspiro, al final de cuentas, no deja de ser complicado convivir con una persona como Wei WuXian.