Capítulo #2
El edificio en el que Wei Wuxian y Jiang Cheng les fue dado para pasar sus siguientes tardes y noches, era grande y ridículamente lujoso. A pesar de que cada habitación debe ser compartida para tres personas, la expansión de ésta estaba aptas para al menos seis o siete, o quizás más; incluso tenían el espacio para una mini cocina y una pequeña sala donde bien podía caber una mesa y un televisor. En ese mismo lugar, había una puerta que daba entrada a las camas donde los chicos dormirán a partir de ese día, cada cama era de dos plazas y al lado de ellas tenían su propia mesita de noche, todo esto ubicadas de lado a lado. Al frente de éstas estaban sus respectivas cómodas donde podrán guardar su ropa y objetos personales. Dentro de esa misma zona, estaba el baño, donde constaba de tres lavamanos, una ducha y una bañera.
Las bocas de ambos jóvenes estaban completamente abiertas de lo sorprendidos que estaban al tener la dicha de vivir en una habitación de esa clase. Sabían que la Prepatoria Gusu era de prestigio donde la mayoría de sus estudiantes eran hijos o familiares cercanos de personas muy influyentes y de una economía de clase alta. En el caso del padre de Jiang Cheng, era alcalde de Yummeng, una pequeña ciudad de China; por supuesto él iba a tener los ingresos suficientes para poder matricular a sus tres hijos en un colegio como en el que están parados en ese instante.
—Wow, imagina las posibilidades de hacer una gran fiesta con nuestros compañeros de clase —Exclamó Wei Wuxian entusiasmado mientras inspeccionaba cada detalle la habitación—. Esto es impresionante.
—Ni siquiera hemos empezado el primer día de clase y ya estás planeando a hacer alguna estupidez —Jiang Cheng le regañó, sin quedarse atrás en la inspección del sitio—, ¿acaso ya olvidaste la promesa que le diste a mi padre?
—Claro que no. Lo que prometo, cumplo —El joven rió luego de acostarse en una de las camas—. Me pregunto cómo será nuestro compañero de cuarto, ojalá que sea alguien genial.
—Según en el tablero que está en la puerta, su nombre es Nie Huaisang.
Wei Ying quedó acostado boca arriba observando la bombilla que alumbraba la gran habitación. Dentro de sus pensamientos se imaginaba los nuevos retos que le puede presentar la preparatoria, en su antiguo colegio siempre se metía en problemas por su desordenada conducta, no era un mal estudiantes ni sus notas eran bajas, era todo lo contrario, el problema era su personalidad extrovertida que lo hacía amigo de todos los estudiantes del colegio, era muy querido por sus compañeros y muy popular entre las chicas, debido a eso los maestros lo veían como alguien molesto que se metía en asunto que a él no le concernían. Entrar a una nueva preparatoria le haría empezar todo desde cero, aunque para él eso no es un problema, es una persona muy sociable y sabía que hacer nuevos amigos no será ningún problema. Sin embargo le parecía un poco molesto no estudiar con chicas, una de las reglas de Gusu da la orden de mantener a ambos géneros separados para controlar a los estudiantes con más eficacia; el grupo femenino se encontraba al otro lado de la preparatoria y separados por un muro, así que contacto con ellas será imposible.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando él escuchó el sonido de la puerta cerrarse, ante ésta estaba un chico, Wei Ying y Jiang Cheng dirigieron sus miradas hacia él. El nuevo integrante llevaba un hermoso abanico en su mano derecha mientras con la otra arrastraba una gran maleta, su aspecto parecía al de un chico vanidoso y cuidadoso con su aspecto. Llevó el abanico abierto sobre sus labios mientras curveaba una de sus cejas. Se empezó a sentir un ambiente extraño.
—Oh, ¿eres Nie Huaisang? —Wei Wuxian fue el primero en hablar, no aguantaba estar envuelto en el silencio incomodo, por lo que de inmediato salió de su cama para dirigirse a él con toda confianza—. Me llamo Wei Wuxian, mucho gusto.
Le extendió la mano, el joven aún un poco tímido, la recibió para estrecharla delicadamente. Wei Wuxian le sonrió muy amigable.
—Veo que saben como me llamo, pero de todas maneras me presentaré —Su voz era un poco delicada, pero lo suficientemente alta como para poder ser escuchada—. Me llamo Nie Huaisang, soy su compañero de cuarto, espero llevarme bien.
—Mi nombre es Jiang Cheng, también espero llevarnos bien —El joven finalmente habló, sin dejar de mirarlo de pies a cabeza, pues en su mente no dejaba de repetirse lo extraño que parece ser su compañero.
—¡Bien! —Exclamó Wei Ying, volviendo a su cama para volver a sentirse relajado—. A partir de hoy dormiremos juntos, espero que seamos buenos amigos.
—¿Quién no es tu amigo?
—Tienes razón, Jiang Cheng —Carcajeó Wei Ying—. Oye, oye, por cierto, debes ayudarme a buscar una forma de cómo conseguir la Sonrisa del Emperador, debo beberla cueste lo que cueste.
—¡Wei Wuxian, ya vas a...!
—¡¿Tú también la quieres probar, hermano Wei?! —De pronto Nie Huaisang olvidó su timidez para lanzarse en la cama de Wei Ying y agarrar sus hombros despreocupadamente. Jiang Cheng vio la escena frenéticamente, sorprendido por la inmediata confianza de aquel desconocido—. Créeme que yo también quiero beberla, muchos dicen que tiene un delicioso sabor.
—Veo que eres de los míos —Le mostró unos ojos picaros de lo nada avergonzado que fue Nie Huaisang luego de haber escuchado el nombre de esa bebida. Wei Ying se sintió contento de saber que finalmente había encontrado alguien que también tiene los mismos gustos—. Veamos, primero debemos de encontrar una forma de que pueda salir sin ser visto y luego...
Jiang Cheng suspiró enojado mientras negaba con su cabeza, sabía que su hermano de crianza iba a empezar con sus estúpidos problemas, pero no se había imaginado que iba a ser tan rápido. Lo único que no quería era traer molestias a sus padres, los únicos planes que tenía para el nuevo año escolar era sobresalir con sus notas y esforzarse con todo lo que tiene.
Al día siguiente, ya en el primer día, todos los estudiantes de Gusu fueron convocados en el auditorio para escuchar el discurso de bienvenida del director, sin embargo el puesto que estaba al lado de Jiang Cheng estaba vacío, el joven miraba varias veces hacia la entrada con la esperanza de que Wei Yin entrara en cualquier momento, sin embargo los minutos pasaban y Lan Qiren ya estaba a tan sólo segundos de decir sus primeras palabras. Jiang Cheng refunfuñaba a lo bajo, maldiciendo a Wei Wuxian por no haberle obedecido la noche anterior de dormirse temprano, se imaginaba al chico despierto a las 2 de la madrugada mientras jugaba con su celular, era de esperarse que al final se quedara dormido.
A las afueras del edificio donde están las habitaciones de los estudiantes, está Wei Wuxian corriendo desesperadamente luego de haberse despertado hace tan sólo diez minutos. Cuando abrió sus ojos le pareció muy extraño el silencio que rodeaba su alrededor; entendía que el lugar donde está viviendo es la Preparatoria Gusu, pero tampoco era para tanto, aquel silencio sepulcral podía significar únicamente que Wei Wuxian era el único ser humano dentro de ese enorme edificio. Su corazón palpitaba con frenesí mientras lanzaba palabras al aire maldiciendo a Jiang Cheng por no haberlo despertado. Estaba consciente de lo irresponsable y necio que suele ser, pero tampoco estaba tan loco como para quedarse dormido en su primer día de clase, no era su intención, no quería meterse en aprietos tan rápido.
La distancia entre las habitaciones y los salones de clase era un poco larga y tener que correr para pasar de un punto a otro era terriblemente matador. El pobre chico ya estaba con su ultimo aliento cuando llegó a los pasillos del colegio de la cual estaban vacíos, suponía que ya todos estaban adentro del auditorio. Entre paredes y caminos, sin saber cómo, llegó al pasillo donde se encontraba su destino. Al final de éste logra ver a alguien entrar para proceder a cerrar la puerta. Sus pasos se aceleraron para impedir quedar afuera.
—¡Hey!, ¡amigo, no cierres la puerta, por favor, falto yo de entrar!
Mientras más cerca estaba, la figura de aquel estudiante de uniforme perfectamente planchado y pulcro se hacía más fácil de distinguir. Cuando el agotado joven llegó a estar a metros de él, pudo notar que era un poco más alto, de postura erguida y semblante frívolo e inexpresivo. A pesar de que Wei Wuxian estaba a una pizca de desmayarse, la actitud de aquel desconocido no cambió en lo absoluto. Tomando fuertes bocanadas de aire, lo siguió inspeccionado; en su mente no dejaba de admitir lo apuesto que era, aquellos ojos claros que no dejaban de mirarlo no evitaron en Wei Wuxian un sentimiento de intranquilidad. Pero su aspecto no era lo primordial en aquel momento, lo único que quería era entrar a ese auditorio, no tenía la intención de recibir un castigo en su primer día por haberse quedado dormido.
—Está prohibido gritar.
Wei Wuxian se sobresaltó al escuchar la voz grave y autoritaria de aquel estudiante, no esperaba aquellas palabras, ni mucho menos el tono que había usado.
—No fue mi intención —Se apresuró a disculparse de inmediato.
—Tampoco se puede correr en los pasillos.
—Es que...
—Y llegar tarde a un lugar incumple a una de las reglas de la Preparatoria Gusu.
—Espera —Wei Wuxian se empezó a poner nervioso por la impasible actitud de aquel chico que no dejó de enumerar las faltas que había cometido en menos de un minuto—. Escucha, sé que está mal lo que hice, prometo que no volverá a pasar, es que es el primer día y realmente no me he acostumbrado a los nuevos horarios.
Empezó a reír mientras lanzaba excusas al aire, lo que más quería era deshacerse de aquel chico. De inmediato supo que él es de esas personas que son difíciles de tratar y son bien estrictas en obedecer las reglas, o sea, todo lo contrario a Wei Wuxian.
—Hagamos algo, has de cuenta que no ha pasado nada. Déjame entrar y nunca más me verás incumplir las reglas de Gusu. Es una promesa. Además, es nuestro primer día, cualquiera puede equivocarse; de los errores se aprende, yo ya aprendí.
El chico le mostró una enorme sonrisa con la esperanza de que aceptara, sin embargo lo único que hizo el estudiante fue suspirar y voltear.
—Que absurdo. No entrarás y reflexiona de los actos que has cometido.
Sin mirar hacia atrás, aquel joven entró al auditorio, cerrándole la puerta en la cara del confundido e irritado Wei Wuxian. No quedó impactado por la forma de cómo aquel frívolo lo trató, sino en lo incapaz que fue de salirse con la suya, o sea, él es número uno en persuadir con sus palabras a las personas, creyó con fervor que aquel chico sí iba a caer, pero sus planes no se cumplieron. En tan sólo segundos, quedó fuera, siendo el único estudiante de Gusu en no presentarse en el discurso de bienvenida de Lan Qiren.
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